#016 - Génesis 6
"La construcción del arca"
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#016 - Génesis 6: "La construcción del arca"
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“Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia” (Génesis 6:11).
Otro paralelo entre los tiempos de Noé y los tiempos del fin sería la violencia que llenaría la tierra. En los últimos treinta años, el nivel de crímenes se ha disparado en forma increíble en todas partes del planeta.
Uno de los indicios es la hostilidad que tiene ahora la sociedad por la policía. Se dice que una vez que se deja de honrar a los que cuidan la observancia de la ley, a la sociedad no le queda mucho tiempo de paz ni de respeto. Así empieza a desmoronarse.
"El fenómeno del antagonismo público hacia la policía está llegando a proporciones epidémicas alrededor del mundo. Esto no sólo se nota en las naciones pobres sino en los países que son considerados entre las más ricos y civilizados". (Comisionado de la Policía Canadiense, Folleto "El Crimen", George McClellan, p.44).
En Chile, según el Depto. de Investigaciones, el crimen aumenta 6% anual y eso es bajo en comparación con los países vecinos. En EE.UU. y Europa la tasa de aumento es mucho más alta.
Hoy día, pocos son los que no han sido asaltados por lo menos una vez. Nadie sale de su casa sin primero dejarla bien cerrada. Uno está bajo el constante temor de noche.
Además, existe una nueva plaga en estos tiempos modernos, el terrorismo. Rápidamente se ha extendido por todo el mundo. Un autor tituló su libro sobre este terrible mal como "El quinto jinete del Apocalipsis".
Es obvio entonces, que la tierra, tal como en los tiempos de Noé, estaría llena de violencia. Sólo hay que leer los titulares de los diarios para comprobarlo.
"Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido Su camino sobre la tierra," (Génesis 6:12).
Vemos aquí que Dios no es el responsable del estado patético de la tierra sino es el hombre. No quedaba nadie, salvo Noé, que siguiera SU CAMINO DE VIDA – el amor, gozo, paz, paciencia, fe, benignidad, bondad, mansedumbre y templanza (Génesis 5:22-23).
Para rescatar Su Plan de Salvación, a Dios no le quedaba otra opción que empezar de nuevo con Noé y su familia. En forma figurativa, era igual que sacar la única manzana sana que quedaba en el barril. Las demás ya no tenían remedio.
"Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del área, de cincuenta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero" (Génesis 6:13-16).
Así se entregaron las instrucciones para construir el arca. ¿Tienen un sentido lógico para la ciencia?
"¿Podía el arca resistir la violenta fuerza del diluvio? El doctor Henry Morras, quien fuera profesor de ingeniería hidráulica y jefe del departamento de ingeniería civil en el Instituto Politécnico de Virginia, ha demostrado que el tamaño y diseño del arca le daban la estabilidad y la capacidad necesarias para resistir la presión del diluvio. La conclusión de Morris es: "En todo sentido, por lo tanto, el arca, tal como fue diseñada, era muy estable y estaba admirablemente preparada para soportar las tormentas del año del gran diluvio".
El científico británico Frederick A. Filby también comenta así acerca de la navegabilidad del arca: "El relato babilónico que dice que el arca era un cubo, delata su ignorancia. Un barco así giraría despacio alrededor de su eje. Pero las proporciones bíblicas no dejan nada que desear. Estas proporciones son importantes para soportar las tormentas del gran diluvio”. Estas proporciones son importantes para la estabilidad, el balanceo y el cabeceo del barco. La razón entre la longitud y el ancho, 135 m. y 22.5 m, es de 6 a 1. Al hacer el promedio de seis barcos contemporáneos nuestros del mismo tamaño aproximadamente, y tomados de seis flotas diferentes, obtenemos como ejemplo una razón de 8.1 a 1. El gigantesco trasatlántico QUEEN ELIZABETH tiene una razón de 8.16 a 1, en tanto que el CANBERRA tiene 8.2 a 1.
Pero estos barcos fueron construidos para alta velocidad; el arca no. Algunos de los barcos – tanques tienen una proporción de 7 a 1. Mucho más interesantes son las medidas del GREAT BRITAIN, diseñado por I. K. Brunel en 1844. Sus dimensiones eran 98.2 metros por 15.5 y por 9.9, así que las proporciones entre ellas son casi similares a las del arca. Brunel pudo servirse de todo el conocimiento acumulado por numerosas generaciones de constructores de barcos. El arca fue el primer barco de su tipo" (RAZONES, Josh McDowell, p. 66-67).
Hay personas que han puesto en duda que se podían meter tantos especímenes de animales en el arca. Sin embargo, al estudiar el tema cuidadosamente, desaparece la duda.
"Según los cálculos más aceptados, las dimensiones del arca son 137 x 23 x 14 metros. Aceptando el cálculo que el codo es una medida equivalente a unos 45 cm., esas cifras nos indican que el arca casi tenía la capacidad cúbica de un trasatlántico. Su volumen era, aproximadamente, de 125 000 metros cúbicos, y casi toda su capacidad podía dedicarse al almacenaje. (No tenía cuarto de máquinas ni tanques de combustibles.) El arca, por consiguiente, igualaba la capacidad de más de 500 vagones de carga en un tren de nuestros tiempos. Pero, aun así, ¿pudo Noé meter a todos los animales dentro del arca? Ante todo, Dios le dio instrucciones muy específicas a Noé: "De todo animal limpio tomarás siete parejas… mas de los animales que no son limpios, una pareja..." (Génesis 7:2). También la Biblia emplea la palabra "especie" (Génesis 6). Este término bíblico generalmente se refiere a un grupo de criaturas capaces de generar o producir híbridos. Por consiguiente, la especie caballo podría estar representada por una pareja de animales con el potencial genético para producir, después del diluvio, todas las variedades de caballos que conocemos hoy. Lo mismo se aplica a los perros, gatos, etc.
En segundo lugar, sólo los animales terrestres y aves que respiran aire fueron incluidos en el arca. "Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices..." (Génesis 7:22). Esto excluye a todas las criaturas marinas y a las formas más simples de vida zoológica, que podrían sobrevivir al diluvio. Consideremos lo siguiente: sólo el 40% del reino animal vive sobre la tierra, y el 70% de todas las especies de animales terrestres son insectos. En cuanto al 30% restante, sus ejemplares tienen, como promedio, el tamaño de un mono más bien pequeño. La mayoría de estos animales pueden mantenerse por largos periodos en un pequeño recinto confinado sin que se les afecte su salud. Por ejemplo, algunos monos pueden mantenerse en una jaula cúbica de 0.75 metros de lado; es decir, menos de medio metro cúbico. El número de mamíferos aves, reptiles y anfibios que viven sobre la Tierra hoy en día, se calcula en 18 000 especies. Y admitiendo que no todas las especies, sino solamente las clases, fueron incluidas en el área, los animales representados en la misma habrían sido mucho menos de 18 000. La mayoría de los animales no son "limpios"(véase Levítico 11), de modo que, de la mayoría de las clases, solamente había una pareja, macho y hembra. Pero seamos liberales y digamos que 40 000 animales, cuyo tamaño promedio es el de un mono chico, estuvieron en el arca. ¿Qué espacio se necesitarla para todos esos animales? Con sólo un 40% del volumen del arca, (que ya vimos que era de 125.000 metros cúbicos), habría sido suficiente. ¿Y los insectos? Recordemos que la capacidad del arca era equivalente a 500 vagones de ferrocarril. Un espacio comparable al de 200 vagones habría estado ocupado por mamíferos, aves y reptiles. Si le concedemos a cada pareja de las especies conocidas de insectos un espacio de 250 cm. cúbicos, bastaría con otros 21 vagones. (Como el Génesis se refiere sólo a las clases, no a las especies, el espacio habría sida menor). Así, analizando las cosas desde la perspectiva de la simple aritmética, la mitad del espacio disponible en el arca habría sido más que suficiente para acomodar a todos esos animales. Esto deja la otra mitad del navío para Noé, su familia, y los alimentos y suministros. La pregunta final sería: ¿Qué hizo Noé con todo el espacio que sobraba? (El Comunicado de la Iglesia, Junio, Preguntas y Respuestas, 1977, p. 14).
Para finalizar, el Sr. Basil Wolverton, que escribió la serie, "La Historia de la Biblia" describe como debe haber sido la sociedad mientras Noé terminaba el arca.
"No tardó mucho en darse cuenta la gente de lo que Noé y sus hijos estaban haciendo y pronto vinieron curiosos de todas partes a observar cómo se construía la quilla del gran barco. ¿Donde se ha visto que alguien construya un barco de este tamaño? Decían muchos, burlándose. "Deben estar locos", murmuraban otros. "Por estos rumbos no hay nada de agua para echarlo a flotar". "Ellos creen que va a haber un gran diluvio que cubrirá toda la tierra", comentaban algunos sarcásticamente. "¡Imagínense!: ¿De dónde habría de venir toda esa agua?"
Los años pasaron y, poco a poco, el arca fue tomando forma. Entre más adelantada iba la obra, más se burlaba la gente.
Hoy en día, los hombres construyen barcos enormes en unos cuantos meses, porque emplean para ello a mucha gente y máquinas poderosas. Pero es muy probable que al principio sólo Noé y sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet, hayan trabajado en el arca, si bien es posible también que después hayan colaborado otros hombres con ellos, alguna vez.
Durante casi cien años siguieron cuidadosamente los planos de construcción que Dios le había dado para hacer el barco. Mientras tanto, Noé pacientemente continuaba advirtiendo a todos los que le hacían burla que el diluvio llegarla a su debido tiempo, (Vea 2 Pedro 3:3-6). Noé, sin embargo, creía a Dios sin vacilación alguna (Hebreos 11:7). Pero nadie, fuera de la familia de Noé le hizo caso.
"Has estado diciendo lo mismo durante cien años y no hemos visto ni la menor señal de un diluvio", decía la gente, burlándose. "No eres más que un fanático religioso que quiere llamar la atención". Sucedía lo mismo que hoy, en que un puñado de hombres escogidos por Dios está advirtiendo a todas las naciones de una gran calamidad que arrasará gran parte de la Tierra dentro de muy pocos años. En vez de poner atención a estas advertencias, la gente sueña con llegar a vivir en un mundo de botones; donde habrá más tiempo libre y podrán viajar a otros planetas. Pero así como se esfumaron las esperanzas del hombre en tiempos de Noé, nuevamente se esfumarán en el futuro cercano. Aun el niño que crea y atienda estas advertencias es más sabio que el profesor universitario que se obstine en no hacer caso.
No fue fácil para Noé y su familia soportar las críticas y las bromas pesadas de la gente burlona. A nadie le agrada que otros se burlen de él. ¿Dónde están todos los animales que vas a llevar de paseo en el arca?", frecuentemente preguntaban con sarcasmo a Noé. Luego agregaban: "Te llevará otros cien años recolectar los suficientes animales para llenar ese armatoste que has hecho". Sin embargo, Noé tenía confianza en Dios. Construyó un puente entre el suelo y la puerta del arca para que los animales pudieran entrar en ella sin dificultad.
Un día, aquellos que habían venido a burlarse de pronto dejaron de reírse; se quedaron boquiabiertos ante lo que veían sus ojos: aves y bestias de todas las especies estaban agrupándose en torno del arca (Génesis 7:8-9).
Dios hizo que entraran en el arca siete parejas de todos los animales llamados limpios, que son los que podemos comer. (Noé entendió que de estos podía comer, pues sólo tenía que dejar una pareja para que se propagara la especie más tarde).
De cada una de las criaturas impuras entró sólo una pareja (no eran para comer). Muy pronto, aquellos animales se encontraron seguros en las jaulas y establos que les servirían de morada por varios meses. (Es probable que entraran en una clase de hibernación, el estado letárgico que tienen los osos y otros animales, de esta manera, en la oscuridad, había poco que alimentarnos).
Después de que esta gran cantidad de animales hubo entrado en el arca, Noé, su esposa y sus tres hijos con sus respectivas esposas, se detuvieron frente a la puerta un momento para mirar por última vez al mundo que muy pronto habría de inundarse.
En su gran mayoría, la gente que se había reunido frente al arca aún hacía referencias a los tripulantes en son de burla. Algunos pocos experimentaron tal asombro al ver que los animales habían entrado en el arca por sí mismos, que empezaron a preguntarse si las advertencias que Dios les habla dado por medio de Noé no serían acaso ciertas. Pero la mayoría de ellos era como la gente de hoy, que no cree que la Biblia profetiza que las naciones poderosas serán destruidas y que sus habitantes serán muertos o llevados al cautiverio. La gente – entonces, como hoy – no podía reconocer la verdad porque no quería obedecer a Dios. Transcurrió casi toda una semana y aún no había una señal del diluvio (Génesis 7:4-10).
Dios había cerrado la puerta en forma sobrenatural (Génesis 7:16).
Muchos de los curiosos se retiraron riéndose y diciendo,"una semana ahí encerrados y estarán pidiendo a gritos que vengamos con hachas a sacarlos". En respuesta se dejó escuchar el estruendo de miles de carcajadas que rasgaban el espacio y se elevaban hasta el cielo, de donde habría de descender, en ese mismo séptimo día, el castigo universal." (La Historia de la Biblia, Wolverton, junio, 1977).
Así termina la construcción y la preparación del arca para el diluvio. Hoy día, la Obra de Dios está preparando un "arca espiritual" que es la Iglesia. Será "guardada la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra (Apocalipsis 3:10). “Guardó a Noé, pregonero de la justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos… sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio" (2 Pedro 2:5-9). La protección que Dios nos entrega no es un arca de madera sino su espíritu santo dentro de nosotros, "No hagáis daño a la tierra ni al mar, ni a los árboles, (las plagas venideras) hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios (Apocalipsis 7:3). Ese sello es el Espíritu Santo (Efesios 1:13).