#210 - Oseas 1-5
"El destino profético de Efraín; Inglaterra"
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#210 - Oseas 1-5: "El destino profético de Efraín; Inglaterra"
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Llegamos a la sección de la Biblia denominada "los profetas menores". Son los 12 profetas que escriben libros cortos en vez de los profetas mayores con sus relatos más extensos. Originalmente los escritos de estos doce profetas se encontraban en un sólo libro o rollo.
De ellos se trata el comentario de Dios: "Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres" (Jeremías 7:25-26). Dios les encomendó la misión de entregarles su mensaje a las dos naciones de Israel, las 10 norteñas y las dos tribus del sur (Judá y Benjamín). Podrían recibir el perdón tras su arrepentimiento o el castigo tras su negación.
Oseas fue el primer profeta que Dios envió a las 10 tribus del norte. Su nombre, que es una variante de Josué (vea Números 13:8), significa "salvación". Tuvo un ministerio largo de aproximadamente 60 años (780-720 a.C.). Predicó principalmente a Efraín, como cabeza de las 10 tribus norteñas y su capital en Samaria.
Mensaje de Oseas
Los mensajes de estos profetas son en esencia los mismos que los profetas mayores como Isaías, Jeremías y Ezequiel, sólo que enfocan normalmente en un sólo tema. Oseas es el profeta que le habla sobre todo a la tribu de Efraín. En este estudio analizaremos las evidencias históricas de la emigración de Efraín a Inglaterra, donde sigue siendo la población dominante.
Dios usa la vida de Oseas como un símbolo de lo que está sucediendo entre Israel y él. Dios se considera como un esposo fiel y amoroso que ha cumplido con su parte del pacto matrimonial, pero Israel ha sido una esposa infiel. Por eso le dice a Oseas que se case con una mujer de la calle, es decir, con una ramera. Una ramera es una mujer que se gana la vida vendiendo su cuerpo a todos los hombres que están dispuestos a pagar por ella.
Dios le dice: ''Ve, tómate una mujer fornicaria e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose del Eterno. Fue, pues, y tomó a Gomer… la cual concibió y le dio a luz un hijo" (Oseas 1:2-3).
El Sr. Armstrong comenta al respecto en La Llave Maestra de la Profecía: "En el libro de Oseas encontramos un resumen de la historia de la rebelión de Israel contra el Camino de Dios; de cómo Dios la aparta de sí, se divorcia de ella [al permitir que sea llevada en exilio por los asirios] y le retiene la primogenitura durante 2520 años [desde su cautiverio en 721 a.C. hasta 1800 d.C.]; y luego la redención de Israel después de sufrir tres multiplicaciones de su castigo, cada una siete veces más intensa que la anterior. Al mismo tiempo Oseas muestra una descripción muy concisa, directa y específica de la ACTITUD que tienen ahora los pueblos de Inglaterra y los Estados Unidos.
"Para representar esta historia de infidelidad, rechazo, retención de la bendición, la corrección extrema y el despertar de Israel, Dios le ordenó al profeta que se casara con una ramera, pues así era Israel para Dios. Ésta le dio un hijo, que había de llamarse Jezreel, o Dios dispersará, porque él dijo: “…haré cesar el reino de la casa de Israel quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel" (Oseas 1:4-5). El reino y su gobierno cesaron, efectivamente, con el cautiverio en Asiria.
"La esposa-ramera de Oseas concibió otra vez y dio a luz una hija. Dios ordenó que se le pusiera por nombre Lo-ruhama, esto es, No compadecida, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo" (vs. 6). Más tarde, tuvo otro hijo: “Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, que significa No pueblo mío, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios" (vs. 9). "Con todo", prosigue el Eterno, "será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente. Y se congregarán los hijos de Judá [los judíos] y de Israel [las 10 tribus perdidas], y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande" (Oseas 1:10-11). Allí en pocas palabras, está representada la historia del trato de Dios con Israel. Hoy, el actual pueblo de Israel dice que NO lo es, ¡que NO es el pueblo de Dios! Cree que solamente los judíos lo son. Pero muy pronto sabrán su identidad. Millares se enterarán por este mismo libro. Millones se enterarán cuando Cristo regrese" (pp. 173-174).
Noten entonces lo que nos dicen las profecías de Dios. A través de una analogía con la vida matrimonial de Oseas, Dios traza el destino de Israel. Dice que debido a su fornicación "espiritual" es decir, su insistencia en adorar falsos dioses y no al verdadero Dios, los echaría de la tierra de Israel. No serían más su pueblo, y el Eterno no sería más su Dios. Esto significa que en el exilio ellos perderían su identidad. No recordarían que fueron el pueblo de Dios, no hablarían más el hebreo y tampoco tendrían el sacerdocio levítico para guiarlos. Aunque mantendrían su unidad tribal entre las naciones, adoptarían muchas de sus costumbres.
Por eso Dios le dijo a Oseas que nombrara a sus hijos con nombres proféticos. ''Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo" (Oseas 1:6).
Sin embargo, no haría lo mismo con la casa meridional de Judá. Dice Dios: "Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por el Eterno su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes" (Oseas 1:7). Como Judá mantuvo el sábado, la señal de identidad del pueblo de Dios (Éxodo 31:17; Ezequiel 20), Dios continuaría siendo el Dios de Judá, y así sigue hasta nuestros días. Dios intervino para salvar a Judá sin "arco, ni con espada, ni con batalla" cuando los asirios conquistaron a Israel del norte y los llevaron al exilio. Quisieron hacer lo mismo con Judá, pero Dios mató a 185,000 soldados en una noche (2 Reyes 19:35). Los asirios tuvieron que volver a su tierra y Judá se salvó.
El tercer hijo de Oseas simboliza la expulsión de las 10 tribus de Israel de la tierra y su olvido del camino de Dios. "Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios" (Oseas 1:9). Aquí vemos que hay una clara diferencia entre el destino de las 10 tribus norteñas de Israel y las dos del sur de Judá. La Biblia claramente enseña esto.
¿Pero significa esto que las 10 tribus "desaparecerán" de la tierra como enseñan casi todos los grupos religiosos? Dejen que Dios conteste al seguir el relato: "Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar" (Oseas 1:10). Noten que no dice esto de la casa de Judá sino de la casa de Israel. De esta manera, aunque serán llevados en cautiverio, el pueblo de Israel se convertiría en una inmensa multitud. Dios nunca dice que desaparecerán. Al contrario, dice que se multiplicarán enormemente. No perderán su linaje, aunque ellos se consideran "Lo-ammi", es decir, ''No pueblo mío". Está profetizado que estos pueblos modernos de Israel tendrán una "amnesia colectiva" y negarán su verdadera identidad. ¿Hasta cuándo? Dios contesta que será hasta el Milenio: ''Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande [Armagedón]" (Oseas 1:10- 11).
¿Adivinen quién será nombrado como "su jefe"? Es la misma verdad que los demás profetas ya han revelado, David. Noten lo que dice Oseas 3:5: "Después volverán los hijos de Israel, y buscarán al Eterno su Dios, y a David su rey; y temerán al Eterno y a su bondad en el fin de los días”. Es tan claro que dan el mismo mensaje esencial todos los profetas y, sin embargo, todo el cristianismo tradicional insiste en negarlo y ocultarlo a sus adeptos.
Es importante añadir aquí lo que dijo el profeta compañero de Oseas, Amos. Dice: "He aquí los ojos del Eterno el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice el Eterno. Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra" (Amós 9:9).
Así, aunque la casa de Israel sería llevada en cautiverio y no volvería más a su tierra, estaría entre las naciones sin perder su linaje, aunque sí su identidad. Dios revelaría su verdadero origen a su Iglesia en el momento indicado para poder enviarles un mensaje de advertencia, como hicieron los profetas de antaño. Estaban destinados a multiplicarse como la arena en la orilla del mar. También recibirían las bendiciones de la primogenitura de Jacob luego del aplazamiento de 2520 años. En 1800 comenzaron las bendiciones de la primogenitura a fluir para las naciones modernas de Efraín y Manasés y todavía no han cesado.
Comenta el Sr. Armstrong en la misma sección: "Respecto a la posesión de las grandes RIQUEZAS de la primogenitura, Dios dice en Oseas 2:8-9: "Pues ella no reconoció que YO LE DABA el trigo, el vino y el aceite, y que le MULTIPLIQUÉ la plata y el oro que ellos usaban para Baal. Por tanto, yo volveré y TOMARÉ mi trigo a su tiempo, mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez [su pecado]. Cuando la corrección sea BIEN INTENSA, ¡los pueblos reconocerán sus infracciones SE ARREPENTIRÁN Y BUSCARÁN A SU DIOS" (p. 174). Este tiempo será después de la Gran Tribulación, cuando los sobrevivientes de los pueblos ingleses y norteamericanos (también se incluyen a las demás tribus modernas de Israel) habrán aprendido su lección al ser tan ingratos y tan corruptos ante Dios. Les serán abiertos los ojos al verdadero conocimiento religioso del camino de Dios y entenderán su destino. Continúa el Sr. Armstrong: “En aquel tiempo, dice el Eterno, me llamarás Ishi [mi marido], y nunca más me llamarás Baali [mi señor, al referirse a Baal, el falso dios]” (Oseas 2:16). Este segundo capítulo termina diciendo: “…porque apiadarme he de aquella que fue llamada No más misericordia. Y al que dije que no eran mi pueblo, le diré: Pueblo mío eres tú y él dirá: Tú eres MI DIOS” (versículo 23, versión Torres-Amat).
“Luego viene el mensaje de Dios para sus pueblos HOY: “Oíd palabra del Eterno, hijos de Israel [principalmente Gran Bretaña y los Estados Unidos], porque el Eterno tiene pleito con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden. Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella…” (Oseas 4:1-3). A los actuales ministros de las iglesias, Dios dice: “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento [espiritual verdadero], yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza, pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta” (Oseas 4:6-7). Hablando del castigo, cuya INTENSIDAD será multiplicada, Dios afirma: “En su angustia me buscarán” (Oseas 5:15). “Dios dijo, EN LA BIBLIA, que haría llegar su advertencia a su pueblo Efraín-Gran Bretaña: “Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer la verdad” (Oseas 5:9).
También dijo, hablando de Inglaterra y de los Estados Unidos: "Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue [es] como paloma incauta, sin entendimiento; llamarán a Egipto, acudirán a Asiria [Alemania]. Cuando fueren, tenderé sobre ellos mi red; les haré caer como aves del cielo; les castigaré CONFORME A LO QUE SE HA ANUNCIADO EN SUS CONGREGACIONES" (Oseas 7:8-12)... Algún día la gente se despertará y COMPRENDERÁ que esta es la obra de Dios. De las iglesias en Inglaterra y sus miembros, Dios dice: "Efraín está ligado a los ídolos; DÉJALO. Cuando se les pasa la embriaguez, se dan a la fornicación; cambian la gloria por la ignominia. El viento los envolverá en sus alas, y serán avergonzados de sus sacrificios." (Oseas 4:17-19 RVR1977). "Luego añade: 'Voy a volverme de ellos a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán. Venid y volvamos al Eterno; porque él ha desgarrado, y él nos curará; él hirió, y él nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos levantará, y viviremos delante de él" (Oseas 5:15-6:2 RVR1977). La Gran Tribulación probablemente durará [para un total de 3 1/2 años], primero unos 2 1/2 años, y el "día del Señor" alrededor de un año. Y ¡luego será la RESURRECCIÓN y la segunda venida de Cristo! El libro de Oseas, en su totalidad, ¡lleva un mensaje candente y una grave advertencia para EL PUEBLO BRITÁNICO HOY!" (La Llave Maestra de la Profecía, p. 175-177).
Ahora veamos cómo las 10 tribus de Israel cumplieron la profecía de convertirse en un número tan grande "como la arena del mar". De acuerdo con el mapa, (confeccionado por el historiador judío, Yair Davidy, que ha hecho una extensa investigación al respecto, así fueron as emigraciones de Israel hasta Europa.
Comenta: "Al emigrar a Israel y comenzar el estudio sobre el judaísmo...sentí la necesidad de verificar si en realidad los ingleses eran parte de Israel o no. Pude indagar en cientos si no en miles de obras en la Biblioteca Nacional de Jerusalén sobre este tema. Mis conclusiones positivas al respecto son parte de este libro" (Las Tribus, 1993, p. 450).
Este historiador judío, Yair Davidy, tras años de consultar los escritos judíos, griegos, romanos, árabes, chinos, hindúes y judíos llegó a la misma conclusión que el Sr. Armstrong. En resumen, el Sr. Davidy halló que las 10 tribus norteñas de Israel fueron primero llevadas por los asirios al territorio que hoy día es Irak e Irán. En general se mantuvieron con los antiguos nombres de sus tribus o sus sub-grupos. Davidy comenta: "El punto importante es que los israelitas fueron exiliados primero a Mesopotamia septentrional e Irán-Harán. Desde allí fueron hacia el norte donde se nombraron el área ESCITIA, nombre derivado de "pueblo de Es-saca" o Isaac. De allí continuaron sus merodeos hasta llegar a Europa nor-occidental. En sus sitios de exilio, las tribus individuales fueron a veces esparcidas para luego unirse de nuevo como si una mano invisible los haya puesto en sus lugares en Europa nor-occidental" (p. 175). Por ejemplo, la tribu de Zabulón se estableció primero en el área llamada "Zabulistán" o "pueblo de Zabulón". El pueblo de Naftalí mantuvo su nombre en Escitia nor-oriental con el nombre de Naftalí. La tribu de Rubén se llamó Ribuari, y formaron los ancestros de los francos, la tribu mayoritaria en Francia. Efraín se estableció en Escitia como los "anglos" o "aegel" que significa "becerro", el símbolo de la tribu. Otro clan eran los "sajones", que viene de "hijos de Saj, o Isaac". Estos conquistaron la isla de Inglaterra, "Tierra de Anglos".
Respecto a que serían su número como la arena del mar, actualmente los descendientes de los anglosajones poseen las más grandes riquezas del mundo, (junto con las otras 8 tribus, pero en menor escala). Consisten en Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Son aproximadamente 300 millones de personas. Hay que añadir a éstas a Francia, Holanda, Bélgica, Irlanda, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia y Suiza, que son unos 150 millones más. De estas pequeñas tribus han descendido cerca de 500 millones de personas. Así se cumplió la promesa de Dios.