Génesis: La Biblia bajo el lente de la Ciencia

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Lo primero que se debe notar de Génesis 1:1 es que en el hebreo, el vocablo “el” antes de la palabra “principio”, puede igual ser traducido como “un” principio.

Después de aclarar los puntos sobre Dios, lo siguiente que viene tiene que ver con el término “los cielos”.

¿En qué consiste el Universo? Muchas veces uno da por sentado la inmensidad de éste y perdemos la habilidad de sentirnos asombrados ante la belleza, armonía y majestad de la creación.

Sabemos que Dios no creó la Tierra en un estado de desorden, sino en forma ordenada y para ser habitada.

Luego del caos y el desorden que vino después de la rebelión de Lucifer y sus ángeles, Dios comienza a reordenar la Tierra.

Una vez que la Tierra ha sido alistada para nuevamente recibir y mantener las formas vivientes que Dios va a crear, lo primero que hace con la vida, es la vida vegetal.

Al fijar la relación y rotación de la Tierra, la Luna y el Sol, se establecen las bases para el calendario de Dios.

Las condiciones de la Tierra ahora están preparadas para recibir la vida animal. La atmósfera es saludable y la vegetación, como un lujoso banquete listo para los animales, cubre la Tierra y se encuentra en los mares.

Luego de poblar los mares y los cielos con las criaturas marinas y aladas, Dios procede en el sexto día a crear los animales terrestres.

"...Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra, los creó..."

Sin la mente humana no se podrían asociar las ideas, tener imaginación, ejercer el libre albedrío, mostrar el amor desinteresado. Es lo que nos hace ‘humanos y conforme a la imagen de Dios’.

Al finalizar el propósito maestro de la creación: el hombre y la mujer, Dios les entrega la Tierra para administrarla, poblarla y disfrutarla.

Durante este periodo no había una maldición sobre la Tierra y todo crecía en forma abundante y cómoda.

Llama la atención en este capítulo la larga vida de los hombres antes del diluvio.

El hecho de que la población creciera a un ritmo exponencial, trajo consigo un incremento sustancial en la maldad de los corazones.

Durante casi cien años Noé siguió cuidadosamente los planos de construcción que Dios le había dado para hacer el barco.

Las evidencias sobre el Diluvio Universal son contundentes, pese a que los no creyentes puedan argumentar

Al finalizar el Diluvio, Dios formula el trato que tendrá con el hombre: "No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud..."

"Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio... Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio". (Gn 10:1,32)

Hay siete importantes verdades que nos entrega la Biblia sobre este hombre.

"Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras... y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de la tierra" (Génesis 11:1-4).

Después de la confusión de las lenguas, cada nación se apartó lentamente de los amigos y parientes que ya no hablaban el mismo idioma. No todo el contacto se perdió entre las naciones, pues la indicación de los historiadores como Heródoto y otros ya citados indican que Nimrod continuó con sus conquistas.

"Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, y todos sus bienes que había ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra…"

"Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev… y era riquísimo en ganado, en plata y en oro...y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot..."

"Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que el Eterno me ha hecho estéril; te ruego pues, que te llegues a mi sierva, quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai… y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora... y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. Y le dijo el ángel del Eterno: Vuélvete a tu señor, y ponte sumisa bajo su mano… Y Agar dio a luz un hijo a Abram… Ismael… Y lo circuncidó".

Un punto que pasa inadvertido a menudo sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra, es el cambio geográfico que aún se puede ver hoy día en esa zona.

Fue durante la estadía en la tierra costera que por fin le nace el hijo prometido, Isaac, que significa risa por haberse reído Sara de la idea que aún podía tener un hijo al ser estéril y a su edad.

Terminamos el último estudio con la vida de Abraham. Al analizar con más profundidad las pruebas que tuvo que pasar, sale a luz una verdad casi escondida: la forma progresiva en que fue probado y a la vez, recompensado.

Llegamos a la segunda vez que Jacob, conforme a su nombre, "suplanta" a su hermano y obtiene la bendición.

Antes de terminar con el relato del nacimiento de los doce hijos e hija de Jacob, hay un hecho extraño que sucede con Raquel y Lea.

Luego de tantos años fuera de Canaán, Jacob se establece en Siquem, lugar donde su abuelo Abraham había establecido el primer altar al verdadero Dios.

Ahora entramos en unas de las secciones más apasionantes de la Biblia, la historia de José, y luego, de todo el pueblo de Israel en Egipto.

Antes de seguir con la vida de José en Egipto, en Génesis 38 hay una interrupción en el relato de José para tocar lo que le pasó a Onán, Judá y Tamar.

El relato que cubre los capítulos 42 al 47 es considerado como una de las obras maestras de la literatura universal.