Profetas Menores: Bajo el Lente de la Ciencia

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Llegamos a la sección de la Biblia denominada "los profetas menores". Son los 12 profetas que escriben libros cortos en vez de los profetas mayores con sus relatos más extensos.

Ahora cubriremos la segunda y última parte del libro de Oseas, el libro dirigido principalmente a las 10 tribus norteñas de Israel y en particular, a la tribu que los lidera, Efraín.

Cubriremos ahora el segundo de estos doce profetas menores Joel. Su nombre significa "Yahweh (Jo) es Dios (el)". Solo se sabe de él que su padre se llamó Petuel (Joel 1:1). Como menciona frecuentemente a los sacerdotes y los sacrificios, parece que vivió cerca de Jerusalén. Por el contexto los estudiosos lo fechan en 830 a.C. y el libro se dirige principalmente a Judá.

Como verán, el tercero de los doce profetas es un personaje sumamente interesante, Amós. Su nombre significa "carga o cargador" y en verdad, tuvo una pesada carga que llevar.

En el último estudio, Dios había sacado a Amós de su aldea en Judá para que le advirtiera a Israel del castigo que pendía sobre ellos. Bajo la prosperidad del rey Jeroboam II, en vez de agradecerle a Dios por las bendiciones, se habían corrompido más.

El cuarto de los doce profetas en esta sección se llama Abdías, que significa ‘siervo del Eterno’. Escribió el libro más breve de la Biblia, con sólo veintiún versículos. Sin embargo, está lleno de grandes enseñanzas y profecías.

El quinto entre los doce profetas menores es Jonás, cuyo nombre significa “paloma”. Muchos lo conocen por el relato de haber sido tragado por un gran pez, pero como verán, hay mucho más detrás de la historia.

Llegamos al sexto entre los doce profetas, Miqueas. Su nombre significa “¿Quién es como el Eterno?” y termina su libro con ese mismo tema. Al vivir antes y después de la conquista asiria de Israel del norte es contemporánea de Isaías y Oseas.

Nahum, el séptimo de los profetas menores, entrega el mensaje complementario al de Jonás. Jonás predicó en Nínive, la capital de Asiria, sobre el arrepentimiento, mientras que cien años más tarde, Nahum describe la destrucción de Nínive al haberse olvidado de humillarse ante Dios.

En el libro de Habacuc, Dios nos revelará unas verdades muy importantes y además, unas profecías para los tiempos del fin. Habacuc significa "el que abraza", y en realidad, sintió un gran amor por el pueblo de Dios y lo "abrazó" con el mensaje.

Sofonías, el noveno de los profetas menores, significa "el Eterno esconde" y es interesante que el tema del libro tiene mucho que ver con la forma que Dios "esconderá" a su remanente fiel durante la Gran Tribulación.

Hemos cubierto 9 de los 12 profetas menores, y los últimos tres que quedan, Hageo, Zacarías y Malaquías profetizaron en Judá después de los 70 años de exilio en Babilonia.

Llegamos al penúltimo profeta del Antiguo Testamento, Zacarías. Fue compañero de Hageo, y los dos fueron claves del éxito en la reconstrucción del templo de Dios. 75 años más tarde llegaría el último profeta, Malaquías, para asegurar que estuviera lista Jerusalén para cumplir su papel en el Nuevo Testamento.

A modo de resumen, por medio de visiones, Dios le revela a Zacarías el destino general del mundo desde ese entonces hasta el establecimiento de su reino sobre la tierra.

Luego de las ocho visiones que tuvo Zacarías en una noche, ahora Dios le revela otra profecía más, que está relacionada a las demás. De nuevo, al leerla, a primera vista parece no ser muy importante, pero al estudiarla cuidadosamente, salen a luz las maravillosas verdades escondidas de Dios. Veamos cuales son.

Llegamos a la última parte de Zacarías, y ¡cuán gloriosa es en verdad! Luego de entregar las 10 visiones a Zacarías, Dios ahora describirá con asombrosos detalles la primera y segunda venida de Cristo. Estudiemos estas impresionantes profecías.

Por fin llegamos al final del Antiguo Testamento, y ha sido un viaje maravilloso. El profeta que cierra esta parte de las Escrituras se llama Malaquías, o ''Mi mensajero" y entregaría el último mensaje de Dios a su pueblo hasta la primera venida del Mesías.