Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, y todos sus bienes que había ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron. Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra… Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el… Y partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev. Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra". (Génesis 12:5-10).  

Haran y Mari

El llamado inicial de Abraham tuvo lugar en Ur de los Caldeos (Génesis 11:31; Hechos 7:2-3), y fue renovado a mitad del camino, en Harán, el pueblo de sus ancestros. Harán todavía estaba bajo el control de los reyes de Mesopotamia, inclusive, se adoraba al mismo dios de la luna, Nanna que tenía su centro de culto en Ur. Este lugar no era el apropiado para seguir el camino de Dios – "Salid de ella, pueblo mío" (Apocalipsis 18:4) era tan apropiado para Abraham como para nosotros hoy día.

Harán era un pueblo dominado por los amorreos, con su espléndida capital de Mari, por donde pasaba el camino que Abraham debió tomar para llegar a Harán. En Mari, los arqueólogos en los años 1930's desenterraron muchas evidencias relacionadas con los ancestros de Abraham y la forma de vida en los tiempos de Abraham. Aquí también veremos que no fue fácil para Abraham dejar a sus parientes, la prosperidad de ese reino por las tierras primitivas y subdesarrolladas de Canaán.  

El palacio de Mari es uno de los más grandes construidos por el hombre, hasta el momento cubre unas cinco hectáreas.

“El descubrimiento más importante en Mari fue el complejo del palacio de Zimri-Lim que cubría unas 5 hectáreas. Entre los trescientos cuartos del palacio estaba el cuarto del trono con pinturas en las paredes. Los archivos reales contenían alrededor de veinte mil tabletas cuneiformes (llamadas las tablillas de Mari), los textos de Mari mencionan al pueblo habiru y una tribu de Ben-Yamini, un nombre semejante al Benjamín bíblico, aunque se refiere a un pueblo diferente. Azor es la única ciudad palestina mencionada; pero los hombres de lugares cerca de Harán tienen paralelos en los registros bíblicos. Nahur (Nahor), Turahi (Tera) y Sarug (Serug) (vea Génesis 11:23-24). Entre los nombres personales semitas occidentales de Mari se encuentran un Ariukku (véase Arioc, Génesis 14:1) y formas como Abraham y Jacob” (Diccionario Bíblico Arqueológico, Mari, p. 421-422).  

"Este palacio era una de las grandes maravillas del mundo hacia el año 2000 antes de Cristo, la joya arquitectónica del Oriente antiguo. De muy lejos acudían viajeros para admirarlo… 'Y las instalaciones del palacio escribe el profesor Parrot, tanto en las cocinas como en las salas de baño, podían ser puestas en servicio inmediato aun ahora, después de cuatro milenios de su devastación, sin requerir reparaciones de ninguna clase'. En las salas de baño estaban las bañeras. En las cocinas se encontraron moldes para ciertos guisos, y en las chimeneas se hallaron hasta carbones...Toda la corte vivía bajo el mismo techo que el rey. Los ministros, los administradores, los secretarios, los escribientes, tenían sus departamentos especiales… más de cien empleados escribían en las tablillas mensajes que llegaban y salían… Dos tablas contienen la relación de 2000 trabajadores con todos sus nombres y el gremio a que pertenecían.  

El sistema de noticias del reino Mari funcionaba en forma tan rápida y ejemplar, que no tenía que envidiar en nada a la telegrafía moderna. Los mensajes muy importantes eran transmitidos por medio de señales consistentes en fogatas encendidas en diversos sitios, desde las fronteras de Babilonia hasta la actual Turquía, es decir, a lo largo de 500 kilómetros, lo cual se realizaba en el transcurso de unas pocas horas.  

Mari estaba situada en el punto de confluencia de las grandes rutas de caravanas entre el Oeste y el Este, entre el Norte y el Sur… Veinticinco divinidades eran honradas en Mari… Los habitantes de Mari eran amoratas, sedentarios hacía mucho tiempo y amantes de la paz. Las actividades más apreciadas por ellos eran las relacionadas con la religión, la cultura, el comercio...

Según los datos contenidos en la Biblia, puede calcularse fácilmente que Abraham abandonó a Harán, su patria, 645 años antes que los hijos de Israel saliesen de Egipto. Esta fecha, según veremos, ha quedado bien establecida arqueológicamente. Abraham debió, por tanto, de haber vivido unos 1900 años antes de Cristo. Los hallazgos de Mari comprueban cuán exactos son estos datos de la Biblia. En efecto, 1900 años antes de Cristo, según los datos contenidos en el archivo de palacio, Harán y Najor eran ciudades florecientes.

Los documentos del reino de Mari suministran por primera vez una prueba hasta ahora nunca oída; las historias de los patriarcas contenidas en la Biblia no son, como a menudo han sido consideradas por algunos, 'leyendas piadosas', sino sucesos y descripciones de hechos históricos, perfectamente' enmarcados en el tiempo" (“Y la Biblia tenía razón”, Keller, Págs. 59-65).

La Tierra de Canaán:  La Tierra Prometida

Desde la próspera región de Harán, Abraham parte a la tierra de Canaán, la tierra prometida por Dios. Es importante saber algunos datos sobre esta área.

"Canaán significa 'el país de la púrpura'. Este nombre lo debe a un producto del país muy apreciado. Ya en tiempos muy antiguos sus habitantes extraían de un caracol de mar, que se recogía en sus playas, el colorante más célebre del mundo antiguo, “la púrpura”. Era tan raro, tan difícil de obtener, y por consiguiente, tan caro, que sólo podían adquirirlo los gobernantes. Las vestiduras teñidas de púrpura eran consideradas en todas partes como signo de alta alcurnia. Los griegos denominaban 'fenicios' a los fabricantes y tintoreros de púrpura establecidos en la costa del Mediterráneo, y a su país "Fenicia", que en su idioma quiere decir "púrpura".

El país de Canaán es asimismo la cuna de dos cosas, que de verdad conmovieron el mundo: la Biblia y nuestro alfabeto. La ciudad fenicia dio su nombre a la palabra, griega que  significa 'libro'; de Biblos, la ciudad marítima de Canaán, se formó 'biblon' y después 'Biblia'. En el siglo noveno antes de Cristo, los griegos tomaron de Canaán los signos de nuestro alfabeto…

Lo que caracteriza a la escritura alfabética es que cada sonido se representa con un símbolo distinto llamado letra y que juntas se forman sílabas, palabras y oraciones. Es un gran adelanto del cuneiforme o jeroglífico. Ninguno de los pueblos de los alrededores concibió la idea de dividir las palabras en sus sonidos básicos, y usar un símbolo para ello. Todos los alfabetos modernos se derivan del semítico, bien por adaptación o por imitación. (Diccionario Ilustrado de la Biblia p. 21)  

El antiguo reino de Israel puede recorrerse hoy cómodamente en auto en el espacio de tiempo de un día, siguiendo la línea de sus fronteras. Tiene 234 kilómetros de Norte a Sur, 37 kilómetros de ancho por la parte más angosta, que equivalen a la isla de Sicilia (En Chile, equivale a la distancia desde Santiago hasta Talca). Si en el curso de su accidentada historia se ve envuelta repetidamente en los grandes problemas mundiales, ello es debido a este emplazamiento. Canaán es el eslabón que sirve de lazo de unión entre Egipto y Asia. La ruta comercial más importante del mundo antiguo pasa a través de este país. Mercaderes, caravanas, tribus y la población toda siguen este camino que después seguirán los ejércitos de los grandes conquistadores. Egipcios, asirios, babilonios, persas, griegos y romanos se sirven de país y de sus habitantes para realizar sus fines económicos, estratégicos y políticos. El gigante del Nilo, Egipto, potencia de primer orden en los tiempos de Abraham, extendió sus tentáculos hasta el viejo Canaán persiguiendo fines mercantiles… Los egipcios designaban a Israel y Siria con el nombre de “Retenu”. “Sekmen” es la ciudad de Siquén, la primera ciudad de Canaán que Abraham encuentra en su peregrinación (Génesis 12:5)."(Idem.)  

"Siquén, donde Abraham tuvo su primer contacto con los habitantes de Canaán, en su peregrinación hacia el sur. La ciudad desempeñó un papel muy importante en la historia bíblica (Josué 24:1, Jueces 9:6,46). Es una de las ciudades más excavadas de Palestina (Comentario Arqueológico de la Biblia, p.32). Estaba en un hermoso valle central del país.  

¿Cómo era Canaán en los tiempos de Abraham? Veremos que era el lugar ideal para comenzar un nuevo pueblo, y deben acordarse de la profecía de Noé de que Canaán serviría a otras naciones.  

"Alrededor del año 1190 A.C., Canaán era un país poco poblado. En realidad podría decirse que era una 'tierra de nadie'. Acá y allá, en medio de campos cultivados, surge una ciudad fortificada. Las vertientes de las colinas están plantadas de higueras, viñedos y palmeras de dátiles. Los habitantes viven en continuo sobresalto, debido a que las pequeñas poblaciones, como islotes, muy espaciadas entre sí, constituyen el objetivo de los asaltos de las tribus nómadas… En esta tierra inquieta deambuló Abraham con Sara, su mujer; con Lot, su sobrino; con su servidumbre y sus rebaños...

Gracias a los arqueólogos, el mundo posee un documento singular de esta época… El autor es Sinuhe de Egipto, el lugar del suceso, Canaán… "Era una tierra muy bella llamada Jaa. Había en ella higueras y viñas y más vino que agua. Era rica en miel y abundante en olivares. Toda clase de frutas colgaban de sus árboles. Había también en ella trigo, cebada y rebaños sin número… Todos los días comía pan, carne cocida y ganso asado y bebía vino; además leche preparada de muy diversas formas" (Keller, p. 73-77).

Luego de Siquén, Abraham siguió por los altiplanos del sur hasta llegar a Bet-el.

"El próximo lugar en donde se detuvo Abraham fue Bet-el, 301 km. al sur de Siquén y 15 al norte de Jerusalén. Era uno de los lugares más altos de Canaán, con paisajes magníficos en todas direcciones… En Bet-el también hizo un altar, no solamente en reconocimiento a Dios sino también para dar a conocer su fe a la gente, entre quienes había venido a vivir. Debe de haberle gustado Bet el, pues allí habitó cuando volvió de Egipto, hasta su separación con Lot" (Compendio Manual de la Biblia, Halley, p. 94).

Abraham no tuvo la mejor impresión del clima, muy distinto que las bien irrigadas tierras de Ur, Mari y Harán. Pronto se encontró desesperado por la grave sequía que azotaba a Canaán, donde apareció una "gran hambruna", situación de extrema gravedad para todos ellos y su preciado ganado.

“Los testimonios arqueológicos, así como fuentes literarias, comprueban con abundancia dos hechos: frecuentes épocas de escasez y hambre en Palestina, que para su agricultura dependía de lluvias variables, y Egipto como granero generalmente bien surtido del mundo mesoriental, y aun del occidental. Un bajo relieve egipcio representa a un grupo de beduinos esqueléticos famélicos. Y otro de una tumba de Benihasán muestra una caravana de semitas que se presentan ante el gobernador de Oryx, en el Egipto Medio, con sus mujeres, hijos y bestias, claramente solicitando ser recibidos como inmigrantes, probablemente de gente previsora que se anticipa a una probable época de hambre. Esta situación de hambre en Palestina y búsqueda de refugio en Egipto se repite en la Biblia, notablemente en el caso de Jacob y sus hijos" (Comentario Arqueológico de la Biblia, p. 33).

"Antes de entrar a Egipto, Abraham instruyó a Sara para que dijera que era hermana de él, porque temía que los egipcios lo mataran si sabían que él era su esposo. Subsecuentemente Faraón la incorporó a su harén hasta que vino una serie de plagas sobre su casa (Génesis 12). El tema de un Faraón que hace un gran esfuerzo para conseguir una mujer hermosa para esposa, aun cuando ella tiene marido aparece en el cuento egipcio de los "Dos Hermanos"... Un hombre como Abraham bien podía temer que el Faraón usara de todos los medios a su alcance para añadir una mujer bella a su harén" (Diccionario Bíblico Arqueológico, p. 11). “Debido al hambre en aquella tierra, Abraham siguió al sur hasta Egipto, para vivir allí hasta que pasara el hambre. Esto por poco le trajo serias dificultades. Su esposa era hermosa; y los príncipes poderosos tenían la costumbre de tomar para sí a las mujeres hermosas y matar a sus maridos. Más tarde tuvo dificultad con Abimelec” (Halley, p.94). Una vez vuelto de Egipto, Abraham y Lot se separan, con Lot tomando el valle del Jordán y Abraham radicándose en Canaán.   

Dejaremos el relato de Sodoma para el siguiente estudio. Lo importante de este estudio es notar que para Abraham, no fue fácil su estadía en Canaán, pero vemos que en vez de quejarse, y quizá “volverse atrás” (Hebreos 11:9-16; 2 Pedro 2:21; Lucas 6:62), Abraham siguió obedeciendo a Dios con fe y paciencia como debemos hacerlo ahora nosotros.