Décimo Segundo Mes
Esperando el Torbellino
El viejo profeta había surgido como el hombre que Dios siempre habría de utilizar. Elías fue increíblemente valiente, pero humilde de corazón. Parece haber alcanzado el pináculo de su experiencia vital. Sin embargo, Dios le tenía preparada otra sorpresa más, dándonos a entender que lo iba a seguir utilizando, pero en otro lugar distinto, el cual solo Dios conoce. Elías iba a ser sacado de ese lugar, vivo.
La biblia registra solo dos casos parecidos, el de Enoc que fue transpuesto a otro lugar de la tierra (Génesis 5:24; Hebreos 11:5). Y el caso del profeta Elías cuando ocurrió lo mismo, es decir, que también Dios lo trasladó a otro lugar. Dios había planeado llevarse a Elías en un remolino al cielo. Su amigo Eliseo lo acompañó hasta el último momento, sin querer abandonarlo porque no quería que Elías se encuentre solo. Y antes de subir al cielo en un torbellino, los hijos de los profetas le preguntaron a Eliseo en Betel y en Jericó, mencionando que Dios le iba a quitar a Elías. Pero Eliseo les dijo que permanezcan callados. Entonces fueron los dos y se detuvieron a la orilla del río Jordán. Cincuenta profetas los habían seguido, aunque ellos permanecieron a cierta distancia de ambos. Y cuando Elías y Eliseo se detuvieron junto al Jordán, el escenario cambió radicalmente. Elías tomó su capa, la enrolló y golpeó el agua, y el agua se separó en dos, dejando en medio un camino. Los dos cruzaron por tierra seca, y Elías le dijo a Eliseo: Dime qué quieres que haga por ti antes de que nos separemos. Eliseo le contestó: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no. Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino (2 Reyes. 2:8-11). Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está El Eterno, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo, las aguas se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo (2 Reyes 2:12-14).
¿Por qué los hijos de los profetas sabían que Elías iba a ser separado de Eliseo? Obviamente Dios les había revelado lo que iba a suceder. La pregunta ahora es ¿A dónde se fue Elías? Muchos piensan que el ascenso de Elías es una prueba de que uno se va al cielo. Pero Elías solo subió al primer cielo y luego Dios se lo llevó a otro lugar en la tierra. He aquí la prueba: Resulta que doce años después de haber subido al cielo en un torbellino, y después que murió el rey Josafat, su hijo Joram comenzó a reinar en Judá. Y conociendo el mal comportamiento de Jorám, Elías le envió una carta que decía: “Me he dado cuenta de que, en lugar de seguir el buen ejemplo de tu padre Josafat, o el de Asá, rey de Judá, has seguido el mal ejemplo de los reyes de Israel. Te has comportado como Acab; por tu culpa todos los habitantes de Judá y de Jerusalén aman a otros dioses. Y para colmo, ordenaste que mataran a tus hermanos, que eran mejores que tú. Por eso, Dios castigará duramente a tu pueblo, a tus hijos y a tus mujeres; además, perderás todas las riquezas que has acumulado. Y a ti te vendrá una enfermedad tan grave, que sufrirás terribles dolores de estómago por el resto de tu vida, hasta que se te salgan los intestinos (2 Crónicas 21:12-15 v. GPS) Después de 2 años murió Joram, como dijo Elías.