Comentarios finales de la obra de Santiago
Al igual que Jesús, Santiago recurría a cosas físicas, como ser el mar, la vegetación, los animales, los barcos, el labrador, la tierra, para respaldar de manera vívida sus argumentos sobre la fe, además el control de la lengua, la paciencia, etc. (Santiago 1:6, Santiago 1:9-11; Santiago 3:3-12; Santiago 5:7). Asimismo, el empleo de preguntas directas y los más de 50 imperativos que aparecen en la carta, relativamente breve, hacen de ella una epístola dinámica.
Santiago entrega el tema central de su epístola, a cómo desarrollar el carácter cristiano justo y perfecto. Todos los verdaderos siervos de Dios han sido inspirados por el mismo Espíritu de Dios y enfocaron en las mismas cosas a través de los siglos. También Santiago hizo referencia a las escrituras hebreas con relación a la creación del hombre (Santiago 3:9; Génesis 1:26), Abraham y Rahab (Santiago 2:21-26; Génesis 15:6; Génesis 22:9-12); Josué; (Isaías 41:8), (Santiago 5:11); Job (Santiago 1:13-22; Santiago 2:7-10; Job 42:10-17), la Ley (Santiago 2:8, Santiago 2:11; Éxodo 20:13-14; Levítico 19:18; Deuteronomio 5:17-18) y Elías (Santiago 5:17-18); 1 Reyes 17:1; 1 Reyes 18:1). Es decir que hay muchos ejemplos obvios en consonancia directa con las enseñanzas de Jesucristo. Vemos que el apóstol Santiago en su carta registra 23 referencias que Cristo Jesús las enseñó en su sermón del monte. Esto resulta lógico porque siendo un hermano menor de Jesús, Santiago siguió “en vivo” su ejemplo y quiso compartir las mismas lecciones (Favor ver: El Corazón del cristianismo, pag.16).
También algunos piensan que las palabras de Santiago 4:5 presentan un problema porque no se sabe con certeza a qué parte de las escrituras hebreas hizo referencia. Este texto dice: “¿O pensáis que la Escritura dice en vano, El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”. Muchos opinan que, bajo inspiración divina, Santiago sacó esas palabras de textos tales como Génesis 6:5; Génesis 8:21; Proverbios 21:10 y Gálatas 5:17.
Los cristianos que perseveran fielmente bajo pruebas tienen razones para sentirse gozosos (Santiago 1:1-18). Dios proveerá con generosidad la sabiduría necesaria para aguantar si seguimos pidiendo con fe. Dios nunca prueba con cosas malas, sino que es el propio deseo de la persona el que puede llevarle a un proceder incorrecto, porque todo lo que El Eterno provee es bueno. La adoración que Dios acepta exige obras justas como demostración de fe (Santiago 1:19–2:26). Favorecer al rico mientras se desatiende al pobre constituye una violación de “la ley real” del amor. La fe viva se demuestra mediante obras, como lo manifiestan los ejemplos de Abraham y Rahab. Los maestros tienen gran responsabilidad ante Dios (Santiago 3:1-18) Al igual que todos los cristianos, ellos también deben aprender a controlar la lengua. Pueden hacerlo si muestran tener sabiduría de lo alto. Las tendencias mundanas afectarán la relación con Dios (Santiago 4:1–5:12) Aquellos que luchan para conseguir sus propósitos egoístas, así como los que condenan a sus hermanos, deben arrepentirse. La amistad con el mundo es enemistad con Dios. Hacer planes materialistas que pasan por alto el propósito de Dios es arrogancia. El juicio divino está reservado para los ricos que oprimen y estafan a sus semejantes.
Para recobrarse de la enfermedad espiritual que resulta del pecado, debemos pedir ayuda a los ancianos (5:13-20). La sanidad espiritual vendrá tras confesar abiertamente el pecado, así como por las oraciones de los ancianos en favor del pecador. Recuperar a un hermano que ha errado es salvarlo de la muerte eterna. Y si se logra vencer las tentaciones, la recompensa será la formación del carácter espiritual para que finalmente se reciba “la corona de vida”, que permita ingresar en el reino de Dios y recibir la vida eterna. Por eso, vale la pena resistir y vencer las tentaciones. Como bien dijo Jesús: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino. (Mateo 16:26-28). Por supuesto que no siempre vamos a ganar todas las batallas contra las tentaciones, pero de todas maneras tenemos que ganar la guerra. Por eso Cristo dijo, en referencia a su segunda venida: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” (Apocalipsis 2:26-29).
Finalmente debemos destacar las cualidades que debe tener todo cristiano genuino para ser un fiel amigo de Dios, rechazando los falsos valores que existen en el mundo.
Primero: Practicando la humildad, poniendo a Dios por encima de todo, incluso de nuestra propia familia y amigos que muchas veces llegan a despreciarnos por no complacerlos con sus cosas mundanas. Segundo: Debemos someternos a Dios, lo cual consiste en confiar plenamente en él, mostrando nuestra fe activa y de esa manera recibir la ayuda para poder obtener el oportuno socorro. Tercero. Necesitamos resistir al diablo, para no caer en sus tentaciones y cuando lo logramos entonces el diablo huirá delante nuestro porque verá que no podrá hacer nada con nosotros. Cuarto. Debemos acercarnos a Dios primero para que él se acerque a nosotros (Santiago 4:8). Quinto. Debemos estar limpios de pecado. Esto lo logramos cuando nos arrepentimos buscando su perdón para que nos limpie de toda maldad. Sexto. Debemos afligirnos delante de Dios, lo cual significa ayunar con regularidad. Y el resultado que produce el ayuno hace que Dios nos exalte espiritualmente a su debido tiempo (Santiago 4:10). Finalmente, podemos resumir la maravillosa obra del apóstol Santiago en tres puntos. La primera, al presentar un estudio sobre las cuestiones de interpretación utilizando el lenguaje figurado de la Biblia.
La segunda, incluye una amplia introducción sobre el fondo histórico y presenta una exégesis minuciosa del texto haciendo notar los matices que se derivan de la composición de los vocablos griegos.
La tercera, tiene que ver con la predicación expositiva a fin de estimular a todo predicador a exponer con claridad el mensaje que encierran las Escrituras, para aplicarlo con eficacia a las necesidades de la iglesia.
En ese sentido el aporte del apóstol Santiago es de gran utilidad para todos los estudiosos, quienes dedican muchas horas a la interpretación del mensaje de los siervos que, como Santiago, fueron testigos de la vida y obra de nuestro Señor Jesucristo.