#143 - 2 Reyes 19-20: "Victoria de Ezequías sobre los asirios"

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#143 - 2 Reyes 19-20

"Victoria de Ezequías sobre los asirios"

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Empecemos por la ciudad sitiada de Laquis. La Biblia menciona: "vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de tomarlas… Después de esto, Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén..." (2 Crónicas 32:1). ¿Pueden creer que en el siglo pasado encontraron el relato de Senaquerib y hasta una escena de su conquista de Laquis? Keller relata el descubrimiento: ''Toda Judá es ocupado por las tropas de Senaquerib, y el rey Ezequías es recluido en Jerusalén. De las fortalezas levantadas en la frontera, sólo Laquis ofrece resistencia. Senaquerib lanza contra esta ciudad sus tropas de choque. Aquel que quiera seguir hasta el más pequeño detalle la terrible batalla que tuvo lugar en Laquis tiene que hacer una visita al Museo Británico de Londres. Allí es donde han sido expuestos los formidables bajorrelieves que testigos oculares ejecutaron siguiendo el mandato de Senaquerib, hace 2650 años atrás. Sir Henri Layard encontró estos tesoros en Tell Nemrod (la antigua ciudad de Cala, en Asiria).

Veamos brevemente qué nos cuenta este bajorrelieve. Keller explica: "Sobre las torres de la fortaleza de Laquis luchan en vano los defensores judíos. Llenan a sus atacantes con una lluvia de flechas, le arrojan piedras y hasta antorchas (las bombas incendiarias de la Antigüedad). Al pie de la muralla atacan los asirios con un arete (los primeros tanques del mundo), se deslizan sobre rodillos y tienen un espolón. Por encima de la cubierta de protección dispara sus flechas el arquero. Por debajo de los fundamentos se cavan túneles. Los primeros prisioneros son sacados fuera. Cadáveres cuelgan de estacas… son los que han sido empalados" (p. 268). Abajo de la gráfica dice: "Senaquerib, rey del mundo, rey de Asiría, se sentó en su trono real e hizo pasar delante de él el botín de Laquis " (Halley, p. 209).

Además, en las excavaciones del siglo pasado, hechas en Asiria encontraron un monumento, llamado el Prisma de Senaquerib (o de Taylor, su descubridor) que cuenta las campañas de Senaquerib en Judá. 

Mientras que Laquis era asediada por los asirios, hay una frenética preparación en Jerusalén para aguantar el sitio. Dice la Biblia: “Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua… Después con ánimo resuelto edificó Ezequías todos los muros caídos e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera… e hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad… y habló al corazón de ellos diciendo: Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está el Eterno nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá” (2 Crónicas 32:2-8; 2 Reyes 20:20).

Es muy importante la mención de “un conducto, y metió las aguas en la ciudad”. Sólo fue en 1838 que se descubrió este conducto o acueducto. Se debió a la caída accidental de un niño dentro de este acueducto que casi lo ahoga. Pero así se dieron cuenta de que había un acueducto debajo de la ciudad y que conducía las aguas de la fuente de Gijón hasta el estanque de Siloé, tal como decía la Biblia.

Relata Keller: "El tiempo era corto; las tropas asirias podían presentarse de un día para otro ante las puertas de Jerusalén. Por esto el trabajo se realizó por ambos lados para hacer el acueducto debajo de Jerusalén. Los picos se movían, uno contra otro. Cosa notable, el canal, en forma de S, sigue una trayectoria en dos curvas a través de la roca. ¿Por qué motivo no siguieron los trabajadores en camino más corto, es decir, en una línea recta? El penoso trabajo hubiera podido realizarse más rápidamente; de los 120 metros que tiene su longitud, se hubiesen ahorrado 217 metros" (p. 267).

La respuesta definitiva apareció en "Revista de la Arqueología Bíblica" de julio de 1994. En el artículo principal tenemos a un arqueólogo y geólogo que después de una minuciosa investigación del acueducto vio que una gran parte de este túnel seguía una grieta natural que los excavadores aprovecharon para terminar el acueducto. De modo que; aunque fue más larga, ellos no tuvieron que excavar tanto, pues ya había una fisura natural. Al principio del acueducto encontraron una inscripción en hebreo que dice: “Fin de la perforación. Y esta es la historia de la perforación: Mientras todavía los excavadores manejaban sus picos uno contra otro y mientras todavía faltaban tres codos por demoler, se oyó la voz de uno que gritaba al otro que había una abertura en la roca de la derecha y de la izquierda. Y el día de la perforación golpeó uno en dirección del otro, pico contra pico y se tocaron. Y salieron las aguas de un chorro al estanque; mil doscientos codos y cien codos era la altura de la roca sobre a cabeza de los excavadores del túnel”. Hoy día esta inscripción se encuentra en el Museo de Estambul y se llama “LA INSCRIPCIÓN DE SILOÉ”.

Hechos los preparativos, se enteran de que Laquis cayó y que todo el furor asirio viene contra Jerusalén. "Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa del Eterno, y en los tesoros de la casa real… y lo dio al rey asirio. Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías… un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén" (2 Reyes 18:14-17).

En el Prisma de Senaquerib, descubierta el siglo pasado, se confirma el relato bíblico. Dice: "En cuanto a Ezequías, el judío, que no se inclinó para someterse a mi yugo, asedié cuarenta y seis de sus ciudades fortificadas e innumerables pueblos más pequeños en su vecindario y los conquisté descendiendo por rampas de tierra, luego utilizando arietes, con el asalto de soldados a pie, con brechas, túneles y operaciones de zapa. Hice salir de ellos 200,150 personas… A él lo aprisioné como pájaro enjaulado en Jerusalén, su ciudad real… En cuanto a Ezequías, mi terrible esplendor lo abrumó, y me envió luego a Nínive… 30 talentos de oro, 300 talentos de plata… Envió un mensajero personal para entregar el tributo y rendir pleitesía de esclavo". Noten algo interesante en el relato – no menciona que conquistó a Jerusalén, sólo que los encerró.

Ahora veremos cómo Ezequías, ese "pájaro enjaulado" evita la toma de Jerusalén. Al enviar Senaquerib uno de sus portavoces, llamado "tartán", o el segundo al mando militar, les exige la rendición de la ciudad. Este soldado altanero trata de persuadir al pueblo de que no confíe en el Dios de Israel. Dice: "y no os haga Ezequías confiar en el Eterno, diciendo: Ciertamente nos librará el Eterno... ¿Qué dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que el Eterno libre de mi mano a Jerusalén?... No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria" (2 Reyes 18:30-35; 2 Reyes 19:10).

¿Qué hizo el rey Ezequías? "Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa del Eterno. Y envió… a los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías… E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho el Eterno; No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra caiga a espada… Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa del Eterno, y las extendió Ezequías delante del Eterno. Y oró Ezequías delante del Eterno, diciendo: Eterno Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina, oh Eterno, tu oído y oye; abre, oh Eterno, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente… Entonces Isaías… envió a decir a Ezequías: Así ha dicho el Eterno, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído… ¿A quién has vituperado y blasfemado? ¿Y contra quién has alzado la voz, y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel… Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste (lo humillará) … Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel del Eterno, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana he aquí que todo era cuerpos de muertos. Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó. Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esarhadón su hijo" (2 Reyes 19:1-2,6-7,14-16,20-37).

De nuevo tenemos corroboración de otras fuentes sobre lo ocurrido. Heródoto, el historiador griego, unos 250 años después del incidente, recibe de un sacerdote egipcio la versión egipcia de la derrota de Senaquerib, Se menciona que mientras; Senaquerib atacaba a los egipcios, ellos oraron y vino una plaga de ratones que impidió el avance asirio, curiosamente al comerse todas las partes de cuero de sus armas. Lo interesante es que se menciona a ratones como los causantes de la ruina de los asirios.

Keller explica: "El ratón, para los pueblos de la Antigüedad era lo mismo que en la Edad Media eran las ratas - ¡El símbolo de la peste bubónica! En la ciudad de Laquis, el arqueólogo Starkey encontró, en el año 1938, una prueba verdaderamente patética: una inmensa tumba en la peña con 2000 esqueletos humanos, evidentemente enterrados en forma precipitada. La epidemia debió diezmar a los soldados asirios. El drama de la campaña había terminado y Jerusalén había escapado nuevamente al desastre general. Pero, a su alrededor, el territorio de Judá ofrecía un aspecto desastroso. El profeta Isaías, que estaba en Jerusalén en ese entonces aconsejando al rey Ezequías, se angustia al ver alrededor toda la destrucción: “Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada. Si el Eterno de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño (en Jerusalén), como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra” (Isaías 1:7-9). Solo el pensamiento de la milagrosa liberación de la Ciudad de David da al sufrido pueblo nueva esperanza y valor. Incansablemente dirige todas las fuerzas a la reconstrucción, que se realiza rápidamente sin ser molestada por Nínive. Porque Senaquerib ya no volverá más… En una inscripción, el propio Asaradón el heredero del trono, describe en forma detallada la muerte de su padre: "Un espíritu" infiel se apoderó de mis hermanos… se sublevaron. Para asumir el poder real asesinaron a Senaquerib (mi padre). Como un león me indigné… Aquellos ladrones del trono huyeron a una tierra desconocida… Con satisfacción me senté en el trono de mi padre… yo soy Asaradón, el rey del mundo, rey de Asiria… hijo de Senaquerib” (p.271-272). Otra inscripción asiria dice: “El día 20 de Tebet, Senaquerib fue muerto por sus hijos sublevados. El día 18 de Sivan, Esarhadón su hijo ascendió al trono” (Halley, p.209). Así se confirma el relato bíblico.

Ezequías continúa adelante con la reconstrucción de Judá. Pero se enferma gravemente, y Dios envía a Isaías para "avisarle de que pronto morirá. Ezequías, sin embargo, suplica a Dios para que le extienda su vida. Aquí vemos otro ejemplo de "la oración eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16). "Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración al Eterno y dijo: "Oh Eterno, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro. Entonces vino palabra del Eterno a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: El Eterno Dios dice así: He oído tu oración, visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años... Y esto te será señal de parte del Eterno, que ha dicho: He aquí yo haré volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió el sol diez grados atrás" (Isaías 38:2-8).

Recuerden que en el Estudio #96 cubrimos como un computador usado por la NASA detectó que faltaba un día en el universo, Hallaron que el día largo de Josué era de 23 horas y veinte minutos. Aún les faltaba dar cuenta por los 40 minutos para qua el computador funcionara. Diez grados es exactamente 40 minutos de tiempo. Los cuarenta minutos en 2 Reyes 20 junto con el día largo de Josué computan las 24 horas que los hombres del Programa Espacial tuvieron que añadir a la historia como el día que faltaba en el universo. Solo así el computador continuó sin sobresaltos en su análisis.