Todo parece indicar que cuando comenzaron a extenderse y multiplicarse por un tiempo, ellos mantuvieron una unidad cultural homogénea. La familia inicial, formada por la existencia de tres hijos y sus esposas, dio origen con el transcurso del tiempo, a tres distintos grupos étnicos que, según su linaje patriarcal, se los puede distinguir como el pueblo semita (hebreos, árabes y naciones antiguas como los babilonios, asirios, etc.), luego los camitas negroides y los jafetitas mongoloides y caucasoides.

Los hijos de Joctán, trece en total, parecen haberse establecido en Arabia, principalmente al sur. Almodad quizás puede seguirse a Al Mudad; Selef, en Yemen, representado por Es Sulaf, y quizá los Salapeni de Tolomeo; Hazar-mavet, en la actualidad Hadramawt; Jera, colindante con el anterior, se encuentra posiblemente en el nombre de una fortaleza, Jeraj; Adoram, representado por los adramitas en el sur de Arabia, mencionados por Plinio y Tolomeo; Uzal, que es probablemente el antiguo nombre de la capital del Yemen; Dicla, un lugar de cierta importancia en Yemen, conocido como Dakalah; Obal, preservado quizás en diversas localidades en Arabia del sur con el nombre de Abil; Abimael se encuentra sin identificar; Seba podría indicar a los sabeos; Ofir, quizás representado por Afar, la capital sabea a la que se refiere Tolomeo con el nombre de Sapfara, y que quizás sea la moderna Zafar; Havila, el distrito en Arabia Felix, conocida como Jawlan; y Jobab, generalmente identificado con los jobaritas mencionados por Tolomeo entre las tribus árabes del sur. El primer límite al que hace referencia Génesis 10:30 se refiere quizás a Massa, hijo de Ismael (Génesis 25:14), una tribu del norte de Arabia, alrededor de la mitad de camino entre el Golfo de Aqaba y el Golfo Pérsico.

Si esto es cierto, entonces la segunda localidad geográfica quizás se encuentre en Sefar, un monte al este, que debe entenderse como el Sipar, mencionado con Elam y Susa, en un texto descubierto en Susa. Esta nota de Génesis 10 significaría entonces que los trece hijos de Joctán se establecieron entre estos dos puntos, y el emplazamiento de Ofir parecería localizado dentro de la península, no en la desembocadura del Indo, como algunos pensaron.

Entonces podemos intuir que existió bastante proximidad entre los representantes de las tres ramas descendientes de la familia de Noé. Por eso, tampoco debemos pensar que los semitas, camitas y jafetitas se fueron cada uno por su camino sin que hubiese habido mezclas matrimoniales con el consiguiente mestizaje. Por ello, no debería sorprendernos encontrar en la Tabla, que un mismo nombre pueda aparecer en dos secciones diferentes de la familia de Noé.

Por ejemplo, leemos de dos personas llamadas Seba, una en Génesis 10:7 como hijo de Cus, y otra en el versículo 28 como hijo de Joctán. Rawlinson [4], explica de cómo la evidencia lingüística demuestra la existencia temprana de al menos dos variaciones étnicas en Arabia: “una, en las regiones septentrional y central, semítica, hablando la lengua usualmente conocida como árabe; y otra en las regiones más meridionales, que no es semítica, y que por el parecido de su lengua con los dialectos de los aborígenes de Abisinia, descendientes de los antiguos etíopes, merece ser llamada etiópica o cusita”. Es decir, aquí no tenemos el caso de una duplicación errónea, sino más bien una confirmación indirecta de la veracidad del registro, porque hubiese sido un hecho sorprendente si en aquel tiempo no se hubieran repetido nombres entre las diferentes familias.