Llegamos a la segunda profecía de Isaías. Ocurrió “en los tiempos de Acaz, rey de Judá” (Isaías 7:1), que reinó alrededor de los años 747 al 732 a.C. Es durante su reinado que la casa norteña de Israel es invadida por los asirios.

Estamos en medio de las profecías donde Dios entrega sus juicios sobre Israel y las naciones vecinas. Estas abarcan desde el capítulo 13 al 24 de Isaías. Veamos el mundo al que Dios se dirige y sabe que tendrá, por su cercanía a Israel y su dominio sobre gran parte del mundo, mucho que ver con los sucesos en los tiempos del fin.

Luego de mostrar esta grandiosa panorámica del Milenio, los pensamientos de Dios vuelven a los asuntos inmediatos de Israel. Están por cometer un grave error al no confiar en él y en vez, aliarse con Egipto contra Asiria.

Luego que Dios revela las tres grandes profecías que llevaría a cabo para mostrar que es realmente Dios, ahora desarrolla las dos que aún no se habían cumplido. La que ya se había llevado a cabo era sobre la destrucción de los asirios al venir Senaquerib contra Jerusalén.

Estamos entrando en la etapa final del libro de Isaías. Dios ha revelado muchas cosas y nos ha dejado un testimonio irrefutable de su poder profético. A continuación, Halley nos entrega las profecías que corresponden a cuatro distintas etapas de tiempo (p. 273).