#138 - 2 Reyes 9 - 2 Crónicas 17-22
"El reino justo de Josafat e injusto de Joram y Ocozías"
Descargar
Descargar
#138 - 2 Reyes 9 - 2 Crónicas 17-22: "El reino justo de Josafat e injusto de Joram y Ocozías"
Descargar
Arriba, tenemos las familias emparentadas de Judá e Israel:
Mientras que aún vivía el rey Acab, en Judá asumió el trono Josafat tras la muerte de su padre, Asa. Recordarán que Asa fue el rey justo que venció a los etíopes y echó a los sodomitas de Judá. Lamentablemente, murió enfermo de los pies al no acudir a Dios para la sanidad.
Como su padre, Josafat fue un rey justo que guardó celosamente la ley de Dios pero cometió dos errores, no removió por completo los lugares altos y "contrajo parentesco con (el malvado) Acab" (2 Crónicas 18:1). Esto se debió a razones militares: "Josafat hizo paz con el rey de Israel" (1 Reyes 22:44). Para terminar las continuas guerras, buscó una alianza con Acab y la selló con el matrimonio de su hijo Joram y la hija de ellos, Atalía. Hasta hoy día, es común que los reyes casen a sus hijos entre ellos. De este modo, como suegros, no desearán entrar en guerra por el bienestar de sus hijos. Pero, por este matrimonio con la hija de Jezabel, entró fatalmente en Judá la podredumbre espiritual de Israel. Es el principio del fin para las naciones hermanas, que las llevaría al cautiverio Asirio y Babilonio. Todo esto por la influencia de Jezabel.
Josafat fue duramente censurado por los profetas de Dios al respecto. "Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Hanani (no el mismo Jehú que sería rey), y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen al Eterno? Pues ha salido de la presencia del Eterno ira contra ti por esto. Pero se han hallado en ti buenas cosas, por cuanto has quitado de la tierra las imágenes de Asera, y has dispuesto tu corazón para buscar a Dios" (2 Crónicas 19:2-3). Sin embargo, a pesar de los errores, Dios sigue siendo misericordioso con sus siervos, que lo aman.
Más tarde, al morir Acab en la batalla dónde Josafat casi muere también, se continúa con la alianza, ahora con Ocozías (2 Crónicas 20:35) y tras su muerte, con Joram, ambos hermanos de Atalía. Eliseo no soporta a Joram y apenas habla con Josafat: "Y Eliseo dijo: Vive el Eterno de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que si no tuviese respeto al rostro de Josafat rey de Judá, no te mirara a ti, ni te viera" (2 Reyes 3:14).
A pesar de estos dos graves deslices, Josafat tuvo grandes logros espirituales: "Y el Eterno estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. El Eterno, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia. Y se animó su corazón en los caminos del Eterno, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá. Envió a sus príncipes y con ellos a los levitas...y a los sacerdotes y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley del Eterno, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo. Y cayó el pavor del Eterno sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat" (2 Crónicas 17:3-10).
Además, Josafat aplicaba excelentes principios de la buena administración: "Habitó, pues, Josafat en Jerusalén; pero daba vuelta y salía al pueblo desde Beerseba (el extremo sur) hasta el monte de Efraín (el extremo norte)... y los conducía al Eterno el Dios de sus padres" (2 Crónicas 19:4). Josafat no era un rey cómodo; se preocupaba por saber personalmente el estado de su pueblo, en particular, de los más humildes que no podían viajar a Jerusalén. Estaba aplicando el principio administrativo de Proverbios 27:23: "Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños". También sabía la forma correcta de delegar. Dividió su administración en dos partes y puso personas idóneas. Sobre la parte civil puso a un príncipe y en la parte religiosa, a un sacerdote, con los levitas como sus ayudantes en el ministerio. Respecto al área civil, dio excelentes consejos: "Y puso jueces en todas las ciudades fortificadas de Judá, por todos los lugares. Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Dios, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor del Eterno; mirad lo que hacéis, porque con el Eterno nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho" (2 Crónicas 19:5-7).
Y luego, sobre la parte religiosa dice: "Puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel, para el juicio del Eterno y para las causas… y les mandó diciendo: Procederéis asimismo con temor del eterno, con verdad, y con corazón íntegro...les amonestarás que no pequen contra el Eterno, para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Haciendo así, no pecaréis" (2 Crónicas 19:5-10). Aún hoy, no existen mejores instrucciones para un gobernante. El mundo sería muy distinto y más feliz si se aplicaran estos principios. En el Mundo de Mañana se mostrará cómo funcionará este tipo de gobierno justo.
Josafat pasó por una gran crisis durante su gobierno, una gran invasión de ejércitos moabitas, amonitas y edomitas. Pero por su preparación espiritual, Josafat estaba a la altura de la situación. Venían a borrar a Judá del mapa y aunque Josafat estaba en desventaja en números, no perdió las esperanzas e hizo lo correcto, tal como su padre oró ante los etíopes, ahora proclamó un ayuno nacional y "humilló su rostro para consultar al Eterno" (2 Crónicas 20:3). Su plegaria es muy intensa y eficaz. Dijo: ¡Oh, Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos. (¿Nos hemos sentido así alguna vez?) Y todo Judá estaba en pie delante del Eterno, con sus mujeres y sus hijos" (2 Crónicas 20:10-13). Sí, estaban en desventaja física, pero no en lo espiritual. Al humillarse ante Dios con ayuno, de la debilidad sacaron fuerzas, este es el beneficio del ayuno. Pablo dijo: "Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Corintios 12:10).
Al estar el pueblo en un estado de humildad y cerca de Dios, pronto les vino la respuesta. "Y estaba allí Jahaziel… levita… sobre el cual vino el Espíritu del Eterno, en medio de la reunión; y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. El Eterno os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación del Eterno con vosotros" (2 Crónicas 20:14-17). Son palabras parecidas a las dichas a Israel ante el Mar Rojo. Dios no cambia, pero por falta de fe, nosotros a veces sí. Josafat dijo algo muy importante para nosotros: "Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en el Eterno vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y triunfaréis" (2 Crónicas 20:20; Biblia de Jerusalén). ¡Cuántas personas se han olvidado de estas palabras para su propia perdición! Necesitamos confiar en Dios y su Palabra, estar quietos y seguros, “creed a sus verdaderos siervos, y a pesar de la prueba, triunfaremos”.
Lo siguiente es una increíble escena, ¡en vez de guerrear, se pusieron a cantar himnos a Dios! Ahora leeremos de la canción más poderosa en la historia, que derrotó a un ejército: "Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen al Eterno… y que dijesen: Glorificad al Eterno, porque su misericordia es para siempre (de un himno que tenemos, el Salmo 103). Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, el Eterno puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros… y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado… tres día estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho. Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron al Eterno, (no se olvidaron de ser agradecidos, Colosenses 3:15) y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca (bendición), hasta hoy. Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron… a Jerusalén gozosos, porque el Eterno les había dado gozo librándolos de sus enemigos… Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que el Eterno había peleado contra los enemigos de Israel. Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes" (2 Crónicas 20:21-24).
He aquí una forma en que las naciones pueden tener paz sin recurrir a la violencia de la guerra. Si hubiera suficiente fe en Dios, él pelearía las batallas y cualquier nación que osara pelear, se proclamaría un ayuno nacional con los gobernantes al mando y Dios se encargaría del enemigo. Dios es el mismo ayer, hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8). Tristemente Josafat cometió el mismo error de hacer una alianza con Ocozías, rey de Israel, el cual era dado a la impiedad, e hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezióngeber. Entonces Eliezer...profetizó contra Josafat: “Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, el Eterno destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis" (2 Crónicas 20:35-37). He aquí una importante lección de que un justo no puede aliarse con un injusto mundano sin pagar serias consecuencias. Había una alianza entre ellos que no debía existir, pues se vuelve cómplice de las malas obras del otro. El parentesco lo llevó a esta lamentable situación de estar ligado con un incrédulo, algo que la Biblia prohíbe (2 Corintios 6:14).
Al morir Josafat, su hijo Joram, casado con Atalía, tomó el mando. Este, inducido por su esposa malvada, siguió la religión de Jezabel, su suegra. "Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab (y Jezabel), e hizo lo malo ante los ojos del Eterno. Mas el Eterno no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente... Joram… luego que se hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos (se menciona a seis), y también a algunos de los príncipes de Israel… y reinó ocho años en Jerusalén" (2 Crónicas 21:4-6).
Vemos aquí cómo la corrupción entró en Judá por la influencia de Jezabel y sus engendros. Recuerden al pobre Nabot. Por su maldad, Dios comenzó a castigar a Joram al quitarle algunos territorios, Edom y la ciudad de Libna, donde aún vivían cananeos, "por cuanto él había dejado al Eterno el Dios de sus padres" (2 Crónicas 21:10). Es durante este tiempo que aparece la carta de Elías a este rey. Noten que como Eliseo estaba a cargo del ministerio en Israel, pero en cuanto a Judá, sí podía hacerlo. Esta carta fue escrita 10 años después de que subió en un "carro de fuego". Los comentaristas de la Biblia, confundidos, dicen que hay un error en la Biblia. Pero el error lo tienen ellos. Sólo unas de la fuentes disponibles admite la verdad: "es posible que Elías aún estaba vivo" (Enciclopedia Internacional Bíblica, Tomo II, p. 978). Esto refuta el texto clave que usan sobre el ir al cielo.
Elías le entrega a Joram la sentencia de Dios: "Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa (tu abuelo), sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que fornicase Judá y los moradores de Jerusalén, como fornicó la casa de Acab; y además has dado muerte a tus hermanos, a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tu (eran justos); he aquí el Eterno te herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto tienes; y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de los intestinos, hasta que te salgan a causa de tu persistente enfermedad.
Entonces el Eterno despertó contra Joram la ira de los filisteos y de los árabes… e invadieron… y tomaron todos los bienes que hallaron en la casa del rey, y a sus hijos y a sus mujeres; y no le quedó más hijo que Joacaz el menor de sus hijos. (Aquí vemos que al igual que Dios puede darnos paz de nuestros enemigos, puede, por nuestra desobediencia y porfía, despertar la ira de ellos). Y el Eterno le hirió con una enfermedad incurable de los intestinos… y al cabo de dos años, se le salieron por la enfermedad los intestinos, muriendo así de enfermedad muy penosa" (2 Crónicas 21:12-19). Parece ser la disentería – enfermedad infecciosa de diarrea con pujos (de aquí que salgan los intestinos) y alguna mezcla de sangre, que se convirtió en epidemia. Todavía es muy común en países subdesarrollados.
Al morir Joram, Ocozías, su hijo, reina por un sólo año y hace lo malo, "pues su madre le aconsejaba a que actuase impíamente" (2 Crónicas 22:3) y muere por Jehú junto con su tío, Joram de Israel. Pero esto venía de Dios, para que fuese destruido” (2 Crónicas 22:7). Así complementamos la historia que faltaba de Judá.