Décimo Mes: Tebet
Descendencia de Jafet (III)
Este agrandamiento fue lo suficientemente gradual que no perturbaría el desarrollo natural de diferencias entre sus dialectos, que a su debido tiempo, llegaron a ser lenguas distintas. Esto hace más difícil establecer líneas de conexión mediante los nombres. De hecho, los miembros más importantes de la familia de Cam llevaban nombres que desaparecieron excepto en antiguos documentos que de alguna manera llegaron hasta nuestra época. En medio de esta intrincada red de posibilidades y probabilidades surge una imagen razonablemente clara en la que una sola familia, comenzando con Jafet, se multiplicó con el curso del tiempo y pobló la ribera septentrional del Mediterráneo. Es decir, llegaron a habitar toda Europa, las Islas Británicas y Escandinavia, y la mayor parte de Rusia.
Esta misma familia de Jafet llegó a la India, desplazando asentamientos anteriores de los camitas que se habían establecido en el valle del Indo. Grupos aislados de este mismo grupo humano parecen haberse desplazado más hacia el este, contribuyendo a pequeñas bolsas de población jafética que, con el tiempo, quedaron casi, si no totalmente, absorbidas por los camitas. Es posible que algunos de ellos contribuyeran con rasgos que se encuentran en pueblos de la Polinesia, y es concebible que en los “ainu” del norte del Japón haya un remanente de jafetitas. No es mucho lo que se puede decir de cierto acerca de la identidad de Tarsis, otro hijo de Javán. Por ejemplo, es opinión de Sayce (como también ocurre con la opinión de otros eruditos), que Tartessos, en España, fue probablemente uno de los asentamientos iniciales de Tarsis. Si efectivamente nos pusiéramos a examinar la historia de la colonización de Norteamérica por el hombre blanco y de sus constantes relaciones en comercio y en guerra con las tribus indias americanas, encontraríamos nombres tribales como los ojibwas, hurones, senecas, crees, mohawks y cherokees. Pocos reconocerían de estos nombres como parte de los pieles rojas, descendientes de pueblos jaféticos.
Por otra parte, parece que se ha descubierto muy poco que se pudiera relacionar con el nombre Rifat, segundo hijo de Gomer, pese a haberse realizado diversas propuestas en algunos distritos del Asia Menor. El doctor J. Pye Smith [19], sugiere, por ejemplo, Rifou al este del Mar Negro y los Montes Rifeanos mencionados en las antiguas geografías por Estrabón, Virgilio, Plinio y otros. Y C. R. Conder [20], menciona a un pueblo que habitaba al este del Mar Negro llamado Rhibii. También sugiere a los rifaenos que posteriormente fueron conocidos como raflagonianos, a los que Josefo identifica como descendientes de Rifat. El pueblo designado como Togarma, tercer hijo de Gomer, se menciona dos veces en Ezequiel. Leemos acerca de este pueblo en las ferias de Tiro, donde comerciaba con caballos y mulos (Ezequiel 27:14) y más adelante en la campaña con Gomer en la tierra de Israel (Ezequiel 38:6).
Estos pasajes no ayudan mucho con la identificación de su tierra, pero ambos concuerdan con la hipótesis de que el pueblo mencionado son los antiguos habitantes de Armenia y Afganistán. Esto concuerda con la tradición nacional y la teoría basada en la etimología. Además, las tradiciones armenias consideran como su propio antecesor a un hombre llamado Hiak, que, según ellos, fue “hijo de Targom, nieto de Noé” [21]. Los armenios llegaron a ser conocidos como la Casa de Targom y los escritores judíos se refieren frecuentemente a los turcos como Togarma. Josefo [22], dice que Togarma es el padre del pueblo conocido como los Trugrameanos y que los griegos los identificaban con los frigios.