#226 - Malaquías 1-4: "La negligencia sacerdotal y el Día del Señor"

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#226 - Malaquías 1-4

"La negligencia sacerdotal y el Día del Señor"

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Tal como Hageo y Zacarías ayudaron a Zorobabel y Josué a hacer la obra de Dios, es Malaquías el que ayuda a Esdras y Nehemías a terminar Jerusalén y prepararla para la venida de Cristo. Se calcula que predicó entre los años 440-430 a.C. Como veremos, tuvo que combatir los mismos problemas que se mencionan en Esdras y Nehemías.

Lamentablemente, su mensaje no tendría mucho efecto, Los sacerdotes y otros líderes se habían vuelto negligentes y corrompidos. El énfasis era en lo externo de la religión y no en lo interno. La ley de Dios no era respetada por la gran mayoría. El Dr. Mcgee explica: "Fue en este terreno religioso malsano que se crió la planta venenosa que produciría a los fariseos, saduceos y escribas, que, al mantener sus tradiciones a toda costa, condenarían a Jesús a la muerte".

Por medio de Malaquías, Dios intentaría frenar esta degeneración religiosa, y mostraría seis ejemplos de esta peligrosa negligencia. Sin embargo, ellos no cambiarían.

Primera acusación: no respetan a Dios

Con esto en mente, comencemos el estudio de Malaquías. "Profecías de la palabra del Eterno contra Israel, por medio de Malaquías. Yo os he amado, dice el Eterno; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? [Dios responde] ¿No era Esaú hermano de Jacob?... Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto… y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo contra el cual el Eterno está indignado para siempre. Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea el Eterno engrandecido más allá de los límites de Israel" (Malaquías 1:1-5).

Cuando Dios dice que los amó, quiere dejar en claro que él ha sido fiel en su lado del pacto, pero ellos no. Mostraban por su comportamiento el menosprecio hacia Dios, En cambio deberían comparar el castigo que recibieron los descendientes de Esaú, sus vecinos que perdieron todo su territorio. En vez de esto, Dios había traído de vuelta a Judá y sí era una nación creciente.

El término en hebreo, "aborrecí" no significa odiar, sino "preferir al otro" como está en la Biblia Nueva Reina Valera. "Amé a Jacob, y a Esaú desestimé". Dios no hace acepción de personas y juzga a cada persona según su comportamiento y obras. Fue el carácter huraño y mundano de Esaú desde que nació lo que causó ese rechazo de parte de Dios. Leemos: "No sea que haya algún fornicario o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura" (Hebreos 12:16). Esta profecía sobre los edomitas, descendientes de Esaú, se cumplió fielmente. Dice una fuente: “En el siglo quinto a.C. los edomitas fueron arrojados de su territorio del sur del Mar Muerto por los nabateos, una tribu árabe. Los sobrevivientes se establecieron al oeste, pero fueron conquistados por los mismos nabateos" (Comentario del Conocimiento Bíblico).

Así, la primera acusación de Dios a su pueblo es que, aunque él seguía fiel a su pacto y los amaba al mostrar su protección y bendición, ellos menospreciaban ese amor y ahora Dios les mostrará unos ejemplos al respecto.

Segunda acusación: Los levitas eran infieles

"El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor ¿dónde está mí temor? dice el Eterno de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menosprecias mi nombre". Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? [Dios responde] En qué pensáis que la mesa del Eterno es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo, cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe [gobernador]; ¿acaso se agradará de ti o le serás acepto? Ahora, pues, orad por el favor de Dios para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? ¿Quién también haya de vosotros que cierre las puertas [del Templo] o alumbre, en mi altar de balde [en vano]? Yo no tengo complacencia en vosotros… ni de vuestra mano aceptaré ofrenda. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones… y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa del Eterno… Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto y me despreciáis!… y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? Maldito el que engaña, el que, teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica al Eterno lo dañado. Porque yo soy el Gran Rey, dice el Eterno y mi nombre es temible entre las naciones" (Malaquías 1:6-14).

Aquí Dios compara la calidad de los sacrificios que su pueblo le hacía con las demás naciones, que, aunque ellos no lo conocían tan íntimamente, se preocupaban de ofrecerle un sacrificio aceptable. Pablo dijo a los atenienses: “Al [Dios] que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo al mundo… y de una sangre ha hecho todo el linaje del hombre… para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle" (Hechos 17:23-27). También en Daniel vemos que grandes reyes como Nabucodonosor y Darío llegaron a rendirle honra, aunque no se convirtieron. En cambio, aquí su propio sacerdocio estaba aburrido de presentar los sacrificios al Dios del Universo, y le daba igual ofrecer un animal ciego o enfermo. Esto era un gran insulto a Dios.

Por eso, les dice: "Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre… enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón. He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol de vuestros animales sacrificados… Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví… Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es del Eterno… Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví... Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos y en la ley hacéis acepción de personas" (Malaquías 2:1-9).

Esto se refiere al pacto que Dios hizo con Leví. ¿Cómo llegó Dios a escoger la tribu de Leví para el ministerio y sacerdocio? En Malaquías, Dios se refiere a la intervención que hicieron los levitas para defender la ley de Dios cuando Israel hizo el becerro de oro. Al ver la fornicación que sucedía, Moisés [que era de la tribu de Leví] dijo: ¿Quién está por el Eterno? Júntese conmigo...Y los hijos de Leví lo hicieron conforme lo dicho de Moisés; y cayeron del pueblo [muertos por Leví] en aquel día como tres mil hombres" (Éxodo 32:26-28). Dios profetizó de ellos: "Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso… [que] no reconoció a sus hermanos, ni a sus hijos conoció [no hizo acepción de personas] pues ellos guardaron tus palabras y cumplieron tu pacto" (Deuteronomio 33:8-10). Por eso, la tribu de Leví recibió este honor al ser celoso de la ley de Dios. Hoy día en la Iglesia, los ministros o "levitas espirituales" son escogidos por Dios principalmente por ese mismo celo que tienen hacia la ley de Dios. Por eso Dios estaba tan indignado con estos levitas negligentes y corrompidos.

Tercera acusación: El divorcio indiscriminado

Al no respetar la ley de Dios, lo primero que se nota es que el pueblo se va al mundo. Los varones del pueblo se estaban casando con las mujeres paganas que los rodeaban. Hasta se divorciaban de sus esposas creyentes y se casaban con las mujeres paganas más jóvenes. Dios dice: ''Prevaricó Judá… se ha cometido abominación: porque Judá ha profanado el santuario del Eterno que amó, y se casó con hija de dios extraño… así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? porque el Eterno ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno [en el matrimonio entre conversos] habiendo en él abundancia de espíritu? Porque buscaba una descendencia para Dios" (Malaquías 2:11-15).

Pablo menciona: "¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella?... Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él" (1 Corintios 6:15-17). Dios buscaba unos hijos que siguieran su camino. Por eso Pablo dijo que, si había por lo menos un padre en la Iglesia, los hijos "ahora son santos'' [tienen acceso al "camino de Dios"] (1 Corintios 7:14).

Continúa Malaquías: "Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque el Eterno Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido" (Malaquías 2:15-16). El término "aborrece" aquí es diferente al de Malaquías 1:3. Significa "detestar u odiar". No era la intención de Dios casar Adán y Eva para que más tarde se divorciaran. El matrimonio es una bendición, pero puede volverse en una maldición. Al ver Dios el frecuente abuso que la mujer sufría de un esposo cruel, estableció una ley para protegerla. Comenta un autor: ''El divorcio fue permitido en la Biblia, pero sólo para proteger los derechos de la mujer si el divorcio ocurría" (Ídem.). "Cubrir su vestido" significa tomar a su esposa en un pacto donde la amará y la protegerá. Aquí en cambió, la "cubrían" con golpes de violencia. Los sacerdotes estaban permitiendo esta mezcla. Noten lo que dijo Esdras: "Los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos… y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado" (Esdras 9:1-2). Nehemías sólo pudo frenarlos por un tiempo.

Cuarta acusación: Decían que Dios no era justo

Malaquías continúa: ''Habéis hecho cansar al Eterno con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada al Eterno, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?" (Malaquías 2:17). Otra vez aparece esa antigua acusación contra Dios de que deja a los hombres malos, prosperar y no los castiga.

Como respuesta, Dios les muestra que su justicia es lenta pero segura: ''He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí: y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene… ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán al Eterno ofrenda en justicia. Y será grata al Eterno la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados… Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano" (Malaquías 3:1-5). Dios dice que, en su Plan para la humanidad, él cuadrará todas las cuentas.

Es interesante notar que en el libro de Malaquías se mencionan a cuatro "mensajeros". El primero es Malaquías mismo, que significa "Mi mensajero". Luego dice que los levitas debían ser los "mensajeros del Eterno" (Malaquías 2:7). El tercer mensajero es el que envía para "preparar el camino delante de mí", o Juan el Bautista como reveló Jesús en Mateo 11:10-11. Pero hay un cuarto "mensajero" que se revelará antes que Dios actúe. Dice en Malaquías 4:5: "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día del Eterno, grande y terrible". También Jesús dijo: "A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas" (Mateo 17:11). Tal como Juan el Bautista preparó el camino para la primera venida de Cristo, habrá uno que vendrá con el poder de Elías justo antes de la segunda venida de Cristo. Definitivamente el Sr. Armstrong fue uno que preparó el camino, pero todavía queda tiempo y seguimos, tal como Eliseo, haciendo la "obra de Elías". Seguiremos teniendo líderes [verdaderos levitas] como el Sr. Armstrong que respetan y enseñan la ley de Dios hasta que venga Cristo. Sabemos que los últimos dos líderes de la iglesia, según Apocalipsis 11, serán los dos testigos, cuyo ministerio se parece mucho al que llevaron a cabo Elías y Eliseo. Es todo lo que sabemos de esto por el momento.

Quinta acusación: Retenían los diezmos y ofrendas

Dice Dios: "Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros… mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? [Dios contesta] ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí [almacén de los levitas] y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Eterno, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra… Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable" (Malaquías 3:6-12).

Este es uno de los grandes principios sobre el diezmo que Dios quiere que uno ponga a prueba. No es algo que se hace si quiere, pues Dios considera que la décima parte de los ingresos de uno son de él. Por eso los llama un robo contra él y quebranta el Octavo Mandamiento. Cristo no abolió esta ley. Dijo sobre el diezmo: “Esto era necesario hacer [diezmar] sin dejar de hacer aquello [aplicar la justicia, la misericordia y la fe]" (Mateo 23:23).

Sexta acusación: No vale obedecer/o

Dios dice: "Vuestras palabras contra mí han sido violentas… Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia del Eterno?... Decimos: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. Entonces los que temían al Eterno hablaron cada uno a su compañero; y el Eterno escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen al Eterno… Y serán mi especial tesoro… en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces… discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve" (Malaquías 3:13-18).

Esta es una queja parecida a la anterior, pero esta vez, Dios promete recordar a sus seguidores fieles en el día en que actuará. Es lo mismo que dice en Apocalipsis 3:10. "Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero". El "libro de memoria" es el mismo mencionado en Daniel 12:1: "Y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro".