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Muy bien, ya estamos listos para el segundo mensaje. En el boletín del día de ayer hice mención, podríamos decir una introducción de lo que va a ser el tema del día de hoy. Ayer hice mención a una de las características que tiene la historia humana. La historia del ser humano, desde que tenemos registros hasta el día de hoy, está plagada de hitos, está plagada de circunstancias que han marcado la historia humana. De hecho, la palabra hito tiene dos acepciones. La primera dice que es un poste de piedra o cualquier señal clavada en el suelo que sirve para marcar el límite de un territorio o de una propiedad. O para indicar las distancias o la dirección en un camino. Eso es el hito, la primera acepción. Pero la segunda acepción, de la cual me voy a tomar el día de hoy, dice acontecimiento puntual y significativo que marca un momento importante en el desarrollo de un proceso o en la vida de una persona. Eso es hito, acontecimiento puntual y significativo que marca un momento importante. La historia humana está plagada de hitos, está plagada de hitos significativos que han marcado la historia, ya sea de un individuo o de la sociedad en general. A nivel de sociedad, la historia da cuenta de no pocos hitos. Por ejemplo, en los hitos que llenan la efemery del año calendario. Por ejemplo, se han preguntado qué pasó este 6 de agosto en el pasado. En el pasado la mente es frágil, uno se olvida. Pero no es que yo tenga una memoria excepcional, lo busqué en el Google qué pasó el 6 de agosto. Hay muchos hitos, muchas, muchas, muchas cosas que han pasado un 6 de agosto en el pasado. Por ejemplo, a las personas que tienen, que les gusta la epidemiología, deberíamos saber que en 1804 comenzó la epidemia de fiebre amarilla en Málaga.
Esta epidemia mató casi 11.500 personas. No es menor, no es menor, 11.500 personas son mucho más que los que estamos aquí reunidos.
También en 1921, un 6 de agosto, Hitler asciende al poder del partido nazi, con lo cual se empieza a fraguar la Segunda Guerra Mundial. A los que les gusta la literatura, en 1954 se publicó en Londres la Comunidad del Anillo, la primera de las tres publicaciones de J.J. Tolkien, que se ha llevado a película y todo. En 1958, Estados Unidos crea la NASA, la agencia espacial. En 1981, boda del príncipe Carlos de Inglaterra y Diana Spencer de Reino Unido. Cuando vi esta noticia, me recordé, yo estaba en Osorno, vivía en esos años, y me recuerdo que esta ceremonia o este evento se llenó la prensa, los diarios y la televisión. Me recuerdo ahí a la novia que iba con un tremendo vestido gigantesco, vestido blanco, pero que no sé cuánto me diría, pero a mí me resultó muy impactante toda esa ceremonia y todo lo que se vivió y todo el despliegue y el recurso. Y sin embargo, pasan los años y si no es porque hoy día veo que el 6 de agosto dice que eso ocurrió en el año 1981, yo no me lo recordaba. Lo que da cuenta es lo que dice la escritura, que nada nuevo hay bajo el sol, nada nuevo hay bajo el sol. En Ecclesiastes 1.9, en Ecclesiastes 1.9, Salomón por inspiración, escribe aquí, dice que en el versículo 9 del capítulo 1, que es lo que fue lo mismo que será, que es lo que ha sido hecho lo mismo que se hará, y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir, eh, aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido, no hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después. Esto es una de las, podríamos decir, una de las realidades más dolorosas que hay. Pienso yo, verdad, a veces la vida tiene hitos que a nosotros nos resultan tremendamente importantes, pero las siguientes generaciones no necesariamente recuerdan aquellos hitos que para nosotros han sido tremendamente importantes, porque nuestra memoria suele ser frágil. Nos olvidamos luego de las cosas que nos han pasado. La vida tiene aquello. Fácilmente olvidamos. Y si eso pasa en la historia reciente, ¿qué más queda para los hitos que marcaron a la humanidad en las épocas remotas de nuestra existencia? Si uno no se acuerda de lo que pasó el 6 de agosto del año pasado, ¿qué más pensar que habrá pasado en 6 de agosto, no sé, de hace 50, 100, 200, mil años atrás?
Y entonces, cuando uno se pregunta a nivel de sociedad, ¿qué hitos han marcado la historia de la humanidad? ¿En dónde podemos buscar esa información? La Biblia es nuestro referente.
Y la Biblia trae un innumerable número. Vale la pena la redundancia. Trae muchos hitos que han marcado la historia tanto a nivel individual, tanto a nivel individual. Vamos a repasar algunos de ellos.
El primero que vamos a repasar, desde mi perspectiva, caigo en la cuenta que el mundo con este hito que vamos a analizar, cambió. Cambió. Diríamos que fue un punto de inflexión en toda la historia de la humanidad. Al punto que los historiadores dicen vivimos en los tiempos posdiluvianos. Fue tan importante este hito que dividió al mundo en la historia antes del diluvio y después del diluvio. El hito al cual me estoy refiriendo precisamente es el hito del diluvio. El diluvio es el hito del diluvio.
El diluvio definitivamente marca a nuestra sociedad, convirtiendo a nuestra sociedad, como digo, en antes diluviana y posdiluviana. Vayamos allá a Génesis.
Uno se encuentra aquí con que la historia bíblica nos relata que ocho personas sobreviven después de este evento. Uno piensa en una sociedad, uno piensa en la cantidad de personas que vivieron antes del diluvio y cae en la cuenta que solamente ocho personas sobreviven al diluvio.
Vayamos aquí en Génesis 6, versículo 1. Dice, aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres escogiendo entre todas. Y dijo el eterno, no contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne, más serán sus días 120 años. Cuando uno empieza o hace el análisis crítico de lo que está ocurriendo aquí, los hombres prediluvianos vivían cientos de años, más que cientos.
Matuzalén, verdad, 900 y tantos, 960 años. Y tantos otros hombres que vivían una cantidad enorme de años en comparación con los años de ahora, que ahora 120 años aquí Dios determinó que sería la vida de los hombres. Que más dice aquí Dios dijo, no contenderá mi espíritu permanentemente con el hombre. Uno piensa también cuántos hombres malos y viviendo cientos, 500 años, 600 años, 700 años. Uno piensa en un dictador viviendo 700 años. Se imaginan cuando los dictadores han vivido 20, 30 años y ya sus administraciones han dejado una estela de muertos que a veces resulta incomprensible.
¿Cómo el pueblo o cómo la sociedad o cómo las personas dejaron que esos hombres hicieran todas esas cosas? Piensen ustedes, en Rusia por ejemplo, Stalin mató más gente en tiempo de paz que en tiempo de guerra. Murió más gente en tiempo de paz que en la Segunda Guerra Mundial y en la Segunda Guerra Mundial vivieron muchas personas, murieron muchas personas y Stalin allí gobernando con mano férrea instaurando una política de comunismo en esas zonas. Y uno piensa y ese hombre vivió, no alcanzó a vivir 100 años. ¿Se imaginan a ese hombre viviendo 500 años? Porque a veces esas son las paradojas de la vida. Estas personas que son dictadoras o dictadores se hacen del poder y se arman de una maquinaria, que los rodea y que no los son inamovibles.
El mundo se cae a pedazos, ah, pero ahí están. Siguen gobernando hasta lo último de los días de su vida y solo la muerte los quita del planeta. Y uno piensa en la época prediluviana, estos hombres que se inclinaron hacia el mal y que todos, y como dice la Escritura en el versículo 5, que a mí siempre que lo leo se merizan los pelos. Realmente, cuando Dios dice que vio la maldad, en género 6, versículo 5, dice y vio el eterno que la maldad de los hombres que se era mucha en la tierra y que todo designe de los pensamientos, del corazón de ellos, era de continuo solamente el mal.
Siempre que leo esta Escritura, acá digo en la cuenta, se imaginan una sociedad entera de hombres, que aquí es el género humano, todos pensando en el mal siempre y no pensando en el mal 20 años, 30 años, sino que estamos hablando de 500 años, 600 años, personas pensando en el mal.
Y entonces qué fruto produce aquello, el que piensa en el mal, actúa hacia el mal, así es, no hay de otra, porque al final el mal, ¿dónde surge el mal? En la mente. En la mente de las personas. ¿Sí, una persona corrompe su mente? Bueno, se corrompe integramente. Y Dios cayó en la cuenta, vio al hombre que se había corrompido toda la sociedad y que no había, excepto Noé, no había nadie más.
Y Dios salvó a Noé, aquí en el Recículo 9 del capítulo 6, dice, estas son las generaciones de Noé, Barón Justo, era perfecto en sus generaciones. Con Dios caminó Noé, Noé tenía un carácter perfecto, un hombre que cumplía con la expectativa que tenía Dios. Y lo salvó a Él junto a su familia, junto a su esposa, junto a sus hijos, junto a las esposas de sus hijos.
Y también la Escritura dice que Noé estuvo predicando mientras construía el arca. Y cuando uno piensa cómo construyeron el arca, también no construyeron el arca con la tecnología que tenemos ahora. Aquí no estaban maquinarias, por ejemplo, estas torres que uno ve alrededor que construyen 20, 30, 40, 50 pisos. Aquí uno piensa, lo hicieron a pulso, construyendo el arca, a pulso. Es probable que hayan contratado algunas otras personas, uno piensa, eso no está escrito, uno saca estas cuentas.
No obstante, el diluvio marcó a esa generación. Y el diluvio todavía da cuentas de todo ello. Ahora, hay muchas personas que han dejado de creer en el diluvio. No obstante, porque hayan dejado de creer, la pregunta es ¿ocurrió o no ocurrió? ¿Claro que ocurrió? La Biblia lo dice y nosotros creemos en la Biblia. Y los hallazgos científicos dan cuenta de un diluvio universal, no de un diluvio local, como se ha mencionado en el pasado, es el diluvio universal.
Así es que cuando uno piensa en la historia de la humanidad, uno cae en la cuenta que el diluvio es uno de los hitos que marcan nuestra historia. El otro hito que marca nuestra historia, post-diluviana, es Babel. Babel. La torre de Babel hizo que el mundo y su sociedad cambiara para siempre. ¿Cómo que no? La sociedad post-diluviana, pre-Babel. Hay que empezar a acotar aquí, ¿verdad?
La sociedad post-diluviana, pre-Babel. Tenía una característica que no tenemos nosotros en la historia. No tenemos nosotros en la actualidad. ¿Cuál era esa característica? Todos tenían un mismo idioma. Babel señala el día en que el mundo cambia. El mundo cambió para siempre. Nunca más volvió a ser el mismo. Puesto que aquí Dios confundió las lenguas, confundió las lenguas de la sociedad, de manera que, cuando se hace el análisis, 70 naciones surgen de post-Babel.
Y uno piensa 70 naciones por 70 lenguas. 70 raíces lingüísticas surgen allí en Babel. Y el mundo definitivamente cambió para siempre después de Babel.
El otro hito que nos marca como sociedad, cuando ya uno empieza a acotar, es el llamamiento de Abraham. Abraham es un descendiente de Noé por la línea de Sem. Y Dios llama a Abraham de aquí. Vállamos a Génesis. Y el llamamiento de Abraham ha cambiado la historia del mundo. Es uno de los puntos importantes en la historia de la humanidad. En Génesis 12, en el versículo 1, dice, que el eterno había dicho a Abraham, vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré. Ya haré de ti una nación grande y te bendeciré. Y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren, maldeciré. Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Esta promesa, podríamos decir, ha impactado al mundo. Desde esa época hasta nuestros días. Estas promesas de bendición, que Dios entrega a la humanidad a través del llamamiento de Abraham. El otro hito de nuestra historia la da un cambio de nombre. Un cambio de nombre de un hombre.
Vayamos a Genesis 32, en el verso 22, cuando escuchaba a Don Vicente en el primer mensaje, y él mencionaba, somos Israelitas, hemos sido injertados. Bueno, Israel, antes que se llamara Israel, no se llamaba Israel. Se llamaba Jacob.
En Genesis 32, 22, aquí, cuando Jacob está por reencontrarse con su hermano Esaú.
La escritura dice, aquí, 32, verso 22, dice, se levantó aquella noche y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Habok. Los tomó pues, e hizo pasar el arroyo a ellos, y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo, y luchó con él un varón, hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descolluntó el muslo de Jacob, mientras con él luchaba, y dijo, déjame, porque raya el alba, y Jacob le respondió, no te dejaré, si no me bendices, y ya Jacob estaba lesionado. Y el varón le dijo, ¿cuál es tu nombre? Y él respondió, Jacob, y el varón le dijo, no se dirá más tu nombre, Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
El nombre de Israel tiene una tremenda importancia, y es uno de los hitos que han marcado nuestra historia. El nombre de Israel tiene en sí mismo un significado tremendoamente importante, porque dice, has luchado con Dios y con los hombres, y que dice, te has derrotado, has sufrido, no, dices, has vencido. Por eso, cuando esto de ser Israelita tiene en sí mismo un tremendo valor, en sí mismo, porque da cuenta de lo que Dios nos pide para que seamos o tengamos ese nombre.
Dios nos ha llamado para que venzamos, no para que claudiquemos, sino para vencer.
Entonces, Jacob le preguntó y dijo, ¡Declárame ahora tu nombre! Y el varón respondió, ¿por qué me preguntas mi nombre? Y lo bendijo allí. Es curioso el relato, la escritura no dice, ¡mire, yo soy Dios y todo! No, dice, ¿por qué me preguntas? La escritura no dice nada más, pero lo bendice ahí. Y Dios es el que bendice. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar peniel, porque dijo, ¡Vía Dios cara a cara! Y fue librada mi alma, uno de los grandes hitos en nuestra historia. El cambio de nombre de Jacob por el de Israel. El quinto hito que ha marcado nuestra historia, nuestra sociedad y la sociedad en el mundo, es el éxodo. Éxodo es el segundo libro de la Biblia, pero éxodo da cuenta de la salida del pueblo esclavo desde Egipto, con mano poderosa. La historia del mundo cambia con el éxodo. Y era que no. Egipto, en la época del éxodo, era la nación más grande y más poderosa del mundo conocido. La riqueza y el poderío de Egipto se deja sentir hasta el día de hoy. Piensen ustedes, miles de años después de ese momento, todavía quedan vestigios de la grandeza de Egipto. ¿Qué país o qué nación gasta tanto, tanto dinero en esas tremendas construcciones, que son las pirámides? Hasta el día de hoy se siguen encontrando aquí hallazgos que dan cuenta del tremendo poder económico que logró tener Egipto. Y uno piensa, actualmente Egipto es una nación árabe.
No es una gran nación desde el punto de vista económico. Y entonces lo que pasa allí ahora, importancia para el mundo prácticamente no tiene. Pero en el pasado Egipto fue una tremenda nación que tenía una economía poderosa, tenía un ejército poderoso. El más grande ejército de la época que tuviera algún país. Y era que no. Los israelitas salen con mano poderosa. La salida del pueblo de esclavos de sus territorios es uno de los grandes hitos de nuestra historia. Y podríamos decir que el hito que marca el hito, el hito que marca la salida del pueblo de Israel de Egipto, es Pascua.
La primera Pascua. Aquí en exo 12, verso 1.
Dios dice, habló el Eterno Amo y César, Arón en la tierra de Egipto diciendo, este mes o será principio de los meses. Para vosotros será el primero de los meses del año. Ya uno piensa, Dios va señalando este momento en la historia de la humanidad y le va diciendo a su pueblo que este mes de Nizan sería el primero de los meses.
Dice hablado a toda la congregación de Israel diciendo, en el 10 de este mes, tome secada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno, según el número de las personas, conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto macho de un año, lo tomaréis de las ovejas o de las cabras, y lo guardaréis hasta el día 14 de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre y la pondrán en los dos postes. Y en el dintel de las casas, en que lo han de comer, y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura, con hierbas amargas, lo comerán. Ninguna cosa comeréis de él cruda ni cocida en agua, sino asada al fuego, su cabeza con sus pies y sus entrañas. Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana, y lo que quedará hasta la mañana lo que merezca en el fuego. Esa noche el pueblo de Israel salió liberado de Egipto. Un hito tremendo, tremendo. La nación más poderosa subyugada por sus esclavos. Ahora, nosotros entendemos, no fue subyugada por sus esclavos, sino por el Dios de los esclavos. En la historia secular se le ha quitado el sitial que se merece este hito. Uno piensa en la historia secular. ¿Quién habla de la Pascua, en el mundo dándole la importancia que tiene? Esa noche el pueblo de Israel salió liberado, con mano poderosa, como dice, y brazo extendido, como dice la Escritura. Mano poderoso y brazo extendido, Dios defendiendo a su pueblo. Y ante los hombres Dios sobrepasa todo poder humano. Eso queda claro. Cuando uno lee el relato, uno se encuentra con que no hay hombre, ni poder de hombre, ni nación poderosa que pueda contenerse ante el poder de Dios. Eso es un hito, algo que queda indeleble en la historia. Podrán creer o no creer, pero no pueden negar que Dios fue el que actuó allí. Y la historia ha quedado allí para que aprendamos de ella. El sexto hito, que ha marcado al mundo y su historia, está dado por la entrega de los mandamientos en el monte de Sinaí. La experiencia del monte de Sinaí tanto para creyentes como para no creyentes es un hito que ha cambiado el mundo. La entrega de la ley ha convertido para el mundo secular a Moisés, en el gran legislador, así le llaman, los racionalistas, el gran legislador, puesto que la entrega de la ley transformó la sociedad de aquel entonces. Les dio leyes a una sociedad de esclavos que venía sin leyes y que regula la relación del hombre con Dios y del hombre con el hombre. Los diez mandamientos traen allí aquella característica. Vayamos a Exo 20. Los diez mandamientos tienen esta característica. Enseñan al hombre a relacionarse con Dios y enseñan al hombre a relacionarse con los otros hombres. Exo 20, 1. Ya habló Dios todas estas palabras diciendo, Yo soy el Eterno, tu Dios, que te saque de la tierra de Egipto, de casa, de servidumbre. No tendrás Dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás porque yo soy el Eterno, tu Dios fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Ya hago mis helicordia millares a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre del Eterno, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente el Eterno al que tomare su nombre en vano. Dios le entrega a Moisés estas leyes que regulan la vida religiosa o que regularían la vida religiosa en la nación incipiente de Israel. Ahora es llamativo cómo los israelitas transigieron. Los mandamientos son tremendamente claros y es algo llamativo cómo incluso el mundo, la actualidad, está tan perdido, tan perdido en cuanto a cómo relacionarse con Dios. Porque aquí la Escritura está en clara, en el versículo 4, dice, no te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Esto es algo llamativo cómo, cuando uno piensa en las religiones del mundo, el 90% o quizás más religiones en el mundo hacen imágenes y hacen exactamente lo contrario que dice aquí, que dice, no te inclinarás a ellas. Uno recorre las iglesias en el mundo y uno se encuentra con imágenes y a las personas arrodillándose frente a ellas y los vimos Israelitas. La Escritura traje aquí en Jeremías 10, en Jeremías 10 y en Isaías 44. Isaías 10 dice, oíd la palabra que el Eterno ha hablado sobre vosotros o casa de Israel. Isaías 14 dice, no aprendáis el camino de las naciones ni de las señales del cielo, tengáis temor, aunque las naciones las teman, porque las costumbres de los pueblos son vanidad, porque leño del bosque cortaron obra de manos de artífices de conburil, con plata y ordo, oro, roadorna, con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Están como palmeras y no hablan, son llevados porque no pueden andar, no tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder. Y uno ve las naciones que hacen aquello. En Isaías 44, en el verso 9, dice los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil, y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven y entienden. Isaías 44, verso 9, Isaías 44, verso 10. ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? Es aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres, todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán y serán avergonzados a una. El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos y trabaja en ello con la fuerza de su brazo. Luego tiene hambre y le faltan las fuerzas, no bebe agua y se desmalla. El carpintero tiende la regla, lo señala con al magre, lo labra con cepillos, le da figura con él con paz, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso para tenerlo en casa. Corta cedros y toma cipres y encina, que crecen entre los árboles del bosque, plantapino que se cree con la lluvia. De él se sirve luego el hombre para quemar y toma de ellos para calentarse. Enciende también el horno y cuece panes. Además hace un dios y lo adora, fabrica un ídolo y se adorrodilla delante de él. Aquí la escritura trae esta forma tan...
¿Cómo podríamos definirla? Una forma tan rústica, si se quiere, de relacionarse con Dios. Toma un leño y le da forma y dice, este es mi Dios. Y se arrodilla delante de él, pero del mismo árbol hace fuego y se calienta. Están irracional esa forma de relacionarse con Dios. Pero llama la atención, estos hombres fueron educados y tenían la ley de Dios para aprender de ella. Y aún así, aún así, teniendo la verdad frente a sus narices, allí estaban transigiendo los mandamientos de Dios.
Es como la historia del ser humano en general. Tenemos las leyes de Dios para ordenar nuestras vidas y no ordenamos nuestras vidas.
Sigamos aquí en Éxodo, volvamos a Éxodo, en donde estamos mencionando que la entrega de la ley en el Sinaí cambia el mundo. Claro que sí, porque le enseña, le entrega una ley al hombre para que aprenda a relacionarse con Dios y también aprenda a relacionarse con los hombres.
Entre hombres.
Verso 8, Verso 8 de Éxodo 20, acuérdate del día sábado para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra. Más el séptimo día es reposo para el eterno tu Dios. No hagas en él obra alguna.
Tú ni tu hijo ni tu hija ni tu siervo ni tu criada ni tu bestia ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo el eterno los sieros y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay y reposo en el séptimo día, por tanto el eterno bendijo el día sábado y lo santificó.
Aquí también el día de adoración. ¿Cuál es el día de adoración señalado por Dios? Es el día sábado. Hay algunos que dicen, mire, no es que estas son leyes que fueron entregadas para los judíos. Esto es una ley judía. El día sábado señala a los judíos. No señala a los cristianos en general. No obstante, no se olviden que allí en el monte de Sinaí estaban todos los israelitas.
Incluyendo juda. Así es que no fue una ley entregada a los judíos, sino a la nación de Israel donde nosotros hemos sido injertados. ¿Cómo entonces vamos a transigir el mandamiento guardando otro día?
Sí, la ley dice que el día que hay que descansar en el día que no trabajar en el día que hay que congregarse es el día sábado.
Así nos relacionamos. Dios señaló cómo relacionarnos con él. Y cómo relacionarnos con los seres humanos, dice acá, Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que el Eterno, tu Dios, te da.
Relacionarnos con nuestros padres. Honrar a nuestros padres.
Envídeo de nuestros padres. Entiendo yo.
Que más dice no matarás. No cometerás adulterio. Una de las razones por las cuales una sociedad sufre es a causa de la adulterio. Y uno ve en la actualidad, ¿por qué el mundo está como está?
Una de las razones precisamente son los pecados sexuales. Que no es cosa que después las personas se reconcilen, siempre queda allí lo que se conoce como la sombra del tercer interviniente.
Y Dios lo entregó allí en el éxodo.
¿Cómo se relacionan las sociedades? Aquí están las claves para tener una nación fuerte. Una nación fuerte se hace con relaciones con Dios íntimas y con buenas relaciones entre los seres humanos.
La familia, la base, la clave de la sociedad, la familia. Y si ustedes se fijan aquí, estas son normas protectoras de la familia.
No hurtarás si hay algo que daña las relaciones humanas es cuando ha habido robo.
Porque comienzan las desconfianzas.
16. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. No. Si hay algo que daña las relaciones humanas es esto. Hablar contra tu prójimo falso testimonio.
Y el verso 17 no codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su wey, ni su hazno, ni cosa alguna de tu prójimo.
La ley entregada en el Sinaí también abarca leyes sobre los esclavos, leyes sobre actos de violencia, leyes de las responsabilidades de ambos idueños, leyes sobre la restitución, leyes humanitarias y las tres fiestas anuales, que también fueron entregadas.
Aquí podemos leerlo en éxodo 23, en el verso 14.
También cuando se habla de las fiestas santas, algunos dicen que estas son fiestas judías. Les tengo que decir que las fiestas santas fueron entregadas en el Sinaí.
Y dice aquí, verso 14, tres veces en el año me celebraré fiesta. La fiesta solemn... la fiesta de los panes sin levadura guardarás siete días, comerás los panes sin levadura, como yo te mandé en el tiempo del mes de ayer, porque en él saliste de Egipto y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. También la fiesta de la siega, la fiesta de las semanas o la fiesta de Pentecostés. Los primeros frutos de tus labores que hubieres sembrado en el campo y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo. Tres veces en el año se presentará todo varón delante del eterno el Señor. La fiesta santa de Dios. ¿Cómo no va a ser un hito para la humanidad la entrega de la ley allí en el Sinaí?
Séptimo hito que ha marcado nuestra historia. Cristo. Cristo. Es el hecho noticioso de todas las épocas. Es el hito que ha marcado nuestra historia. No solo su nacimiento, su vida, su obra, lo que significó, lo que significa para nosotros el día de hoy. Piensen ustedes, nos llamamos cristianos, porque creemos en Cristo. Definitivamente Cristo ha cambiado al mundo. Piensen ustedes desde el punto de vista de la historia solamente. ¿La historia se divide antes de la era cristiana? Después de la era cristiana. Sea usted un creyente, un inconverso, sea usted un sarraceno. Viva usted donde usted viva. La historia del mundo cambia con el nacimiento de Cristo. Definitivamente Cristo ha cambiado al mundo. Tanto por lo que hizo, tanto por lo que dijo, tanto por lo que él era, o por lo que es. Esto del tiempo, Dios no tiene tiempo. Por eso es bueno hablar siempre presente. Por lo que es, por lo que es. Cristo no fue, es, es. Así como el monte del Sinaí Dios entrega la ley, en el sermón del monte Dios dice que le da su forma completa. Vayamos. Mateo 5. En Mateo 5, esta es una de las escrituras más relevantes de todo el Nuevo Testamento. Cuando hay algunos, particularmente que piensan que Cristo vino a volir la ley, esta ley de los mandamientos, ni de las fiestas santas que acabamos de leer, que Cristo vino a cambiar aquello. Así que no hay que guardar ni los mandamientos, ni guardar las fiestas santas, ni guardar nada. Y Cristo no dijo eso. De hecho, aquí en Mateo 5, verso 17, dice, no penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. Y aquí la palabra cumplir, vine del griego plero, pero que significa dar su forma completa. Y si ustedes se fijan en el sermón del monte, que está descrito y que por tiempo no lo vamos a analizar, pero está descrito en Mateo 5, Mateo 6, Mateo 7, Cristo le da la forma completa a la ley de Dios.
A la ley de Dios le da el componente espiritual a la ley de Dios.
Por ejemplo, uso el ejemplo que lo tomo aquí porque lo estoy viendo aquí. Mateo 5, verso 27. Oísteis que fue dicho, no cometerás a adulterio. Ve la ley, verdad, allí de las relaciones humanas. Mateo 20, oísteis que fue dicho, no cometerás a adulterio, pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para acodiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Aquí Cristo vino a darle la forma completa al mandamiento. No es solamente que usted no cometa adulterio, sino que usted piense en el adulterio. Hay que cuidar la mente. Hay que cuidar la mente y el espíritu.
Por tanto, si tu ojo derecho te hace ocasión de caer, sacalo y echa lo de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Elito que cambió nuestra historia, Jesús.
Aquí en Juan, en Juan, quien es Cristo, dice en el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas y sin Él nada más. Y en el principio con Dios, todo lo que ha sido hecho fue hecho.
En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio para que dice testimonio de la luz a fin de que todos creyesen por Él. No era Él la luz, sino para que viese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera que alumbra todo hombre venía a este mundo.
En el mundo estaba y el mundo por Él fue hecho, pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino y los suyos no le recibieron. Es la tristeza, verdad que queda. Que los suyos no le recibieron. Su pueblo. Su pueblo. No le recibió. Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Ya que el verbo fue hecho carne y habito entre nosotros y vimos su gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él y clamó diciendo, este es de quien yo decía, el que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo, porque de su plenitud tomamos todos.
Y gracias sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. La obra de Jesucristo. Estos siete hitos han marcado nuestra historia, pero como ustedes pueden caer en la cuenta, la historia no está terminada. No se ha cerrado el ciclo de la historia humana, aún falta otro hito en la historia de la humanidad, el hito octavo.
¿Cuál es el hito octavo? El retorno de nuestro Señor Jesucristo en gloria y majestad. En gloria y majestad. Ya no como un humilde carpintero, sino como rey de reyes. Y el hito que va a cambiar de nuevo, la historia de la humanidad, y que la va a convertir según los historiadores, porque después yo entiendo que igual van a haber historiadores, y van a contar todo aquello, y van a decir, antes del retorno de Jesucristo se vivía así, y después del retorno de Jesucristo se vive así.
¿Cómo se va a vivir en aquel entonces? Aquí en Zecharías 14 habla de ese momento. En Zecharías 14, verso 4, dice y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente, y el monte de los olivos se partirá por en medio hacia el oriente, y hacia el occidente haciendo un valle muy grande, y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
Y huiré y salvalle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Ya acontecerá que en ese día no habrá luz clara ni oscura. Será un día el cual es conocido del eterno, que no será ni día ni noche, pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. Acontecerá también en aquel día que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar Oriental, y la otra mitad hacia el mar Occidental en verano y en invierno.
Y el eterno será rey sobre toda la tierra. En aquel día el eterno será uno y uno su nombre. Aquí, Jesucristo gobernando en todo el mundo. Ya no van a haber aquí discusiones a este respecto. Aquí no van a haber religiones allí, religiones allá, arriba y abajo, y cada uno decidiendo o haciendo lo que les parece correcto. Ese día, Jesucristo gobernando desde Jerusalén hacia el resto del mundo, instaurando su reino, instaurando sus leyes, gobernando como puede solamente gobernar un rey justo, un rey que va a entender nuestras debilidades, más también que va a conocer nuestros corazones.
Aquí no es solamente verdad justificaciones, no es que yo no hago esto, porque no puedo, no hago aquello, porque no. Él va a conocer nuestros corazones y él va a saber por qué uno hace lo que hace. Y además, cuando uno piensa en ese mundo, se va a guardar la fiesta de los tabernáculos. Cuando las personas dicen, no, mire, ¿qué es eso para los judíos?
No, ¿qué es eso para otro tiempo? Aquí esta escritura dice que en ese tiempo se va a guardar la fiesta de los tabernáculos. Dice, verso 16, y todos los que sobrevivieron de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al rey, al eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Ya no tendremos excusas para guardar o no guardar las fiestas santas de Dios.
El hito de los hitos será cuando Jesucristo regrese e instaure su reino, reino al cual usted y yo estamos invitados a participar, siempre y cuando. Porque es cierto, tenemos enormes promesas que han sido hechas para todos los que estamos aquí, pero esas enormes promesas tienen una condición. Y quisiera terminar este mensaje con una escritura en Apocalipsis 22, en el verso 6. Aquí Juan, por inspiración, describe algo de lo cual debemos ser conscientes o debemos estar conscientes. Dice, y me dijo, estas palabras son fieles y verdaderas, y el Señor, el Dios de los espíritus, de los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
He aquí, vengo pronto, bienaventurado, el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas, y después que las sube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo, mira, no lo hagas porque yo soy conciervo tuyo de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro.
Adora a Dios. Y me dijo, no sellen las palabras de la profecía de este libro porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía. Siempre me ha llamado la atención esta escritura. ¿Por qué dice aquello? El que sea injusto, sea injusto todavía. Y el que es inmundo, sea inmundo todavía.
Y el que es justo, practique la justicia todavía. Y el que es santo, santifiquese todavía. He aquí, yo vengo pronto y miga el ardón conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra. Miren, si un injusto quiere seguir siendo injusto, bueno, que sea injusto.
Pero sepa bien que la escritura dice que van a ser evaluadas nuestras vidas.
Y cada uno recibirá la recompensa de la obra que haya hecho. Si esa obra es buena y justa, Dios sabe la obra de cada uno. Y si nuestra obra es injusta, Dios también sabe nuestra obra injusta. Y seremos corregidos en su momento. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin, el primero y el último.
Tenemos la historia para aprender de ella y tenemos la historia que viene para seguir aprendiendo de ella. Quiera Dios darnos a todos el espíritu de discernimiento y también la sabiduría para poder ser más que sabedores, hacedores de la palabra.