Séptimo mes
Salmos y Tabernáculos
La segunda venida de Jesucristo permitirá que toda la tierra sea restuaurada de acuerdo a su propósito, porque sabemos que la tierra es el estrado de sus pies y la ciudad de Jerusalén será la ciudad desde donde reinará nuestro grandioso Rey de reyes.
Entonces toda la creación estará en total armonía con nuestro Creador y muchos van a conocer el verdadero significado de lo que es la paz de Dios, y quienes logremos ingresar al Reino, vamos a ser restauradores de la tierra, bajo Jesucristo: “Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley del Eterno. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan; Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos... Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Bendito tú, oh Eterno; Enséñame tus estatutos” (Salmos 119:1-3; 10-12).
En el siguiente salmo acróstico, el rey David hace gala de su amor a Dios. “Haz bien a tu siervo; que viva, y guarde tu palabra. Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmos 119:17-18). “Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra” (Salmos 119:27-28). Y David continúa: “He aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia. Venga a mí tu misericordia, oh Eterno; Tu salvación, conforme a tu dicho” (Salmos 119:40-41).
En esta época del año, el pueblo de Israel abandonaba sus casas para construir moradas temporales; de manera similar, nuestra vida física es temporal y transitoria, porque nosotros solamente somos como aves de paso. Y como dice el apóstol Pablo: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida (eterna)” (2 Corintios 5:1-4).
El rey David esperaba la salvación de Dios para vivir por la eternidad cuyo símbolo es precisamente, la Fiesta de los Tabernáculos: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he esperado, oh Eterno, y tus mandamientos he puesto por obra” (Salmos 119:165-166). Será precisamente durante el Reino de Dios que el juicio de los moradores de la tierra alcanzará enormes proporciones y finalmente todos los seres humanos tendrán la oportunidad de recibir la tan ansiada salvación.
Por eso el profeta Zacarías escribe: “Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarias 14:16). Y Salmos cierra maravillosamente esta enseñanza con estas sentidas palabras: “Decid entre las naciones: El Eterno reina. También afirmó el mundo, no será conmovido; juzgará a los pueblos con justicia” (Salmos 96:10).
Ciclo hidrológico: Empieza el Otoño. Lluvias tempranas
Cosecha de temporada: Concluyen. Se empieza a arar la tierra.
Nombre del mes: Ethanim (lluvias incesantes; arroyos permanentes) 1 Reyes 8:2 Tishri (nombre post exílico).
1) Fiesta de las Trompetas, Rosh Hashanah o año nuevo Lev. 23:24-25; Num. 29:1 Fiesta celebrada por Jesús Jn. 5:1; Será celebrada en el Milenio 1 Tes. 4:14-17; Ap. 11:15; Is. 27:13. Tercer ayuno del séptimo mes (2 de Tishri) Zacarías 8:19.
10) Día de la Expiación o Yom Kippur Ex. 30:10; Lev. 23:27-32; 16; Num. 29:7; Fiesta celebrada por Pablo Hechos 27:9
15) Fiesta de la Cosecha o Tabernáculos Ex. 23:16; Lev. 23:34-43; Num. 29:12; Deut. 16:13 (Salomón) 2 Cron. 7:8 (Nehemías) Neh. 8:14 Celebrada por Jesús Jn. 7:2, 10, 14 y los apóstoles Hch. 18:21 Celebrada en el Milenio Zac. 14:16-19
22) Fiesta del Último Gran Día Lev. 23:36, 39; Num. 29:12, 35; Celebrada por Jesús (sábado 7 de Octubre 30 DC) Jn. 7:37-38