Octavo Mes
Otros sufrimientos de Pablo
6. "Tres veces he sido azotado con varas".
Azotar con varas era un método visto solamente entre gentiles. Sabemos del flagelo y los azotes con varas que recibió en Filipos, junto con Silas cuando los amos de la pitonisa los llevaron ante los magistrados por haber liberado del demonio a esa mujer (Hechos 16:22).
7. "Una vez apedreado".
Esto le sucedió en Listra cuando algunos judíos llegaron a esa ciudad desde Antioquía de Pisidia y de Iconio y pusieron en su contra a la multitud. Allí fue apedreado, y lo arrastraron fuera de la ciudad dándolo por muerto, pero el Señor lo levantó (Hechos 14:19).
8. "Tres veces he padecido naufragio".
Ninguno de estos naufragios se narra en Hechos; el naufragio de Hechos 27 sucedió años después de haber escrito 2 Corintios. Los tres naufragios mencionados tuvieron que haber sucedido durante los años de silencio; probablemente en viajes por mar entre Siria y Cilicia.
9. "Una noche y un día he estado como náufrago en alta mar".
Esto no ocurrió en el naufragio de Hechos 27, sino en alguna ocasión en que tuvo que quedar flotando en alta mar, escapando de un naufragio.
10. "En caminos muchas veces".
Estas pudieron ser las largas caminatas que realizó en las regiones de Siria y Cilicia.
11. "En peligros de ríos".
Esto se refiere, indudablemente, a cruces de ríos caudalosos y torrentes de las altas montañas en visitas a las ciudades de Cilicia.
12. "Peligros de ladrones".
Esto se refiere, sin duda, a viajes a pie que realizó por los tortuosos y solitarios caminos de la provincia de Cilicia.
13. "Peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles".
Las persecuciones en contra del apóstol se debían a los judíos, luego estos involucraban a las autoridades gentiles.
14. "Peligros en la ciudad, peligros en el desierto".
En las ciudades surgían alborotos promovidos por los judíos; en los desiertos se encontraban bandas de ladrones y emboscadas de beduinos que asaltaban a los viajeros.
15. "Peligros entre falsos hermanos".
A esta clase de problemas Pablo se enfrentó en muchos lugares, especialmente entre judaizantes y helenistas, pero también pudieron darse entre los grupos establecidos en Siria y Cilicia.
16. “Varias situaciones como trabajo, fatiga, desvelos, hambre, sed, ayunos, frío y desnudez”.
Todos estos son sufrimientos que aquejan a los siervos de Dios en todo tiempo y lugar; pero en un obrero solitario y aislado, como estuvo Pablo, cerca de nueve años, cualquier desavenencia es más difícil de soportar.
El silencio de este tiempo fue interrumpido por la iniciativa de Bernabé, quién volvió a interceder por su viejo amigo. Bernabé era un judío levita de Chipre, convertido a la fe cristiana y miembro de la iglesia de Jerusalén. Este discípulo se distinguió por su generosidad cuando vendió una propiedad que tenía cerca de Jerusalén y aportó todo el dinero al ministerio de la iglesia de Jerusalén. Era hermano de María la madre de Juan Marcos.
Bernabé desarrolló un tipo muy especial de liderazgo en la iglesia por su espíritu afable y anhelo constante de ayudar a otros. De ahí que los apóstoles no lo llamaran por su primer nombre, José, sino por su sobrenombre "Bernabé" que significa “hijo de consolación”.
La eficacia de su trabajo en la iglesia de Jerusalén fue suficiente base para que los apóstoles lo enviaran como delegado oficial a la iglesia de Antioquía de Siria. Allí las cosas marchaban muy bien en cuanto a la evangelización de judíos y gentiles. Cuando Bernabé se enteró de la marcha y de las necesidades de esta vibrante iglesia, inmediatamente pensó en buscar ayuda ministerial. Nadie más vino a su mente que Saulo de Tarso, quien, según se le había informado, estaba predicando el evangelio en Tarso y demás ciudades de Cilicia.
No se cree que Pablo y Bernabé se hayan visto antes de la visita de este último a Jerusalén. Sin embargo, la mediación de Bernabé hizo posible que Pedro, y la iglesia de Jerusalén aceptaran a Saulo desde algunos años atrás. Ahora, después de ese largo período de ausencia del versado, valiente predicador y maestro de la fe cristiana, Bernabé, volvía a servirle de conexión y apoyo en el ministerio de Pablo.
“Después fue Bernabé a Tarso en busca de Saulo; y cuando lo halló, lo llevó a Antioquía. Se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente. A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (Hechos 11:25-26). De los abundantes frutos del ministerio de Bernabé y Pablo en la iglesia de Antioquía y sus extensiones, la congregación reconoció a Pablo como uno de los líderes de mayor confianza. Por eso cuando respondieron al llamado del siervo Agabo por la hambruna que azotó mayormente a las iglesias de Judea, ambos llevaron la ofrenda a Jerusalén.