Principios universales

Las cosas ocurren porque alguien decide que así sucedan. Dios nos aconseja hacer lo correcto para que sucedan cosas positivas en nuestra vida ¡pensando sobre todo a largo plazo!

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Desde hace algún tiempo hasta esta fecha me he convertido en un acido lector de el mercurio, en particular ya lo he mencionado en el pasado, hay una columna que me es muy agradable leerla, que se llama la columna se llama Día a Día, está en la página 3 en el ángulo inferior derecho y el día de hoy apareció otro de los pseudónimos con los cuales se presenta el columnista de esta columna dice Tía Waverly iluminada. Tía Waverly. Tía Waverly es uno de los pseudónimos que también hay otro que se llama Critilo pero Tía Waverly es una señora que ya tiene sus años y que hace reflexiones respecto de la vida. Se los voy a leer. Dice la otra tarde Tía Waverly tuvo una iluminación. Mientras bebíamos unas frías guines en la terraza del departamento me espetó. Entre comillas las cosas pasan porque la gente decide que pasen. Eso es lo que dice esta dama ficticia pero que se llama Tía Waverly. Las cosas pasan porque la gente decide que pasen. Habíamos estado hablando de la ocupación del convento capuchino en el sur y en la inutilidad absoluta que han tenido hasta ahora diversos mecanismos incluido el cumplimiento de la ley para dar una solución al llamado conflicto mapuche. Y fue entonces cuando la tía salió con esa frase. Dice entre comillas es que si lo piensas bien, agregó, se pueden dictar todas las leyes que se quieran y poner todos los policías que se pueda. Pero al final, si las personas deciden dañar a los demás, lo van a hacer igual. Entonces la pregunta de fondo es por qué deciden hacer lo que hacen. Me tínque que si se aproximara una respuesta estaríamos bastante cerca de encontrar una solución. Y no solo a este problema, sino a muchos otros. Por ejemplo, los portonazos, los asaltos a plazas de peaje, las colusiones, el aborto, la mala gestión política y todos los males que acechan Tontilandia. Con la segunda guine en mano y mientras un día mis ojos en los inefables del perrito Braulio pensé, soy una persona común y corriente, de mediana inteligencia y clase media, ni un dechado de virtudes ni un malacatoso. ¿Por qué no robo? ¿Por qué no ocupa propiedades ajenas? ¿Por qué siempre me acuerdo de cargar la VIP? Pues porque decido hacerlo. Y pensé que la tía Weverly tenía razón.

Las cosas pasan porque la gente decide que pasen. Esta es una reflexión muy profunda, presentada de manera alegre y con un tinte podríamos decir hasta sarcástico, pero no por ello menos cierta. Las cosas pasan porque alguien ha decidido que pasen. Uno piensa, por ejemplo, los asaltos. ¿Por qué pasan los asaltos? ¿Por qué ocurren los asaltos? Bueno, porque una persona decidió asaltar a otra. O robar a otra. O violentar a otra. O aquí las injusticias. ¿Por qué pasan las injusticias? Bueno, porque alguien ha tomado una decisión injusta respecto de otra. Las cosas no ocurren por la nada. No aparecen de repente en el espectro social, político, económico. ¿Verdad? Una injusticia. ¡Mira, hoy día hemos sido tratados sin justos! Las cosas pasan porque las personas deciden. Alguien ha decidido hacerlas. Las cosas negativas o positivas no ocurren sin mediar acciones. Y las acciones van precedidas de decisiones. Hacer el bien es una decisión. Hacer el mal también es una decisión. ¿Cuál es el pensamiento de Dios respecto de este tema? Dios presenta este tema de la siguiente manera. O, por lo menos, así lo entiendo yo. Dios nos ha dado un conjunto de instrucciones de cómo vivir esta vida. Este conjunto de instrucciones se reconoce como la ley. La ley está allí y el Consejo de Dios es que sigamos estas instrucciones. Puesto que, si somos obedientes a estas instrucciones, podremos cosechar el fruto de la obediencia a estas leyes. Dios es un maestro por sobre muchas cosas. Él ha tratado de enseñarle a su pueblo lo que acabo de decir. Cosechar el fruto de la obediencia. El anhelo de Dios es que el hombre coseche el fruto de la obediencia, de la obediencia a sus leyes. En el capítulo 28 de Deuteronomio. En el capítulo 28 de Deuteronomio.

Dios explicita. Si somos obedientes, vamos a recibir tales o cuales bendiciones. En Deuteronomio 28.1, Dios dice, «Acontecerá que si oyeres atentamente la voz del Eterno tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Eterno tu Dios, te exaltará sobre las naciones de la tierra». Aquí tenemos estas tres claves, podríamos decir claves universales. Si uno decide oír, si uno decide guardar, si uno decide poner por obra, entonces y solo entonces viene el premio. No es solamente oír, no es solamente saber. Hay que decidir, poner por obra. Como mencionaba aquí Don Omar a su momento atrás, «Usted debe proponerse». «Usted debe proponerse», no transar. «Usted debe proponerse querer poner por obra los mandamientos que Dios nos ha enseñado para que nos vaya bien. Las bendiciones de oír, guardar y poner por obra son magníficas. Cuando hace el análisis de Deutonomio 28, uno se da cuenta que las bendiciones abarcan, no solamente el espectro al cual estamos acostumbrados a hablar de bendiciones. Y allí eso es un error pensar que siempre las bendiciones son de tipo económica.

Las bendiciones económicas forman parte del espectro de bendiciones que Dios tiene para con su pueblo, pero definitivamente no es el único. Aquí, en Deutonomio 28-2, dice, «Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán, si oyeres la voz del Eterno tu Dios, bendito serás tú en la ciudad y bendito tú en el campo».

Es llamativo esto, en la ciudad y el campo. ¿Cuál es la diferencia? ¿O cuál es el parecido? En Ecclesiastés 5.9 dice, «Aquí el rey mismo está sujeto a los campos». Un gobernante puede administrar perfectamente su gobierno. Puede ser un as para la administración, pero si no tiene comida, si no tiene comida, ¿qué saca de tener muy buena administración respecto de cómo funciona todo?

El rey está sujeto a los campos. Y aquí Dios dice que si uno oye, decide guardar y poner por obra sus mandamientos, las bendiciones abarcan todos los espectros de la vida, de uno. Ciudad y campo, aquí verso 4. «Bendito el fruto de tu vientre». Aquí esto de los nacimientos sanos, nacimientos sanitos. Hay algunas estadísticas que lo dejan a uno sorprendido.

Las posibilidades que tiene un bebé para nacer sano son mucho más bajas que para nacer no sano. Las estadísticas dicen aquello. Las posibilidades que tiene un bebé de nacer sanito, ese apgar 10, ese apgar que uno de verdad el niño llora y infla sus pulmones y se llena de aire y el niño rosadito, rellenito y todo, esas son, podríamos decir, milagros, un milagro. Y por eso digo, si uno ha decidido oír, guardar y poner por obra sus mandamientos, Dios dice bendito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.

Una bendición y de abundancia también. Verso 5 dice benditas serán tu canasta y tu arreteza de amasar. La Biblia del lenguaje simple dice, Dios bendecirá, los bendecirá en sus hogares, en sus viajes y en todo lo que hagan. Deutronómio 28.6 en la versión valera dice, bendito será sento entrar y bendito en tu salir. Negocio que emprenda, la persona recibe bendición. Verso 7, el eterno derrotará a tus enemigos que se levantar en contra ti. Por un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante de ti.

Es llamativo aquí este principio universal. Nunca había caído en esta cuenta. La escritura no dice que no tendremos enemigos. Cuando uno piensa, somos llamados por Dios, somos protegidos por Dios, la escritura no dice que no tendremos enemigos. Tampoco dice que esos enemigos no se van a levantar contra nosotros, como mencionaba Don Omar hace un momento atrás. Estas fuerzas espirituales que nos rondan a veces influencian a personas que son, como en el caso de Job, ¿se acuerdan? Job, ahí los sabios eran sus vecinos. Los vecinos desarrollaban una vida armoniosa con Job, pero fueron incitados por Satanás.

Y los vecinos de Job atacaron a Job. Bueno, este es un principio. El eterno derrotará a tus enemigos que se levantar en contra ti. Guardar este camino de vida no implica que no tendremos enemigos. Y tampoco implica que esos enemigos no se van a alzar contra uno. ¿Qué es lo que...? ¿Cuál es la bendición aquí? Dios dice, si se levantar en contra ti, si se levantar en contra ti, dices saldrán huyendo, despavoridos. Verso 8. El eterno te enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo aquello en que pusieres tu mano y te bendecirá en la tierra que el eterno tu Dios te da.

Aquí también otro principio universal, es que Dios es quien señala el territorio. También esto es algo en lo cual nunca había caído en la cuenta. Dice, el eterno te enviará su bendición sobre tus graneros y sobre todo aquello en que pusieres tu mano y te bendecirá en la tierra que el eterno tu Dios te da.

A todos, a través de la vida, uno nota que Dios señala un territorio de acción nuestra y Dios dice que nos va a bendecir en ese territorio que Dios nos ha asignado. Verso 9. Dice, te confirmará el eterno por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado cuando guardares los mandamientos del eterno tu Dios y anduvieres en sus caminos. Aquí se presenta otro principio universal.

Es Dios quien nos confirma como pueblo santo. Dios es el que nos confirma como pueblo santo. Es Dios quien nos confirma a nosotros, no nosotros, no nosotros. Es Dios quien hace aquello. De hecho el ser humano no puede santificar nada. Don Mario lo explicaba hace algunos sábados atrás. El ser humano no puede santificar nada. Es Dios quien santifica. Dios es el que aparta para un uso especial. No es nuestra evaluación, sino la evaluación de Dios respecto de nosotros.

Cada vez que reflexiono en este tema, me digo a mí mismo y ahora lo comparto con ustedes. Gracias a Dios que es Dios quien va a evaluar mi vida. Gracias a Dios que es Dios quien va a evaluar nuestras vidas. Porque los seres humanos siempre nos equivocamos. A veces con intención o sin intención, pero los seres humanos vemos solamente lo externo. Uno no sabe lo que hay dentro del corazón de las personas. Pero Dios sí. Y Dios es quien santifica. Y Él es el que evalúa la vida de cada uno de todos los que estamos aquí.

Verso 10 dice, Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre del eterno es invocado sobre ti y te temerán. También, esta es otra bendición. Otra bendición. El temor del eterno se apoderará sobre los demás pueblos. Si vieron que uno se relaciona íntimamente con Dios. Aquí, en Salmo 25 dice, La comunión íntima del eterno es con los que le temen. Y a ellos dará a conocer su pacto. El temor del eterno se apodera sobre los demás pueblos. Es llamativo. Aquí los voy a invitar a pasar a José.

¿Se acuerdan de los gabaonitas? Yo sé que se acuerdan de los gabaonitas. Pero ¿por qué los gabaonitas hicieron lo que hicieron? ¿Por qué los gabaonitas se engañaron a los hijos de Israel? ¿Por qué les mintieron? Porque tenían miedo. Tenían miedo. Ellos habían visto lo que había acontecido a Jericó y a Jai. Y también es muy probable que hayan sabido lo que le había acontecido a Egipto. ¿Cómo el mar verdad se tragó a uno de los ejércitos más grandes del mundo de aquella época?

Y entonces aquí los israelitas venían como conquistadores. Bueno, los gabaonitas tuvieron miedo. Y los gabaonitas sabían que la destrucción se les venía encima. En José 9, en el verso 22, dice aquí, José, hablando de los gabaonitas, dice llamándolos, José les habló diciendo, ¿por qué nos habéis engañado diciendo habitamos muy lejos de vosotros, siendo aquí que moráis en medio de nosotros? Ahora pues, maldito sois, y no dejará de haber de entre vosotros siervos y quien córrete la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.

Y ellos respondieron a José y dijeron, como fue dado a entender a tus siervos que el Eterno tu Dios había mandado a Moisés su siervo, que os había de dar toda la tierra y que había de destruir a todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros. Ahí hicimos esto. Ellos sabían lo que se les venía, sabían que este pueblo que era mandatado por Dios, te había recibido estas instrucciones.

Y aquí, cuando uno habla de bendiciones, aquí de otro nombre dice, y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre del Eterno es invocado sobre ti, y te temerán, y te temerán los pueblos, las naciones, los vecinos, los demás. Si la relación que tengo con Dios es íntima y si mi relación se perfecciona de día a día, el entorno ve aquello y caen en esta cuenta, o podrían llegar a caer en esta cuenta.

Si Dios está con ellos, bueno, ¿qué haremos nosotros? Y eso es una bendición. Yo diría una de las grandes bendiciones que recibimos si hacemos lo que tenemos que hacer. En el Deutronómio 28-11 dice aquí, y te hará el Eterno sobre abundar en bienes en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia y en el fruto de tu tierra, en el país que el Eterno juró a tus padres que te había de dar.

De nuevo aquí se repite este principio del territorio. Dios se lo prometió a Abraham, se lo confirmó luego a Israel. Verso 12, te abrirá el Eterno su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda obra de tus manos. A veces uno se pregunta, mis hermanos, aquí lo que ha estado viviendo Chile en este tiempo, ¿acaso no es el fruto de las decisiones que han tomado nuestras autoridades también?

Esta semana se firmó o se decidió legislar respecto del aborto. Uno piensa, el año pasado también es las araucarias milenarias en el sur. ¿Cuántos cosas estamos viendo y no sabemos por qué ocurren? Pero aquí han habido decisiones y también uno puede ver correcciones también.

Yo sé el que abre el puente zorro, el cielo para enviar la lluvia a su tiempo. Bendiciones económicas por guardar leyes económicas. Una de las bendiciones económicas asociadas a la ley del diezmo es que el diezmo permite al individuo o al conjunto de individuos ordenarse. Yo diría que esto es una de las grandes, grandes bendiciones que trae consigo la ley del diezmo. Que la persona sepa ordenarse en sus cuentas. Sepa cuánto gana, sepa cuánto gasta. Saber cuánto se tiene para saber cuánto gastar.

Conocer las cifras duras de su negocio. Reconocer los gastos. Yo diría que esto es una de las bendiciones más importantes. Por supuesto que uno analiza y uno piensa, bueno, las bendiciones de cumplir con la ley del diezmo, es que Dios dice que va a abrir las puertas de los cielos. Lo dice la escritura. Pero es increíble cómo ayuda a entender el proceso de la persona que guarda el diezmo. Entender cuánto gana, entender cuánto gasta. Saber cuánto invertir, saber cuánto es lo que tiene que hacer para cambiar si el negocio no está funcionando.

Bueno, saber por qué no funciona. Yo he conocido a través de los años de mi vida personas que no sacan cuentas, que no sacan cuentas y no se han dado cuenta cuando el negocio ha dejado de producir. Y hay algunos que se han arruinado, nunca tomaron las decisiones para poder, lo que se conoce en jerga económica, rehacerse, reinventarse. Hay negocios en el tiempo actual que han ido cambiando. Han ido cambiando. Bueno, ¿cómo saber cuándo decidir qué hacer? ¿Cuándo salirse de un negocio o no? Bueno, para saber aquello hay que sacar cuentas.

Y por eso es que las bendiciones económicas de guardar la ley del diezmo, por supuesto que están las bendiciones económicas, pero también saber decidir en los momentos correctos. Verso 13, aquí las bendiciones, dice, te pondrá el eterno por cabeza y no por cola, y estarás encima solamente y no estarás debajo. Si obedecieres los mandamientos del eterno, tu Dios, que yo te ordeno hoy para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni adiestra ni asiniestra para ir tras Dios exagenos y servirles, Dios hace promesas de bendiciones que abarcan muchos aspectos de la vida del ser humano.

Ahora bien, ¿en qué consiste en estas leyes? Hemos hablado de decidir obedecer, pero... A ver, veamos un típico. Vayamos al Levítico 19. Levítico 19.

Aquí la escritura nos trae... Yo le digo un típico, pero este podría ser un buen resumen de lo que Dios nos está pidiendo que hagamos. Levítico 19.

Levítico 19. Hablo el Eterno a Moisés diciendo, habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles, Santos, seréis porque Santos, soy yo, el Eterno, vuestro Dios. Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis yo, el Eterno, vuestro Dios. No os volveréis a los ídolos ni haréis para vosotros dioses de fundición, yo, el Eterno, vuestro Dios. Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz al Eterno, ofrecerlo de tal manera que seáis aceptos, será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente y lo que quedare para el tercer día será quemado en el fuego. Y si se comiere el día tercero, será abominación, no será acepto, y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó los santos del Eterno, y la tal persona será cortada de su pueblo. Cuando ciegues la mied de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra cegada, y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña para el pobre y para el extranjero, lo dejarás. Yo el Eterno, vuestro Dios. ¿Cómo Dios aquí declara este principio que se reconoce como la misericordia? El principio de la misericordia. No olvidarse de dónde son nuestros orígenes. Y dice aquí, Verso 11, no urtareis y no engañareis, ni mentireis el uno al otro, y no jurareis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo el Eterno, no oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. No maldesearás al sordo, y delante del ciego no pondrás tu apieso, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo el Eterno.

Dice aquí, no andarás chismiando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo el Eterno, no aborrecerás a tu hermano en tu corazón. Razonarás con tu prójimo para que no participe de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amaras a tu prójimo como a ti mismo.

Yo el Eterno, mis estatutos guardarás. No harás a lluntar tu granado con animales de otra especie. Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. Si un hombre ya cierre con una mujer que fuera sierva desposada con alguno, y no estuviera rescatada, ni lo hubiera sido dado a libertad, ambos serán azotados. No morirán, por cuanto ella no es libre.

Y él traerá al Eterno a la puerta del tabernáculo de reunión un carnero para expiación por su culpa, y con el carnero de expiación lo reconciliará. Dice aquí, V. 26, no comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros ni adivinos. V. 30, mis días de reposo guardaréis, y mis soantarios tendréis en referencia.

No os volváis a los encantadores ni a los adivinos. No los consultéis, contaminándolos con ellos. Yo el Eterno, Vuestro Dios. Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor, yo el Eterno. Cuando el extranjero morare con vosotros, en vuestra tierra no le oprimiréis. Como aún natural de vosotros, tendréis al extranjero que mora entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjero fuisteis en tierra de Egipto. No hagáis injusticia o juicio en medida de tierra, en peso ni en otra medida. Valanza justas, pesas justas, y medidas justas tendréis. Yo el Eterno, Vuestro Dios, que os saque de la tierra de Egipto, guardad pues todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, yo el Eterno.

Dios nos da instrucciones que abarcan la aplicación de los diez mandamientos en nuestras vidas. Pesas justas, balanzas justas, medidas justas. No olvidarnos que fuimos extranjeros. Los israelitas fueron extranjeros y fueron esclavos en Egipto. Siempre se les dijo a Israel, no se olviden de aquello. A veces, cuando uno le va bien, a veces uno se olvida.

Se olvida de dónde partió, se olvida de dónde llegó, y se olvida que uno piensa que fuimos esclavos en otra época. A veces uno se olvida que fue pobre. Todos hemos vivido aquello, y a veces uno se olvida y lo da por sentado. Y ni siquiera lo agradece, que eso es lo más terrible de todo.

El ser agradecido es una de las cosas más terribles, uno de los pecados más comunes. El ser desagradecido. El señor Amstron mencionaba aquello. Uno de los pecados más dolorosos es el ser desagradecido. Y uno no tiene que ser así. Uno tiene que traer acolación. Particularmente, cuando uno vive en bendiciones, traer acolación. ¿De dónde uno ha venido? ¿De dónde uno era? Dios nos ha abierto el entendimiento, nos ha dado de su sabiduría, nos ha mostrado el camino que produce buenos frutos, pero uno no tiene que olvidarse de lo que fue. ¿De dónde partimos? ¿Qué sería de nosotros si Dios no hubiese tenido misericordia de nosotros? ¿Qué sería de nosotros?

¿Cuántos de los que estamos aquí tendríamos vidas ignominiosas?

Uno tiene que hacer estos análisis de vez en cuando.

Las bendiciones vienen si uno decide correctamente. Como dice Tía Weberli, las cosas pasan porque las personas deciden qué pasen.

Es una decisión. Obedecer es una decisión. Desobedecer también es una decisión.

Podemos repasar brevemente aquí de Utrenomio 28-15.

¿Qué pasa cuando uno ha decidido no obedecer?

¿Qué pasa cuando uno decide no obedecer?

La desobediencia es una decisión.

Dice, ¿acontecerá si no oyeres la voz del Eterno tu Dios para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy que vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán?

Maldito serás tú en la ciudad y maldito en el campo.

Maldita tu canasta y tu artesa de amasar. Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Maldito serás en tu entrar y maldito en tu salir.

Las palabras del Eterno Dios son duras. Si uno decide no obedecer, bueno, la advertencia está hecha. Si uno ha decidido no obedecer, no obedecer el fruto de la desobediencia está a la vista. Si uno decide libre y soberanamente desobedecer en cualquiera de sus presentaciones, esto es no oír ni hacer ni poner por obra, o oír que es una de las otras presentaciones, que uno se vuelve un buen escuchador, pero un mal Hacedor, oír pero no hacer ni poner por obra el fruto de las decisiones será lo que hemos revisado.

Lo curioso y lo paradigmático, por decirlo de alguna manera, de todo este relato de los hijos de Israel, es que los hijos de Israel quisieron vivir la vida sin Dios, sin estar sujetos a la ley.

Ellos harían lo que se les venga en Ghana. De hecho, en el libro de jueces, en el capítulo 21, el verso 25, el libro de jueces termina con esta frase, que es emblemática. En estos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que bien le parecía. Ellos no quisieron oír, y como no quisieron oír, recibieron en vida las consecuencias de sus decisiones. Ellos quisieron que las cosas pasaran así. Sin embargo, aun a pesar de las magras decisiones tomadas por el pueblo de Israel, Dios se reserva el derecho de arreglar lo que pareciera que no tiene arreglo.

Lo que humanamente no tiene arreglo, para Dios sí tiene arreglo. Dios sabía que su pueblo, porque Dios no está sujeto al tiempo. Los seres humanos sí estamos sujetos al tiempo. Dios sabía cómo su pueblo iba a desobedecer. Sin embargo, todo estaba dentro de un plan general. En deuteronómio 30, cuando se escribe deuteronómio, los hijos de Israel todavía no habían entrado en la tierra de Israel.

Y Dios dice aquí que la tierra de Israel es la que se ha entrado en la tierra de Israel. Y Dios dice aquí que la tierra de Israel es la que se ha entrado en la tierra de Israel.

En el verso 1, del capítulo 30, sucederá que cuando hubieran venido sobre ti todas estas cosas, Dios sabía que su pueblo iba a desobedecer.

Algunos iban a obedecer, por algún tiempo iban a obedecer. Dice, sucederá que cuando hubieran venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti y te arrepintieres de todos los países donde te hubiera arrojado el Eterno a tu Dios. Aquí Dios revela la clave que arregla lo que a veces pareciera no tener arregla. ¿Cómo arregla a Dios las cosas?

Si uno se arrepiente.

Dice aquí sucederá que cuando hubieran venido sobre ti todas estas cosas, lo que he puesto delante de ti y te arrepintieres.

Si uno se arrepiente y si uno se convierte y si uno decide obedecer entonces Dios hace que ese nubarón que se alza como una tormenta se disipe como una niebla.

Y lo que parecía ser destrucción se convierta en una bendición.

Verso 2 de este capítulo dice verdad y te arrepintieres y después dice, verso 2 y te convirtieres al eterno Dios y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy tú y tus hijos con todo tu corazón y con todo tu alma entonces el eterno hará volver a tus cautivos y tendrá misericordia de ti y volverá a recogerte los tieblos a donde te hubiera esparcido tu Dios Aquí se presenta otro de los principios universales. ¿Hay algo imposible para Dios? No Nada hay imposible para Dios. Si uno se arrepiente si uno cambia si uno se convierte Dios arregla las cosas aunque Si uno paga de nuestros pecados y de nuestras transgresiones, aun a pesar de eso, si uno se arrepiente genuinamente y si uno cambia genuinamente y uno se convierte a Dios, genuinamente Dios arregla las cosas. Y una vez se queda pegado en esto de, mire, he pecado, he transgredido, recibo las consecuencias. Es así. Pero si uno se arrepiente genuinamente, Dios lo ayuda a uno y cambia las cosas. ¿Hay algo imposible para Dios? No. Nada hay imposible para Dios. Dios cambia las cosas. Los nubarrones no son más que eso, nubarrones que se disipan como niebla y uno puede seguir avanzando en este camino de vida. Las cosas pasan porque alguien ha decidido que pasen. Y como dice tía Waverly, alguien ha decidido que esas cosas pasen. Si nos decidimos por hacer el bien, cosecharemos lo que hayamos sembrado, para bien o para mal. Si nos hemos equivocado, ¿qué hacemos? ¿Qué hacemos? ¿Persistimos en el equivoco? ¿O lo que dice la Escritura nos arrepentimos y nos convertimos? Por eso es que Dios nos aconseja en Galatas 6, 9. No nos cansemos. No nos cansemos pues de hacer el bien, porque a su tiempo se garemos si no desmayamos. No nos cansemos de hacer el bien, no nos cansemos de decidir por el bien, no nos cansemos de proponernos no transar, porque que las cosas pasen para bien o para mal, definitivamente es una decisión de querer hacer lo que es el bien.

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Nació y se educó en el sur de Chile. Kinesiólogo de profesión se desempeñó como tal además de Anciano Local hasta el 2010. Pastoreó Chile y Argentina hasta principios del 2022. Ahora vive en Valdivia junto con su esposa María Albarrán asistiendo al Sr. Marcelo Saavedra.