Mantengámonos positivos

Frente a las adversidades que el mundo nos presenta, especialmente previo a las fiestas otoñales, debemos albergar esperanza y mantenernos firmes en nuestra fe.

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¿Por qué tenemos? Esos son entonces los anuncios que tenía, antes del mensaje principal, que ya saben las fiestas o toñales, están a la vuelta de la esquina. Y hay mucha emoción en el aire. Las personas se han preparado, es una fiesta que Dios nos invita a todos a asistir, y también nos dice Dios que es una fiesta que dos veces en las escrituras nos dice que debemos regosijarnos. Y ahí la palabra gozo, que viene la alegría, que debemos disfrutar y regosijarnos ante nuestro creador. Noten acá, primero, en deutronomio 16, versículo 13.

Deutronomio 16, versículo 13. Estas son las escrituras que vienen en mente ahora para estas fiestas santas.

Versículo 13 dice, la fiesta solemne de los tabernáculos harás por siete días cuando hayas hecho la cosecha de tu era y de tu lagar. Entonces era justo después de la cosecha que podían ir tranquilamente a la fiesta.

Y te alegrarás tú, dice en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tus siervos. Y uno tiene una criada o criado que vive como uno. También esa persona ahí en Israel era parte del pueblo. Era parte del pueblo de Dios, dice tu sierva y el levita, que es el ministro. El ministro estará presente, el extranjero que viene de afuera, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. Por el hecho de ser pobres, no significa que quedan excluidos, sino que era la fiesta para todo el pueblo de Dios. Y así nosotros nos preocupamos. Hay viudas, hay huérfanos, que quizá no tienen todos los fondos, pero ayudamos para que todos puedan ir. Que sean hábiles para ir.

Nos dice versículo 15, 7 días celebrarás fiesta solemne al eteno de Dios. En el lugar que el eteno escogiere porque te habrá bendecido el eteno de Dios en todos tus frutos. Si hemos sido fieles durante el año, si hemos cumplido con nuestra parte, Dios dice que te habrá bendecido. Y en toda la obra de tus manos, estarás verdaderamente alegre. Dios no quiere ver caras largas, personas que van renuentemente, de mala gana. No queremos que haya personas que vengan de mala gana a la fiesta. Queremos que realmente vengan y dice aquí verdaderamente alegre. No con una sonrisa falsa, ficticia, lo que Pablo llamó el amor fraternal, pero que sea no fingido. Porque uno tiene que ser genuino. Otra escritura al respecto, en Levítico 23. Nos dice aquí. En el versículo 40, hablando de la fiesta de Tavernáculos, tomareis el primer día ramas con fruto de árboles, hermosos ramas de palmera, ramas de árboles frondosos y sauces de los arroyos. Y os regocijaréis delante del eterno vuestro Dios por siete días. Y le haréis fiesta eterno por siete días cada año. Será estatuto perpetuo en todas tus habitaciones por vuestras generaciones. Y aquí también nos habla del versículo 30. Así, versículo 40 dice, y os regocijaréis. En versículo 40 dice, delante del eterno por siete días. Otra vez la palabra regocijar. Y yo quiero hablar de esa palabra, prepararnos con un espíritu dispuesto ante Dios, tener ese gozo a pesar de las circunstancias, a pesar de las pruebas que hay, hacer las cosas de buena gana en la iglesia, y no de mala gana. Noten en Lucas capítulo 2, versículo 14. Se puede hacer un estudio entero sobre la importancia que Dios pone en tener la buena voluntad. Hacer las cosas de buena gana y no de mala gana. Lucas 2, versículo 14. Cuando nació Cristo, dice aquí, Los ángeles clavaron gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres. En realidad, hay otra traducción que es más exacta. Por ejemplo, la nueva Biblia latinoamericana dice gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad en quienes Él se complace. Y la traducción es más acertada, que Dios busca a personas de buena voluntad. ¿Se acuerda cuántas veces Pablo habla de hacer las cosas de buen ánimo, de todo corazón? Nadie hace las cosas perfectamente, pero se hace con buena voluntad, donde hay mala voluntad, donde hay renuencia a las cosas, no es el mismo espíritu que lo está guiando a uno. Y sabemos que cada semana tenemos nuestro propio afán. Es una mezcla de alegrías y de penas. ¿Hay prueba para superar? ¿Hay dudas para superar? ¿Y cuentas que pagar también? La pregunta es ¿Cómo nos enfrentamos a esos desafíos de la vida? Tal como dijo un miembro, sabemos las verdades maravillosas de Dios. Lo que es difícil es cómo aplicarlas. Una cosa es tener el conocimiento y otra cosa es aplicarlas. Y este camino es un camino de aplicación. No es teórico, es de poner las cosas por obra. Y la vida es una multitud de experiencias. Fueron hechas para ser disfrutadas, pero también la vida fue diseñada como una carrera de obstáculos para superar y así formar el carácter espiritual.

No es un paseo campestre en que todo nos resulta como queremos a pedido de boca. Muchas veces hay que ejercer disciplina, paciencia. A veces hay que levantarse del fracaso y esforzarse, aprender el pasado. Yo he visto que uno aprende más de sus errores que de sus aciertos. Lamentablemente, a veces, después que se toca la estufa que estaba caliente, ahí recién se da cuenta uno de el peligro y el daño que se produce. Y así hay experiencias en la vida que nos enseñan mucho. A veces, a no tocar esa estufa. Y es tan importante, mientras que andamos en este camino, mantener nuestra vista fija en la gran meta. ¿Y cuál es esa gran meta? Es el reino de Dios. Ser parte del reino de Dios. Yo sé que, en oración, cuando uno llega a esa etapa que dice Cristo, que es como la categoría, venga tu reino. Siempre me trae ánimo. A veces, uno no estaba tan entusiasmado. Quizá la cosa no había resultado muy bien el día anterior. Pero cuando uno ve el privilegio y el honor que nos está dando Dios, para un día entrar en ese reino glorioso, donde no van a haber huelgas, donde no van a haber guerras, donde no van a haber enfermedades, donde Cristo va a gobernar sobre todos y vamos a poder formar un equipo. ¿Qué son las pruebas temporales en comparación con eso? Tenemos la meta más grandiosa que existe. Y las fiestas que vienen son las que vislumbran ese futuro reino. Es como un anticipo de ese futuro reino de Dios.

Así que esta vida no fue hecha solamente para vivirla, sino aprender lecciones espirituales. Ser mejores personas y no peores. Superar los defectos, las debilidades y nunca darse por vencido. Dice la Biblia, siete veces cae el justo y vuelve a levantarse. Mas el impío fracasará, porque no está siguiendo. Este es un camino con Dios. Es una de las frases más hermosas en toda la Biblia. Cuando dice, no es, caminó con Dios. Es un diario caminar. Cuando uno camina con otra persona, que se quieren, conversan, disfrutan, pueden confesar, una cosa con el otro, se van a animar, y en el camino van enfrentando los obstáculos juntos.

Entonces es un diario caminar con Dios. No es una vez a la semana. No es, caminó con Dios. Abram caminó con Dios. Era una constante conexión que había ahí. Y así tenemos que hacerlo nosotros. Piensen lo difícil que fue para el apóstol Pablo, mantenerse positivo ante tantas pruebas y dificultades que tuvo. Pongámonos en el lugar de Pablo un momento y ver cómo hubiéramos reaccionado nosotros en estas circunstancias.

A veces pensamos que lo tenemos muy duro, muy difícil. Pero veamos lo que pasó una vez aquí en el apóstol Pablo y cómo él enfrentó esas dificultades. Vayamos a Hechos 16. Hechos 16. 21. Hechos 16. 21. Aquí el pueblo se agolpó y dice que enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer pues somos romanos. Tenía su propia religión. Pablo vino a predicar otra religión a ellos. Esto es en Filipos, y se agolpó el pueblo contra ellos y los magistrados, rascándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad que significaba aquí con tipo de esposas que tenían en ese entonces, el cual recibido este mandato los metió en el calaboso de masa dentro.

Ellos eran ventanas y les aseguró los pies en el cepo, un tipo de esposas que lo tenían ahí. ¿Y cómo estaban ellos? Dice, pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios y los presos lo soían. ¿Han estado diciendo cómo? ¿Nos pasó esto a nosotros? ¿Servidores de Dios? ¿Nos golpearon en forma elícita? Pablo era romano. No debían haberlo hecho. Ni siquiera le preguntaron, ni siquiera le dieron la oportunidad antes de azotarlos a los dos y que estaban ellos haciendo, cantando al avanzas a Dios, manteniéndose positivos a pesar de sus espaldas destrozadas.

Dice, y entonces sobrevino de repente un gran terremoto. Dios hizo un gran milagro, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían y al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron. Despetando el carcelero y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido porque en Roma, el Imperio Romano, si el carcelero dejaba escapar a alguien, pagaba él con su vida.

Dice más, Pablo clamó a gran voz diciendo, no te hagas ninguna mal, pues todos estamos aquí, Pablo los mantuvo. Para que no se escaparan. Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro y temblando se postró a los pies de Pablo y de Silas y sacando los desdijo señores, ¿qué debo hacer para hacer salvo? El ejemplo de ellos convirtió a un carcelero. Había escuchado las canciones. Y este tipo de hombres son estos que ni siquiera ser azotados y humillados y encerrados y no están maldiciéndose, están cantando y alabando.

Y él sabía que ese terremoto y el hecho de que todos estaban ahí era un gran milagro y se convirtió en ese instante. Entonces, tenemos que ver que esa actitud positiva nos va a salvar o nos va a destruir si no la tenemos. Por eso quiero compartir tres puntos para mantener esa actitud positiva en medio de las dificultades.

Porque la Biblia está hecha para mantenernos positivos ante las dificultades que hay. El primer punto es que no se puede cambiar las circunstancias pero sí se puede cambiar la actitud hacia ellas. Todos tenemos circunstancias que tenemos que vivir. Nadie puede ponerse en el pellejo de otra persona. No podemos cambiar las circunstancias pero podemos cambiar nuestra actitud hacia ellas. Por eso ven personas que son ciegas, que quizás sean sordas, igual con una actitud positiva. Ya hay una persona que porque se le rompió su uña, ¡ay! que ya está toda afligida, ya todo el mundo se vino abajo, pues se le rompió una uña.

¿Verdad? Entonces depende de cómo uno ve las cosas. Un marinero experimentado, cuando anda en su velero y se encuentra que está el viento en contra, ¿qué hace? Dice, ¡ay! ¿qué de mí? El viento es contrario, no puedo andar, me voy a dar por vencido. No, un marinero sabio se va zigzagueando, cambia el ángulo de las velas y agarra un poco de viento y después se da y agarra el otro y así va avanzando.

Entonces, de nada sirve atacar al viento. El viento no va a cambiar porque uno se queja, pero sí puede usted cambiar las velas para que puedan agarrar el viento de lado. Entonces hay muchas formas de cambiar la actitud para hacer la llevadera y poder avanzar. William James, un famoso psicólogo del siglo XX, dijo, el mayor descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al cambiar sus actitudes. Dice que lo que más aprendieron en todo este estudio de cómo opera la mente es que uno puede cambiar su actitud y con eso, cambia su vida.

No puede cambiar las circunstancias, pero puede cambiar su vida. Una anécdota que leí hace años atrás en ese libro de D. L. Carnegie, que se llama ¿Cómo vencer las preocupaciones? Menciona a un señor que había perdido la vista. Algo muy terrible. Y cuando le preguntaron ¿Qué hay de usted, pobrecito? Y él dice No, yo estoy bien porque todavía puedo oír y todavía puedo pensar. Tengo el cerebro intacto. Puedo pensar, puedo vivir. Me falta una cosa nada más. Pero tengo mi cerebro y mi mente que funcionan bien. Este señor andaba feliz a pesar de la desgracia que le había sucedido.

Ahí el famoso cuento de dos viajeros que partieron de la misma ciudad, rumbo al mismo destino. Se iban a trasladar. Y en el camino pararon en una parada y el primero entró. Y ahí estaba el cantinero y se tomó algo y le preguntó señor cantinero, ¿esta ciudad donde voy a erradicar? ¿Cómo es? Y este señor le dijo, ¿cómo fue la ciudad que dejó? Y le dice, ay, no, las personas son apáticas. No, aquí no encontré a nadie amigable. No lo pasé bien. Y el cantinero dice, bueno, sabe, lo siento, ¿a dónde va? Es igual. Se va a encontrar con las mismas personas. Y el hombre empezó lamentándose ahí y de repente entró el segundo viajero. También se tomó algo y le hizo la misma pregunta. Señor, yo salgo de esta ciudad y me voy a esta otra. ¿Cómo son las personas en esa ciudad? Y el cantinero le hizo la misma pregunta. ¿Cómo fueron en esa ciudad? Y se respondió, no, las personas eran amables, simpáticas, lo pasé bien. Y le dijo el cantinero, ¿sabe? Las personas en la ciudad donde usted va son iguales. Se va a encontrar con las mismas personas simpáticas. Y el primero escuchó eso y de un momento acababa de decirme que las personas no eran así, que eran apáticas. Y el cantinero dice, señor, es la actitud de usted que determina cómo va a encontrar a las personas. Van a encontrar las personas de acuerdo a cómo usted las trata y las enfrenta. Y así es en la vida. Si uno anda con cara larga, de pocos amigos, se va a encontrar que todo el mundo parece serapático. Pero si usted tiene una sonrisa, si es positiva, se va a encontrar que hasta la persona más urania se van a hacer simpatía. Recuerdo una vez en una fiesta de tabernáculos en Chile que teníamos en la playa de Maiteencillo. ¿Alguien alguna vez fue a Maiteencillo? Sí, bueno, Gabriel y Andrea. Pero tuvimos ese lugar como 10 años. Y el señor que estaba a cargo de la concesión de comida, hoy ese señor era de mala rabia, tenía un genio, pero sabe, yo vine, lo saludé, hablamos de él, de su familia, tenía una hija en España, que esto y lo otro, sabe que esos 5 años, casi 4 o 5 años que me trató, siempre se deshizo para ser felices. Y a todos los demás, regañaba, todos subían de él. Pero depende con la actitud con que lo trata. Y de hecho, entonces uno aprende que se puede ganar la buena voluntad, teniendo buena voluntad. Y eso es lo que no se puede cambiar las circunstancias, pero se puede cambiar la actitud que tenemos. No tienen proverbios 17, versículo 22, dice, el corazón alegre constituye buen remedio, más el espíritu triste, seca los huesos, dos actitudes, el corazón alegre, que se da ánimo, que amanece dándole gracias a su amor, que se da a su amor, que se da a su amor, que se da a su amor, dándole gracias a Dios por la vida, por el descanso de anoche, por la protección y que tiene un día por delante para hacer las cosas bien ante Dios, agradecido por el aliento, por los alimentos, por tener vida, que es un don que Dios nos entrega, más el espíritu triste, que es el pesimista, que no va a resultar bien la cosa. ¡Ay, de esto! El vaso siempre está medio vacío, en vez de medio lleno. Depende de cómo uno lo mira. Yo digo que, si el vaso está medio lleno, para mí está tres cuartos llenos. Porque me doy ánimo y pienso que sí se puede y se va a lograr. Y sabe que muchas veces, cuando pensaba que no iba a funcionar, por ese ánimo se logró. Ninguna cosa grande se logró con una mentalidad derrotada. De mala gana. Siempre las cosas se logran cuando la persona pone el hombro a la rueda. Eso es algo que viene de Dios también. Él nos ayuda a tener ese buen ánimo. Mire el apóstol Pablo. ¿Cómo animaba lo demás? En Filipenses capítulo 4. Filipenses capítulo 4.

Pesiculo 6. Dice por nada, estéis afanosos. El afán es un estado mental. Ay, que nada me va a resultar. Ay, que voy a fracasar. El afán de siempre estar preocupado de que no va a resultar algo. Dice por nada, estéis afanosos. Si no sean conocidas y que no hay la petición delante de Dios, en toda oración y ruego, con acción de gracias, actitud positiva, Dios está con nosotros. Dice y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús, es igual que un cultivo. Si es un cultivo de vinagre, todo va a morir, todo va a hereder. Pero si es un cultivo donde es azúcar, es miel, ahí es dulce, es algo provechoso, ¿cuántas veces han visto a las abejas irse donde está el vinagre? ¿Pero donde está dulce? Ahí es lo que atrae. Ese es lo primero que Dios nos habla de no desanimarnos, Dios es un Dios de milagros, nada es demasiado difícil para Él, pero Él mira las cosas a largo plazo. Él quiere que las cosas resulten bien a largo plazo, y a veces tenemos que aprender nuestras lecciones. A veces hay cosas que Él dice, lo siento, mi Hijo, pero va a tener que pasar. Por alguna prueba voy a permitir que esto suceda porque hay que superarse, hay que mejorarse. Noten en Hebreos 12, versículo 3, esta escritura últimamente me ha llamado mucho la atención, me ha impactado. Espero que ustedes también. En Hebreos 12, versículo 3, dice, considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Está comparando aquí lo que Jesucristo pasó, que mantuvo ese gozo. Estaba pendiente de su madre, cuando estaba siendo crucificado. Igual estaba pendiente de su madre, el ladrón que lo había estado maldiciendo. Después el ladrón dijo, aquí perdóname, y todo, y dijo, sí, te perdono, un día estarás conmigo en mi reino. No significaba en ese momento, pero dijo en la traducción correcta, de cierto os digo hoy, que estarás conmigo en el reino. Y Cristo estaba pendiente, lo que lo habían brutalizado de tal manera, azotado, y llevó a esos soldados, y a los demás que lo estaban escupiendo, y dice, padre, no los tomes en cuenta, en su pecado, no saben lo que están haciendo. Hasta ese momento, hasta esa situación estuvo positivo. No había odio, no había rencor, no había nada negativo. Nadie logró vencer a Cristo, en cuanto a su actitud. Correcto. A veces, reprendió fuertemente a los fariseos, y volcó las mesas en una indignación justa. Pero nunca pecó, porque se lo merecían. Era la casa de su padre, que lo habían vuelto en una cueva de ladrones. Entonces, Cristo siempre actuó en la forma indicada. En Hebreos 12 continúa diciendo, porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. ¿Hay alguien aquí que me puede mostrar, cicatrices que ha sufrido combatiendo contra el pecado? Me gustaría verlo. No creo que estamos, como Pablo, que fue azotado por seguir la justicia. Y dice, ya habéis olvidado la exhortación que como hijos se os dirige diciendo, hijo mío, no menosprecias la disciplina del Señor. Ni desmayes cuando eres reprendido por Él. Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por Hijo. A veces tienen que, como dice el jalón de orejas, llamarnos la atención. ¿Por qué? Porque nos estamos desviando de género. Nos estamos desviando del camino. Y Dios no quiere eso, y viene algo para llamarnos la atención. Noten, aquí en el versículo 10, dice ya aquellos hablando de los padres, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía. Pero este, hablando de Dios, para lo que nos es provechoso, para que participemos de Su santidad. V.10. No tenés la última frase, para que participemos de Su santidad. La palabra clave es santidad. Dios no quiere que seamos, mundanos. No quiere que nos perdamos. Quiere compartir la santidad con nosotros. La santidad no es fácil para un ser humano.

Nos cuesta desarrollar eso en nosotros. El camino bueno, recto, sano. Pero Él dice, mire, este es el fin. Este fue el propósito que fueron creados para participar conmigo en esa santidad. Porque saben, Dios está mirando a largo plazo. En mil años más, ya Cristo habrá venido, ya se habría establecido Su reino. Después viene Dios Padre, y sabe que vamos a vivir por una eternidad. Y si no tenemos la santidad de Dios, tarde o temprano nos desviaríamos. Tarde o temprano caeríamos en pecado y en gran daño. Entonces Dios no quiere eso. Un día vamos a poder disfrutar por un millón de años y nunca pecar. Nunca tener un pensamiento malo. No vamos a ser sujetos a tentaciones. Nadie va a insultar, a odiar. Y entonces podemos ser amigos y hermanos a través de todo este universo. Y todos los planetas que se habitan y se multiplican, todos van a tener personas amorosas, pacíficas, cooperadoras, porque todos participan en la santidad. Así que disculpen, pero Dios tiene un gran trabajo que hacer con nosotros ahora. Él no está jugando un juego. Él realmente quiere eso. Y estamos dispuestos a ser sometidos y a aceptar la disciplina del Señor cuando sea necesario, porque quiere que participemos en su santidad.

El segundo punto.

Elija cuidadosamente las palabras que usa durante el día. Porque esas palabras son las que van a formar nuestra actitud.

No se da cuenta de las palabras, las fuerzas que tienen las palabras. Noten en Proverbios 18, versículo 21. Si uno quiere cambiar su actitud y su vida, en forma muy rápida, cambie el vocabulario que usa. Use palabras positivas, palabras de buen nombre. No ten Proverbios 18, versículo 21. Dice la muerte y la muerte. Proverbios 18, versículo 21. Dice la muerte y la vida están en poder de la lengua. Y el que la ama, comerá de sus frutos. El que ama, cuidar. Lo que uno dice, tendrá buenos frutos.

Si uno usa palabras negativas que hieren, van a alejar a las personas. Las palabras adecuadas en el momento correcto pueden traernos el amor, el dinero y el respeto. Mientras el uso de palabras inadecuadas pueden causar gran destrucción. En Proverbios 15, versículo 23. Proverbios 15, versículo 23. Dice el hombre se alegra con la respuesta de su boca y la palabra a su tiempo. Cuán buena es la palabra correcta, la que calma, la que apacigua, la que apaga un incendio en vez de avivar un incendio. Anthony Robbins, que es un famoso comentarista y psicólogo en los Estados Unidos, dijo lo siguiente, las palabras que se usan constantemente forman su destino.

De buena o mala gana va a ser creado en uno. Pensamientos es lo primero que uno tiene. De ahí, de los pensamientos, salen las palabras. De las palabras se forman las actitudes, de las actitudes se llevan a cabo las acciones y de las acciones vienen los resultados. Así que hay que tener primero el control de los pensamientos. Yo sé que es muy difícil, por ejemplo, cuando uno está manejando por la ciudad y que lo cruzan, le hacen esto. Bueno, allá en Los Ángeles no es nada diferente. A veces uno tiene ganas de decir varias cosas, pero si no lo hace, si lo toma con calma, si piensa en otra cosa, pone buena música, escucha algo, cambia el espíritu, o si no, uno puede estar ahí gritoneando al otro, asusando al otro y a veces hasta se matan, chocan, andan enojados. ¿Qué fue lo que pasó? Hubo hace poco alguien que hubo dos que se enojaron y se mataron recientemente allá en la zona de Los Ángeles, porque así es como se crea eso. Las palabras negativas conducen a la derrota, las palabras positivas conducen a la victoria. Hay que tener fe, que Dios está a cargo, Él sabe lo que nos corresponde a todos, Él está cuidándonos. Ahora, esto no significa que siempre va a ganar, o porque tiene las palabras correctas, que todo va a resultar bien, pero va a tener mucho más éxito en sus relaciones humanas, al respecto. Las palabras positivas son lo que también, cuando uno habla consigo mismo, cuando nadie está alrededor, uno igual conversa con uno mismo. ¿Y cómo se lleva consigo mismo? ¿Se lleva bien o mal?

¿No le gusta quién es usted? ¿Está enojado con usted mismo? Entonces eso va a proyectarse a otros. El primero con quien usted tiene que estar bien es consigo mismo. Por eso el mandamiento amaraza a tu prójimo como a ti mismo. Hay que aprender a sentirse bien. Usted fue creado en la imagen de Dios.

Y cuando uno habla, que se dé ánimo, palabras positivas, porque si uno ya se derrota, a sí mismo, ¿qué logro va a tener afuera? Es muy importante las palabras que usamos.

Sí debemos ser realistas, pero ser un solucionador en vez de un creador de problemas. Trate de ayudar a solucionar el problema, en vez de crear el problema. Uno. Es muy importante ese punto. ¿Estoy yo creando el problema? O es otra persona que está creándolo y yo estoy aquí para solucionarlo. Yo no puedo controlarla a la otra persona, pero yo puedo controlar si creo el problema o no. Uno de mis favoritos dichos es que el fracaso o el éxito en el matrimonio, a veces, depende de no decir. Dos o tres palabras hirientes al día. Comérselas, tragárselas, no decirlas, porque a veces puede fracasar toda una relación por no haber aguantado y soltado esas palabras hirientes y vienen y cortan y hieren, tal como nos dice aquí en Proverbios 12, versículo 18, versículo 18, nos dice, las palabras son como golpes de espada, más la lengua de los sabios es medicina. Así que ese es el segundo punto. Ecojan las palabras adecuadas. Y la tercera, mire a la adversidad como un desafío para podarse y crecer. Podar significa cortar, hay que podar un árbol para que dé más frutos. Entonces, cuando vienen las pruebas, a veces hay que podar hábitos malos, hay que, cuando viene esto, ¿cómo puedo yo ser mejor a través de esta prueba? En Proverbios 24, versículo 10, Dice, si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida. No vas a salir adelante. Entonces, cuando viene el momento de enfrentar a la prueba, hay que ponerle más ánimo. No hay que dejarse rendir, tirar la esponja, como dicen, o la toalla, sino hay que aplicar más fuerza. No se logra todo la primera vez que uno intenta algo, pero si continúa intentándolo, tarde o temprano, casi siempre se logra el éxito. Y para finalizar, aquí la escritura que iba a usar, Filipenses, capítulo 4, Filipenses, capítulo 4, versículo 10, no, versículo 8. Filipenses, capítulo 4, versículo 8, y después vamos a ver cómo se va a hacer el éxito. Filipenses, capítulo 4, versículo 8, y después vamos a continuar al 10. Dice por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensar, lo que aprendisteis, y recibisteis, y oísteis, y visteis en mí, esto haced, y el Dios de paz estará con vosotros. En versículo 10, dice en gran manera, me gocé en el Señor, de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí, de lo cual también estábais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación, se vivir humildemente, y se tener abundancia. En todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Dice Pablo que no importaba lo que pasaba, ya sabía como estar contento con sí o mismo. ¿Cómo no dejar que las circunstancias lo tiraran para abajo? Y dice, versículo 13, todo lo puedo en Cristo, que me fortalece la clave, el secreto, porque estaba con Cristo viviendo en Él, y ayudando y fortaleciéndolo. Entonces es importante recordar esos tres puntos.

Primero, cambia su actitud y va a ver que el vaso está medio lleno en vez de medio vacío. Número 2, cambia su vocabulario. Aquí, Robbins dice, cambia sus palabras y cambiará su vida. La herramienta más fácil que conozco para transformar inmediatamente la calidad de su vida es escoger las palabras correctas durante el día. Vea la versidad número 3 como un desafío y una oportunidad para apodarse y mejorar y crecer. Acuérdense, lo que no lo mata a uno lo hace más fuerte. Y hay que tener ese sistema inmunológico-espiritual. Igual que uno tiene vacunas que lo protegen, uno va siendo vacunado por las pruebas que ya no lo afectan tanto, que ya uno superó esas otras pruebas. Así que debemos prepararnos para estas fiestas que vienen para regocijarnos y ser verdaderamente alegres. Ese faro está por prenderse que todo su pueblo venga con alegría y regocijo a adorar a nuestro Dios. Entonces, con eso, vamos a terminar los servicios. Tenemos 15 minutos, después una sesión de preguntas y después vamos a tener un refrigerio acá, bien rico para todos, para que vayan a sus casas ya bien llenos, espiritual y físicamente.

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Estudió en Ambassador College por cuatro años, titulándose en Teología y Español y comenzó su ministerio en 1976. Es un escritor de Las Buenas Noticias, enseña en Ambassador Bible College y actualmente forma parte del Consejo de Ancianos de la iglesia. Además es Pastor Coordinador de las áreas hispanas y viaja continuamente visitando las congregaciones. Vive actualmente junto a su esposa Caty Seiglie en Anaheim y pastorea la congregación de Orange County, California. Tiene cuatro hijas y ocho nietos.

Nació en La Habana, Cuba, y llegó a Estados Unidos cuando tenía 7 años de edad. Después de vivir siete años en Miami, Florida, su familia se trasladó a Murphy, Carolina del Norte.