De corazón de piedra a corazón de carne

Ser parte de la Iglesia de Dios nos exige una serie de cambios en nuestras vidas, y también de nuestras formas de pensar y de sentir. ¡Dejemos que Dios obre en nuestras vidas con su Espíritu!

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Las mariposas posándose en distintos puntos. Y ahora los invito para como águilas. Vamos ahora a elevarnos y ver abuelo de pájaro, lo que es este día de Pentecostés. Ahora ya vamos a mirar desde arriba este plan que Dios tiene para todos nosotros, que quiere que nos recordemos cada uno estos pasos en el camino de la salvación, que tampoco se entienden, lamentablemente, estos son conocimientos que pueden estar predicando de la palabra de Dios, pero si no está ahí el Espíritu de Dios en uno acomodando lo espiritual con lo espiritual, realmente no llegan muy lejos en esos conocimientos. En Romanos capítulo 7, versículo 12, aquí vemos cuál es la base del verdadero entendimiento bíblico, algo que ninguna iglesia protestante lo va a enseñar.

La Iglesia Católica no lo enseña. En Romano 7, versículo 12, aquí está la base de la verdadera conversión. Los que pueden entender estos días se basa en esta escritura que dice de manera que la ley a la verdad es santa.

Este es el apóstol Pablo hablando, el que muchos lo usan para echar por tierra la ley, y aquí él está diciendo la ley a la verdad es santa y el mandamiento santo, justo y bueno. Esa es la base de la verdadera conversión, igual que la base en el campo de la salud pública.

Si uno estudia salud pública, la base es la anatomía. Le enseñan a uno lo que son todos los huesos, los músculos, todo lo que es y es la base de la salud física. No hay otro cuerpo que uno trabaja, tiene que entender la anatomía, esos 200 y tantos huesos que hay y toda la musculatura. Aquí hay varios enfermeras, personas que estudiaron el tema, yo me acuerdo dos de mis hijas estudiaron, no, tres en realidad, tres tuvieron que tomar ese curso tan difícil de anatomía, y lo que era tener que memorizarlo, pero por qué?

Porque es la base del cuerpo humano. Si vas a estar trabajando con el cuerpo humano, necesitas saber lo que es la anatomía. También si uno está estudiando más con números, con estabilidad, negocios. Bueno, estas son las tablas matemáticas. Hay que saber cómo sumar, restar, multiplicar, dividir.

Tiene que saber, igual que cuando un joven aprende la tabla de multiplicación. Yo creo que todos, fue una de las primeras cosas que nos enseñaron, a los seis, siete años, la tabla de multiplicación. Y una vez que uno la memoriza toda su vida, nueve por nueve, ochenta y uno, siete por siete cuarenta y nueve, cinco por siete, treinta y cinco. Ya eso es algo que queda interiorizado en uno.

Y para el cristiano verdadero, las tablas de multiplicación es la ley de Dios. Hay que entender cómo funcionan esas leyes básicas en la vida de uno.

Y desde luego, que todos irradian de los diez mandamientos, pero eso es solamente la base. Esos diez mandamientos hay que aprender cómo son, no solo en la letra, sino en el espíritu. Y el que niega el camino del verdadero cristianismo, de que niega esa base, no va a progresar, igual que una persona puede saber mucho, de la salud, pero no sabe de anatomía, no sabe cuando le duele algo que haya adentro, qué es lo que hay que palpar, qué hay que medir, qué es lo que está pasando. Entonces, por eso es que las personas no entienden la palabra de Dios, que está basada en esa anatomía de su santa ley.

Jesucristo vino para qué? No vino para abolir la ley, sino para llenarla en su plenitud. No tiene Mateo capítulo cinco. Mateo capítulo cinco, en el versículo 17, él dijo, no penséis que he venido para abrogar, que significa para echar en tierra, o para anular. No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir, para hacer que se cumpla. La palabra significa llenar hasta lo máximo en la misma palabra que cuando estaban los pecadores, Pedro y los demás, que Cristo dijo, echen esta red en este lado y le dijeron, pero señor, hemos estado pescando toda la noche y no hemos podido pescar nada, pero por su nombre, por su palabra lo hicieron y se llenaron las redes de tal manera que estaban por reventarse. Habían tantos peces adentro y la palabra que significa las redes fueron llenas, se rebasaron en la misma palabra, algo que está por rebasarse en su plenitud. Y Cristo vino para llenar hasta lo máximo la ley de Dios en la letra y en el espíritu.

Y entonces, en estos días que estamos celebrando esta fiesta de Pentecostés, tiene que ver como el proceso de que Dios está grabando sus leyes en nuestros corazones, que no es sólo la letra, sino el espíritu de la ley. Por eso está convirtiendo ese corazón de piedra que no le gusta seguir la ley de Dios, que es rebelde, carnal, y ese corazón lo está reemplazando a un corazón de carne, blando, receptivo, que puede ser usada esa persona por Dios.

Entonces, es una conversión lenta a través de toda una vida, porque somos cabezaduras, somos gente que a veces no queremos ceder, no queremos que Dios moldee ese corazón en la forma apropiada. Y entonces aquí, abuelo de pájaro, vamos a repasar lo que es ese plan de Dios, que tiene para Pentecostés en este día, y entender lo más esencial de cómo él está trabajando con la ley y con su espíritu.

Van de la mano, no se contradicen, no chocan, no se repelan, todo lo contrario, se complementan. La ley y el espíritu van de la mano. Así que vamos a empezar en Génesis capítulo 1, aquí hasta el 3, y ver que ya en esos capítulos, la ley de Dios es dada en forma elemental. Es decir, esto es solamente los huesos principales. Dios después va rellenando esa anatomía, llenando los huesos secundarios, los que se apoyan. Pero aquí ya en Génesis capítulo 1, en el versículo 14, Dios establece la base de las leyes sobre los días santos.

Noten en Génesis capítulo 1, versículo 14, dijo, luego Dios, hay alumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sirvan de señales para las estaciones, para días y años. La palabra aquí, estaciones, en realidad, viene del término en hebreo, moades, que significa fiestas religiosas. Y así es como en la Biblia de Jerusalén, una Biblia erudita, un poquito más, a veces tiene más claridad, dice, hay alumbreras en el firmamento celeste, para separar el día de la noche, y hagan señales para las solemnidades, que tienen que ver con las fiestas solemnes, para los días y para los años.

Y Dios situó las estrellas, situó los planetas, la rotación, junto con la Luna, para establecer que con las lunaciones que hay, cada aproximadamente 29 días y medio, que ahí entonces se podría establecer las Fiestas Santas. Por eso es que aquí, cuando dice Siban 6, este es el mes en el cual ya con la Luna está posicionada aquí en este sexto día, que cada mes bíblico está ajustado a las lunas.

Y por eso es que Dios dice que puso aquí, dice aña lumbreras, hablando para separar el día de la noche. Y la principal lumbrera para las Fiestas Santas es la Luna. Para los años es el Sol. Para los días es la rotación. Entonces todo está cuidadosamente calculado. Dios no dejó nada al azar. Y por eso este día se estableció ya en la Biblia, en el segundo libro de la Biblia, ya en el libro de Éxodo, ya Dios dio sus Fiestas Santas y dice aquí que en la tercera lunación, a este día del mes, y lo que fuera aquí es cada una de las fiestas.

Hay que contar 50 días de la Luna y así se ha hecho por más de 3.000 años. Y sin embargo, como el cristianismo falso, se apoderó en gran parte del mundo cristiano en ese entonces, que ellos echaron por tierra el calendario bíblico, echaron por tierra la Fiesta Santa y la sustituyeron por fiestas paganas que ellos trataron de cristianizar.

Entonces, en vez de tener la Pascua, tal como decía Dios, en el primer mes, la primera lunación del año, al día 14 del mes, Bascua es. ¿Y qué dijeron los padres estos de la Iglesia Romana en ese entonces? En el año 325, en el Concilio de Nisea, dijeron, no vamos a guardar la Pascua, vamos a cambiarla y cambiaron las fechas. Y de ahí empezó la gran apostacía que la gente no tiene idea de estas Fiestas Santas, todo está guardando Navidad, la Pascua Florida, todas estas otras fiestas de Santos y todo lo demás que no se encuentra en ninguna parte de la Biblia.

No son genuinas, son falsificaciones. Y entonces la gente pues ha sido engañado por el Dios de este mundo. Muchos de ellos no tienen idea de estas cosas. Pero aquí, en Génesis, en el primer capítulo, antes de la creación del ser humano, Dios puso, coloco los grandes astros para que pudiésemos contar los días para qué, para las Fiestas Solemnes. Ya él tenía en mente todo eso. Y en el segundo capítulo, estableció el guardar el día sábado. Noten aquí, en el capítulo 2, dice versículo 3, y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó.

Sólo Dios puede hacer las cosas santas. Ningún ser humano. No importa quién se cree que sea, ninguno puede santificar algo, porque sólo Dios es santo, y sólo Él tiene la autorización. Y Él santificó el séptimo día. Si quieren ver, es bien fácil. Hoy día los chicos pueden buscar en el computador. Hagan este experimento. Noten en el computador día domingo. ¿Qué dice en el diccionario? Búsquenlo. No es el séptimo día, dice primer día de la semana. ¿Y dónde en la Biblia?

Es el primer día de la semana. Santificado. En ninguna parte. Cristo no lo hizo. Dios no lo hizo. El hombre lo hizo. Y la gente, ciegamente, sigue eso. El primer día de la semana no tiene ninguna importancia especial en la Biblia. Cristo nunca dijo algo de que hay. El primer día de la semana, ahora hay que guardarlo. La gente fue engañada y fue adoctrinada. Y le lavaron los cerebros a los padres y los padres siguieron pasando estas tradiciones humanas.

La gente no los cuestiona. Pero es tan sencillo. En un diccionario, búsquen. El día domingo no es el séptimo día. Es el primer día de la semana. El sábado. Búsquen, entonces, después en el diccionario. ¿Qué dice sábado? ¿Qué dice cualquier diccionario en todo el mundo sobre el día sábado? Séptimo día de la semana. Y Dios bendijo ese día. Entonces aquí vemos que las leyes de Dios no empezaron más tarde con el pueblo de Israel. Las leyes de Dios comenzaron con Adán y Eva. Él entregó la verdad a ellos. Adán y Eva sabían sobre el sábado. Su papá que lo creó acaba de guardar el sábado.

Y fueron las cosas que Dios le enseñó. Se empezó no guardando el primer día de la semana. Miren acá, en Génesis capítulo 1, dice acá, en el versículo 5, y llamó Dios a la luz día y a las tinieblas llamó noche.

Y fue la tarde y la mañana un día. Esto es el primer día. No hubo ninguna santificación. Y después nos dice, versículo 8, y llamó Dios a la expansión cielos y fue la tarde y la mañana el día segundo. No había nada especial en el día segundo.

Los musulmanes guardan el día sexto, como santo. Porque obviamente no van a guardar el séptimo, o si no sería una señal de que son parte del pueblo de Dios. Pero ni el sexto, que es lo que guardan los musulmanes, ni el primer día son correctos. Entonces aquí vemos que Dios entregó sus leyes. Ya al principio las leyes alimenticias. Dios no se le entregó al pueblo de Israel más tarde, se le entregó a Daniela. Y ya en ese entonces sabían lo que eran los animales que se debían comer y lo que no se debían comer. Noten acá en el capítulo 7, versículo 2.

Hablando aquí de Noé, cuando ya había hecho el arca, dice versículo 2, de todo animal limpio, tomaré siete parejas, macho y su hembra, más de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. Personas se preguntan, ¿por qué hizo eso? Porque Noé y su familia iban a estar casi un año dentro del arca y tenían que comer. Y se hubieran tenido una sola pareja, se come la pareja, ya se va en extinción. No hubieran tenido, pero pusieron siete parejas de animales limpios para que podían comerse hasta seis parejas y todavía quedaba la pareja representativa que podía así difundirse y multiplicarse sobre la tierra. Ahora bien, Noé vivió miles de años antes de Moisés. Y que le dijo Noé, no, señor, por favor, todavía no son las leyes alimenticias, que son animales limpios. Eso no fue una ley humana.

Noé no se lo ocurrió categorizar a las criaturas. Dios los categorizó. Y Dios no puede cambiar estas cosas. El ser humano no tiene autorización. Dios estableció cuáles son los animales limpios de los que no se deben comer. Y eso es hasta hoy día. Ahora usted se puede comer sapos y culebras si usted quiere. Pero no está comiendo los alimentos según las leyes que Dios estableció en el principio. Dios también le dijo a Caín que no debía matar a su hermano. Noten en Génesis capítulo 4. Dice versículo 4 de Génesis 4. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas de lo más gordo de ellas y miró el eterno conagrado a Abel y a su ofrenda. Pero no miró conagrado a Caín y a su ofrenda suya y se ensañó a Caín en gran manera. Se enojó mucho. Y decaió su semblante. Y se enojó a envidiar a su hermano. Versículo 6. Entonces el eterno dijo a Caín ¿Por qué te has ensañado y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, no serás en altercido porque Caín no trajo su ofrenda con una actitud respetuosa. No lo hizo de buenas ganas. Y Dios no aceptó eso. Pero dijo, si bien hicieres, si hubiera hasta ahí una ofrenda con la actitud correcta, dice, no serás en altercido, no te hubiera agradecido. Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta. Con todo esto, a ti será su deseo. Dios no va a decidir por uno. Si quieres hacer, y ensañarte contra tu hermano, tú vas a decidir, pero tú vas a pagar las consecuencias al respecto. Pero si la ley no se hubiera dado en romanos, capítulo lo pueden poner como una referencia más que nada, pero en romano 513 dice donde no hay ley, no hay pecado. Entonces, si no hay leyes de tránsito, no hay multas. Pero una vez que le dicen no, si usted pasa una luz roja, va a haber una multa. ¿Por qué? Porque hay una ley que define lo que uno debe hacer y la multa o la penalidad por ello. Entonces aquí ya estaban las leyes de que no matarás, que honrarás a tu padre y a tu madre, que no tendrás otros dioses y todo eso. Lo único es que eso se entregó en forma individual. Eso no se estableció como un código escrito hasta más tarde, pero esas leyes ya estaban en vigencia. Y por eso estas leyes son espirituales, porque descienden desde Dios, desde lo alto. Estas no son leyes humanas que se pueden cambiar según el capricho o según el lugar donde uno está. Si uno va a la China, se va a encontrar con todo tipo de diferentes leyes religiosas. Si va a la India, ahí tienen todo tipo de leyes, las castas, gente nace y ya lo clasifican. Hay gente que son intocables, que los llaman así porque son como la basura de la sociedad. Y uno nace dentro de eso. ¿Por qué? Porque es un sistema religioso creado por los hombres. Pero estas leyes descienden de Dios. Y son inmutables, incambiables. Sea que usted los guarde o no. Ahí están vigentes. Entonces vemos acá en Romano 7, versículo 14. No tiene que pasar allá necesariamente porque vamos a continuar aquí en Génesis. Pero en Romano 7, versículo 14, nos dice porque sabemos que la ley es espiritual. La ley que proviene de la palabra de Dios desciende de Dios. No es humana. Y por eso, si uno va a ser un verdadero cristiano, tiene que aceptar las leyes espirituales de Dios. No las leyes humanas. Fabricada por los hombres. Y aquí nos dice, más yo soy carnal, vendido al pecado. Nosotros tenemos un problema.

Que la naturaleza humana no proviene de lo alto. Es egocéntrica. Y por naturaleza es una mezcla del bien y del mal. Entonces, el ser humano resiste conformarse a la ley espiritual de Dios. Porque nuestra naturaleza humana no desciende de lo alto. Es algo que se forma en esta sociedad, en este mundo. Y que naturaleza es egocéntrica, no otro céntrica. No enfoca en el otro, naturalmente.

Y así es como hay leyes sobre los sacrificios. No ofreció sacrificios a Abel. Y ahí no ofrecieron sacrificios. Así que sabían que había una forma de hacer un sacrificio para agradecerle a Dios, para mostrar ese respeto hacia Él. La ley del diezmo no proviene del monte Sinai o del pueblo de Israel. La ley del diezmo proviene ya con la creación del hombre que traían sus primicias ante Dios, que significan esos primeros frutos. La décima parte de los primeros frutos se separaba, se entregaba a Dios. Noten en Génesis capítulo 14, versículo 18, Estas leyes prefiguran y preceden lo que era la ley más tarde dada en el monte Sinai, que fue más que nada codificada, puesta por escrita, porque ya tenía que ver con una nación. Pero aquí era ya Dios con el individuo que seguía su camino, tenían las leyes de Dios. Noten en Génesis capítulo 14, versículo 18. Entonces Melchisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo. Esta es una de las que se llaman preencarnaciones de Cristo. Cuando vino, visitó a la tierra, estuvo ahí en el huerto de Leden. Y es cierto que no sólo es Cristo el Dios del Antio Desamento, porque tenemos a Dios Padre, que era el que enviaba a Cristo el verbo en ese entonces. Los dos trabajaban juntos, pero Cristo dijo que él vino a revelar al Padre, vino a revelar la identidad del Padre, porque Cristo era el que actuaba. Para estar acá, caminó en el huerto de Leden, aquí, como el sacerdote de Dios Padre, aparece de esta manera, en el versículo 19, y le bendijo a Abram, diciendo, bendítose a Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que bendito sea el Dios Altísimo, que entregó sus enemigos, tus enemigos en tu mano, y le dio a Abram los diezmos de todo. Abram, como se menciona después en Hebreos 7 y 8, que entregó eso porque reconoció que me alquicede que era superior a Abram mismo. Pero, qué curioso, ¿no? Que ya estaba aquí entregándole el diezmo, y las personas creen que el diezmo es para más allá. Durante el tiempo de Israel, Montesinaí, ya el diezmo era una ley. No vino, me alquicede, que le dijo a Abram, sabe, debes entregarme el diezmo, y Abram dice, ah, yo no sabía. No aquí dice, Abram le entregó el diezmo, reconoció que representaba a Dios, y se le entrega el diezmo a Dios. Entonces, esa es otra de las leyes. Jacob también, diezmo, mucho antes del Montesinaí, noten en Génesis 28, versículo 22. Aquí hablando de Jacob, dice, y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios, y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para mí. Eso no es una ley humana, eso no es una ocurrencia de parte de Jacob. No era una ley, porque ahora Jacob, que en un tiempo en su vida anduvo bastante mal, estuvo así apartado, se metió en problemas con su hermano, tuvo que huir, pero ya aquí tenemos a Jacob que confirma, que va a obedecer y seguir a Dios.

Entonces, estas leyes son leyes de amor que descienden de Dios hacia el hombre.

Son leyes buenas, positivas, que son una expresión de amor hacia el ser humano, que Dios no se extiende.

Noten en Genesis 26, versículo 4, lo que Dios le dice a Abraham.

Genesis 26, versículo 4, dice, multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a ti, a tu descendencia, todas estas tierras y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.

¿Cómo podría estar Abraham obedeciendo esto si Dios todavía no había entregado sus leyes? Es un reconocimiento que ya existían las leyes de Dios, que son de origen espiritual, y que Abraham era un hombre obediente y seguidor de estas leyes santas de Dios. Es muy importante este pacto que Dios hace con Abraham en Genesis capítulo 15, que va confirmando a través de la vida, de la obediencia de Abraham, pero en Genesis capítulo 15, aquí en el versículo 18, dice, y aquí el día hizo el eterno, un pacto con Abraham, prometiendo la tierra que iba a estar su descendencia, pero este es el pacto que se llama el pacto abrámico. Este es el pacto en realidad que empieza todo este sistema del pueblo de Dios. Había un pacto con Noé anteriormente, también que es parte de lo que se extiende ahora, pero el pacto de Abraham es muy importante entender porque somos nosotros parte de ese pacto de Abraham. Y que hay que entender que esto incluía a todos que por la fe iban a obedecer a Dios, y todos podían participar en ello. En el monte Sinaí, que está esto en éxodo, el siguiente libro, el Día de Pentecostés, la ley fue dada a la nación de Israel. Coincide ese día de Pentecostés con esta ley dada a la nación. Fue escrita, detallada, se le entrega y se le añade las leyes del sacerdosio, derritos, muy elaborada, toda una parte, casi la mitad de todas esas leyes tenían que ver con el santuario, con el sacerdosio, con todas las leyes de purificación. Entonces, del pacto de Abraham con estas leyes espirituales, ahora se agregan por el pecado del hombre, porque era una nación carnal, se añade estas leyes para que el pueblo respetara, que cuando pecaba había una pena, tenían que sacrificar un animal, era costoso y era como un freno. Imagínense si hoy día las personas que cometen todo tipo de atropello, cada vez que roban, se dicen, bueno, usted tiene que ahora tomar un cordero y tiene que aquí presentarse en la municipalidad y se va a sacrificar ese cordero, que le va a salir 50 mil pesos, que probablemente no va a haber tantos ladrones. Pero si le dicen no, a usted le vamos a regalar un hotelito donde usted le pagan comida, puede estar ahí un año, no tiene que trabajar, todos los ciudadanos pagan sus impuestos para darle buena comida, para darle salud, y usted puede vivir así. No está mal, toman vacaciones por un tiempo antes de salir a volver a robar a veces. Pero el camino de Dios había que pagar por el pecado y era costoso. Y había hasta pecados que había que traer un buéi. Imagínense una vaca, cuánto sale una vaca ahí en el sur. Eso detendría a la gente, pero era solamente algo temporal por un pueblo carnal, que no tenía el Espíritu Santo, entonces se tuvo que hacer como un freno. Y eso es lo que hay que entender, porque después en el Nuevo Testamento se explica que parte de la ley de Dios era una ley temporal, que era una de los sacrificios y los ritos, que eso ya cuando Cristo iba a cumplir con su sacrificio por los pecados y se iba a hacer extensivo y disponible el Espíritu Santo no iba a necesitar esas otras leyes. Vamos a Galatas, capítulo 3, porque esto a veces confunde a la gente. Y es triste que hasta en nuestra iglesia, y esto me ha pasado hace poco, un señor que estaba bastante encaminado, relativamente nuevo, empezó a leer aquí de Galatas y sintió que no, que ya estamos libres de la ley, que ya no hay que cumplir las cosas, y se fue.

Y eso, el libro de Galatas es un libro que hay que leerlo con mucho cuidado, porque la ley que está hablando aquí es la ley temporal de los, de la circuncisión, de los ritos y sacrificios. Noten en Galatas, capítulo 3.

Aquí podemos ver, en el versículo 15, dice, Hermanos hablo en términos humanos. Un pacto que está hablando aquí del pacto con Abraham, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su cimiente, no dice, y a las cimientes, como si hablase de muchos, sino como de uno, y a su cimiente, la cual es Cristo.

Entonces, había un pacto que Dios se comprometió con Abraham, y que iba a traer la cimiente. Cristo, que iba a hacer el sacrificio por nosotros, y que entonces ya iba a reemplazar las leyes de los sacerdotes, las leyes de los ritos y ceremonias. Entonces dice, esto pues digo, el pacto previamente ratificado por Dios, para con Cristo, la ley que vino 430 años después. Yo tengo una biblia que se llama la Biblia Ferrar Fenton, que fue de un erudito protestante del siglo XX, y aquí, entendiendo esto, lo puso de esta manera. Los ritos que vinieron 430 años después, no la abroga para invalidar la promesa de Abraham, porque si la herencia es por la ley, que en este caso está hablando de los ritos, ya no es por la promesa, pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.

Entonces, ¿para qué sirve? Y otra vez aquí, la Biblia Ferrar Fenton dice, ¿para qué sirven los ritos? ¿Por qué Dios dio todas estas ceremonias con los animales y el sacerdosio? Y aquí, la respuesta fue añadida a causa de las transgresiones. El pueblo de Israel era un pueblo cabezadura, era bastante rebelde, y necesitaba un sistema para frenar las transgresiones del pueblo. Y aquí dice, hasta que viniese el asimiente, a quién fue hecha la promesa. Y sería un nuevo sistema de recibir perdón, ya no a través de sacrificios y ritos, sino a través de la fe en el sacrificio de Jesucristo. Y todos nosotros, que somos bautizados, no somos bautizados para empezar a presentar ritos y ceremonias, ya por la fe en el sacrificio de Jesucristo.

Me acuerdo, hace muchos años atrás, al comienzo de mi ministerio, estaba en México, y tenía un joven que estaba interesado en venir a la iglesia y en bautizarse. Entonces, yo le pregunté, ¿tiene usted la fe en el sacrificio de Jesucristo? Que él pagó por sus pecados, y él me dijo, sabe que no tengo esa fe.

No creo que Cristo hizo eso por mí. Me siento que yo no soy digno, y que yo siento que él no pudo haberlo hecho por mí. Entonces, yo me puse, ¿qué estoy haciendo acá? Y vino a querer bautizarse, y no está dispuesto a aceptar el sacrificio de Jesucristo.

Entonces, le expliqué, en la Biblia nos habla de que Cristo murió por usted, ya pagó la consecuencia. Solo tiene que confiar y tener fe. Y me dijo, no, yo no puedo tomar ese paso. Entonces, yo le dije, y hasta aquí llega nuestra conversación sobre bautismo. Hasta aquí llega porque yo no puedo hacer nada por usted, si usted no tiene esa fe que Cristo hizo por usted. Entonces, en cierto sentido, es parecido lo que está pasando aquí. Que si usted no tiene esa fe en esa que Cristo pagó por sus pecados, y que usted puede reclamar esa promesa, entonces seguimos con los ritos, y bueno, ya entonces hay que tener animales, y circuncidarse, y meterse en toda esa ceremonia, que es lo que el pueblo judío, hasta hoy día.

Ellos no tienen a Cristo como su Salvador. Ellos tienen ritos y ceremonias, que cuando pecan, tienen ciertas cosas que tienen a hacer, lo que la Biblia llama las obras de la ley. Tienen que hacer todos estos ritos, y cuando se destruyó el templo, porque antes tenían que traer los animales al templo y todo, entonces la autoridad esravinica lo sustituyeron, que ahora tienen que orar, tienen que estudiar, tienen que hacer ciertas cosas, pero todo eso tiene que ver con el sistema de justificarse ante Dios.

Sigamos aquí un poquito en este tema. Dice que esta ley de los ritos fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente, hablando de Cristo, ¿verdad? ¿A quién fue hecha la promesa? Y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Entonces fue Moisés, el mediador, y el mediador no es de uno solo, pero Dios es uno. Es decir, este nuevo pacto, Dios lo hace. Cristo es mediador, no Moisés. Luego la ley es contraria a las promesas de Dios, otra vez aquí, en el contexto, está hablando de los ritos. Son los ritos en contra de las promesas de Dios.

Dice, en ninguna manera, vienen de Dios. Porque si esa ley de ritos dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Entonces tenemos todo este sistema para aplacar y para pagar por los pecados a través de todos estos ritos. Dice, más la Escritura lo encerró todo bajo pecado para que la promesa que es por la fe en Jesucristo, tiene que ver con su sacrificio, fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, antes del sistema de Jesucristo, estábamos confinados bajo esta ley de los ritos y ceremonias encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

Era un sistema inferior y era temporal. Dice, de manera que la ley ha sido nuestro ayo, que era un tipo de instructor por esto del pecado y todo lo que uno tenía que hacer para purificarse, para llevarnos a Cristo, a su sacrificio, a fin de que fuésemos justificados por la fe. La aceptación y aceptación de ese sacrificio, como he dicho, no podía ser yo nada, porque si él no creía en ese sacrificio, no se podía aplicar. Siguiendo dice, pero venida la fe, ya cuando Cristo vino y se sacrificó, ya no estamos bajo ese ayo, estamos bajo la ley ritual.

Dice, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Ahora, no importa qué raza es usted, no importa si está circuncidado o no. Dice aquí, versículo 27, porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, en su sacrificio, ya no hay judío ni griego. Ya no importa, los judíos creen que no. Nosotros somos los únicos que podemos recibir el perdón de Dios. ¿Por qué? Tenemos todos estos ritos, somos los circuncidados, somos lo que tenemos las ofrendas y las ceremonias y las vestimentas y todo esto, que es lo que nos justifica.

Entonces aquí dice, no, ya, no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre. Ya no importa si la persona tiene mucho dinero o no, que estratos de la sociedad es uno. Si tiene esa fe, tiene derecho. Yo he tenido la oportunidad de bautizar a cientos de personas a través del tiempo. Algunos en unas chozas con pisos de barro y a veces en palacios. Y sabe, no importa nada. Es la misma ceremonia, es la misma instrucción. Y a veces lo que están en la choza son mejores miembros que lo que están en los palacios, porque Dios no hace acepción de personas.

Entonces, todos somos aquí lo mismo ante Dios porque la fe es una y se aplica a cualquiera de la nación.

Tenemos una señora negrita de la África en la congregación allá de Garden Grove, que se vino ella hasta los Estados Unidos. Y bueno, fue bautizada, es pleno miembro. Aquí en la iglesia no tenemos categorías. No tenemos de segunda categoría o primera. No, aquí todos estamos igual, como dice. No hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, ni siquiera el diferente sexo que tenga uno ante Dios. Todos estamos en el mismo plano. Ninguno es superior, ninguno es inferior. Dice, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente el linaje de Abraham sois y heredero según la promesa. La promesa, el pacto de Abraham, ahora se aplica. Y esa es la ley espiritual que continúa a través de nuestra vida. Las tablas de multiplicación espirituales no cambian. Y lo que fue solamente las leyes de los ritos y ceremonias eran solamente hasta que llegara Jesucristo.

Noten acá lo que nos dice aquí una escritura clave, es Galatas 511.

Dice, y yo hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? Si él estuviera todavía predicando que es necesario circuncidarse y ponerse bajo la ley ritual, los judíos no estarían persiguiéndolos. ¿Por qué los judíos aceptan a estos prosélitos gentiles siempre que se circunciden, siempre que se purifiquen ritualmente y que hagan un sacrificio? Y de hecho, cuando uno va a una sinagoga, uno quiere ser judío, obviamente tiene que renunciar la fe en Jesucristo. Pero ellos tienen tres requisitos. Ya usted tiene que ser circuncidado, obviamente si una mujer no tiene que hacerlo, pero es el equivalente de que ella tiene que aceptar la ley ceremonial para ella. Número 2 tiene que meterse ahí en una de estas piscinas que tienen para purificarlo, pero es una purificación ritual. No es un bautismo como lo hacemos nosotros para ser sumergidos para el perdón de los pecados por Jesucristo, sino esto es una piscina de purificación. Y entonces es necesario hacer un sacrificio, porque usted está bajo la ley ritual. Y esto lo que dice Pablo en el capítulo 5, versículo 1. Está pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres. Libres de qué? De esa ley ritual. Y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Es aquí. Yo, Pablo, os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovecha Cristo. Está todavía con el antiguo sistema.

Todavía está confiando y tiene su fe en esos sacrificios y ritos. Aquí ahora no se pueden tener los dos. Hay que aceptar el uno. Cristo es el único sacrificio que vale acá. Y dice versículo 3. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. Esa es otra frase clave. Porque Pablo no estaba usando la ley en forma completa de lo que un cristiano debe guardar, porque no había que cumplir la ley de los ritos. Entonces hay la ley espiritual que continúa vigente, pero la ley ritual ya no es necesaria. Pero si usted se circuncida y se somete bajo todos estos reglamentos del judaísmo, entonces usted acá tiene que guardar toda la ley, no solo la parte espiritual. Por eso es importante acá entender estos principios, que habían leyes temporales que tenían un propósito positivo, pero como medios hace un fin. Era solamente para frenar la cantidad de pecados a través de un sacerdocio y sacrificios que eran costosos. Noten en Hebreos 9, versículo 9, otra escritura clave al respecto.

Hebreos 9, versículo 9, dice lo cual hablando de todos estos sacrificios y el sacerdocio levítico y todo, dice lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en cuanto a la conciencia al que practica este culto, ya que consiste solo en comidas y bebidas, sacrificios, livasiones, de diversas abluciones, que era la... este lavado que se hacía uno para purificarse y ordenanzas acerca de la carne impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación y no por sangre de macho cabrío ni de becerros, sino por su propia sangre entró una vez para siempre en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

Entonces aquí vemos otra vez la importancia de este punto de que lo que Dios está haciendo es trabajando con la ley espiritual en nuestras vidas. Y esa ley espiritual se describe en Mateo 5. Veamos Mateo 5.

Se me acabó el tiempo lamentablemente. Mateo 5, podemos por lo menos cubrir esta parte porque lo que pasó con el pueblo judío es que ellos enfocaron en la letra de la ley y la desarrollaron por afuera. Añadieron más mandamientos de hombres, pero era todo exterior y no desarrollaron la ley espiritual por dentro. Y Cristo vino a corregir eso. Por eso él, cuando entrega el sermón del monte, muestra las cualidades espirituales de la ley y empieza acá mostrando los frutos de esas personas verdaderamente convertidas. Dice aquí, en el versículo 3, dice bien aventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos. La ley de Dios correctamente aplicada no produce el orgullo, produce la humildad, la mansedumbre, porque uno sabe que camina ante un Dios, que es amoroso, que uno no merece nada, que todo proviene de él, toda buena obra viene producida por él. Uno no debe gloriarse porque es algo que viene de Dios, uno solamente es un instrumento. Entonces se produce esos pobres en espíritu que saben que necesitan a Dios. No son los llenos de espíritu que creen que yo soy tan justo y bueno y todo. El verdadero espíritu produce humildad. Pade, perdóname porque soy pecador. Sin ti nada puedo hacer en términos espirituales. Viernos a los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Los que lloran al ver este mundo como está. No están felices de este mundo. Ay, qué rico este mundo. Mire, lo divertido que es cuando detrás de todo está la iniquidad, está el pecado. Hay tanto de que llorar cuando uno ve hogares rotos por el alcoholismo o por la homosexualidad, o por todos estos quebrantamientos de las leyes de Dios, todo lo que está pasando en las guerras que vemos ahora. Y todas estas naciones son como personas que están caminando por una cuerda floja. Y tienen la varita y todas estas naciones están tratando de mantener el equilibrio y abajo no hay una red. Y en una de estas se va a desplomar. Entonces, hay mucho de que pedirle, venga tu reino, lloramos por lo que vemos, gemimos por lo que vemos en nuestra sociedad. Versículo cinco, bien aventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. ¿No van a ir al cielo? Porque es Cristo el que del cielo viene a la tierra. ¿Van a heredar la tierra? Pero quiénes los que a través de la correcta aplicación de la ley producen la mansedumbre? ¿Cuál es la diferencia entre la humildad y la mansedumbre? Normalmente en términos generales, la humildad es tu relación con Dios.

Y la mansedumbre es la humildad con tus congéneres, con tu vecino, con tu... Es la humildad hacia los hombres. Siguiendo aquí, verse 5 y 6, bien aventurados lo que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Uno que busquen la palabra de Dios, su guía, que son hambrientos, que siempre están insatisfechos con lo que uno entiende. Y que siempre mira la palabra de Dios como tesoros, que siempre hay nuevas gemas y pepitas de oro que uno puede sacar a relucir y aplicar en su vida. Dice bien aventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia, la generosidad del ser humano que desarrolla la ley de Dios. La ley de Dios contiene misericordia y gracia cuando es correctamente aplicada, porque uno en vez de a veces ejercer la justicia y el castigo completo que la persona recibe, en vez dice no.

Voy a extender esa misericordia, voy a pasar por alto, voy a esperar lo mejor. Es paciente, largo en esa misericordia, le da el beneficio de la duda. Y a través de inmediatamente querer vengarse o pagar mal con mal. Siguiendo, dice bien aventurados los delimpio corazón, porque ellos verán a Dios. Entonces son frutos del Espíritu Santo que a través de la correcta aplicación de la ley se limpia uno por dentro, limpia sus pensamientos, limpia sus actitudes. Está buscando eso y cuando se ensucia no se queda sucio. Va a Dios para que lo limpie y arrepentido, intenta y logra a través del tiempo superar las fallas y falencias y pecados. Y se vientan aventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. No son gente violenta, no son gente alteradas. Son personas que pacifican y apaciguan y producen paz, porque hay una paz interior que proviene del Espíritu de Dios.

Bien aventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Entonces aquí, Cristo empieza no explicando la letra de la ley, empieza explicando el Espíritu que proviene de la ley, los frutos que se producen. Y entonces después continúa contrastando lo que enseñan los fariseos, que están todos metidos y abocados en la letra y están obsesionados con la letra. Y pasan por alto el Espíritu, están colando en mosquitos técnicos de la ley y se están tragando el camello espiritual.

Entonces eso es parte de este Espíritu. Y para terminar vayamos aquí a la última escritura que tengo en Ezequiel. Ezequiel capítulo 11, versículo 19. Ezequiel capítulo 11, versículo 19. Este es el fin de ese pacto con Abraham, con ser hijos de la promesa. Abuelo de pájaro mirando el propósito que Dios tiene, aquí está resumido en Ezequiel capítulo 11 en el versículo 19. Y les daré un corazón y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos y quitaré el corazón de piedra en medio de su carne. Y les daré un corazón de carne, blando hacia su palabra, sumiso maleable que Dios puede moldear.

Para que anden en mis ordenanzas y guarden mis decretos y los cumplan y me sean por pueblo y yo sea a ellos por Dios. Esa es la relación que Dios tiene. Empieza con su santa ley, pero termina con su santo espíritu. Operando en uno, usando la ley como un medio hacia un fin, desarrollando los frutos del Espíritu Santo. Amor, gozo, paz, paciencia, fe, veninidad, bondad, mansedumbre y templanza. Cuando una persona entra en la iglesia y dice, bueno, yo estuve en esta otra iglesia, debo bautizarme. A veces le digo, ¿cuáles fueron los frutos? Amor, gozo, paz, paciencia, fe, veninidad, bondad, mansedumbre y templanza. Eso es lo que viéramos. Ah, no, no vimos. Bueno, señor, entonces ¿de qué se va a agarrar? Si los frutos no eran buenos, era porque lo que estaban enseñando no estaba bien. Y así entonces, en este día de Pentecostés, Dios está en el proceso de cambiar ese corazón duro. De la naturaleza humana a un corazón blando, un corazón guiable, educable, manso ante él. Y como se menciona en II Corintios 13.8, no podemos nada contra la verdad, sino por la verdad. Hay que ceder ante las verdades preciosas de Dios.

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Estudió en Ambassador College por cuatro años, titulándose en Teología y Español y comenzó su ministerio en 1976. Es un escritor de Las Buenas Noticias, enseña en Ambassador Bible College y actualmente forma parte del Consejo de Ancianos de la iglesia. Además es Pastor Coordinador de las áreas hispanas y viaja continuamente visitando las congregaciones. Vive actualmente junto a su esposa Caty Seiglie en Anaheim y pastorea la congregación de Orange County, California. Tiene cuatro hijas y ocho nietos.

Nació en La Habana, Cuba, y llegó a Estados Unidos cuando tenía 7 años de edad. Después de vivir siete años en Miami, Florida, su familia se trasladó a Murphy, Carolina del Norte.