Filemón y Hebreos: Bajo el Lente de la Ciencia

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Aquí tenemos una maravillosa carta de Pablo a un miembro de la Iglesia, probablemente en Colosas. Sus consejos nos recuerdan al libro de Proverbios, pero puesto en acción. Nos muestra cómo debemos actuar con los hermanos cuando surgen dificultades.

La introducción de esta epístola a los Hebreos es bastante inusual ya que carece de los típicos saludos iniciales, sin embargo, sí tiene una conclusión normal al enviar saludos a los hermanos desde Roma. Se nota que el mensaje es muy urgente.

Luego que Pablo compara a Jesús con Moisés y muestra la superioridad de Cristo sobre él, debe ahora advertirles a los cristianos judíos del peligro que tienen al negar a Cristo. Con ese fin usa una analogía entre los primeros israelitas que no entraron en la Tierra Prometida y que no lograron ese “descanso”.

A medida que avanzamos a través de estos capítulos en Hebreos, una cosa que no podemos dejar de notar es la autoridad, la confianza y el conocimiento que el autor tiene sobre este tema, que mejor encaja con el apóstol Pablo. Ningún otro escritor del Nuevo Testamento trata esta materia como lo hace aquí, y también en sus otras epístolas.

En Hebreos 8, vimos que Pablo se enfocó en el concepto del Nuevo Pacto, que Cristo introdujo en su última Pascua (Mateo 26:28). Aquí, esas leyes espirituales de Dios comienzan a ser escritas en nuestros corazones.

Luego que Pablo explica en Hebreos 10 de este mejor “camino nuevo y vivo” para acercarse a Dios, les entrega a los judíos conversos una cuarta advertencia.

Continuamos con Hebreos 11, llamado “el capítulo de la Fe”. La segunda parte de Hebreos 11 cubre los grandes hombres y mujeres de la fe que vivieron después de la conquista de la Tierra Prometida.