Cuarto mes
La necesidad de un liderazgo
Mas al Eterno vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy. Pues ha arrojado El Eterno delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido resistir delante de vuestro rostro. Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque el Eterno vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo. Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis al Eterno vuestro Dios. Porque si os apartareis, y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, sabed que el Eterno vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que el Eterno vuestro Dios os ha dado” (Josué 23:6-13).
“Pero así como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que el Eterno vuestro Dios os había dicho, también traerá el Eterno sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que el Eterno vuestro Dios os ha dado, si traspasareis el pacto del Eterno vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Entonces la ira del Eterno se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado” (Josué 23:15-16).
En el contexto general, el libro de Jueces muestra que la existencia nacional de Israel dependía de su obediencia y fidelidad hacia su Dios, pero necesitaban un líder que los guie, como lo hicieron Moisés y Josué. Sin embargo es importante notar que Dios siempre les daba más años de paz que años de cautiverio, a menudo, en una relación de cinco a uno. El libro de Jueces también nos muestra la urgente necesidad de liderazgo, porque, sabemos que “sin profecía el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley es bienaventurado” (Proverbios 29:18).
Los jueces de Israel no eran líderes como lo fueron Moisés y Josué, sino que fueron personajes escogidos por Dios para salvar del apremio en que se encontraba el pueblo debido a su pecado. Cuando ese líder moría, la nación retornaba a su apostasía (con la excepción de Samuel, el último juez, cuya situación fue más bien diferente del resto de los jueces).
La ausencia de un monarca humano le daba a la gente gran cantidad de libertad personal. Pero dicha libertad sin apego a las instrucciones morales de Dios, inevitablemente los conducía a la anarquía y confusión. “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12; 16:25).
En ese proceso, la tercera apostasía se produce cuando los filisteos asedian a Israel y es cuando Samgar, hijo de Anat, habiendo sido llamado a liberar al pueblo, salvó a Israel, quién como un tipo de Sansón, mató a seiscientos filisteos con una quijada de buey. Según Josefo, Samgar murió en el primer año de su judicatura. (Antigüedades Judías, Libro V Cap. IV, Sec. 3). El que fuese hijo de Anat puede hacer referencia a que era de la ciudad de Bet-Anat de Neftali. Lamentablemente, no existe mayores detalles sobre este tercer juez (Jueces 3:31).
Ciclo hidrológico: Aumenta el calor del verano. La vegetación y manantiales se secan. .
Cosecha de la temporada: Trigo en las montañas. Vendimia de las primeras uvas Números.13:20 e higos Lucas 21:29-30.
Nombre del mes: Tamuz (germinar, brotes de vida)
9) Ayuno del cuarto mes Zacarías 8:19, conmemora la destrucción de las murallas de Jerusalén por le ejercito de Babilonia Jer. 39:2;
52:4-11; II Reyes 25:3-4 Esto ocurrió el 9 de Tamuz de 586 AC. Se trata del primer ayuno nombrado por Zacarías 8:19 así como la destrucción del segundo templo por Tito.
