Cuarto mes: Salmos y Pentecostés

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Cuarto mes

Salmos y Pentecostés

Después de haber dejado atrás la vida de pecado, ahora el Espíritu Santo, en nosotros, nos identifica, guía y santifica, es decir, que nos aparta para su propósito a través de las promesas que en gran parte se cumplirán en el Reino de Dios, porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios (Romanos 8:14). Los salmos que ensalsan esta Fiesta se encuentran mayormente entre los capítulos 42 al 72.

Estos son plegarias y oraciones pidiendo protección de Dios, es decir, una vez que nos encontramos reconciliados con nuestro Padre, entonces empezamos a clamar por su cuidado, amparo, ayuda, pidiendo derrame su misericordia sobre sus hijos fieles. Estos Salmos dicen: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” “Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta” (Salmos 42:2-4).

El siervo fiel continúa orando delante Dios con estas sentidas palabras: “Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío” (Salmos 43:4).

También el rey David en su inspirada oración y plegaria de arrepentimiento dice: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmos 51:1-2). Y los hijos de Coré agregan: “Pueblos todos, batid las manos; Aclamad a Dios con voz de júbilo. Porque El Eterno el Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra" (Salmos 47:1-2).

David reconocia que Dios es nuestro único refugio y salvación: “El solamente es mi roca y mi salvación. mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio” (Salmos 62:6-7). “Dios,  Dios mío eres tú;  De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán” (Salmos 63:1-3). Los fieles de la Iglesia de Dios son parte de la primera cosecha espiritual  y quién sea llamado y escogido por Dios en este tiempo, ya se siente parte de sus primogénitos espirituales.

El Salmo 67 constituye una extraordinaria exhortación a que todas las naciones alaben a Dios. “Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. Alégrense y gócense las naciones, Porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra" (Salmos 67:3-4).

Toda persona convertida pide la venida del Reino y el pronto retorno de Jesucristo a la tierra: “Cantad a Dios, cantad... porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia. Reinó Dios sobre las naciones; se sentó Dios sobre Su santo trono. Los príncipes de los pueblos se reunieron, como pueblo del Dios de Abraham” (Salmos 47:6-9).

Ya sea que David o Salomón escribieron el siguiente Salmo, dice: “Oh Dios, da tus juicios al rey, Y tu justicia al hijo del rey. El juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio. Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados justicia. Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en Él todas las naciones... el único que hace maravillas. Bendito su nombre glorioso para siempre, Y toda la tierra sea llena de su gloria" (Salmos 72:2-3;17-19).

Ciclo hidrológico: Aumenta el calor del verano. La vegetación y manantiales se secan.  

Cosecha de la temporada: Trigo en las montañas. Vendimia de las primeras uvas Números.13:20 e higos Lucas 21:29-30.

Nombre del mes: Tamuz (germinar, brotes de vida) 

Cuarto mes, 2011 IDUAI
Cuarto mes, 2011

9) Ayuno del cuarto mes Zacarías 8:19, conmemora la destrucción de las murallas de Jerusalén por le ejercito de Babilonia Jer. 39:2; 52:4-11; 2 Reyes 25:3-4 Esto ocurrió el 9 de Tamuz de 586 AC. Se trata del primer ayuno nombrado por Zacarías 8:19 así como la destrucción del segundo templo por Tito.