#222 - Zacarías 1-3: "Visiones apocalípticas del futuro"

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#222 - Zacarías 1-3

"Visiones apocalípticas del futuro"

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#222 - Zacarías 1-3: "Visiones apocalípticas del futuro"

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Zacarías significa el Eterno se acordó y era un joven sacerdote (Zacarías 2:4) nacido en Babilonia que llegó a Jerusalén con su padre y abuelo (Zacarías 1:1; Nehemías 12:1,4,16). Así, Zacarías sería el tercer sacerdote llamado por Dios para ser profeta, como lo fueron Jeremías y Ezequiel. En el Nuevo Testamento, Juan el Bautista sigue este mismo patrón al ser profeta y sacerdote (Lucas 1:5, 59-60).

Para poder entender mejor el mensaje, repasemos el trasfondo de este libro que está muy ligado históricamente al de Hageo y proféticamente al Apocalipsis. Zacarías era uno de los 50,000 judíos en Babilonia que volvió a Jerusalén bajo el mando de Zorobabel. Su propósito era restablecer la nación de Judá y reconstruir el templo. Una vez allí, no tomó mucho tiempo para construir el altar y ofrecer sacrificios a Dios. Luego, en el segundo año, pusieron los cimientos del templo, pero antes de edificar encima, fueron detenidos por la oposición de los samaritanos y por un decreto del rey persa. Durante 15 años los judíos no hicieron nada y empezaron a olvidarse de la obra. Fue en esos momentos que Dios intervino para enderezar la situación. Usó primero al profeta Hageo para advertirles que debían reanudar la reconstrucción del templo o vendrían más maldiciones sobre ellos.

Esto sucedió en el año de 520 a.C. al saber con exactitud histórica el reinado del rey persa, Darío II (522-486 a.C.) En el lapso de cuatro meses bíblicos, que equivale en nuestro calendario de septiembre hasta diciembre, Hageo recibió cinco mensajes de Dios. Durante ese mismo tiempo, Dios llamó al profeta Zacarías como un segundo testigo con mensajes proféticos. En total recibió 10 mensajes. i8 de ellos en una misma noche! Es preciso recordar que estos mensajes están íntimamente ligados a los de Hageo.

El tema principal es similar al de Hageo, primero hay una advertencia a los judíos por no haber construido el templo, y una vez comenzada la obra, un mensaje de ánimo y de alentadoras profecías para el pueblo.

El primer mensaje: 27 de octubre de 520 a.C.

Comienza el libro: ''En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra del Eterno al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo: Se enojó el Eterno en gran manera contra nuestros padres. Diles, pues: Así ha dicho el Eterno de los ejércitos: Volveos a mí...y yo me volveré a vosotros...No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo... Volveos ahora de vuestros malos caminos… y no atendieron ni me escucharon… Vuestros padres, ¿dónde están? y los profetas, ¿han de vivir para siempre? Pero mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso volvieron ellos y dijeron: Como el Eterno de los ejércitos pensó, tratamos conforme a nuestros caminos, y conforme a nuestras obras, así lo hizo con nosotros" (Zacarías 1:1-6).

Comienza igual que Hageo. Se advierte que deben escuchar a los profetas mientras haya tiempo y que es urgente llevar a cabo la obra que Dios ha encomendado de reconstruir el templo. Pero la obra no era fácil de cumplir en ese entonces. Había una gran oposición y ¿qué podía hacer un débil grupo de judíos contra los numerosos samaritanos y el poderoso y caprichoso Imperio Persa, que podía detener sus labores o invadirlos en cualquier momento?

Por eso Dios les envía un mensaje de ánimo. No deben amedrentarse. Él está con ellos, y nada detendrá la obra si ellos ponen de su parte. Las futuras profecías dependen de que Jerusalén y el templo estén listos para Jesucristo. Por lo tanto, Dios no sólo quiere animados para que terminen el templo a tiempo, sino que gocen proféticamente de lo que significa todo esto en su plan Maestro que se cumplirá hasta el tiempo del Milenio.

Estas ocho visiones están dadas en lo que se llama el estilo apocalíptico. No debe asustamos la palabra "apocalíptica" que simplemente significa en el griego “revelación” y es algo revelado mediante símbolos. Hay cuatro libros principales donde Dios usa el estilo apocalíptico; tres están en el Antiguo Testamento: Ezequiel, Daniel y Zacarías, y uno en el Nuevo-Apocalipsis. Todos estos símbolos que Dios usa están íntimamente ligados en estos cuatro libros, y es una clave para entender su verdadero significado. Recuerden que la Biblia interpreta sus propios símbolos.

Es importante también identificar a los protagonistas en esta primera visión que es complicada. Primero tenemos a Zacarías que recibe esta visión en la noche. Hay un ángel que lo acompaña y le va explicando lo que ve. El primer personaje que aparece está sentado sobre un caballo rojo, y es llamado "el ángel del Eterno". La palabra "ángel" en la Biblia significa "mensajero" y puede ser Dios o puede ser un ángel. Normalmente, en otras partes de las Escrituras, "el ángel del Señor" es Dios el Verbo, o él que llegó a ser Jesucristo. Por eso, el mensajero de Dios Padre es el Verbo, o Cristo en su forma preexistente como vemos en Génesis 16:7-13; Génesis 22:11-17; Génesis 31:11-13; Génesis 32:24-30; Oseas 12:3-4; Josué 5:13-6:2; 1 Corintios 10:4.

Además, en Zacarías 1:19-20 y Zacarías 3:1-2 vemos que "el ángel del Eterno" se identifica como Dios y puede perdonar los pecados (Zacarías 3:4). Los demás jinetes son ángeles que le informan al Verbo lo que está sucediendo en la tierra. En Apocalipsis 5:6 vemos que sucede lo mismo al recorrer siete ángeles la tierra y dar aviso a Dios.

Lo más importante de esto es entender que hay "dos" Eternos que participan aquí, "el Eterno de los Ejércitos" normalmente Dios Padre y "el Eterno" o Dios Hijo. Es muy importante hacer la distinción para no confundirse. Veamos la primera visión de esa noche tan significativa:

Primera visión nocturna: el 15 de febrero de 520 a.C.

"A los veinticuatro días del mes undécimo, que es el mes de Sebat, en el año segundo de Darío, vino palabra del Eterno al profeta Zacarías… diciendo: Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo alazán [rojo oscuro]... y detrás de él había caballos alazanes [rojo], overos [amarillo-naranjo] y blancos. Entonces dije: ¿Qué son éstos, señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos. Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que el Eterno ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos hablaron a aquel ángel del Eterno que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta. Respondió el ángel del Eterno [el Verbo] y dijo: Oh Eterno [Dios Padre es quien decide]... ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y el Eterno [el Verbo] respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho el Eterno: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion, y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal. Por tanto… Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa… y la plomada será tendida sobre Jerusalén… Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará el Eterno a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén" (Zacarías 1:7-17).

Podemos entender el tremendo consuelo y ánimo que esto entrega a los que están edificando el templo. Dios relata que está eliminando el castigo de su pueblo, y que castigará a las naciones que excedieron la forma en que trataron a Israel. Dios promete que en el futuro Jerusalén será el centro de su reino en el Milenio, mientras que todas estas grandes ciudades de las naciones que castigaron a su pueblo quedarán destruidas.

Segunda visión: Los 4 cuernos y 4 carpinteros

Sigue la segunda visión: ''Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos. Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos? Y me respondió: Estos son los cuernos que dispersaron a Judá a Israel y a Jerusalén" (Zacarías 1:18-19).

En la Biblia, los cuernos son símbolos de los reinos gentiles (Daniel 7:24; Apocalipsis 17:12), en especial, los cuatro imperios que Dios permite que gobiernen al mundo hasta que Cristo vuelva, y establezca el quinto reino, el reinado de Dios con el Israel espiritual (Daniel 7:17-18). Dios les está mostrando a estos judíos que los reinos que los han esparcido están programados para ser vencidos. ¿Cómo lo hará Dios? Sigamos el relato:

"Me mostró luego el Eterno [el Verbo] cuatro carpinteros. Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? y me respondió… Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; más éstos han venido para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla” (Zacarías 1:20-21).

El término "carpintero" en el hebreo es “constructor” o el que arma y desarma. El papel de estos técnicos es desarmar los reinos gentiles en su debido momento. Aquí en Zacarías no explica más sobre quiénes son. Solo que son establecidos por Dios para desmantelar estos imperios uno por uno hasta que venga el reino de Dios.

Hay que ver en el resto de la Biblia para ver quiénes cumplen esta función. Los únicos que cumplen esta labor en la Biblia son los ángeles especialmente destinados para ello. Por ejemplo, en Apocalipsis 9:15 leemos: "Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparado para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres [en el período de 3 años y medio de la Gran Tribulación]". En el libro de Daniel leemos como un ángel señaló el fin del Imperio Babilonio (Daniel 5:5, Daniel 5:23-24). Luego un ángel estaba a cargo del imperio persa y luego del griego cuando fueron quebrantados por el poder de Dios (Daniel 10:20-21). El poder romano, aunque tuvo un quiebre, se recuperó y espera el momento que será quebrantado por completo también con la participación de los ángeles (Apocalipsis 16:10,17).

Halley acierta al decir: "Los cuatro carpinteros representaban a los destructores que Dios tenía dispuestos para aquellas naciones. Era una forma simbólica de decir que las potencias mundiales entonces dominantes serían quebrantadas, y Judá nuevamente exaltado” (p.339).

Tercera visión: El agrimensor con la plomada

Dios continúa revelando a Zacarías lo que sucede en las esferas celestiales y cómo Dios está a cargo y llevará sus planes aquí en la tierra a un final feliz. Leamos el siguiente mensaje donde vemos otra vez a "dos" Eternos. Uno permanece en los cielos y envía al otro para reinar sobre la tierra. Es decir, Dios Padre envía a Dios Hijo [o el Verbo] (Juan 1:1-4) para que cumpla esta misión.

"Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir. Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud. Y he aquí, salía aquel ángel que hablaba conmigo, y otro ángel [o mensajero] le salió al encuentro, y le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella. Yo seré para ella, dice el Eterno, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella. Eh, eh, huid de la tierra del norte [Babilonia], dice el Eterno, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice el Eterno. Oh, Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate. Porque así ha dicho el Eterno de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo [en hebreo, es la pupila que da paso a la luz, lo más delicado y preciado del ojo]. Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos [por la obra de los ángeles "desarmadores"], y sabréis que el Eterno de los ejércitos [Dios Padre] me envió. Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti… y se unirán muchas naciones al Eterno en aquel día [en el Milenio], y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que el Eterno de los ejércitos me ha enviado a ti..." (Zacarías 2:1-11).

Halley explica: "Es una predicción de una Jerusalén tan populosa, tan próspera y segura que rebasará sus muros, siendo Dios mismo su defensa. La obra del templo, ya en su quinto mes, avanzaba bien, y el pueblo sin duda hacía planes para reconstruir el muro de Jerusalén, el cual sin embargo no se hizo sino 75 años después. Pero los planes de ellos proveen el fondo para este cuadro. La visión se ensancha para incluir un llamamiento poético a los cautivos aún en Babilonia, a que regresen; y termina previendo el día en el cual "muchos pueblos, y fuertes naciones" de todas las lenguas de la tierra, vendrían al Dios de los judíos" (p. 339). En Ezequiel 40:3 otra vez se mide a Jerusalén en el Milenio y en Apocalipsis 11:1-2 se mide a Jerusalén que estará sujetada a la bestia por los 3 1/2 años finales.

Cuarta visión: La limpieza de Josué

Recuerden que todos estos mensajes son simbólicos para los judíos que hacían la obra de Dios en ese entonces y para el futuro. Veamos de qué se trata la cuarta visión: "Me mostró el sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel del Eterno [el Verbo], y Satanás estaba a su mano para acusarle. Y dijo el Eterno [es el mismo ángel del Eterno] a Satanás: El Eterno [Dios Padre] te reprenda, oh Satanás; el Eterno que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel [el Eterno]. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo; Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel del Eterno estaba en pie. Y el ángel del Eterno amonestó a Josué diciendo: Así dice el Eterno de los ejércitos [Dios Padre]: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa… y entre éstos que aquí están te daré lugar. Escucha pues, ahora Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo [el Verbo]. Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos [otro símbolo de Cristo, Apocalipsis 5:6]; he aquí yo grabaré su escultura, dice el Eterno de los ejércitos [Dios Padre], y quitaré el pecado de la tierra en un día [por medio del sacrificio de el Verbo]. En aquel día, dice el Eterno de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera [en el Milenio]" (Zacarías 3:1-10).

De nuevo hay que entender el mensaje primero para ese entonces, y luego para el futuro. Halley comenta: "Josué el sumo sacerdote aparece en ropas inmundas que tipifican los pecados del pueblo. Satanás trata de inducir a Dios a que deseche a su pueblo en vista de su pecaminosidad. Pero el pueblo de Dios, un “tizón arrebatado del incendio" o sea, el remanente rescatado del cautiverio le es muy precioso. A Josué se le quitan las vestiduras inmundas, significando que sus pecados son perdonados y que son aceptados por Dios. Es un cuadro del tiempo en que los pecados de la humanidad serían quitados "en un día", cuando el futuro Renuevo de la casa de David (el Mesías) es "traspasado" (Zacarías 12:10) y en abierto "manantial para el pecado" (Zacarías 13:1)" (p. 339).

Es importante notar que tenemos la misma explicación en Hageo, cuando Dios usa la analogía entre lo santo y lo inmundo. Dijo: "Así es este pueblo "y así toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo… mas desde este día os bendeciré" (Hageo 2:14, Hageo 2:19). Por eso Dios dice que Josué y los demás sacerdotes eran "varones simbólicos", representan al pueblo antes de hacer la obra de Dios y luego su limpieza al comenzar la obra. En vez del símbolo de lo contaminado por lo inmundo en Hageo, ahora se usa a Josué para representar al pueblo ante Dios.

Respecto al "Renuevo", es Jesucristo, como lo menciona Isaías 4:2 que viene primero en su estado humilde como "una raíz de tierra seca" (Isaías 53:2), que se sacrifica para remover el pecado de la humanidad, pero en su segunda venida vendrá con todo el poder para establecer el reino de dios (Isaías 11:1-11).