Transforme su vida: La verdadera conversión cristiana

Usted está aquí

Tabla de contenidos

En el sentido religioso, la conversión se refiere al cambio de una religión a otra, particularmente a la cristiana. Pero ¿es eso todo lo que significa?

La mayoría de las personas conocen el nombre de Jesucristo, pero ¿cuántas saben lo que enseñó? ¿Cuál fue su misión? ¿Qué es lo que distingue a sus verdaderos seguidores? ¿Quiénes lo representan realmente?

Poco después de la muerte de Cristo, el apóstol Pedro declaró que el Mesías había venido; pero que en lugar de ser aceptado, había sido rechazado y había sufrido una muerte por demás brutal.

Responder al llamado de Dios implica no solo arrepentimiento de nuestra conducta pecaminosa, sino también con reconocer que nuestra mente se ha pervertido.

Un cambio en la manera en que pensamos es el aspecto más importante del verdadero arrepentimiento.

Un paso fundamental para llegar a ser un siervo verdadero de Dios es reconocer y aceptar que somos pecadores.

Aprovechando nuestra debilidad, el diablo ha contribuido para que todos en el mundo pequemos.

Uno de los principios fundamentales de la Biblia nos ayuda a entender por qué Dios quiere que dejemos de pecar y que nos volvamos a él.

Jesús nos muestra que nuestra obediencia a Dios debe incluir los Diez Mandamientos.

El bautismo simboliza varias verdades espiritualmente profundas. Representa la muerte, sepultura y resurrección, tanto de Jesús como de nosotros.

¿Cuál es el método correcto para llevar a cabo el bautismo? ¿Es rociar o derramar agua sobre la persona, o debe ésta ser sumergida? ¿O existe algún método distinto?

El bautismo representa el compromiso más serio que podamos hacer. Simboliza nuestro intenso deseo de someternos total y absolutamente a la voluntad de nuestro Creador.

Nadie puede vencer el pecado sin la ayuda de Dios. Aun en el caso de que por nuestra propia voluntad lográramos cambiar nuestras acciones, sólo Dios puede cambiar nuestra mente.

En la Biblia se habla del Espíritu Santo en muchas formas que comprueban que no es un personaje divino.

Mucha gente piensa que el Espíritu Santo es una persona, y que junto con Dios el Padre y su Hijo Jesucristo constituyen lo que se conoce como la Trinidad.

Este proceso de crecimiento tiene que ver con nuestro dominio de los apetitos de la carne, reemplazándolos con la actitud de Cristo. Pero ¿cómo empezar?

Ya que Dios perdona nuestros pecados en el bautismo, necesitamos valorar su gran perdón. Además, necesitamos entender que ese perdón nos impone ciertas obligaciones.

La clave para resolver el problema de la esclavitud del pecado radica en la ayuda que podemos recibir por medio de Jesucristo.

El apóstol Pablo reprendió severamente a los cristianos en Corinto por sus actitudes y comportamiento que, en el aspecto espiritual, dejaban mucho que desear.

¿Cómo podemos mantener la valentía, la fortaleza y el amor que Dios nos da? La respuesta se encuentra en varios pasajes bíblicos.

Dios está enterado de todo lo que pensamos, decimos y hacemos. Y ni siquiera un pajarillo cae a tierra sin que él lo sepa.