Calendario Sagrado año 2020-2021: Santiago: Una fe puesta en acción

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La epístola o carta del apóstol Santiago, forma parte de las epístolas generales, las cuales fueron escritas antes de las epístolas del apóstol Pablo.

El autor de la epístola comienza con una gran señal de autoridad. Cuando leemos la epístola, Santiago nos revela que uno de los aspectos sobresalientes de la personalidad del autor es su carácter práctico.

El siervo de Dios se ve rodeado de circunstancias, pruebas y obstáculos que le producen tristeza. Santiago nos exhorta a considerar esas pruebas como motivo de gozo genuino.

Una lectura de Santiago 1:19-27 sería suficiente para notar que el apóstol enfatiza el lugar que la Palabra de Dios debe ocupar en la vida de todo siervo fiel.

La Epístola de Santiago nos muestra una vida cristiana justa porque establece que una relación correcta con Dios, beneficiará hacia una buena relación con nuestro prójimo.

Santiago muestra que la fe genuina es inseparable de las obras, pero el apóstol no está diciendo de modo alguno que la salvación sea por las obras, sino que enfatiza que quién ha sido justificado por la fe, debe producir buenas obras, mostrando de esa manera, el carácter de su fe.

El uso que le damos a la lengua determinará nuestro futuro, sea en la eternidad o en el lago de fuego.

La persona verdaderamente sabia no gasta tiempo en autoalabanzas ni da mucha ocasión a ser ensalzado por los demás.

Santiago pregunta “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?” (Santiago 4:1). Sin duda, el propósito de Santiago consiste en señalar el origen de las dificultades existentes entre los miembros.

A través de su epístola, Santiago contrasta la fidelidad de Dios con los peligros de la apostasía.

Dios es el Absoluto Soberano sobre toda su creación y sobre sus criaturas creadas. Él es el único que tiene derecho a pronunciar un veredicto sobre cualquier ser humano, porque siendo Santo, él juzga con justicia.

No solo la vida del ser humano depende de Dios, sino también las fuerzas físicas del universo. Por eso, debemos reconocer que tenemos la urgente necesidad de dependencia de Dios en todas las actividades de la vida.

La última sección de la Epístola de Santiago, está dirigida a aquellos cristianos que atravesaban por pruebas y dificultades profundas.

La epístola de Santiago tiene un fuerte tono profético y contiene muchas figuras y símiles, lo que le da cierta semejanza a los mensajes de Jesucristo, como el del Sermón del Monte.