#026 Génesis 18-19: "La destrucción de Sodoma y Gomorra"

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#026 Génesis 18-19

"La destrucción de Sodoma y Gomorra"

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#026 Génesis 18-19: "La destrucción de Sodoma y Gomorra"

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"Entonces el Eterno hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte del Eterno desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra" (Génesis 19:24-25).

Un punto que pasa inadvertido a menudo sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra el cambio geográfico que aún se puede ver hoy día en esa zona.

Según la Biblia, Dios "destruyó las ciudades y toda aquella llanura". Por lo tanto, debe ser una región que ha cambiado dramáticamente su superficie, y es precisamente eso lo que encontramos.

Antes de su destrucción, el valle de Sidim, donde se encontraban las ciudades de Sodoma y cuatro más, era de una riqueza y belleza que atrajo la atención de Lot. "Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto del Eterno, como la tierra de Egipto (es decir, bien regada) en la dirección de Zoar, antes que destruyese el Eterno a Sodoma y Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán... habitó en las ciudades de la llanura y se fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma" (Génesis 13:10-13).

Otra prueba de su prosperidad es el hecho de que unos reyes distantes de Mesopotamia pusieron sus ojos en esta región y la conquistaron. Luego, por sus riquezas, los habitantes pudieron pagar un considerable tributo, algo imposible si fuera una tierra pobre.

"Las últimas investigaciones submarinas efectuadas en dicha zona parecen haber hallado restos de ciudades. En esa región, se extendía indudablemente el fértil valle de Sidim, regado por las cinco corrientes que hoy fluyen del este y sureste hacia ese lugar. Esa abundancia de agua bien nos recuerda de lo antes dicho' (Diccionario Ilustrado de la Biblia, p. 630). Vea más sobre esto en el estudio Nº 24.

Por lo tanto, la escena que se describe es una de campos bien regados y una  prosperidad que permitía sostener una gran población urbana de cinco ciudades. No en vano dice Dios, "He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana; soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas (las otras ciudades) y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí y cuando lo vi las quité" (Ezequiel 16:49-50).

Con razón hay un dicho que declara "el ocio es la escalera por la cual suben los vicios". Las riquezas llevaron a la inmoralidad y la inmoralidad al homosexualismo, una de las últimas etapas de la perversión. De hecho, la ciudad de Sodoma se caracterizó por tanto homosexualismo, que la palabra Sodomita llega hasta nuestros días a significar un homosexual. "Sodomita que comete sodomía, perversión sexual contra natura, homosexual" (Diccionario Larousse, p. 952).

"No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel" (Deuteronomio 23:17). "No te echarás con varón como con mujer; es abominación… En ninguna de estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido naciones que yo echo de delante de vosotros, y la tierra fue contaminada; yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores (Levítico 18:22-25).

Noten que dice que la tierra vomitó sus moradores – algo parecido a lo que está sucediendo en nuestros días, después de la década de los 60's y 70's y las llamadas 7 enfermedades de las "libertades sexuales". Ahora las leyes de Dios, incluidas las de la naturaleza, que al final pagan cada causa con un efecto – así cobran su pago.

Con la aparición del virus del SIDA, que, según los primeros reportajes, apareció en las poblaciones de "sodomitas" norteamericanos, algunos de los cuales estaban tan empedernidos del vicio que habían tenido más de mil encuentros antes de adquirir la enfermedad, llegó la tierra a estar copada de perversiones y comenzó a "vomitar" a sus moradores.

"Y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres y recibieron en sí mismos la retribución debida a su extravío" (Romanos 1:27).

Ahora bien, es importante aclarar que nunca se debe atacar al pecador, sino al pecado. Dios ama a cualquiera que se arrepiente del mal, y un homosexual que se aparta de su pecado será perdonado y aceptado por Dios (Ezequiel 18:21-22).  Además, muchas víctimas inocentes contraen el SIDA por otros medios accidentales. Tal es el precio de vivir ahora.

Volviendo al relato bíblico, lo que agravó el juicio sobre Sodoma fue el hecho que era la primera ciudad en pervertirse tanto después del Diluvio.

"Estas sentinas de iniquidad distaban solamente unos pocos kilómetros de Hebrón, el hogar de Abraham… y, sin embargo, eran tan viles que su hedor subía hasta el cielo. Eran apenas 400 años después del Diluvio; casi dentro de la memoria de los hombres que aún vivían. Sin embargo, los hombres habían olvidado la lección de aquella destrucción cataclísmica de la raza” (Compendio Manual, Halley, p.96)

Llegamos por fin a las evidencias geográficas y topográficas que muestran un cambio drástico en la zona devastada. De un hermoso y fértil valle se convierte en una de las áreas más inhóspitas y nauseabundas del mundo. Cuando se habla de vomitar a los habitantes, la palabra náusea viene a la mente, y actualmente en esta área aún produce terribles olores.

"Entre peñas verticales, como talladas a pico, se extiende ante ellos la gigantesca superficie del Mar Muerto.

Lo primero es tomar un baño. Los hombres que se introducen en el agua tienen la sensación de ser elevados de nuevo como si llevasen salvavidas. Los antiguos relatos no han mentido. En este mar nadie puede ahogarse. El sol ardiente seca la piel de los cuerpos casi instantáneamente. La delgada capa de sal que ha quedado en ella la tiñe de blanco. No hay aquí ni peces, ni moluscos, ni algas ni corales; por este mar nunca se ha deslizado un barco de pesca. No existen ni frutos del mar ni frutos de la tierra, pues sus orillas son áridas y desoladas. Grandes cantidades de sal cubren la playa y las peñas de la montaña haciéndolas brillar como el diamante. El aire se halla saturado de olores fuertes y acres. Huele a petróleo y a azufre. Manchas aceitosas de asfalto (la Biblia lo designa con el nombre de "betún" en Génesis 15:10) sobrenadan en las olas. Ni el cielo azul y luminoso ni el sol brillante son capaces de dar vida al paisaje" (Y La Biblia Tenía Razón, Keller, p. 89).

Después de su destrucción, esta zona quedó tan cubierta de sales minerales que ahora los empeñosos israelíes la han convertido en una gran industria minera.

"El ‘betún’, asfalto o brea, es un producto negro brillante de petróleo que se derrite y arde. Hay grandes yacimientos de él a ambos lados del mar Muerto, especialmente hacia el extremo sur, y grandes masas en el fondo, de las cuales cantidades considerables han flotado a la superficie durante terremotos.

Del azufre dice Kyle que debajo del Monte Usdom hay una capa de sal de 50 m. de espesor, y encima de ella otra de greda mezclada con azufre libre" (Halley, p.97).

"Durante los últimos años este mar Muerto ha adquirido nueva vida. Han sido establecidas grandes fábricas y esperan derivar grandes riquezas de los minerales que se están sacando de este mar. Las personas se están estableciendo alrededor del mar y en el valle del Jordán.

Se calcula que los depósitos minerales en el mar son: 22 billones de toneladas de cloruro de magnesio, 11 billones de toneladas de cloruro de sodio (la sal), 7 billones de toneladas de cloruro de calcio, 2 billones de toneladas de cloruro de potasio, y 1 billón de toneladas de bromuro de magnesio. La extracción de estos productos químicos es una operación curiosa. Israel espera (por ejemplo) aumentar su producción anual de potasio a más de un millón de toneladas por año y lo hará en menos de un año (1966). Bajo esta proporción el mar Muerto tendrá suficiente para más de 200 años. El bromuro en el océano se dice que ha venido de erupciones volcánicas; el mar Muerto tiene cuatro veces más de lo que contiene el océano" (Geografía Bíblica, p.63).

Al juntar todas estas evidencias, el cuadro de cómo se vela la región de Sodoma antes y después de su destrucción puede reconstruirse.

"En la superficie de otro planeta puede darse algo parecido a lo que sucede en el valle del Jordán, pero no en el nuestro” escribe el geólogo Adam Smith en su obra La Geografía Histórica de la tierra Santa. Ninguna otra parte de la Tierra, que no esté situada debajo del agua, se halla a más de 100 metros por debajo del nivel del mar… En el suelo de esa gran grieta, que pasa exactamente por aquí, se hallaba situado el valle de Siddim, con Sodoma y Gomorra. ¡Y este suelo un día se hundió! La fecha en que ocurrió semejante catástrofe puede determinarse con bastante precisión desde el punto de vista geológico: ¡tuvo que ocurrir hacia el año 2000 a.C.! Seguramente alrededor del año 1900 a.C. tuvo lugar la destrucción de Sodoma y Gomorra escribe en 1951 el erudito americano Jack Finegan. Un minucioso examen de los testimonios literarios, geológicos arqueológicos conduce a la conclusión de que las destruidas ciudades de la Llanura (Génesis 9:29) se hallaban en la comarca ahora sumergida bajo las aguas que lentamente van subiendo en la parte del Mar Muerto, y que su destrucción tuvo lugar por un gran terremoto que, probablemente, fue acompañado de explosiones, de descargas eléctricas, de descendimiento de gases y fenómenos ígneos. Alrededor del año 1900 a.C. ¡precisamente la época de Abraham!  

Como una, confirmación a la explicación geológica de la destrucción de Sodoma y Gomorra, el sacerdote fenicio Sanchumiaton dice textualmente en la Historia Antigua: 'El valle de Sidimus (Siddim) se hundió y se convirtió en mar, dando lugar a la formación de vapores continuos, sin que allí se vean peces y sí un cuadro de desolación y muerte para los malhechores' (Sanchumiaton vivió en los 1300 a.C.)." (Keller, p. 92 93).

“Las cinco ciudades de la llanura del Jordán se encontraban al sur del Mar Muerto. Ahora esta zona está cubierta de agua, pero antes, alrededor del año 2065 a.C. fue fértil y bastante poblada. Cerca del año 2050 a.C., esta área fue cubierta por sal y azufre y actualmente se encuentra llena de petróleo y asfalto quemado… Las ruinas de estas ciudades aún se podían distinguir hasta el primer siglo d.C. (Manual Bíblico, Unger, p. 69).

Así ha quedado esta zona hasta hoy día. El Mar Muerto es único sobre la Tierra. Solo sirve para sacar sus minerales.

"Por tanto, vivo yo, dice el Eterno de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento perpetuo" (Sofonías 2:9).  

Como se puede ver en el gráfico, hoy día la parte sureña del Mar Muerto tiene lo que llaman una lengua de tierra firme o una península. Es desde esta zona que uno puede ver los restos del valle de Siddim.  

"Un relato procedente de Roka habla de esta lengua de tierra y cuenta una historia que, injustamente, fue considerada siempre con gran escepticismo. Unos desertores se habían refugiado en esta península. Los legionarios romanos, a cuyo regimiento pertenecían, lo persiguieron inútilmente por la comarca durante mucho tiempo. Cuando por fin los vieron ya era demasiado tarde: ¡ambos habían vadeado el mar transversalmente!... Los sondeos realizados en los últimos años dieron sólo profundidades de 15 a 20 metros.

Si con un bote se rema hacia el extremo sur del "Mar de Sal" puede observarse a ciertas horas del día algo desconcertante: a alguna distancia de la orilla se ven, bajo el nivel del agua, las siluetas de unos bosques conservados por el elevado contenido de la sal del lago. Los troncos y los restos de los árboles en las profundidades verdosas deben de ser antiquísimos. Cuando en su día estaban sobre la tierra firme, cuando el verde follaje adornaba sus ramas, los rebaños de Lot pudieron muy bien pacer a su sombra. Aquella parte llana, tan especial, del Mar Muerto, desde la península de El-Lisan al extremo sur, era… ¡el valle de Siddim! La propia Biblia lo dice claramente: "Todos éstos se congregaron en el valle de Siddim, o sea el Mar de la Sal" (Génesis 14:3). Los geólogos hicieron este descubrimiento y estas observaciones confirmándolos con una prueba concluyente que, a la vez, explica la causa y el fundamento del relato bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra...

Cosas notables y casi increíbles han de haberse desarrollado junto al Mar Muerto, el Mar de Sal, donde según la Biblia tuvo lugar la catástrofe.

Según una leyenda, el general romano Tito condenó a muerte a unos esclavos, mientras duraba el sitio de Jerusalén del año 70 d.C. Los sometió a rápido proceso, los hizo atar con cadenas y los hizo arrojar al mar que se extendía junto a las montañas de Moab. Pero los condenados no se ahogaron, y tantas veces fueron arrojados al agua, otras tantas, flotando como corchos, salieron a tierra. Tan extraño suceso impresionó a Tito de tal manera que los perdonó… Los árabes refieren que desde hace mucho tiempo ningún pájaro ha podido alcanzar la orilla opuesta, porque, al atravesar la superficie del agua, los animales caen privados de vida" (Keller, p.87, 90, 91).

"Se dice que cada día entran seis y medio millones de toneladas de agua en el Mar Muerto. Ésta grande cantidad de agua tiene que ser evaporada porque no tiene salida hacia el Océano. Así que una cuarta parte de lo que constituye el Mar Muerto son sales minerales. El cuerpo humano no se hunde y huevos frescos flotan con una tercera parte de su volumen arriba del agua. Los que se bañan tienen dificultad en que sus pies no se suban a la superficie y tienen que cuidarse de que no les entre agua en los ojos o la boca" (Geografía Bíblica, p. 63).

Así vemos que, hasta hoy día, el mundo tiene un testimonio de una región que era fértil y próspera pero que se convirtió "inexplicablemente" en una de las partes más estériles del planeta. La destrucción de este valle y a su hundimiento bajo las aguas ácidas del Mar Muerto hace muy difícil que encuentren los restos de estas ciudades. ¡Con razón que los arqueólogos están tan perplejos al no poder encontrarlas!

Con respecto a la mujer de Lot, es interesante notar que existe una montaña cubierta de sal.

"Muchos bloques de sal han sido deformados por la lluvia y han ido cayendo de las alturas: Tienen formas raras, algunos permanecen en pie como estatuas. En sus perfiles se cree, a veces, reconocer figuras humanas… La resplandeciente montaña de sal está cerca del sumergido valle de Siddim… Y todo cuanto se halla junto al Mar de Sal está hoy día recubierto por una capa de ella" (Keller, p.94).

Para finalizar, recuerden que todo esto que aconteció en Sodoma volverá a repetirse como un modelo profético. Por eso, para nosotros, más cuidado debemos tener para no olvidarnos de la lección de Sodoma y de la esposa de Lot (vea Lucas 17:28-33).