Séptimo Mes: Tishri
Descendencia de Cam (III)
En su obra Origen de las Naciones, Rawlinson [8], llama la atención al hecho de que ciertos bronces etruscos están decorados o adornados con figuras en hileras, que exhiben esfinges y seres humanos que son semejantes a procesiones parecidas que se encontraron cerca de Nínive. Estos paralelos asirios los descubrió Layard y los comunicó en su célebre obra Descubrimiento en las ruinas de Babilonia y Nínive. [9].
Layard resalta esta impresión ilustrando su argumento con tallas de madera en el texto que muestran que las figuras encontradas sobre un pedestal de bronce en Powledrara en Etruria “son exactamente similares a las que aparecen sobre un fragmento de un plato traído de Nínive”. Así, un hilo conductor de evidencia nos retrotrae hasta las mismas cercanías de Nínive, donde estaba situada la ciudad de Resén.
Existe otra evidencia adicional que nos lleva de vuelta a la misma antigua fuente. Es de naturaleza distinta aunque igualmente sugerente. Los romanos celebraban anualmente su fiesta llamada “Fiesta de Saturno” o “Saturnalia”, cuando los tribunales estaban cerrados y se suspendían todas las actividades comerciales. Una costumbre era la “liberación” de todos los esclavos, a los que se les permitía decir lo que quisieran acerca de sus amos y que tomaban parte en un banquete, revestidos de los ropajes de sus amos, los cuales les servían a la mesa. Este período de libertad duraba alrededor de una semana. El origen de esta fiesta, según la obra de Smith: Diccionario de antigüedades griegas y romanas, [10], no es seguro. Una leyenda lo atribuía a los pelagos, y el hecho que los etruscos y los pelagos eran a veces confundidos entre sí, parece posible que esta extraña práctica de dar a los esclavos una semana de total libertad, de licencia, fuese originalmente introducida por los etruscos.
Por otra parte, los sumerios eran propietarios de esclavos, pero parecen haber sido de disposición afable y que les daban buen trato. En este caso se les daban siete días de vacaciones y este es el único registro cuneiforme conocido con tal mención. Desde luego es notable que haya un vacío de tantos siglos de ausencia en referencia a esta costumbre desde el sumerio Gudea hasta los tiempos romanos, pero es evidente que la costumbre fue transmitida de una u otra forma, y parece bastante lógico suponer que los transmisores fueron los racina, descendientes de Resen, quienes estaban familiarizados con la cultura Asiria.
En suma, tenemos a un pueblo que se designaba como rasena, por un antecesor cuyo nombre podría ser una forma del más antiguo Resén, comenzando en Asiria y estableciéndose en Lidia. Luego, ellos emigraron al norte de Italia y que hablaba un lenguaje que no era ni semítico ni indoeuropeo y que de forma especial eran constructores de ciudades, como prosiguiendo la tradición de su antecesor, y que seguían produciendo obras de arte para las cuales se encontraron paralelos bien exactos en el mismo lugar donde Génesis 10 dice que se edificó la ciudad de Resén.
Es muy posible que así como Sidón fue recordado por una ciudad nombrada por él, igualmente, la ciudad de Resén conmemorase a un patriarca cuyos descendientes, mucho después que la ciudad hubiera desaparecido, se multiplicaron y prosiguieron sus tradiciones heredadas de la vida urbana, incluyendo el nombre de su antecesor y se asentasen en Etruria, donde hicieron una magna contribución al fundamento de la civilización romana que, a través del tiempo, pasó a ser nuestra.