Tensión de color

Usted está aquí

Tensión de color

Un “juicio” es una palabra que humanamente causa miedo porque lo asociamos inmediatamente a otras palabras, tales como sentencia y castigo. Sin embargo, no debería serlo. Veamos que un juicio es una palabra con mayor profundidad de significado y al mismo tiempo, de aspecto hermoso.

A diferencia de cientos de explicaciones en cuanto a las funciones que muchos elementos tienen en la naturaleza, hay algo que es muy hermoso que la ciencia no sabe qué utilidad tiene. Podemos investigar sobre el cómo se forma, pero al parecer no hay un “para qué”. 

Un arcoíris es un fenómeno de la óptica y de la meteorología que descompone la luz del sol en el espectro que pueden nuestros ojos observar. Se produce por refracción al encontrarse la luz con las pequeñitas gotas de agua que están suspendidas en el aire. Por eso, cada vez que la lluvia se va y aparece el sol, es seguro ver un arcoíris en el cielo.

El libro de Génesis registra por primera vez este fenómeno una vez que Noé y su familia descienden del arca. ¿Qué había recién ocurrido? Un juicio. Dios había intervenido en la vida del hombre para equilibrar tanto mal que había invadido el corazón del ser humano. 

Lo que no percibimos del “arco del pacto” es la tensión que su palabra implica. Notemos que ver un arcoíris es estar viendo literalmente la luz “doblada” en el cielo. De hecho, la palabra traducida “arcoíris” viene del hebreo keshet, y es la misma palabra que se utiliza cuando se refiere al arco del joven Ismael, hijo de Abraham con Agar, de quien nacería una multitud aguerrida, vale decir, los árabes (Génesis 16:12). En ambos casos habla del mismo elemento, como un arma de guerra que se dobla con energía para ser liberada.

La espada del rey Saúl y el arco de su hijo Jonatán son armas de guerra claves que describen el tipo de batallas épicas que las naciones en la antigüedad vivían. La primera se aplica en una batalla cuerpo a cuerpo, y la segunda en una batalla a distancia. 

Desde que Noé y su familia descendieron del arca, el ser humano no ha cesado de multiplicarse sobre la faz de la tierra. Y desde este desembarco es que fuimos testigos de las lluvias (porque no llovía en el mundo antediluviano). Al mismo tiempo, todos hemos visto el arco de Dios sobre las nubes, es decir, una “tensión de colores”. Desde Noé, la marca del juicio de Dios ha sido visto por todos los hombres que han vivido. Hermoso, colorido, y muy silencioso.

Los profetas Ezequiel y Juan vieron visiones de la característica equilibradora de la voluntad de Dios representada por un arcoíris alrededor de su trono. Esto lo pueden leer en Ezequiel 1:28 y Apocalipsis 4:3.

La gloria resplandeciente y multicolor de Dios que está en el cielo, es representada por el símbolo del pacto Noéico, cuando la luz se dobla en siete colores. Creo que para todos contemplar un arcoíris es al mismo tiempo impactar nuestro corazón emocionalmente con equilibrio, paz y tranquilidad.

¿Y la flecha? La flecha entonces sería el resultado de la liberación de toda esa tensión acumulada por siglos y siglos de maldad que el ser humano ha manifestado. El impacto de esta flecha no será sutil. Se manifestará en una batalla ya no a distancia desde el cielo, sino cuerpo a cuerpo. Vendrá en un caballo blanco, y saldrá de la boca de quien lo monta. La Palabra de Dios, su gloria, su voluntad, sus juicios perfectos que buscan el equilibrio, la paz y la tranquilidad llegarán de una buena vez en forma de espada.

En un mundo como hoy la tensión es parte de cada día. Está fuera de las casas y dentro de ellas. ¿Cuánto más se tendrá que tensar el juicio de Dios para ser finalmente liberado? ¿Cuánto más el colmo del amorreo tiene que subir para que Dios intervenga como en los tiempos de Noé y así restaurar todas las cosas? Son preguntas que sólo Dios sabe. 

Por ahora sólo nos queda seguir observando y mirando más cerca que lejos el advenimiento de nuestra salvación, la que ocurrirá cuando esta hermosa tensión del arco sea liberada, cuando su gloria se manifieste por medio de su Hijo. Por eso oremos: “Venga tu reino” hoy más que nunca. Feliz fiesta de Trompetas.