“El Señor mismo irá delante de ti . . .”

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“El Señor mismo irá delante de ti . . .”

Hace poco iba conduciendo durante una tormenta en la que llovía tan fuerte, que apenas podía ver el automóvil enfrente de mí. La lluvia era tan intensa, que mi coche empezó a patinar.

Oré todo el camino de vuelta a casa pidiéndole a Dios que me ayudara.

Al día siguiente salió el sol, ¡y me sorprendió lo limpio que estaba mi auto! Antes de la lluvia estaba cubierto de suciedad. Entonces, mientras conducía, me di cuenta de algo que no había notado antes: no era solo mi vehículo el que estaba reluciente y limpio, ¡sino también todos los otros con los que me cruzaba! No pude evitar dar gracias a Dios por un lavado de coches gratuito, no solo para mí, sino para todos los demás conductores.   

A veces la vida puede parecernos una peligrosa tormenta de la que dificilmente saldremos airosos. Es fácil pensar que nunca sobreviviremos a estas tormentas, y nos preguntamos cómo de ellas puede resultar algo bueno y si el sol volverá a brillar en nuestras vidas.

Atravesar estas tormentas no es divertido. Todos sabemos que las tormentas pueden ser caóticas y peligrosas y desarraigar todo a su paso. Así es como podemos sentirnos mientras atravesamos las pruebas de la vida. Pero reflexionar sobre las palabras de la antigua canción “You'll Never Walk Alone” (Nunca vas a caminar solo) puede ser un estímulo para todos nosotros. ¿Qué podemos aprender de su letra?

Uno de sus versos dice “Mantén la cabeza bien alta”. Esto es difícil cuando uno atraviesa una tormenta, pero puede hacerlo porque sabe que no está solo. En Isaías 41:10 Dios nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Así que mantenga la cabeza en alto, sepa que Dios camina con usted y no tema a la oscuridad. ¿Por qué?

Porque al final de la tormenta hay un cielo resplandeciente. Recuerde la historia de Noé y su familia cuando pasaron por el diluvio. ¿Qué ocurrió después? Dios envió un arcoíris, símbolo de esperanza. Los arcoíris aparecen como arcos perfectos cuando el sol brilla sobre las gotas de agua, dispersando su luz blanca en una gama de colores brillantes. La familia de Noé soportó una horrible tormenta durante cuarenta días y cuarenta noches antes de que saliera el sol, y tuvieron que seguir con su vida y su trabajo en el arca durante todo ese tiempo. Nosotros también tenemos que seguir caminando a través de las tormentas de la vida, porque el sol volverá a salir en un cielo deslumbrante.    

Otro verso dice “Sigue caminando con esperanza en tu corazón, y confía en que nunca estarás solo”. Deuteronomio 31:8 nos dice: “El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo, no te dejará ni te desamparará; por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes” (Dios Habla Hoy). Usted puede seguir caminando a través de la tormenta porque Dios lo acompaña. Cuando se sienta débil, estresado, asustado y cansado, ¡pídale ayuda!

Manténgase siempre enfocado en Dios. Mientras conducía en aquella tormenta, tuve que concentrarme en él porque muy fácilmente podría haber ocurrido un accidente, Pero Dios no me abandonó, ni lo abandonará a usted. Él permanecerá a su lado, ¡y el sol volverá a brillar! En 2 Corintios 4:8-9 el apóstol Pablo dice que “estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, mas no destruidos”. ¡Porque Dios está con nosotros! Pídale a su Padre que lo anime, ¡y él lo hará! A veces me parece que las tormentas de la vida van en aumento, pero también veo cómo Dios interviene y bendice a su pueblo, a los que obedecen y permanecen fieles a él. Siga caminando bajo la lluvia con la cabeza bien alta, porque Dios camina con usted. ¡Con su ayuda, le ganará la batalla a las tormentas que está atravesando! BN