Estilo de por vida
La semana pasada, en el 1er día de Panes sin Levadura, estuvimos hablando sobre “El Camino”, es decir, el ejemplo que nos dejó Cristo. Dios en la carne le responde a Tomás la pregunta sobre cómo podríamos saber nosotros el camino: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6).
Algunas personas toman ciertas costumbres como “un estilo de vida”. Estas pueden ser rutinarias, o libres frente a lo que el porvenir les presente, o simplemente una mezcla de ambas. Un estilo de vida define a la persona sobre el cómo va a actuar frente a las circunstancias que se le presenten y deja ver entre líneas si acaso esta persona es consecuente con su estilo o no.
Paradójicamente, un estilo de vida también puede ser ¡no tener estilo! Y deambular por la vida improvisando.
¿Cuál podría ser nuestro estilo de vida en este mundo moderno? La respuesta está en la segunda fiesta santa que estamos a punto de finalizar.
Por siete días habremos practicado un estilo de vida algo extraño para muchos, pero muy común para nosotros: no comer nada leudado. Este estilo de vida termina en el Último día de Panes sin Levadura, que este año es este viernes 10 de abril.
Pero en realidad estos siete días no son más que una muestra de un estilo de vida que debemos ampliar a nivel espiritual llevándolo a la práctica: vivir lejos del pecado.
El estilo de vida que debemos tomar y amplificar, basados en el camino, la verdad y la vida, es vivir una vida alejados del pecado. Y este estilo no es sólo por siete días, por eso lo hemos llamado “estilo de vida” o podríamos llamarlo “estilo de por vida”.
Celebremos la finalización de esta fiesta reflexionando lo que aprendimos este año y vivamos nuestra vida con estilo y convicción, porque sabemos el camino, sabemos la verdad y sabemos de dónde proviene la vida: Cristo.