Décimo Segundo Mes
La fe en medio de las dificultades
En ese sentido el tono de la Epístola es eminentemente práctico, y muy profundo. Santiago instruye qué hacer cuando nos encontremos en circunstancias difíciles. El apóstol recomienda utilizar las armas espirituales tales como la oración, el canto, el ministerio de los ancianos, la sanidad de los enfermos, el perdón y, por supuesto, el poder de Dios para restaurar. Todo eso es posible mediante la práctica de una fe activa. El apóstol recomienda que cualquiera que sea la naturaleza de la aflicción por la que un miembro esté atravesando, ya sea moral, espiritual, emocional o física, la terapia más eficaz es, sin duda, la oración a Dios. Situaciones como qué hacer cuando vienen las pruebas, las tentaciones, la aplicación de la Palabra de Dios, la fe en relación con las obras, el uso de la lengua, la relación con otros creyentes, y con el mundo, y cómo vivir en un mundo controlado socialmente por hombres injustos, nos muestran lo que debemos hacer ante la realidad de la Segunda Venida de Cristo. Esos y otros aspectos, eminentemente espirituales, afectaban la vida de los cristianos. Añadamos el hecho de que entre ellos había celos, contiendas, pleitos, acusaciones, juicios, egoísmo y mundanalidad, falta de caridad cristiana y cosas semejantes. El estilo de vida de aquellos cristianos los hacía vulnerables a los ataques de Satanás. Por eso el contexto total de la carta de Santiago manifiesta una situación de conflicto espiritual. No debemos perder de vista esa realidad en la interpretación de los versículos finales. También observamos que Santiago instruye el uso de armas espirituales para hacer frente a los conflictos por los que los cristianos atravesaban. Las cualidades para ser un anciano en la iglesia de Dios están cuidadosamente definidas en 1 Timoteo. 3:1-7, y Tito 1:5-9. Sus tareas implican gobernar (1 Timoteo 5:17), guardar la verdad (Tito 1:9), supervisar y alimentar el rebaño de Dios (1 Timoteo 3:1). La presencia de los ancianos señala a enfocar en las necesidades de los santos. Y cuando un miembro de la iglesia sufre una necesidad espiritual o material, debe procurar el apoyo de los miembros de la iglesia para que también le ayuden en oración y ayuno. Debemos practicar la fe, en busca de la restauración del hermano apartado de la iglesia. Por eso el apóstol dice: “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:19-20). La restauración de un hermano caído siempre debe ser motivo de gozo para toda la congregación. Santiago ve al cristiano que se ha desviado de la verdad y se ha alejado del camino del Señor, como alguien que necesita ser rescatado de su pobre condición espiritual. Es muy probable que tal cristiano haya perdido el gozo de la salvación (Salmos 51:8, Salmos 51:12), el poder para testificar a su Salvador (Salmos 51:13-15) y la alegría de tener una íntima comunión con Dios. Tal persona necesita ser liberada de su error y ser restaurada a la comunión con Dios. En tal caso dicho creyente habrá sido librado de la muerte eterna. También el apóstol parece estar aplicando la enseñanza del libro de Proverbios “El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas” (Proverbios 10:12). También “El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo” (Proverbios 17:9). Además, el apóstol Pedro escribió “…y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Pedro 4:8). Santiago menciona el ejemplo de Elías, de cómo él intercedió entre Dios y el pueblo de Israel, a pesar de que el pueblo se encontraba en medio de una crisis espiritual. Finalmente debemos destacar que la epístola del Santiago fue escrita en un tono eminentemente pastoral, porque confronta los problemas reales con firmeza y al mismo tiempo lo hace con la ternura de un pastor que se preocupa por su rebaño de ovejas. La Epístola de Santiago concluye con el mismo tono con el que comenzó. En el capítulo primero, el apóstol exhorta a la iglesia de Dios a practicar la oración (Santiago 1:5), mantener el gozo (Santiago 1:2) y a recordar que “toda buena dádiva y todo don perfecto” proviene de Dios” (Santiago 1:17). De igual modo, en los versículos finales de la carta, el apóstol invita a sus lectores a usar las siguientes armas espirituales para encarar las dificultades con fe: (1) la oración (Santiago 5:13-17), (2) cantar alabanzas (Santiago 5:13), (3) la confesión mutua (Santiago 5:16), (4) la intercesión de los ancianos (Santiago 5:14) y (5) la restauración (Santiago 5:19-20).