Los latidos del corazón nunca mienten
Una adolescente entró al centro de atención para el embarazo donde una vez trabajé como voluntaria. Su semblante evidenciaba las profundas huellas del dolor emocional, y su forma de actuar demostraba su sufrimiento y estrés.
Nuestra labor consistía en apoyar a las madres con embarazos prematuros, así que la escena no era inusual. Pero antes de que pudiéramos atender a la afligida joven, una mujer irrumpió bruscamente dirigiéndose a la recepción. Su rostro también reflejaba una historia, una de resentimiento e ira. Pidió que su hija “fuera atendida de inmediato”.
En el momento no nos dimos cuenta, aunque la señalización del edificio era perfectamente clara, pero la mujer pensó erróneamente que había llevado a su hija a una clínica de abortos. De hecho, su hija fue “atendida de inmediato” y el personal la ayudó en el proceso normal para que ella finalmente escuchara los latidos del corazón de su bebé. El sonido de los latidos del corazón cambió el escenario: “el problema” pasó a ser un bebé, y no cualquier bebé, sino su bebé. Podrán imaginarse la tensión consecuente cuando salió de la habitación. ¡Quería conservar a su hijo!
Los latidos del corazón nunca mienten, porque hablan de la vida dentro del útero. Sin embargo, la madre de la muchacha aseguró que el embarazo no continuaría, insistiendo en que no era un bebé, sino un error. La joven respondió bruscamente y acusó a su madre de temerle a la vergüenza que sentiría cuando los vecinos y su iglesia supieran del embarazo. Inmediatamente la sacaron por la puerta y la llevaron a un centro de abortos, como había sido la intención de su madre desde el principio.
Nunca supe qué más sucedió, pero sí sabía que al tratar de eliminar el problema, la tragedia resultante tendría consecuencias no deseadas que probablemente durarían toda la vida.
Después de muchos años aún recuerdo la expresión marcada en el rostro de la joven. Si solamente su madre se hubiera detenido por un momento a ver más allá de su propia desgracia lo que verdaderamente sucedía, también habría captado lo que el resto de nosotros vimos claramente en el comportamiento de su hija: angustia, tormento y posiblemente un daño irreconciliable en la relación de ambas.
Esta historia demuestra la facilidad con la que las emociones pueden manifestarse y abrumar a las personas que se enfrentan a un embarazo no deseado, empujándolas a tomar medidas desesperadas.
El embarazo no deseado
Hijas e hijos, mamás y papás, si están enfrentando una situación similar, tomen en cuenta algunos principios morales antes de tomar decisiones apresuradas producto de la vergüenza o la perspectiva de planes de vida frustrados. Por otro lado, tengan en cuenta que mi propósito no es revivir el dolor del pasado que persiste en aquellos que lamentan sus malas decisiones. Simplemente quiero recordarles el sacrificio redentor de Jesucristo que nos permite comenzar de nuevo y seguir adelante.
Si se comunica con una clínica proelección pensando en abortar, se dará cuenta de que las soluciones que le presentarán calmarán cada uno de sus temores y le ofrecerán una salida que promete eliminarlos todos. ¡Y qué tentador puede ser esto cuando en su interior bulle un torbellino de confusos pensamientos y emociones! “Deténgase, observe y escuche” antes de dar el paso. Deténgase y controle sus emociones en lugar de dejar que estas la controlen. Observe todas las opciones y visualice cómo podría sentirse dentro de 15 años con respecto a su decisión. Escuche las Escrituras (Números 32:23), porque el pecado siempre tiene consecuencias.
Si sus circunstancias no le permiten criar a un niño, considere la gran bendición que le brindaría a otra familia entregándolo en adopción. Como se dice, “No existe un niño no deseado, sino ‘padres no deseosos’”.
Reconozca la inspiración que otros reciben de parte de quienes eligen hacer lo correcto incluso cuando es lo más difícil. Cuando uno decide hacer algo, anima a otros a hacer lo mismo. Su elección de hoy puede ser un gran ejemplo para otros que comentan errores mañana.
A veces, la aflicción de los padres al enterarse del embarazo de su hija puede ser tan difícil como lo es para ella. Si usted es uno de esos padres, comprenda la gran oportunidad que esto significa para enseñarle a su hija acerca de Dios, fortalecerla, apreciarla y amarla a pesar de su tropiezo. De ninguna manera contribuya a que no nazcan sus nietos potenciales. Recuerde que Dios puede hacer que de lo malo salga algo bueno (Romanos 8:28).
Los cristianos deben pensar detenidamente en su reacción ante quienes enfrentan estas dificultades. ¡Ore antes de hablar! En particular, no sea un obstáculo para aquellos que decidan enfrentar sus dificultades por la vía del arrepentimiento, sino aliéntelos.
Las iglesias y el problema del aborto
En 2015, la organización sin fines de lucro Care Net encargó un estudio nacional en Estados Unidos. La investigación encontró que el aborto es “un problema significativo dentro de las iglesias de todo el país, y la mayoría de las mujeres que han tenido abortos no ven a la iglesia como un lugar que brinda ayuda a las mujeres que enfrentan embarazos no deseados” (Groundbreaking Care Net Research on Abortion and the Church [Investigación pionera de Care Net sobre el aborto y las iglesias], Care-Net.org, 23 de noviembre de 2015).
Una sinopsis titulada New Survey: Women Go Silently From Church to Abortion Clinic (Nueva encuesta: Las mujeres van silenciosamente de la iglesia a la clínica de abortos, Lisa Green, Care-Net.org, 23 de noviembre de 2015) incluye estos hallazgos:
• “Casi 4 de cada 10 mujeres que han tenido un aborto asistían a la iglesia al momento de interrumpir un embarazo”.
• “En la encuesta de 1038 mujeres que han tenido abortos, el 70 % afirma tener una preferencia religiosa cristiana y el 43 % informa haber asistido a la iglesia mensualmente o más seguido al momento del aborto”.
• “Casi dos tercios (64 %) creen que los miembros de la iglesia son más propensos a chismorrear sobre una mujer que está considerando abortar que a ayudarla a ver las opciones”.
• “Al sopesar la decisión de un aborto, las mujeres dicen que esperaban o experimentaron el juicio (33 %) o la condenación (26 %) de una iglesia, mucho más que el cariño (16 %) o la ayuda (14 %)”.
• “Si bien el 25 % dice que recomendaría a un amigo o familiar hablar sobre un embarazo no planeado con alguien en la iglesia, más del doble (54 %) dice que no lo recomendaría”.
“Las muestras de apoyo de la iglesia son importantes”, dijo [el vicepresidente de LifeWay Research, Scott] McConnell. “Para la mayoría de las mujeres con un embarazo no deseado, si nadie está dispuesto a decir: ‘Te vamos a ayudar con esto’, les es difícil decir honestamente que desean quedarse con el hijo”.
Lecciones fundamentales de un ejemplo bíblico
Tómese un momento para leer 2 Samuel 11-12. Una vez que lo haya hecho, considere lo siguiente:
• Combinar una mala decisión con otra mala decisión nunca es una buena idea. Sea consciente del componente progresivo del pecado (es decir, un pecado del que alguien no se arrepiente a menudo conduce a más y peores pecados) y detenga su ciclo destructivo.
• Busque consejo espiritual. No se puede enfatizar lo suficiente cuán necesario es un grupo de apoyo durante este tiempo de vulnerabilidad. Busque un miembro de la familia, un pastor o un mentor de confianza que la apoye, alguien que aporte calma, una perspectiva espiritual y sentido de responsabilidad a la situación. ¡Si tan solo el rey David y Betsabé hubieran hecho exactamente eso!
• Lo que ya ha hecho no tiene por qué dictar lo que debe hacer después. Sea valiente y que la siguiente decisión sea un paso en la dirección correcta. A veces, lo que se presenta como una “salida fácil” de las circunstancias difíciles a corto plazo, a la larga se convierte en lo más difícil.
• La verdadera elección que tiene ante sí es rechazar o aceptar la responsabilidad de sus decisiones. En el caso del rey David, el caos creciente terminó solo cuando reconoció sus pecados, se arrepintió y asumió la responsabilidad de sus errores.
• Acudir a Dios confesando y arrepintiéndose de los pecados no significa librarse de las consecuencias, pero sí da inicio al restablecimiento moral y es el camino hacia la sanidad y paz verdaderas.
• No permita que el pasado determine su futuro. Los héroes de la fe, como el rey David, no lo fueron por no pecar, sino por arrepentirse y no dejar que su pecado los oprimiera.
• Comprenda que su pasado no detiene la obra futura de Dios en usted y a través de usted. David y Betsabé tuvieron cuatro hijos (1 Crónicas 3:5), incluido Salomón, de quien se dijo: “El Señor lo amaba” (2 Samuel 12:24).
En los años venideros, el linaje de David y Betsabé será un hilo tejido a través de muchos hombres y mujeres bíblicos de fe y que finalmente llegará directamente hasta Jesucristo.
Dios está en el negocio de la restauración. Él es el reparador de vidas, corazones y espíritus quebrantados, y desea que todos tengan un corazón sumiso y entregado a él. Al considerar a los que están lidiando con este asunto tan difícil, luchemos por apoyarlos y consolarlos misericordiosamente con la misma compasión y ánimo que nos da “el Padre de todas misericordias y Dios de todo consuelo” (2 Corintios 1:3-7) cuando enfrentamos desafíos aparentemente insuperables. BN