Calendario Sagrado 2021-2022: El apóstol Pablo - Su vida, ministerio y pensamiento

Usted está aquí

Tabla de contenidos

El gran legado de Pablo, aun continua vigente en nuestros días. Él dijo de sí mismo: “me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”.

Saulo es el nombre hebreo de “Shaul” que significa "pedido" y se traduce como Saúl, quizás en honor al primer rey de Israel, de la tribu de Benjamín.

La aversión que movía a Saulo de Tarso contra la joven y primera era de la “iglesia de Éfeso”, no se puede atribuir únicamente a su formación como fariseo, porque algunos de ellos creyeron en Jesús o bien condescendieron con la fe.

Allí donde el ser humano solo ve lo negativo, Dios en su infinita sabiduría e inconmensurable amor, puede transformar todo, haciéndolo excepcionalmente útil.

La salvación y el llamamiento del fariseo Saulo es una clara y contundente demostración de la obra de gracia realizada en los que son llamados, sin importar cómo haya sido su vida pasada.

Minutos antes, y sin un choque tan estremecedor como el que le tocó vivir en las afueras de la ciudad de Damasco, este arrogante fariseo no se hubiera humillado ante nadie.

La comunidad cristiana de Damasco debe de haber notado cierto cambio en Saulo después de su ausencia. Porque al regreso de Arabia, Pablo empezó a poner en práctica el ministerio al cual fue llamado por Jesús.

Sobre el ministerio de Pablo, aunque siempre estuvo acompañado de sanidades y milagros, su lado fuerte era la poderosa exposición de las Escrituras por medio de las cuales probaba la divinidad de Jesucristo como el único y eterno Hijo de Dios.

Bernabé era un judío levita de Chipre, convertido a la fe cristiana y miembro de la iglesia de Jerusalén.

El primer viaje misionero de Pablo, Bernabé y Juan Marcos duró dos años (46-47 d.C.), y su recorrido fue por Chipre y el sur del Asia menor.

Pablo, Bernabé y algunos otros de ellos subieron a Jerusalén, a los apóstoles y a los ancianos, quienes los recibieron y contaron lo que Dios hizo con ellos. Entonces Santiago que era pastor en Jerusalén, condujo al concilio para fijar el rumbo a seguir.

Conociendo la inquietud del espíritu de Pablo, podemos pensar que fueron muchos los lugares, tanto en Siria como en Cilicia en que el evangelio fue sembrado, y las congregaciones que pudieron haber quedado como resultado de dichos esfuerzos. El segundo viaje duró tres años (50 al 52 d.C.).

Entre su segundo y tercer viajes, Pablo escribió a múltiples Iglesias, fortaleciendo la fe a través de su cuidado y esmero en proteger y preparar al Rebaño de Dios.

La defensa de Pablo fue un testimonio de su conversión, llamamiento y entrega al ministerio al cual lo llamó Jesús.

Como sucedió con Jesús ante Pilato, nadie estuvo dispuesto a dejar en libertad a Pablo. Lo cierto es que el viaje final de Pablo a Roma fue algo que Jesucristo había determinado previamente cuando le dijo “pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma” (Hechos 23:11).

Como vemos en 2 Timoteo 4:9-18, Pablo ansiaba la presencia de Juan Marcos y Timoteo a fin de brindarles aliento y ayuda pastoral.