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Muy bien.
Más de alguna vez he mencionado que una de las preocupaciones que tenemos todos los que predicamos, todos los que tenemos el servicio de la palabra, es encontrar el tema, es encontrar el alimento que nosotros necesitamos, todos los que tenemos esta función, así lo entiendo yo, así lo aprendí yo y así lo he vivido yo, buscamos constantemente un tema que nos sirva de inspiración y que sirva de alimento espiritual necesario para enfrentar la semana, o bien para escuchar palabras de vida que nos permitan discernir lo que fue nuestra semana. A veces uno en el día sábado uno se encuentra con esas palabras de consuelo, de apoyo que nos permiten ver con mayor claridad lo que fue la semana que ya transcurrió. Algunas veces el alimento que uno recibe en el día de sábado le permiten ver con mayor claridad a veces lo que va acontecendo en la semana y por eso todos los que tenemos este servicio que Dios nos ha pedido, a veces pasamos mucho tiempo buscando el tema. A veces, a mí me ha ocurrido, lo conversaba con uno de ustedes esta semana, a veces uno está horas para escribir una frase, horas. Y a veces pasan horas también y uno no escribe nada, está con la mente allí como decimos en blanco.
Pero ya cuando uno encuentra el tema, ya las cosas se desarrollan rápidamente, a veces uno se sienta y escribe, escribe, escribe y hojas y hojas en un momento, pero también a veces uno está bastante tiempo dedicado buscando el tema.
Cada día sábado es el momento de la semana en donde podemos concentrar nuestras mentes en los temas esenciales o bien reenfocar nuestras mentes y corazones en aquellas cuestiones que trascienden nuestras vidas físicas.
La escritura menciona no una vez, sino varias veces que los físicos, por muy esplendoroso que sea, es efímero. Por muy tremendo que sea un país, una empresa, eso la escritura menciona que tiene una vida efímera y de hecho lo describe como vanidad. Aquí en primera de Juan 215, la escritura trae a colación esto, una de las más fuertes declaraciones que podemos encontrar, en donde Juan, por inspiración, le estaba diciendo a los hermanos y en consecuencia uno siente que estas palabras le llegan a uno en estos tiempos, dicen no a meis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vana gloria de la vida no proviene del Padre sino del mundo.
Y aquí, en verse 17, trae esta declaración tan impactante, el mundo pasa. El mundo pasa, las cosas pasan y sus deseos, pero dice aquí el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Es una tremenda verdad en donde se comparan estas dos formas de vida prácticamente.
El mundo va a tener término, las cosas que hay en el mundo van a tener término, pero las promesas que están hechas para los que aman a Dios, para los que hacen su voluntad, es la vida eterna. Y la vida eterna en sí mismo lleva esa impronta, esa marca, no va a pasar, va a permanecer por siempre. Y por eso en el día sábado la idea es que nos enfrentemos o nos concentremos en las cosas realmente importantes que tiene la vida. Las cosas realmente importantes que tiene la vida, las cosas esenciales de esta vida, es que esta vida tiene un futuro para todos aquellos que quieren hacer la voluntad de Dios.
Si bien las cosas físicas son necesarias, la escritura aquí en Mateo 6, 19, Jesucristo hablándonos, nos dijo, mire, las cosas materiales son necesarias, pero las cosas espirituales son más necesarias.
Acá en Mateo 16, o sea, disculpen, Mateo 6, Mateo 6, En el verso 19, la escritura dice, no os hagáis tesoros en la tierra, Jesús hablándola a los discípulos, hablando de las cosas físicas, dice, no os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orinco rompen, y donde ladrones minan y urtan. Las cosas físicas, las cosas físicas se pueden robar, las cosas físicas se pueden perder, las cosas físicas aquí dice la polilla, han visto lo que pasa cuando a las telas entra la polilla, a veces hay dibujos, animados que han mostrado eso, ¿verdad? Se puede estar un terno y uno se lo quiere poner y las costuras se caen y ya no se puede usar el terno, de hecho hay dibujos donde traen que uno se pone el terno y desaparece, ¿verdad? La polilla tiene esa característica o esa función, se come la tela, y por eso aquí Jesús estaba diciendo, miren las cosas físicas, las cosas físicas pasan por muy grande que sean las cosas físicas, por muy grandes que logren ser, eso pasa y dice, Llorín corrompen, dice aquí Jesús, dice, si no Haseos, tesoros en el cielo, tesoros en el cielo, en donde dice, donde ni la polilla, ni Llorín corrompen, y donde las drones nominan ni urtan, uno piensa la espiritualidad, alguien le puede robar la espiritualidad a uno, bueno, se puede obstruir la espiritualidad, pero no robar la espiritualidad, dice Jesús, diciendo entonces los intereses, dice porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
En el día sábado la idea es que enfrentemos estas cuestiones esenciales de la vida, cuestiones esenciales que nos pueden hacer entender y mejorar nuestras vidas desde el punto de vista espiritual. Ahí está la clave. Jesús, aquí en el mismo capítulo 6 de Mateo, nos dijo que si buscamos las cosas esenciales de la vida, Dios por añadidura nos entrega las cosas físicas, no al inversa, esto no se da en sentido inverso, verdad? Partiendo por las cosas físicas uno no llega a las cosas espirituales, no es así, es al revés, partiendo por lo espiritual Dios entrega los físicos.
Acá en Mateo 6.25 dice aquí, por tanto Osigo, no os afanéis por vuestra vida qué a vez de comer o qué a vez de beber, ni por vuestro cuerpo qué a vez de vestir, no es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Aquí Jesús hablando de la real dimensión que tienen las cosas y dice aquí mirad las aves del cielo que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros y vuestro Padre Celestial las alimenta, no valéis vosotros mucho más que ellas y por eso Jesús le estaba diciendo a sus discípulos, bueno no se afanen esto de preocuparse excesivamente, eso es afanarse, eso no significa que una persona no tenga que trabajar, no estamos hablando de eso, estamos hablando de esta preocupación excesiva que a veces se genera a causa del trabajo.
Dice aquí, 27, ¿y quién de vosotros podrá por mucho que se afane añadir a su estatura un codo?
Nosotros que somos bajitos entendemos esto bastante bien, por más que uno haga ejercicio o que le digan mire usted es pequeño porque no aprovechó los los periodos de crecimiento y entonces empezó esa cosa verdad, estas alimentos fortificantes y todo, no pasa nada, por lo más que se preocupe respecto de su estatura, la estatura que llegó ahí que o, esa es su estatura. Lo más probable es que con los años en vez de crecer uno disminuya, que es lo que yo he visto, esto es algo casi anécdotico, cuando yo estaba en la universidad me di 1,60 y ahora mi de 1,58.
Dejémoslo ahí. Bueno, aquí Jesús dice, y quien de vosotros podrá por mucho que a Zafane, por más que uno se preocupe, dice añadir a su estatura un codo y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Esto dice de las preocupaciones, el preocuparse excesivamente, dice aquí considerar los lidios del campo como crecen, no trabajan ni hilan, pero digo que ni a un salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, no hará mucho más a vosotros hombres de poca fe?
Dice aquí, no os afanéis pues diciendo que comeremos o que beberemos o que vestiremos, porque los gentiles buscan todas estas cosas, los gentiles, los personas que no tienen a Dios. Y dice aquí, pero vuestro Padre Celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Verso 33 dice entonces, más buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os será añadida. Y aquí estaba hablando entonces específicamente del alimento y del vestido. Dice, si uno busca el reino de Dios y su justicia, todas estas cosas os será añadida. Así es que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá a su afán. Basta a cada día su propio afán. Así es que Dios en el día sábado uno se puede encontrar con estas verdades esenciales. Las cosas físicas pasan. Y como mencioné hace un momento atrás, la indicación no es en reversa, si priorizamos las cosas físicas, lo espiritual no viene por añadidura. Si uno prioriza las cosas físicas, lo espiritual no viene por añadidura. Lo que viene por añadidura es si uno buscando el reino, buscando cumplir con Dios, queriendo hacer la justicia de Dios, Dios entrega. En su momento, si eso es otro punto que hay que entender, Dios entrega esto en su momento, Él sabe en qué momento nosotros estamos preparados para recibir.
Hay una escritura aquí en Ecclesiastés 2, en Ecclesiastés 2, en donde se menciona cómo Dios algunas veces trabaja para entregarle las cosas físicas a un hijo de Dios. Ecclesiastés 2, verso 25, dice, porque quién comerá y quién se cuidará mejor que yo, verso 26, porque al hombre que le agrada, al hombre que le agrada Dios le da sabiduría, ciencia y gozo. Más al pecador, da el trabajo de recoger y amontonar. ¿Para qué? Dice, para darlo al que agrada a Dios. ¿Se fijan? A veces suele suceder que las personas del mundo son las que trabajan y Dios después arregla estas cosas y Dios entrega esas bendiciones por las cuales otros muchos han trabajado. Y Dios, cuando quiere bendecir, y yo tengo la certeza que Dios nos quiere bendecir, él usa el trabajo y el esfuerzo de hombres, pecadores, para trasladarlo a las manos de los hombres que él quiere. Ahora bien, a su momento dije que esto no es con reversa, me refiero a que si priorizamos lo físico en desmedro de lo espiritual, la ganancia no es lo espiritual. Eso sí es algo claro. Lo espiritual no se agrega a los físicos, sino como he mencionado, lo físico se agrega a lo espiritual. Por eso en el día sábado, y no sólo en el día sábado, pero particularmente en el día sábado, es el día que Dios designó y apartó para que nos concentremos en las cosas espirituales.
Porque estas cosas espirituales nos pueden hacer crecer, aquí como dice la Escritura, para la salvación. Para la salvación, porque nuestra meta, hermanos, es que lleguemos al reino. Esa es nuestra meta, llegar al reino. Ahora uno dice, bueno, el reino, bueno, la eternidad, donde el reino es una parte, pero Dios dice que dará vida eterna a los que buscan hacer el bien. Aquí vamos a leer primero, segunda de Timoteo 3.14.
Segunda de Timoteo 3.14.
Las escrituras tienen este poder perfeccionador, siempre y cuando nosotros nos dejemos perfeccionar por esas palabras de vida. Porque qué pasa si uno es porfiado y rebelde las palabras y Dios respeta nuestro Libre alvedrío. Él no nos obliga, pero Él nos dice sí cómo vivir la vida de manera de poder sacar ganancia espiritual. Aquí en segunda de Timoteo 3.14. Nos dice, pero persiste tú en lo que has aprendido, esto fue lo que Pablo le dijo a Timoteo. Persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste sabiendo de quién has aprendido y que desde la niñez has sabido las sagradas escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redaluir, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Así es que en los días sábados nos encontramos con esta palabra de vida, esta palabra de vida que nos puede dar esa sabiduría para alcanzar la salvación, a fin de que cada uno de los que esté aquí, de los que escuchemos, seamos perfeccionados en nuestro carácter para toda buena obra. Como mencioné, la escritura tiene ese poder, o bien puede ejercer ese poder perfeccionador si nos dejamos guiar y corregir. Si no nos dejamos guiar y corregir, ¿podremos crecer? Si no nos dejamos guiar y corregir, ¿podremos crecer? Quizás uno pueda llegar a saber las cosas, pero eso no implica por sí solo crecer. Crecer en el crecimiento desde el punto de vista espiritual tiene que ver más bien con los frutos espirituales de amor y verdad que logremos producir. Si hacemos nuestro esfuerzo por dejar que Dios trabaje con nuestras vidas, tarde o temprano cosecharemos los frutos de lo que haya sido nuestra siembra espiritual. Pablo explica este punto aquí en Galatas 6, en Galatas 6, verso 7. Pablo habló largamente respecto de este tema con los hermanos Galatas. Y en el último capítulo de esta carta, Pablo trae a colación lo siguiente. Dice, no, se engañéis. Dios no puede ser burlado. Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también se hará. Cuando uno busca aquí la palabra, no se engañéis, no extravíéis, no descarríéis. Pablo les hizo ver a los hermanos en Galatas una de las verdades más increíbles de Dios. Primero que nada, aquí Pablo les dijo a los Galatas, no se confundan. No crean que Dios puede ser engañado. Por curioso y sorprendente que parezca esta aseveración, es llamativo, por ejemplo, que el profeta Jonas haya pensado que podía escaparse de Dios. Escaparse de Dios. Y eso es un imposible. Dios está en todas partes. Entonces, ¿por qué Jonas creyó que podía escapar de la presencia de Dios? ¿Por qué Jonas llegó a esa conclusión? Bueno, aquí uno dice, no os engañéis, no os engañéis, Dios no puede ser burlado.
Aquí en Jonas 1, en el verso 3, nos encontramos con esta declaración. Jonas recibió una instrucción de parte de Dios. Dios le dijo, tienes que ir a Nínive y predicarles. Y Jonas, lo primero que hizo, en vez de obedecer, fue huir. Y dice aquí, Jonas se levantó para huir de la presencia del eterno Atarsis. Estando en Israel, entonces se fue a la región de España. Entonces uno pregunta, ¿por qué hizo eso? ¿Por qué Jonas tuvo esa conclusión? La razón. La razón. No os engañéis, eso fue lo que le dijo Pablo a los gálatas. Dios no puede ser engañado. No se dejen seducir respecto a esa idea de que Dios puede ser burlado. Dios puede ser engañado. No es así. No es así. A veces el uso de la razón hace que las personas como Jonas adopten este tipo de decisiones.
Una decisión, podríamos decir, entre comillas, lógica, desde el punto de vista físico, pero y lógica, desde el punto de vista espiritual. Él pensó que a huir de Jerusalén, a huir del lugar en donde estaba un templo, Él podría alejarse de Dios. Cuando eso es un absurdo. Dios no habita en lugares. Dios descansa en lugares. Pero no existe un templo que lo pueda contener. Eso dice la escritura. Volvamos al tema que Pablo trajo a Colación en la carta a los gálatas. Él dice, Pablo, que Dios no puede ser engañado.
Y uno piensa aquí, ¿qué es lo que tásitamente también Pablo dijo? Dios no puede ser engañado. ¿Y tásitamente qué es lo que dijo? Los seres humanos podemos ser engañados. Pero hizo una severación. Mire, Dios no puede ser engañado. Pero los hombres sí. Los hombres sí. Dios tiene un poder que el hombre no posee. Dios posee la capacidad de discernir los pensamientos y las intenciones del corazón. Dios tiene esa capacidad, pero el hombre no. El hombre no. En Jeremías 17-9. En Jeremías 17-9.
Por inspiración, el profeta trae a colación uno de los temas. Engañoso es el corazón. Más que todas las cosas. Y perverso. ¿Quién lo conocerá? Esa es la pregunta.
Y por inspiración, el profeta contesta. Yo el eterno, que escudriño la mente, que pruebo el corazón para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras. Dios no puede ser burlado, debido a que Dios tiene ese poder para saber lo que hay dentro del corazón de cada uno. Los seres humanos no tenemos esa capacidad. Por más experiencia que uno tenga al respecto, uno logra conocer de las personas lo que las personas quieren mostrar.
Si la persona no se sincera y no muestra lo que hay dentro, uno no tiene la capacidad para saber exactamente lo que hay dentro.
Aquí en el Salmo 139.
En el Salmo 139.
David habla de esto.
Él declara lo siguiente, dice, o eterno, tú me has examinado y conocido. David lo está diciendo a Dios.
Dice, tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo. Y todos mis caminos te son conocidos. Es lo que estaba diciéndole, Pablo a los gálatas. Dios nos conoce. Dios sabe exactamente lo que nosotros hacemos.
No hay un lugar en donde uno pueda ocultarse. Y decir, mire, ¿sabe qué? Yo me escondí de Dios. Y yo hago cosas que Dios no conoce. No es así. Y dice aquí, pues aún no está la palabra en mi lengua y he aquí. O eterno, tú la sabes toda.
Antes que uno pronuncie, ya Dios ha conocido los pensamientos de uno.
Dice aquí, delante y detrás, me rodeaste. Sobre mí pusiste tu mano.
Y versos 7 dice, ¿a dónde me iré de tu espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiera los cielos, allí estás tú.
Y si en el seol hiciera mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomar en las alas del alma y habitar en el extremo del mar, aún allí me guiará tu mano y me asigará tu diestra. Si dijere ciertamente las tinieblas me encubrirán, aún la noche resplandecerá alrededor de mí. Aquí David está describiendo esta relación que tenía con Dios y en donde Él reconoce que Dios está en todas partes, que Dios conoce los pensamientos. Pablo le dijo a los gálatas que no se dejaran seducir por esa idea de creer que Dios puede ser burlado. Dios no puede ser burlado.
Y la otra severación esencial que Pablo declara aquí en gálatas 6 que dice aquí todo lo que el hombre sembrara. ¿Eso va a cosechar? Jesús dijo también esto en Mateo 7. Dice, por los frutos los conoceréis. ¿Acaso se recoge nubas de los espinos o higos de los abrojos? Esta analogía de la siembra y la cosecha hay que ver que tiene gran similitud con la vida espiritual. Lo he mencionado muchas veces. Delante en este lugar, las analogías agrarias se reiteran en las escrituras muchas veces. A veces he pensado resumir todas las escrituras agrarias que hay.
Es increíble la cantidad de analogías que hay al respecto. Y por eso, cada vez que viajo al sur y hacia el sur uno se encuentra con grandes plantaciones. En particular, me recordaba cuando regresé y antes cuando llegué a Temuco, por el norte, a izquierda y derecha uno se encuentra con plantaciones de trigo. O grandes plantaciones de trigo. Y si usted le preguntara a cualquier campesino qué es lo que espera cosechar, si ese campesino ha sembrado trigo, yo les apuesto que la persona pondría una cara.
¿Qué pregunta es esa? ¿Qué pregunta es esa? ¿Cómo que qué voy a cosechar si yo sembré trigo? Bueno, lo lógico, si yo siempre trigo, es que coseche trigo. Y lo lógico es que si yo cosecho, si yo siempre papas, coseche papas. Ningún agricultor encontraría lógico si yo preguntara, mire, usted sembró papas. ¿Usted esperaría encontrar trigo? Eso es un absurdo. La analogía que Pablo trae a Coración dice, mire, todo lo que el hombre sembrare, eso va a cosechar. No se engañen. No piensen que va a ser distinto.
Y de hecho, dice aquí, vayamos a gálatas 6. Pablo sigue con la idea, le sigue insistiendo a los gálatas. Mire, si usted sembró para la carne, ¿qué esperá cosechar? Dice aquí, en el verso 8, dice, porque el que siembra para su carne, de la carne, se garará corrupción. Le está hablando a los gálatas. Le está hablando a personas que conocían la verdad. Esto no era un tema desconocido. Se le está hablando a hombres que reconocen en lo espiritual. El tema en cuestión. Me dice aquí, Pablo, a los gálatas, porque el que siembra para su carne, de la carne, se garará corrupción. Más, el que siembra para el espíritu, del espíritu se garará vida eterna.
Pablo hace esta corrección a los gálatas. Esta es una carta correctiva a los gálatas. Pablo le dijo, mire, si han sembrado carnalidad, los gálatas que se ven, van a cosechar carnalidad. Y dice aquí, más adelante, en el verso 9, les dice aquí, no nos cansemos de hacer el bien. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo se garremos si no desmayamos. Pablo trajo a Colacion aquí uno de los temas más importantes en el desarrollo del carácter cristiano.
Hablamos que en Timoteo, que las escrituras tienen esta función de enseñar, de corregir, de redarhuir, de intruir en justicia con el fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Bueno, ¿cuáles son esas buenas obras? Esa buena obra es la producción espiritual. Y podríamos decir, la siembra espiritual para cosechar lo espiritual. Si la siembra es espiritual, la cosecha será espiritual.
Más también nos dice que debemos tener paciencia y que no tenemos que desmayar. Aquí en segunda de Timoteo, cuando Pablo hace esta comparación, esta analogía de la vida cristiana, él habló que la vida cristiana se puede comparar con la de un agricultor. Segunda de Timoteo 2, verso 6, y dice el labrador, para participar de los frutos debe trabajar primero.
También, esto es algo bastante analógico y bastante instructivo cuando uno visita estos campos. Los campesinos, no es llegar y tirar las semillas, es todo un trabajo. Tiran las semillas, antes se hacía el voleo, ahora no, ahora se hace con unas máquinas que van dejando 2 o 3 granos cada 20 o 30 centímetros. Y es una de las más complicadoras para que cuando venga el tiempo de la limpieza, cuando ya empiezan a nacer las plantas, hay muchas cosas que pueden obtruir el crecimiento.
Y ahora dejarle la tierra para que la semilla pueda crecer. Y entonces aquí, Pablo le dice a Timoteo, el labrador para participar de los frutos, debe trabajar. Y si uno sigue con la analogía, bueno, en sentido espiritual, también. Si bien es cierto, los frutos espirituales son dones, cuando nos han impuesto manos, el Espíritu Santo produce en nosotros amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, manse d'umbre y templanza. Más también hay que trabajar en estos dones para que estos dones produzcan fruto y requieren de nuestra parte, trabajo, esfuerzo espiritual para desarrollarlos a través del tiempo. La producción espiritual requiere de nosotros trabajo espiritual y este trabajo no debe mermar con el tiempo.
El trabajo espiritual requiere de la paciencia y la perseverancia del agricultor. Y Pablo le dijo a los gálatas, no nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo cosecharemos. Aquí en Romanos 2, en el verso 6.
En Romanos 2, en el verso 6. Pablo, por inspiración a los hermanos que estaban en Roma, dijo que pagará cada uno conforme a sus obras, hablando de Dios. Verso 7. Vide eterna a los que perseverando en bien hacer. Se fijan? Perseverando en bien hacer. Buscan gloria, yonra e inmortalidad. Los que perseveren en el bien hacer recibirán el premio. Y Dios usa innumerables maneras para explicarnos cómo que es él y desarrollar nuestra producción espiritual. Una de estas analogías es cómo desarrollar nuestra producción espiritual. La encontramos en Isaías. En Isaías 5, en el verso 1.
Es interesante lo que la escritura dice aquí cuando uno hace el análisis de la analogía. Dice aquí. Isaías 5.1.
Dice ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladela fértil. La había acercado y despedregado y plantado de vides escogidas. Había edificado en medio de ella una torre, y ello también en ella un lagar. Y esperaba que viese uvas y dio uvas silvestres. Aquí esta es la analogía. La analogía de la viña. La viña es el pueblo de Dios, es Israel. En particular, en este caso, Isaías predicó a la Casa de Judá.
Uno puede extrapolar entonces esta analogía a nosotros mismos. A nosotros mismos. ¿Y ustedes me dirán por qué? Bueno, porque la escritura dice que nosotros somos el Israel espiritual. El Israel espiritual. Acá en Romanos 11, en Romanos 11, está esta aseveración. Nosotros, los gentiles, hemos sido injertados en el olivo natural que es Israel. Así es que todo lo que estamos aquí conformamos parte del Israel espiritual. Y entonces esta analogía de la viña nos llega a nosotros. Nos llega a nosotros.
Vayamos a Romanos 11, 11. La escritura dice, digo pues, han tropezado los de Israel para que callecen. En ninguna manera, pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles. Dios tenía un plan preparado. Él arregló las cosas, de manera que nosotros fuimos injertados. Dice aquí, y si su transgresión es la riqueza del mundo y su defección, la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración, hablando en el futuro? Porque a vosotros hablo gentiles. ¿Por cuánto yo soy apóstol a los gentiles? Onro, mi ministerio, aquí Pablo, fue enviado a predicarle a los gentiles y por eso él es el apóstol a los gentiles.
En el reino, él va a estar a cargo de nosotros. Eso es lo que nosotros entendemos. Pablo va a estar a cargo de nosotros. Dice, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre y hacer salvos a algunos de ellos. Dice, porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión? Si no vida de entre los muertos, si las primicias son santas, también lo es la más arrestante.
Y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si alguna de las ramas fueron desgajadas y tú siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas. Ya has sido hecho participante de la raíz y de la rica sabia del olivo. ¿Se fijan? Los gentiles fuimos injertados. Los otros somos. Nos reconocemos como el especial del espiritual. Así es que volvamos aquí a Isaías. Cinco. Podemos entonces entender. La viña espiritual somos nosotros. Los que hemos alcanzado los fines de los siglos.
Yo se presenta en Isaías con una esperanza. La esperanza era que si trabajaba con esa viña, si la despedregaba, esa viña daría el buen fruto espiritual que Dios esperaba. Dios pensaba así. Dijo, yo tengo mi viña en una ladera fértil. Uno ya empieza a pensar. No era una tierra infertil. Hay campos, hay lugares aquí en Chile donde uno lo que siempre y haga lo que haga, esa tierra no va a producir.
No va a producir. Sin embargo, hay otros lugares aquí en Chile en donde uno lo que tira en tierra brota. Realmente aquí, Chile es un país privilegiado. Tiene esa, la tierra tiene esa característica, esas sales, en donde a mí me sorprende aquí en Santiago de Chile lo que uno siempre se da, lo que uno siempre se da. Hay tanta abundancia. Aquí hay árboles, a mí me sorprenden, a veces uno no valora lo que tiene. Aquí uno ve árboles con frutos que se caen de maduro y ahí se pierden. Hay otros lugares en donde no pasa eso, pero acá sí.
Y entonces aquí uno empieza a pensar donde tenía Dios su viña en una ladera fértil. En una ladera fértil. Y Dios que dice, mire, despedregué esa ladera fértil. Y aquí uno piensa uno de los grandes problemas que tienen las plantas para sobrevivir son las piedras. Son las piedras. ¿Se acuerdan cuando la parábola del sembrador? ¿Se acuerdan? Allí dice, Mateo 13.5, parte cayó en pedregales. Parte cayó.
Parte de la semilla caen pedregales. ¿Y qué pasa? Dice, donde no había mucha tierra y brotó pronto porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quedó. Porque no tenía raíz y se secó. Así es que, una de las primeros trabajos que hace cualquier agricultor o cualquier persona que ha hecho cualquier tipo de cultivo es sacarle las piedras al terreno.
Eso es lo primero que se hace. Si no se le sacan las piedras, el trabajo se vuelve como poder hacer. Frustrante. ¿Por qué? Porque el sol calienta las piedras y ya sé que la planta se queme. Y por eso, cuando ustedes vean o vayan por estos campos, van a ver el mundo con otros ojos. Van a poder ver por qué las piedras están separadas. Es por eso todo agricultor que trabaja la tierra sabe que para que la tierra produzca tiene que ser un gran producto de la tierra.
Para que la tierra produzca, tiene que sacarle las piedras. Porque las piedras queman la planta por un lado y por otro lado evaporan el agua. Por lo tanto, entonces, la planta se quema y por otro la planta se deshidrata. Así es que es por eso que cualquier cultivador de uvas, de olivos, de manzanas, de cualquier vegetal, tiene la necesidad de sacar las piedras porque las piedras son estorvos. Estorvos para el crecimiento. Y entonces esta analogía va cobrando vida ante nuestros ojos. Dios intenta separarnos de los estorvos espirituales que pueden obstruir nuestro crecimiento.
Los estorvos espirituales deben ser retirados para que la planta se fortalezca y pueda nutrirse adecuadamente. Si lo llevamos al plano espiritual, entonces aquí la pregunta, ¿cuáles serían los estorvos espirituales? ¿Cuáles serían los estorvos espirituales? La palabra estorvo aparece una vez en el antiguo testamento y una vez en el nuevo testamento. En el antiguo testamento aparece en Ezequiel 33.12. En Ezequiel 33.12.
Dice, y tú hijo de hombre, díe a los hijos de tu pueblo, la justicia del justo no lo librará el día que se revelare y la impiedad del impío no le será estorvo el día que se volviera de su impiedad. Ahí aparece la palabra estorvo, de una palabra hebrea que se escribe Kallal, K-A-S-H-A-L. Dice aquí, significa exactamente, tambalear o osilar, por implicación, trastavillar, tropezar, desmayarse, caer, agotar, arruinar, atropellar. Dice aquí hablando de la función que tenía en la talalla, y decía, bueno, mire, si la persona se convierte, no los pecados pasados no le serán estorvos, no le obtruirán. Y dice aquí, en el Nuevo Testamento, la palabra estorvo, aparece en primera de Pedro 3.7, viene el griego ecopto, ecopto, e-k-k-o-p-t-o. En donde se menciona, dice vosotros, maridos, igualmente vivir con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como vaso más frágil y como a coerderas de la gracia, de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorvo. Estorvo. Ahora bien, ahora bien, aparece en las escrituras la palabra estorvar también. O sea, no solamente como sustantivo, sino como verbo, como verbo, estorvar.
Y aquí traigo cinco palabras estorvar en donde uno puede ir sacando conclusiones respecto de qué acciones, pensamientos, circunstancias pueden estorbar nuestra vida espiritual.
Aquí traigo una. A veces los razonamientos pueden estorvarnos. Los razonamientos pueden estorvarnos. ¿Se acuerdan a este caso de Naval y David? David fue a pedirle ayuda a Naval. Aquí vayamos en primera de Samuel 25.1. Se menciona el caso de Naval y a Abigail. Dice de primera de Samuel 25.1. Murió Samuel y se juntó todo Israel y lo lloraron y lo sepultaron en su casa en Ramá y se levantó David y se fue al desierto de Parán. En Maón había un hombre que tenía su hacienda en Carmel el cual era muy rico y tenía 3.000 ovejas y 1.000 cabras. Cuando estuvimos en Temuco hacíamos análisis. ¿Verdad? Que esta era una tremenda hacienda. 3.000 ovejas. ¿Cuánto vale una oveja? Cada vez que voy a Temuco me acuerdo de este tema. No sé por qué será. ¿Cuánto vale una oveja?
¿Cuarenta? 1.000 ovejas por 40.000. Es una cifra tremenda. Tremenda. 1.000 cabras. No sé cuánto vale una cabra, pero igual también es una tremenda hacienda. Y dice que ya aconteció que estaba esquilando sus ovejas en Carmel. El día de la esquila es prácticamente una fiesta en los campos. Es una fiesta en los campos. Y por lo tanto, en esos días no solamente se esquilan las ovejas, sino que también se comen varias ovejas. Eso es lo que tradicionalmente, hasta el día de hoy, en los campos chilenos, eso es lo que ocurre.
Se matan animales, se comen animales. Es una fiesta. Y, verso 3, y aquel varón se llamaba Naval, y su mujer a Vigail, era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia. Pero el hombre era duro y de malas obras, y era del linaje de Calévres. Yo yo David en el desierto que Naval esquilaba sus ovejas, y entonces David le fue a pedir ayuda y cooperación a Naval.
Y Naval no quiso entregarle ni ayuda ni cooperación, de hecho lo ofende y le dice, mire, sabes que todos los días huyen personas de delante de los que están a cargo de los reyes, y no por eso uno tiene que salir y ayudarlos. Y entonces David dijo, bueno, las ofensas se pagan con ofensas, y aquí David estaba decidido a vengarse de Naval, de ir y tomar por los, podríamos decir, tomar venganza por su propia mano, y a Vigaíl, al escuchar esto, va e intercede.
Y aquí entonces en el verso 18 dice entonces, a Vigaíl tomó luego 200 panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de grano tostado, 100 racimos de uvas pasas y 200 panes de higos secos, y lo cargó todo en asnos. Y dijo a sus criados, ir delante de mí, y yo seguiré luego, y nada declaró a su marido naval.
Y montando un asno, descendió por una parte secreta del monte, y aquí David y sus hombres venían frente a ella, y ella le salió al encuentro. Y David había dicho, ciertamente en vano he guardado todo lo que este tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo, y él me ha vuelto mal por bien.
Así haga Dios a los enemigos de David, y aún le añada que de aquí a mañana, de todo lo que fuera suyo, no he de dejar con vida ni un varón. Así es que David partió con la intención aquí no de manifestarle su descontento a naval, sino de ir y matar a naval. Y entonces dice aquí, y cuando a Vigael vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra, y se echó a sus pies, y dijo, Señor mío, sobre mí sea el pecado más teruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.
No haga caso ahora mi Señor de ese hombre perverso de naval, porque conforme a su naval, así es. Él se llama naval, y la incensatez está con él. Más yo, tu sierva, no vi a los jóvenes que tú enviaste. Y dice aquí, y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa, pues el eterno desierto hará casa estable, mi Señor, por cuanto mi Señor pelea las batallas del eterno, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
Y aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida con toda la vida de mi Señor, será ligada en el as de los que viven delante del eterno tu Dios, y Él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una onda. Y entonces dice aquí, en verse 32, y David dijo a Bigaíl, bendito sea el eterno Dios de Israel que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú que me haces torbado hoy de ir a derramar sangre y a vengarme por mi propia mano.
Porque vive el eterno Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, e aquí, a mañana, no le hubiera quedado con vida a Naval, ni un varón. Aquí aparece la palabra estorbar. Los razonamientos, los razonamientos, en el buen sentido, aplicados de buena manera, aquí vemos que David fue estorbado de hacer el mal. Pero a veces, a veces la razón, la razón, no juega mal las pasadas. A veces las iniquidades estorban el bien. Aquí en Jeremía 520, en Jeremía 520, dice, anunciado esto en la Casa de Jacob, ya se que esto se oiga en juda diciendo, oíd ahora esto pueblo necio y sin corazón, que tiene ojo si no ve, que tiene oído si no oye.
A mí no me temeréis, dice el Eterno, no os amedrentaréis ante mí, que puse arena por término al mar, por ordenación eterna, la cual no quibrantará. Se levantarán tempestades, más no prevalecerán, que tomarán sus ondas, ondas más no lo pasarán. No obstante, este pueblo tiene corazón falso y rebelde.
Se apartaron y se fueron. Y no dijeron en sus corazones, temamos ahora el Eterno Dios Nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la ciega. Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien. Así es que las iniquidades estorban, nos estorban en nuestra relación con Dios. A veces, Satanás nos estorba. En primera de Salonicenses 2.18, Pablo le dice a los hermanos, de Salonicenses, por lo cual quisimos ir a vosotros.
Yo, Pablo, ciertamente una y otra vez, pero Satanás nos estorbó. Durante esta semana conversaba con un vecino de este lugar, y mencionábamos que nosotros, los cristianos, no tenemos lucha contra carne y sangre. No tenemos lucha contra carne y sangre. Satanás, a veces, utiliza a las personas para provocarnos daño, para estorbar nuestras relaciones.
A veces uno se encuentra tantas veces con eso. Satanás mete la cola. Es así. ¿Es parte de su, entre comillas, trabajo? ¿Qué tiene? Y Satanás estorba. Y es lo que menciona aquí, Pablo. Una cuarta, un cuarto estorbo. A veces son las raíces de amalgura. A veces las raíces de amalgura nos estorban. Aquí, hebreos 12 y 15 nos dice la escritura, mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe.
Os estorbe y por ella muchos sean contaminados. Las raíces de amargura se vuelven piedras. Son estorbos en nuestra vida espiritual. A veces, aquí en Gálatas 5-7, Pablo le pregunta a los hermanos en Gálatas, vosotros corríais bien, ¿quién nos estorbó para no obedecer a la verdad?
¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no precede de aquel que os llama. En verso nuevo dice, un poco de levadura leuda toda la masa. Los pecados, las raíces de amalgura, las iniquidades, los malos razonamientos, a veces se convierten en piedras, en piedras que hacen que nuestro crecimiento se vea estorbado. Dios intenta, al igual que con el olivo escogido de Israel, Dios intenta sacar las piedras, que pueden resultarse estorbos espirituales.
Pero uno debe hacer su parte también. Hemos reflexionado en el pasado esta analogía de la viña. Pero para que la analogía sea perfecta, uno debe permitir a Dios que Dios obre un milagro en nuestras vidas. Aquí, en esta analogía, la viña no objeto el trabajo del viñador, porque la viña está allí plantadita y todo, y el viñador trabaja alrededor de la viña. Pero, en nuestro caso particular, nosotros sí podemos rechazar el trabajo que Dios hace con nosotros. Es lo que pregunté hace un principio. ¿Qué pasa si uno es rebelde? ¿Qué pasa si uno es porfiado? ¿Qué pasa si uno es orgulloso?
¿Qué pasa si uno no doblega la servicio? ¿Qué pasa allí? Dios respeta nuestro libre albedrío. Dios respeta nuestras decisiones. La analogía de los livos cobra aún más valor. Cuando pensamos que Dios tiene expectativas con nosotros. ¿Se acuerdan lo que decía Isaías 5? Dios trabaja con la viña, le saca las piedras, acaba alrededor de ella, y piensa, ¿verdad? Que al final de temporada va a haber una producción de aquí olivas seleccionadas. Pero lo que pasó con Israel fue que Israel no produjo olivas seleccionadas, sino que produjo olivos silvestres. Pero él espera que nosotros produzcamos olivos seleccionados.
Aquí en Lucas 13 hay una parábola de Jesucristo en esto de la paciencia que tiene Dios con nosotros. Dios tiene paciencia con nosotros. Uno piensa gracias a Dios. Dios tiene paciencia con nosotros. Porque a veces uno llega a estas conclusiones, ¿verdad? No sé ustedes, pero yo sí. Llegó a veces, uno dice, mire, no he avanzado todo lo que tengo que avanzar. No he crecido todo lo que tengo que crecer. Bueno, en Lucas 13, verso 6, Jesús dijo también esta parábola, tenía un hombre, una higuera, plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella y no lo halló.
Y vino el viñador, y aquí, hace tres años, que vengo a buscar fruto en esta higuera y no la halló. Córtala. Para aquí no utiliza también la tierra. Los viñadores producen viñas. La higuera no pertenece al cultivo de las viñas. Era una viña que tenía otro producto, higos. Se usaba para muchas cosas en Israel. Ya lo mencionamos, a su momento atrás, ¿acuerdan? Avigahil le llevó tortas de pasas, tortas de higos. Bueno, y entonces aquí el viñador dijo, ¡Cortemos!
Cortémosla aquí la higuera. El entonces dice, respondiendo, le dijo, Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cabe alrededor de ella y la abone. Y si dieres fruto, bien, y si no, la cortarás después. Dios anela que su pueblo dé fruto, con la paciencia del viñador Dios cultiva a la tierra.
Y Jesucristo ahora usa otra analogía, pero que también tiene mucho que ver con lo que estamos hablando. En el antiguo testamento vimos, Dios saca las piedras, ¿verdad? Y ahora, Jesucristo usa la expresión, cabaré alrededor de ella. Cabar alrededor de ella. Es muy analógico. Esto en el campo se llama aporcar. Aporcar. Si no me equivoco, es verdad, pero así me lo enseñaron a mí.
Y se hace como una tacita alrededor de la planta, para que pueda conservar el agua. Para eso se hace. Y dice, aquí hila a Bonaré. No es solamente sacar las piedras, hacerle la tacita para que conserve el agua, sino que además el uso de fertilizantes, diríamos ahora.
Aquí, cuando dice hila a Bonaré, viene del griego copría, que justamente es eso. Viene de copros, de majada, de muladar. Se usaban las fecas de los animales para lograr el abono. Ahora usaríamos fertilizantes. Salitre, triple fosfato, no sé, tantas cosas. En esta analogía Dios muestra lo misericordioso que es Dios con la higuera. Dios hace su parte con la higuera. Le facilita la vida. La abona acaba alrededor de ella para que pueda retener el agua y le da tiempo. Un año más. Aquí vemos que el viñador lo que quería era cortar verdad la higuera para sembrar allí, porque dice para qué inutiliza la tierra.
Cambiémoslo, semprémos una viña, hagámos que esto produzca. Si lo llevamos al plano espiritual, Dios tiene paciencia con nosotros. Así como lo tuvo con su pueblo físico, así también con nosotros. Si uno hace el análisis de la historia, de la vida de Israel, es un relato que se ha hecho en el mundo. Es una crónica en donde se vea Dios peleando por su pueblo, luchando por su pueblo, levantándole jueces cuando el pueblo clamaba una y otra vez por ello. Pero pasa un tiempo y el pueblo peca.
Y transgrade y se aparta y adora a los baales y astarte. De hecho, las excavaciones arqueológicas han mostrado que Israel se decía un pueblo monoteísta, pero en la práctica era un pueblo politaísta. Porque han encontrado una cantidad de imágenes, una cantidad... ¡Increíble las excavaciones! Pero ellos decían, nosotros somos un pueblo monoteísta, pero en la práctica era un pueblo politaísta. Y Dios una y otra vez su anhelo es que su pueblo obedezca. Aquí en Nesequiel, en Nesequiel 11, Dios dice, al final, al final del camino, miren, este pueblo va a tener un corazón nuevo.
Yo les voy a dar un corazón nuevo para que por fin estos rebeldes me obedezcan. El anhelo de Dios. Dice aquí, di por tanto, en Nesequiel 11, verso 17, di por tanto, así ha dicho el eterno el Señor, yo os recogeré de los pueblos, yo os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, yo os daré la tierra de Israel.
En el futuro, esto no es algo presente. Dicen, volverán allá y quitarán de ella todas sus idolatrías y todas sus abominaciones. La historia de Israel no ocurrió así. Por eso es algo que va a ocurrir en el futuro. Y por eso dice, mire, yo los voy a recogir. La restauración, Futura de Israel. Dice, verso 19, y les daré un corazón y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos. Les daré el corazón de piedra en medio de su carne y les daré un corazón de carne para que anden en mis ordenanzas y guarden mis decretos y los cumplan y me sean por pueblo y yo sea a ellos por Dios.
Dios anheló que su pueblo Israel les sirviera a él. Así también Dios espera de nosotros que nosotros, el Israel espiritual, los buscamos, los frutos espirituales que Él nos da. La parábola de las vinas, la parábola de los talentos declara esto. Una y otra vez, Dios tiene paciencia con nosotros. Dios está acabando alrededor nuestro. Ha hecho esa tacita. ¿Verdad? Para que nosotros conservemos el agua. Sin agua, la tierra puede ser excelente, pero sin agua no produce nada. El agua es la fuente de la vida. Y por eso Dios acaba alrededor nuestro.
Y antes de ello, ha sacado las piedras para que nosotros podamos sobrevivir espiritualmente. Y también nos ha abonado la tierra. Nos ha puesto es fertilizante para que nosotros crezcamos. La analogía de la viña, de los talentos, de los frutos tienen algo en común. Dios espera de nosotros. Dios tiene una expectativa con nosotros. Dios anela que nosotros lleguemos al reino. ¿Han pensado alguna vez distinto? ¿Usted cree que Dios nos llamó para dejarnos votados? ¿Es como un juego? ¿Cómo dicen algunos contrarios a las leyes? ¿Y a Dios que dicen que Dios juega con nosotros? ¿Ha pensado eso? ¿Dios juega con nosotros? ¿Dios nos llamó, nos abrió el entendimiento para jugar con nosotros?
No. Él quiere que nosotros lleguemos, que nosotros alcancemos la meta. Y por eso, Él tiene paciencia con nosotros. ¿Qué es lo que tenemos que hacer con nuestras viñas particulares? Todos debemos trabajar nuestras viñas espirituales. De manera que la viña produzca fruto. Debemos aporcar la tierra espiritual. Debemos sacar las piedras espirituales.
Todos, en algún momento, hemos tenido que convivir con estos estorvos. Y uno tiene que luchar contra estas circunstancias que puedan apocar nuestra vida espiritual. La vida de ninguno es distinta a la de otro. Tenemos, vivimos distintas circunstancias, por supuesto. Pero, al final del día, las vidas espirituales, las luchas espirituales son las mismas. No tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra huestes espirituales de maldad. Satanás estorban nuestras vidas. Y a veces, nosotros mismos estorbamos nuestras vidas espirituales. A veces, nuestras raíces de amargura no nos permiten avanzar. Y por eso debemos sacar las piedras espirituales. A veces, uno necesita orar más.
A veces, uno necesita ayunar más. A veces, uno necesita reflexionar más. Debemos sacar de nuestra vida todo aquello que pueda servirnos de tropiesto espiritual. Debemos luchar contra esas raíces de amargura. Todo aquello que pueda obstaculizar nuestra vida espiritual debemos luchar contra eso. En 2 Corintios 13.5, dice examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe. 2 Corintios 13.5. Esta escritura siempre las leemos para Pascua. Pero no solamente en Pascua debemos analizarnos. Dice, si estáis en la fe, estamos en la fe. Dice, probamos a vosotros mismos o no os conocéis a vosotros mismos que Jesucristo está en vosotros, a menos que uno esté reprobado.
El diagnóstico de nuestros problemas es muy necesario si queremos avanzar. El primer paso para tratar cualquier enfermedad es diagnosticar la enfermedad. ¿Han pensado en eso? Es como cuando uno tiene un mecánico o cuando tiene un auto enfermo. Uno puede llevarlo a miles de talleres, pero si no descubren dónde está el problema, bueno, seguirá yendo ahí a los mecánicos. Así también con las enfermedades, a veces uno se siente enfermo, pero no sabe de qué está enfermo. Uno puede ir a cientos de médicos, pero si no saben descubrir cuál es nuestro problema, seguiremos yendo toda la vida al médico. Bueno, así también a nivel espiritual. Si uno tiene alguna piedra espiritual, si uno tiene algún problema, que no nos permite, por ejemplo, absorber el agua o que no nos permite absorber nutrientes, tenemos que diagnosticar para poder tratar. Y por eso es tan necesario que constantemente uno esté analizándose, analizándose, comparándose con la palabra de vida, para ver dónde está nuestro problema y trabajar con ese problema. Dios nos ha dado la vida como plazo para avanzar y crecer y producir los frutos espirituales. Los frutos espirituales no se producen ni se reproducen por generaciones espontáneas. Requieren esfuerzo, tesón y paciencia. Requieren inversiones espirituales en tiempo y dedicación. Uno piensa eso, en tiempo y dedicación. Si uno no trabaja en lo espiritual, podrá producir espiritualidad. Eso es lo que Pablo les dijo a los gálatas. Si uno no siembra en lo espiritual, podrá producir espiritualidad. Dios nos ha dado una oportunidad única. Uno piensa en Chile o en el mundo cuántas personas conocen estas verdades. ¿Cuántas personas conocen este camino? Hay personas que jamás han escuchado hablar de este mensaje. ¿Van a creer ustedes? Cuando estuvimos en Temuco, una dama dijo, jamás había escuchado hablar de la fiesta de tabernáculo. ¡Nunca! Y la dama tenía hijos y grandes. ¡Nunca! ¡Jamás! Dios nos ha dado una tremenda bendición a nosotros. ¡Habierto el entendimiento! ¡Eso es un milagro! ¡Que una persona entienda esto! ¡Eso es un milagro! Y también es una responsabilidad. Dios tiene una expectativa con nosotros, así como lo tuvo con el Israel físico. Él esperaba que el Israel diera vides escogidas. Y Dios quiere que nosotros, desde el punto de vista espiritual, también, produzcamos. Los frutos espirituales. De manera que, cuando se hable de nosotros, se diga lo que se dice aquí en Santiago. Tres. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? ¿Quién es sabio y entendido entre nosotros? Dice, muestre sus obras en sabia mansedumbre. Vayamos aquí a Santiago. Tres. Santiago 3.13 dice, ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre, por la buena conducta, sus obras en sabia mansedumbre. Y después, en el verso 17, dice, describiendo la sabiduría, que es de lo alto, dice, primeramente pura, después pacífica, amable, benígina, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Dios espera eso de nosotros, que nuestras vidas muestren estos buenos frutos, en sabia mansedumbre. Igual que la vida, igual que la hiela, Dios espera de nosotros. Si hacemos nuestro trabajo, el tiempo está a favor nuestro, pero si no hacemos lo que tenemos que hacer, el tiempo juega en contra a nosotros. Quiera Dios no soltarnos de su mano para que con la ayuda y la corrección de Él podamos crecer y avanzar un día más en este camino, como decía don Mario, un día más en nuestras vidas es un día menos hacia el reino. Que tengan todos ustedes una buena semana.
Gracias.