¿Cuál fue el pecado de Job?

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¿Cuál fue el pecado de Job?

Job fue aparentemente perfecto en todo lo que hizo. Fue un buen ejemplo como marido y padre. Fue generoso con su riqueza y con el tiempo que dedicaba para servir a su comunidad. Fue obediente a Dios en cada aspecto de su vida. Ni siquiera sus amigos más cercanos pudieron encontrar una falla en su comportamiento. Sin embargo, cuando Dios mostró a Job su pecado, él se arrepintió con una profunda y sincera tristeza y lamento, no solo de manera superficial.

Él explica su pecado con sus propias palabras. Al responder la pregunta de Dios, él dice: “¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. [Es decir, inconsciente de la actividad entre Dios y Satanás “tras bambalinas”, Job asumió que todos sus problemas eran producto del correctivo de Dios. Él declara que ha vivido justamente ante Dios y no merecía el trato que Dios le profería, ¡como si Dios fuera injusto!] Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto, me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:3-6).

En su aflicción, Job culpó a Dios por tratarlo injustamente. Había clamado por una oportunidad de ser juzgado por él. Cuando Dios habla finalmente, sus comentarios no son lo que nosotros hubiéramos esperado. Primero, Dios habla sobre los asombrosos actos de la creación, de sus maravillosas criaturas y del cuidado que proporciona a su obra. Al hacer esto, le muestra a Job el poco entendimiento que tiene del gran panorama. ¿Cómo podía él discutir su caso con Dios como si fuese su igual? Si Dios está en tal sintonía con su creación, ¿cómo podía ser inconsciente del sufrimiento de Job? ¡Job entonces llegó a percibir a Dios de una manera que no lo había hecho antes!

Parte del arrepentimiento de Job, se debió al percatarse de su capacidad de oponer resistencia a Dios. Es posible que previo a esta prueba, Job no se hubiese creído capaz de discutir y cuestionar la bondad, justicia y sabiduría de Dios. En el crisol de la prueba, esta cuestión se puso de manifiesto y en un primer plano, pues Job dijo cosas sobre Dios que bien podría decir un adversario.

Este avance tan transformador lo llevó a un profundo arrepentimiento. Cuando se dio cuenta de ese problema de sí mismo, se arrepintió. No necesariamente de lo que había hecho, sino de lo que era: un ser capaz de convertirse en enemigo (u opositor) de Dios. Al final, dijo que se aborrecía a sí mismo - de su capacidad de creer que Dios es injusto o malo.

Esta autorrealización es importante para cualquier persona que vivirá bajo la soberanía de Dios por toda la eternidad. A final de cuentas, Job había tomado una decisión consciente de vivir por fe en la bondad de Dios y nunca volver a cuestionarla, independientemente de cualquier causa, provocación o tentación de hacerlo.

Hay lecciones importantes del libro de Job que podemos aprender. Debemos darnos cuenta de que nuestras pruebas (y las de cualquier persona) no siempre son resultado de nuestros errores o pecados. Pueden venir por otras fuentes o distintas razones, por lo que no deberíamos hacer acusaciones o conjeturas falaces, como hicieron los amigos de Job. También debemos aprender de la experiencia de Job para mantenernos respetuosamente pacientes y confiados en Dios, incluso en medio de nuestros sufrimientos (Santiago 5:10-11). Ver la grandeza de Dios y nuestra insignificancia puede ayudarnos a tener una perspectiva realista y aprender una buena lección de cualquier experiencia que tengamos.