#032 - Génesis 34-41: "José en Egipto"

Usted está aquí

#032 - Génesis 34-41

"José en Egipto"

Descargar
32genesis34-41 (190.71 KB)

Descargar

#032 - Génesis 34-41: "José en Egipto"

32genesis34-41 (190.71 KB)
×

Ahora entramos en unas de las secciones más apasionantes de la Biblia, la historia de José, y luego, de todo el pueblo de Israel en Egipto. De acuerdo con Génesis 15:13-14, Dios le profetiza a Abraham que la estadía de su descendencia duraría 400 años en "tierra ajena y ser[ía] esclava allí… y después de esto saldrán con gran riqueza", (desde la muerte de Abraham 1797 a.C.) hasta la herencia (1397 a.C.), 6 años después de entrar en Canaán. Con respecto a los 430 años de Éxodo 12:40 y Gálatas 3:17, estos comienzan con el pacto hecho con Abraham (Génesis 17:4) – en 1873 A.C. y se cumple precisamente la salida de Israel en el año “mágico” de 1443 a.C. – ¡justamente los 430 años predichos!

"De acuerdo con la fecha del éxodo en el siglo 15, Tutmosis III hubiera sido el faraón de quien Moisés huyó. Tomando 2 Reyes 6:1 (el éxodo 480 años antes del templo de Salomón) y Jueces 11:26 (la conquista 300 años antes de Jefté) en su significado literal sería poner el éxodo en la mitad del siglo 15, alrededor del tiempo de Amenhotep II (Diccionario Arqueológico de la Biblia, p. 239).

Como la Biblia tiene como una de sus facetas el mostrar los modelos de los hombres y las mujeres de la fe (Hebreos 11) y donde José es mencionado en forma explícita, hay unos interesantes paralelos entre la vida de José y la de Cristo:

a.            "Ambos eran especialmente amados por sus padres (Génesis 37:3; Mateo 3:17).

b.           Ambos fueron menospreciados por sus hermanos (Génesis 37:4; Juan 15:25).

c.            En ambos casos, los de su propio pueblo conspiraron para matarlos (Génesis 37:18; Mateo 26:3-4).

d.           Ambos reclamaron algunas profecías que fueron rechazadas por sus hermanos (Génesis 37:8; Mateo 21:37-39; Juan 15:24-25).

e.            José fue condenado a la muerte por sus hermanos y en forma figurada y por la intención, lo habían hecho; lo que realmente le ocurrió a Cristo (Génesis 37:24; Mateo 27:35-37).

f.             Ambos fueron una bendición para los gentiles y adquirieron una novia gentil (Génesis 41:1 45; Hechos 15:14; Efesios 5:25-32).

g.           Como José se reconcilió con sus hermanos y más tarde los exaltó, así en la segunda venida de Cristo, él se reconciliará con una Israel convertida (Génesis 45:1-15; Deuteronomio 30:1-10; Os 2:14- 18; Romanos 11:1,15,25,26). (Manual Bíblico Unger, p. 78).

La compra de José por los ismaelitas y su posterior venta, junto con especias, "aromas, bálsamo y mirra" (Génesis 37:25) era algo común en esa época.

"Son precisamente mercaderes ismaelitas, árabes de raza, los que transportan especias y drogas de su país hasta Egipto donde venden a José. Egipto importa estos productos en grandes cantidades. Se precisan para el culto divino de los templos, donde son quemadas hierbas de olor penetrante a manera de incienso. A los médicos les son indispensables para la curación de las enfermedades, y a los sacerdotes, para embalsamar los cadáveres de los potentados" (Keller, p. 102).

El joven José sería llevado a una de las civilizaciones más esplendorosas que haya existido, el Imperio Egipcio, con sus formidables pirámides, palacios y agricultura.

"Aunque la historia bíblica comienza en Babilonia, pronto pasa a Egipto, país que desde allí en adelante desempeña un papel importante en el Antiguo Testamento. Egipto fue fundado poco después del Diluvio por Mizraim, hijo de Cam. Fue llamada la "tierra de Cam". (Nota: es posible que ya Egipto haya existido antes del Diluvio, y aún sus pirámides más imponentes sobreviven el intenso pero breve Diluvio) ...

Hasta el día de hoy se suele hablar de la historia antigua egipcia en términos de 31 dinastías, y su corrección general ha sido confirmada por los descubrimientos arqueológicos" (Compendio Manual, Halley, p. 89).

Lo que vio José era impresionante. Los egipcios eran los norteamericanos o japoneses" de hoy día con sus novedosos inventos y avanzada tecnología. Debe haberse sentido José como un primitivo campesino que viene a una gran capital por primera vez.

Entre las imponentes construcciones que José y muchos de su familia debieron ver personalmente, pueden citarse las majestuosas pirámides con las tumbas de los reyes Keops, Kefrén y Mikerinos, en Gizeh. La colosal esfinge, que parece guardar la pirámide de la derecha, representa la cabeza del faraón Kefrén. Cerca de Gizeh, situada al norte de Memfis, la Nof bíblica, empieza el delta del Nilo, en cuya región oriental se encontraba la “Tierra de Gosen” adjudicada a la tribu de Jacob.

Al llegar a su destino en Egipto, José es vendido a Potifar, un alto oficial del faraón. "Los ismaelitas viajaron hacia el norte, a la ciudad del delta en Egipto, Avaris, capital de los hicsos. Desde el interior de aquella plaza fuerte, el faraón hicso gobernaba el país. Su guardia personal prestaba allá su servicio, y fue el capitán de la guardia, Potifar, quien tras comprar a José a los comerciantes ismaelitas lo llevó a la hacienda que tenía en la ciudad. José no había visto nunca tan grande y magnifica mansión" (Cómo Vivieron los Grandes Personajes Bíblicos, Selecciones, p. 62).

Según los cálculos que tenemos a la mano, José descendió a Egipto en el año 1704 a.C. Esto lo coloca en el periodo cuando Egipto era gobernado por unos gobernantes extranjeros, y esto ayuda a aclarar cómo fue José ascendido más tarde como un alto funcionario.

"José fue sólo uno de los muchos semitas jóvenes que se convirtieron en sirvientes en las casas de los egipcios entre los años 1900 a.C. y 1600 a.C. Existen listas de ese periodo en que los sirvientes en una hacienda egipcia son en la mayoría asiáticos como José. Hay algunas indicaciones de ese tiempo de que había asiáticos que llegaron a puestos de mucha confianza, como en el caso de José que llegó a ser el mayordomo de Potifar” (Diccionario de la Biblia Revisado, Douglas, p.618).

A pesar de su buena suerte de tener un amo benevolente, la esposa de su amo quiso seducirlo. José rehusó, pero fue acusado por la mujer indignada. Hay un cuento egipcio que tiene varias similitudes con la historia de José:

"La "Historia de los Dos Hermanos', papiro antiguo ahora en el Museo Británico, escrito en el reinado de Seti II, poco después del Éxodo, tiene tanto parecido con el relato de José y la esposa de Potifar que el editor de la edición inglesa de la 'Historia de Egipto' de Brugsch la supone derivada del incidente, que debe de haber quedado narrado en los anales de la corte egipcia: Un hombre casado envía a su hermano menor, soltero y a quien había confiado todos sus negocios, a su casa, para que traiga semilla de trigo. La esposa le tienta, pero él la rechaza. Ella, enojada, dice a su esposo que el menor había tratado de violarla. El esposo planea su muerte. Huye el menor, y más tarde es hecho rey de Egipto" (Halley, p. 104).

De hecho, la mujer egipcia es descrita por otros documentos con, la tendencia de ser frívola y no muy fiel al esposo. Por este incidente, José termina en el calabozo, pero Dios estaba con él "y le extendió su misericordia y le dio gracia con el jefe de la cárcel:

"José era de carácter inmaculado, de una hermosura poco común, dotado de capacidades excepcionales de dirigente y capaz de sacar la mejor partida de cualquier situación desagradable. Nació en Harán, 75 años después de la muerte de Abraham y 30 años antes de la muerte de Isaac, siendo su padre como de 90 años, y 8 años antes del regreso a Canaán. Fue vendido como esclavo a los 17 años; estuvo 13 años en casa de Potifar y en la cárcel; a los 30 años fue hecho gobernador de Egipto, y murió a los 110 años" (Halley, p.104)

La responsabilidad de José, guiada por Dios, llamaba la atención del jefe de la prisión. Terminó dándole todas las funciones posibles. Sin embargo, el asunto hubiera terminado allí si no fuera que Dios le dio la facultad de interpretar los sueños, algo que era muy importante para los egipcios.

"Los sueños eran considerados importantes en el Medio Oriente Eran famosos los magos egipcios y se usaban manuales especiales para poder interpretar los sueños" (Diccionario de la Biblia Revisado, p. 618).

"Los egipcios también tomaban en serio los sueños, que creían ser mensajes de los dioses. El común de las gentes tenía que consultar a veces a un intérprete profesional para que le explicara sus sueños" (Cómo Vivieron los Personajes Bíblicos, Selecciones, p. 63).

Después de interpretar correctamente los sueños del copero y del panadero del faraón, tuvo que pasar dos largos años hasta que el mismo faraón tuvo un sueño que ninguno de los magos podía entender. El copero se acordó de José y fue traído ante el faraón.

"La carrera de José como está bosquejada en el Génesis indica que el escritor bíblico estaba familiarizado con el lenguaje y la cultura egipcia. José, como otros semitas, era barbado; pero se afeitaba antes de aparecer ante el faraón (Génesis 41:14) (Diccionario Arqueológico, p. 384).

José interpreta correctamente el sueño del faraón: Egipto tendría 7 años de abundancia y 7 años de sequía. El faraón quedó tan impresionado por la sabiduría: y los consejos posteriores de José que le pidió que fuera el primer ministro de Egipto.

"Jamás un 'habitante del desierto' habría podido ser virrey entre los faraones. Los nómadas se dedicaban a la cría de asnos, ovejas y cabras y nada era para los egipcios más despreciable que un pastor de ganado menor, 'porque los egipcios abominan de todos los pastores' (Génesis 46:34). Sólo entre los conquistadores hicsos extranjeros tenía un "asiático' la posibilidad de llegar a ser nombrado funcionario de la más elevada jerarquía del Estado. Bajo los hicsos hubo repetidas veces empleados con nombres semitas. Sobre sellos de la época de los hicsos se ha podido descifrar claramente la leyenda de 'Jacob'. 'Y no es imposible así por lo menos opina el gran egiptólogo americano James Henry Breasted, que uno de los dirigentes de las tribus de Jacob israelita hubiese sido investido de autoridad en aquellos oscuros tiempos en el valle del Nilo. Semejante acontecimiento hubiera favorecido enormemente la penetración de tribus israelitas en Egipto, cosa que, precisamente, debió tener lugar en aquella época" (Keller, p. 106).