Introducción: Transforme su vida

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Introducción

Transforme su vida

En el ámbito religioso frecuentemente se oye la palabra conversión. Entre los que se consideran cristianos, no es raro hablar de su “conversión” o de cómo llegaron a ser “convertidos”. Pero ¿cuál es el significado real de estas palabras?

En el sentido religioso, la conversión se refiere al cambio de una religión a otra, particularmente a la cristiana. Pero ¿es eso todo lo que significa?

Algunas personas llaman conversión a casi cualquier cambio significativo que efectúan para mejorar su vida, y en ocasiones dan la impresión equivocada de que tales cambios proceden de Dios. Por cierto, la gente puede cambiar sin la intervención de Dios, y muchos lo hacen. Pero tales cambios no son la forma de conversión que describe la Biblia.

Por la simple definición de la palabra, hasta las personas sin antecedentes religiosos entienden que la conversión se refiere a un cambio. Si algo ha sido convertido, de alguna manera ha sido cambiado.

El concepto bíblico de la conversión ciertamente representa un cambio. Por ejemplo, en la Biblia se nos habla de cómo Pablo y Bernabé, cuando iban rumbo a Jerusalén, “pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos” (Hechos 15:3).

Pero si una persona está convertida, y por lo tanto cambiada, ¿en qué ha cambiado?

En la Biblia, la conversión se representa como un proceso milagroso de transformación, algo que no es posible sin la intervención y participación directas de Dios. De hecho, Dios es el que lo inicia. Primeramente abre el entendimiento de aquellos a quienes está llamando, o invitando, a la conversión, para que empiecen a comprender el mensaje de las Escrituras con una claridad y profundidad que nunca podrían obtener por sí mismos.

Por lo general, este maravilloso y milagroso proceso empieza cuando la persona que está siendo llamada escucha o lee las verdades bíblicas explicadas correctamente por un verdadero siervo de Dios. En esos momentos Dios empieza a abrir su entendimiento para que comprenda el verdadero evangelio de Jesucristo.

Ahora la Palabra de Dios empieza a adquirir sentido para esa persona. Tal como un rompecabezas revela su imagen a medida que se va armando, así las personas que Dios está invitando a la conversión empiezan a entender las Sagradas Escrituras. Este es el milagro del llamamiento de Dios.

Lo que sucede a continuación depende de las decisiones que la persona toma cuando escucha o lee la verdad de Dios. Puede reaccionar pidiéndole a Dios que le ayude a poner en práctica lo que ha aprendido, o puede simplemente hacer caso omiso del entendimiento que ha recibido.

En Deuteronomio 30:19 Dios claramente le dice a cada ser humano: “Escoge, pues, la vida”, pero él no obliga a nadie a tomar la decisión correcta. Aun así, como pronto podremos ver, las consecuencias de nuestras decisiones son enormes.

En este folleto examinaremos lo que la Biblia enseña acerca de la conversión. Contrario a lo que muchos piensan, no se trata de algo que se lleva a cabo de manera instantánea; se trata más bien de un cambio que se va realizando paulatinamente.

Esta transformación gradual empieza con el llamamiento de Dios y sigue con los pasos esenciales del arrepentimiento, el bautismo y la imposición de manos, mediante la cual recibimos el Espíritu Santo, y luego continúa con una vida de constante sumisión a la voluntad de Dios. Esto continúa hasta la muerte de la persona o hasta el retorno de Jesucristo, cuando todos los muertos en Cristo serán resucitados para recibir vida eterna. El proceso de conversión llegará a su punto culminante cuando la persona sea cambiada ¡de mortal a inmortal!

Para poder entender lo que representa esta maravillosa transformación que se llama conversión, empezaremos nuestra búsqueda directamente en la Palabra de Dios.