Hechos de los Apóstoles: Bajo el Lente de la Ciencia

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Luego de la muerte de Jesús y los milagros que ocurrieron, José de Arimatea le pidió a Pilato el permiso para retirar el cuerpo. Lo normal era que se echaran los cuerpos de los crucificados en una fosa común, pero José era un prominente miembro del Sanedrín y pudo persuadir a Pilato que le entregara el cuerpo.

Seguimos analizando el primer sermón dado por Pedro en la naciente Iglesia en el día de Pentecostés, que cayó el domingo del año 31 d.C.

Empezamos este estudio con la llegada de los sacerdotes al lugar donde fue sanado el cojo y donde Pedro y Juan estaban predicando.

Debido a los grandes milagros que Pedro y los otros apóstoles hicieron, otra vez les entró la envidia y el temor a los sacerdotes. Ya los habían amenazado, luego de la sanidad del cojo, pero “les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles” (Hechos 4:21).