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Todos aquí estuvimos pendientes de noticias que han venido a causar algunas veces quebrantarnos la paz que tenemos día a día. O quizás llamarnos la atención, de alguna manera, por ejemplo, la noticia del eclipse solar total, que se vio prácticamente todos los Estados Unidos, un hecho muy poco común, que no todos tienen la oportunidad de presenciar. Esta interposición de la Luna entre la Tierra y el Sol es algo muy particular y es muy interesante experimentarlo. Aquí en México se vivió parte de ese eclipse.
También estuvimos hablando un poco de algunos incendios que en esta época del año se están viviendo aquí en los Estados Unidos, en la zona de California. Los primeros días de septiembre comenzaron algunos incendios por altas temperaturas. Aquí tengo unos datos de 20.000 hectáreas cerca de Oregon. Los primeros días de la semana fueron afectadas. 3.000 hectáreas en el condado de Trinity, 7.000 hectáreas en el condado de Tulare. Y la gente evacuando, la gente escapando del fuego sin poder controlarlo. Los huracanes han sido lo que más ha llamado la atención de esta semana, sobre todo porque han habido primero Harve y ahora estos tres que han estado pegando a las costas de México y los Estados Unidos. Mucha gente nos ha llamado, nos ha preguntado cómo estamos todos por este lado. Así que hemos dado los anuncios y los informes correspondientes. Aquí tenemos a Harve que ya está de salida. Katia que ya también pegó bajo de categoría de dos a uno pegando Veracruz justamente en la parte norte, en la playa Tecolutela creo que entró por ahí.
Irma es el huracán más devastador que en estos momentos amenaza para pegar fuerte en Florida y ha cobrado vidas y devastaciones tremendas en el Caribe. Su categoría cinco, que ha ido bajando a cuatro, es de Temer y las evacuaciones son mandatorias. Todos deben evacuar las zonas de emergencia. En su paso, una isla Barbuda ha sido completamente destrozada, unos 1.800 habitantes. Es ahora un lugar fantasmal donde el 100% de la infraestructura ha sido destruida. Otra isla llamada Antigua ha sido afectada y se han refugiado a los de Barbuda.
El problema es que ahora el huracán José viene a pegar de nuevo a este lugar y ya está pegando el día de hoy. Está pasando aquí por Antigua. La trayectoria del huracán José es impredecible. Los expertos pueden trazar ciertas trayectorias, pero un huracán puede ser muy caprichoso y puede tomar rutas inesperadas.
Los expertos creen que se alejará más adentro hacia las zonas más al norte. Y a otros dicen que puede seguir la misma trayectoria que Irma. Entonces, ya tenemos a Irma y ahora viene José. Parece ser que va a seguir esa misma trayectoria. Jamás se vea vivido en forma paralela algo similar como lo que está sucediendo en estos instantes.
Terremotos. La madrugada del día ayer. Todavía tengo una duda. Se fue ayer o si antes de ayer. Cueves. Bien, estamos bien. Cueves. Todos fuimos despertados o a la gran mayoría fuimos despertados o alarmados por el vaivén de la tierra. Un terremoto grado 8.1 fue sentido por la gran mayoría de nosotros aquí en México.
Este sismo trepidatorio, como le dijimos, hizo que no causara tanta destrucción como en el 85.
Esto fue también, entonces, los terremotos. Las lluvias que hemos tenido producto de los suroacanes también han causado muchos estragos. También hablamos algo algunos días atrás.
Y también el comentario internacional sobre la parte política, las amenazas de Corea del Norte y sus pruebas de armamento nuclear con su bomba de hidrógeno. Desde el año 1952, que el ser humano es capaz de auto destruirse por sí mismo con las bombas de hidrógeno. Y aquí está este presidente de Corea del Norte que está lanzando sus pruebas para demostrar lo poderoso que es.
Y esta prueba, como dijimos, fue mucho más poderosa que Hiroshima y Nagasaki. Todos hemos visto esa fotografía del hongo, de las bombas de hidrógeno. No, no son de hidrógeno. Las bombas atómicas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.
Estos ensayos han sido la respuesta de un presidente, algunas veces catalogado como un poco caprichoso, un poco inmaduro. Pero esa es el ambiente que hay a nivel de presidencia o de líderes de los gobiernos. Tenemos, por otro lado, los Estados Unidos, una nación dividida desde el centro.
Políticamente, socialmente, está siendo muy dividida la nación de los Estados Unidos. Y el señor Trump está intentando recuperar lo que Estados Unidos había sido en algún tiempo atrás.
Recordemos lo que el señor Trump dijo hace unas semanas. Es mejor que Corea del Norte no haga más amenazas al país, ya que en caso contrario se encontrarán con fuego y una furia como el mundo nunca ha visto.
Leemos creo que la semana pasada.
Irán, Rusia, China, Corea del Norte y los Estados Unidos. A ver quién demuestra ser más poderoso. A ver quién se pasea por la frontera, aquí demostrando y presumiendo el poder para poder destruir al otro. Es como una pelea de gallos, como un paseo de gallos de barrio.
Estas tácticas militares que ya comienzan a rayar la vulgaridad por su altidez y poca sensatez frente a la peligrosidad de que en cualquier momento se desata una guerra mayor.
Estamos mucho más cerca de una tercera guerra mundial que la época de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y Rusia.
Ahora hay muchos otros países que están siendo capaces, como estamos leyendo las noticias y escuchando ahora de poder lanzarse sus armamentos nucleares.
Este es el clima que hay afuera, o este es el clima del mundo en el cual nosotros vivimos, que leemos cada vez en las noticias, en nuestros teléfonos, escuchamos en las radios o escuchamos a las personas hablando de esto.
Eclipses, huracanes, lluvias torrenciales, incendios, terremotos, amenazas, rumores de guerra.
¿Qué pensamos cuando leemos todo esto? Cuando vemos que son cosas reales, ya no es una teoría conspiracional, son hechos concretos. Algo está pasando en el mundo.
Salam alaykum, o podríamos decir, shabbat shalom, o que la paz sea contigo. En árabe es salam alaykum, en hebreo es shabbat shalom, ¿qué significa? Que la paz sea contigo. Es el saludo que los judíos y los israelitas se hacían cada sábado, cada vez que había fiesta, que la paz sea contigo.
Colocenses 3.15, ¿no vayan ahí? Dice, y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que a sí mismo fuisteis llamados en un solo cuerpo y sed agradecidos.
¿En qué debemos enfocarnos nosotros en estos días, en estos tiempos para poder sentir paz en tiempos violentos?
El título del mensaje de hoy es, Paz en tiempos violentos. Vamos a ver cómo podemos, a la luz de las escrituras, buscar esa paz en los tiempos violentos que nosotros hoy día vivimos.
Cada año, cuando estamos a portas de celebrar la fiesta de los tabernáculos o esta tercera temporada, incluso antes de Pascua, parecen hacer que el mundo como que se revuelve un poco, se desordena. Siempre lo comentamos cada año. Algunos años es más notorio que otros años. Y este año, en estos últimos meses, ha sido bastante notorio. El mundo sí está álgido, está más tumultuoso, más de lo normal.
Creemos que no es coincidencia. Creemos que no es coincidencia. Sabemos que hay un mundo espiritual maligno que no está tranquilo, está moviéndose, está trabajando, porque el tiempo de ellos se le está agotando.
El tiempo de este mundo espiritual maligno se le está agotando. Recuerden la frase de este pobre hombre, no del hombre, sino de legión, de los demonios que lo tenían cautivo y le preguntan a Jesús. ¿Vienes a tormentarnos antes de tiempo? ¡Preocupados ellos! Aquí pueden leerlo en marco 5, cuando le preguntan a Jesús, hijo de Dios.
Todos estos demonios que moraban en este hombre. ¿Qué tienes contra nosotros? ¿Vienes a tormentarnos antes de tiempo? Ellos saben que les vendrá un momento muy próximo, que tendrán un tormento, porque el juicio sobre ellos ya está hecho. Ellos están esperando el momento.
Judas habla de que ese momento lo están esperando. Sólo debe llegar. El estado de ellos es de alarma, es de inquietud. No es de paz, no es de tranquilidad. La desesperación de ellos debe ser pequeña. Imagínense usted que hubiese hecho algo muy malo y el juicio ya se hubiese sido sentenciado y solamente está esperando que se ejecute.
Uno no está tranquilo, no debería estar tranquilo. Ellos lo saben muy bien. Cristo viene a reinar, viene a restaurar lo perdido y viene a instaurar finalmente la paz. La paz. Mientras eso llega, mientras todos nosotros somos espectadores de este desorden, de la confusión que hay en todos los aspectos, en el clima, hemos hablado de la moral. Quien hoy día puede hablar de moral. Nadie prácticamente puede definirlo. Porque ya la Biblioteca ya no importa. Yo defino mi moral de acuerdo a lo que me conviene y con quien quiero.
Está todo desordenado. La tendencia natural frente a todo este desorden es que tengamos un sentimiento de alarma o de intransquilidad. ¿Por qué? Porque empezamos a ver que los tiempos empiezan a agotar para que llegue Jesucristo, los tiempos del fin.
Y empezamos a unas veces a ponernos nerviosos por lo que estamos escuchando en las noticias. Como dicen por ahí, no sé si lo dicen aquí. Y tranquilo, nervioso. Una persona que ni se mueve, pero por dentro está, pero súper tenso.
Algunas veces, de manera natural, nos vamos apegando a un sentimiento de alarma o de intransquilidad. Y no tenemos paz.
Es fácil, o es lo más natural, llegar a ser alarmista. Sobre todo los tiempos que dividimos. Hay mucho material en internet para hablar de muchas cosas, para ver horas y horas de vídeos.
¿De cuánta cosa que puede ser cierta o no?
Y eso es muy fácil. Es fácil consumir ese tipo de cosas. Lo difícil es ser sobrio y velar en tiempos de alarma. Eso es difícil. Mantener la calma, ser sobrios, pero velar en los tiempos de alarma, que son los que estamos viviendo.
Son tiempos interesantes, pueden ser muy especulativos. Hay mucha información de nuevo. Pueden rayar hasta el morbo, por la atracción del misterio y volverse un poco fanático de lo que es algo que no se sabe realmente.
O muy confuso, muy nublado. Entonces, nosotros nos encontramos aquí. Y estamos desarrollando el tema de cómo encontrar la paz en estos tiempos finales.
Si hay algún ser que vivió una cantidad de preocupaciones y tensión física y emocional, que ningún hombre haya experimentado jamás, tenemos que hablar de Jesucristo.
Y la pregunta es, ¿dónde Cristo encontraba paz para vivir los últimos días aquí en la Tierra sabiendo Él todo lo que tenía que suceder?
Él venía a hacer la voluntad de Su Padre y venía a cumplirla.
¿De dónde sacaba la paz, Jesús? Juan 17, veamos la primera escritura.
Juan 17.
Vamos a leer algunos versículos de este capítulo. Veamos por ahora el versículo 5. Esta es la oración que leemos en Pascua, cuando Jesucristo ora por nosotros y le pida al Padre muchas cosas muy significativas para todos nosotros.
El versículo 5 dice, ahora pues, Padre, Cristo estaba a pocas horas de empezar a ser sacrificado esa noche. Dice, ahora pues, Padre, glorífícame tú al lado tuyo con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
Este versículo, con este versículo, lo vamos a tomar y le vamos a dar una mirada hacia lo que es esta gloria de lo que Cristo está hablando.
Esta gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. ¿Y cómo ha sido la dinámica de esta gloria que ha venido sobre la tierra?
¿No comenzó con el Hijo del Hombre aquí en la tierra? Comenzó mucho antes. Cuando aquella gloria fuera contenida antes de que veniera Jesús, aquella gloria que Jesús está hablando desde antes de la fundación del mundo, pero cuando tiene relación ya con el ser humano, con la tierra, lo podemos fechar.
Cuando Dios le entrega las instrucciones a Moisés de construir el tabernáculo para que la gloria de Dios descendiera sobre el tabernáculo.
Esto lo vimos hace poquitos sábados. Recuerden, el final del libro de Éxodo finaliza con el tabernáculo cuando se levanta y viene la gloria de Dios. Dice entonces, una nube cubrió el tabernáculo de reunión y la gloria de Dios llenó el tabernáculo. Éxodo 40, versículo 34.
Ahí está ese punto cúlmine del Éxodo donde ya la gloria de Dios empieza a descender y empieza aquí a ser visible para el pueblo en el tabernáculo.
La gloria de Dios, hablando de lo que fue o cómo fue la gloria de Dios en el antiguo testamento, combina asombro y terror.
Dice la escritura como un fuego abrazador. Siempre se manifestaba la gloria de Dios de manera espectacular en elementos como la nube o columna de fuego.
Y aquí vemos que la gloria de Dios, el poder de Dios, la presencia de Dios comienza a morar con el hombre de manera oficial cuando Moisés erige el tabernáculo de reunión y la gloria de Dios llena el lugar.
La misma gloria un poco antes fue por Moisés solicitada ver. Moisés le dice, te ruego que me muestres tu gloria un poquito antes, en el capítulo 33. Dios le permite a Moisés ver sólo la espalda de Dios y lo cubre de una manera muy amable para no desintegrarlo, para que él viviera. Porque en el exo de capítulo 20 Dios ya le había dicho a Moisés, no podrás ver mi rostro, porque no me verá hombre y vivirá. Aquí Dios está dejando en claro que no podían verlo cara a cara.
Si viéramos a Dios tal cual como Él es, en nuestra condición de carne y hueso, seríamos desintegrados al instante. Es como ver directamente al sol, pero de cerca.
No somos capaces de ver lo tal cual es Él es. Y esa gloria comenzó a morar ahora en el tabernáculo. Y allí hay una historia bien larga del tabernáculo, en el desierto, de la construcción de los tabernáculos.
Y Dios se manifestaba aquí en este lugar. Pero si nos vamos al final de cuando esa gloria de Dios, así como bajó en el exo de 40, si vamos al final de la historia, vemos el momento en que la gloria se va del tabernáculo.
Eso está en el libro de Ezequiel. Ezequiel capítulo 10. Aquí hay una visión de lo que Ezequiel te escribe aquí cuando esta gloria de Dios, que se le dice la Ezequina. En el versículo 1 de capítulo 10, de cuando el pueblo de Israel llegó a un punto tan mal, tan mal, quienes tenían la diosa acera en el templo de Dios. Tenían imágenes de reptiles y bestias abominables. Rendían culto al sol. Eso era dentro del templo de Dios. Finalmente, Dios se va. Aquí está la visión. En Ezequiel capítulo 10, versículo 1, mire, y aquí en la expansión que había sobre la cabeza de los querubines como una piedra de desafiro, que parecieron como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos. Y habló el varón vestido del hino y le dijo, Entran medio de las ruedas debajo de los querubines y llena tus manos de carbones encendidos dentro de los querubines y esparcelo sobre la ciudad. Y entró a Vistamía. Y los querubines estaban a la mano derecha de la casa cuando este varón entró y la nube llenaba el atrio de adentro. Entonces, la gloria del eterno se elevó de encima del querubín al umbral de la puerta y la casa fue llena de la nube y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del eterno. Y el estruendo de las salas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del dios omnipotente cuando habla. El capítulo 11, versículo 22 y 23 nos da un poquito más de información hablando de esto. Dice versículo 22, después alzaron los querubines sus alas y las ruedas se empos de ellos y la gloria de Dios de Israel estaba sobre ellos. Y la gloria del eterno se elevó de en medio de la ciudad y se puso sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
La gloria de Dios ya no iba a estar más en ese templo. Se va. Ya no iba a estar en un lugar tan pecaminoso como lo estaba haciendo y como lo describe Sequiel. Y finalmente, desde el monte que está al oriente de la ciudad, es decir, el monte de los olivos, se va.
Y no se vuelve a ver algo similar aún cuando después ustedes leen la historia, se reconstruye con esgras inemias. Pero ya no existe esa gloria como se vio hasta ese punto aquí en este momento más adelante.
Sino que vemos ahora algo diferente.
Entonces, atando un poco la historia, tenemos la gloria de Dios con exo 40. Ahora tenemos en Sequiel 10 y 11. Se va entonces. Y cuando ha vuelto o cuando volverá a esta gloria?
Y estamos buscando la paz. Ese es el desarrollo que estamos haciendo acá. Y tenemos que hablar de esto para ver dónde encontrar esa paz.
La gloria de Dios vuelve o volvió. Esa misma gloria que estuvo en el antiguo testamento, lo que se alejó del monte de los olivos al cielo, dice la escritura que la volvimos a ver. Nosotros los seres humanos. Pero ahora de una manera diferente, en un tabernáculo de carne y hueso. Juan capítulo 1.
Juan capítulo 1, versículo 14.
Juan capítulo 1, versículo 14. Y aquel verbo fue hecho carne.
Y habitó entre nosotros y vimos su gloria. Gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Cuando dice aquí, habitó entre nosotros, la palabra es que no o es que no. ¿Qué significa? Residir, morar, ocupar, acampar. Lo mismo que hizo la gloria del antiguo testamento, ahora Jesucristo lo hizo carne y hueso. Vimos, y digo vimos, hablando como parte de estos dos mil años de historia, vimos su gloria esta vez diferente. La vemos en las escrituras. No en una espectacular nube con truenos y relámpagos, como solía mostrarse antes, sino que ahora en un ser humano. Pero lleno de gracia y lleno de verdad, dos características muy particulares que Cristo cumplió, como si fuera una gloria más contenida dentro del cuerpo de Jesús y también más cercana, más accesible. Recuerden que el pueblo de Israel, cuando veía el monte, veía los truenos y relámpagos, nadie quería subir. Moisés, anda tú, anda tú. Tú, si te pasa algo, yo no. Ve tú y habla con Dios. Tenemos mucho miedo de esto. Esa era la gloria de Dios. Pero ahora vemos a Jesús, un hombre de carne y hueso. Ahora Dios en la carne moró entre nosotros. Estuvo entre nosotros conviviendo, durmiendo, comiendo, como nosotros. Nos mostró su gloria lleno de gracia y de verdad, de una manera diferente. También vimos algunos destellos de su gloria. Podríamos decirle, destellos de su gloria, como si esta gloria estuese contenida en el cuerpo de Él. Cuando nació, estaba ahí la gloria, dice en este pesebre. O en la transfiguración, vieron la gloria de Jesús, transfigurado. Y en la resurrección. También hubo ahí unas manifestaciones de su gloria, en la resurrección. Incluso ya resucitado, acuérdense, Esteban, hechos capítulo 7, mira hacia el cielo antes de morir, y dice que vio esa gloria de Dios y a Jesús, sentado a la diestra, justamente antes de ser apedreado. Él tuvo esa visión. Cristo nos abrió una manera más profunda de ver y entender la manifestación de la gloria de Dios. Un sabre, un otra dimensión de lo que es la gloria de Dios.
La gloria de Dios nos une. Fíjense aquí en Juan 17.
Juan, capítulo 17, nuevamente esta zona de la oración de Jesús, antes de ser arrestado y traicionado.
Juan, capítulo 17, versículo 22.
Dice, la gloria que me diste, yo les he dado. Cristo vino a dar esa gloria, que le fue dada antes de la Fundación del Mundo, para que sean uno, como se hablaban el sermóncillo, de esta unidad, así como nosotros somos uno, Dios el Padre y Dios el Hijo. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos, como también a mí me has amado. Hablamos de la gloria, hablamos de la unidad, hablamos de amor. ¿No? Amor...
de un corazón rojo y un par de rosas. El amor de Juan 1316, de Dios. Versículo 24, Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la Fundación del Mundo. De nuevo aquí viene la frase, desde antes de la Fundación del Mundo.
Esta gloria nos une, cumple esa función de unirnos como familia de Dios, tal como lo son Dios el Padre y Dios el Hijo. Pero no numéricamente, porque son dos seres, son dos voluntades de Dios el Padre y Dios el Hijo. Nos une en pensamiento, en acción, en espíritu. Esa es la unidad que estamos hablando aquí. El versículo 24, hablando de la gloria que me has dado, que dice Jesús, adiós al Padre, encierra el enfoque que Cristo tuvo todo el tiempo cuando estuvo en la tierra y que le ayudó a sobrellevar la carga tan inmensa como la de cargar todos los pecados de la humanidad. Tuvo que morir por eso. Juan 13, 16. Porque de tal manera, módios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Cristo leora al Padre para que estemos con Él, para que seamos partícipes de esa gloria, que el Padre le ha dado, así como lo ha amado, de un comienzo, para que tengamos vida eterna. Y aunque este proceso ha comenzado, sigue todavía sin finalizar. Primera de Juan, capítulo 3. Primera de Juan, capítulo 3. Y versículo 1. Primera de Juan, capítulo 3. Y versículo 1. Mirad, ¿cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios? Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Versículo 2. Amados, ahora somos hijos de Dios. Dice que ahora somos hijos de Dios. Pero dice aquí, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Entonces, estas ideas de irse al infierno, de irse al cielo, de gente que se ofrece al cielo, que nos está ayudando, aquí está la Escritura. Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, hablando de la segunda avenida de Jesús, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. Cristo viene a la tierra en figura de hombre. Pero vamos a verlo en algún futuro, tal como Él es, con esa gloria que hoy día no podemos ver, o que no pudimos ver, o que no podían ver los israelitas. Dios aquí nos muestra un futuro en el que seremos semejante a Él. Lo veremos tal cual como es. De nuevo, lo vimos encarnado. Digo, lo vimos por el testimonio que hay en su palabra. Me uno a los testigos, o nos unimos a los testigos que dieron a Jesús y lo vieron resucitado. Pero no lo hemos visto finalmente glorificado. Ciertos destellos. Pero finalmente no lo hemos visto glorificado. Es un futuro donde Él restaurará todas las cosas, porque por Él fueron hechas todas las cosas.
Fíjese aquí en Juan 14. Volvamos ahora a Juan. No a primera de Juan. A Juan. Capítulo 14. Y versículo 3. Esta frase siempre me llamó la atención. Y es muy interesante cómo está redactada. Que como que no tiene sentido. Tal vez en la construcción de la oración. Dice versículo 3. Y si me fuere y os prepararé el lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo para que donde yo estoy, vosotros, también estéis. Aquí habla de unidad por medio de esa gloria que estábamos hablando antes. Dice os tomaré a mí mismo. Dicimos vamos a ser parte de él, esa unidad como cuerpo espiritual. Para que donde yo estoy, vosotros, también estéis. Todo el tiempo Cristo pensaba en nosotros, en los apóstoles, en enseñar. Pensaba en nuestro bien. No pensaba en el bien de él. Él vino a cumplir la voluntad de Dios. El Padre vino a cumplir su misión, que era vivir y morir por nosotros, para poder compartir esa gloria y para así llevarnos a esa gloria venidera que nosotros ha de manifestarse. Romanos 8, 18. Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que nosotros ha de manifestarse. Esto es amor. Esto es lo que hizo Jesús, esto es lo que hizo Dios. Cristo tenía el conocimiento y esa búsqueda de nuestro bien todo el tiempo y la tenía muy clara. A pesar de todo lo que pasaba a su alrededor, de los fariseos, de los auseos, de los gentiles, de gente que no tenía fe o de Jerusalén o de Samaria o de cómo le estaba predicando en esos tiempos, siempre tuvo esa misión muy clara y siempre estuvo enfocado a nuestro bienestar. En aquel momento en que nos va a tomar o se va a tomar a sí mismo, siendo nosotros parte de él y vamos a ser íntegramente parte de su cuerpo, nos va a compartir su gloria. Seremos uno en todos, tal como lo fue el verbo y el Padre, tal cual, como le dice Juan 1 a 1. En el principio era el verbo, el Padre, eran uno, el verbo era Dios y el verbo era con Dios. Esa es la finalidad que Cristo siempre estuvo buscando. Un bien para nosotros. Juan 14, 27. Por eso, Jesús nos vino a entregar una paz muy distinta a la que el mundo entiende con banderas blancas. Como Jesús tenía muy clara la idea, como Jesús fue el Dios del Antiguo Testamento que guió a sus profetas que hablaron de él mismo y que él vino a cumplir ahora en los tiempos presentes, Cristo menciona aquí, Juan 14, 27. La paz os dejo. Mi paz os doy. Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo de lo que estamos viendo o que está pasando. ¿O lo que va a pasar? Cristo entregó una paz muy diferente a lo que el mundo entiende como paz. Y eso estamos claro. Esta paz se entiende, se descubre cuando se comprende que la gloria de Dios, aquella que vio Israel, aquella que vieron los apóstoles, se ve muy completa al regresar a Cristo. Cuando seremos parte de ella, debería dos días muchos hijos a la gloria. Se hallábamos hacia esa manifestación de nosotros, de la gloria de Dios. Se hallábamos todos. Cuando se comprende eso, por fórmula, debería ser igual a la paz que Cristo nos ha descrito en las sagradas escrituras. Por eso el mundo no tiene paz. Pueden hablar de ella, pueden definirla, pueden intentar hacer acuerdos y tratados. Pero no tienen paz en realidad. Por eso las iglesias cristianas que predican con mucha aturbación, que se van a ir al infierno, se van a ir al cielo, que se hacen esto, aquello, que los tienen manipulados, esa gente no está en paz. Pueden tener mil personas en su iglesia, pero tienen miedo, no tienen paz. Es muy diferente, tienen miedo. Y Dios no trabaja así con nosotros. Dios quiere que tengamos paz. La paz os dejo, mi paz os doy.
El verdadero y único evangelio, no hay 12 evangelios, no hay tres evangelios. El verdadero y único evangelio del reino de Dios tiene que ver con esa facultad de que entendamos la paz. Aún, cuando hay anéclipses, terremotos huracanes, incluso momentos en que tal vez sepamos que vamos a morir. Segunda de Teimo Teo 4.
Aquí, entonces, vemos las advertencias, las instrucciones, la guía de Pablo a Teimo Teo en el versículo 6. Segunda de Teimo Teo, capítulo 4, versículo 6. Porque yo ya estoy para ser sacrificado. Y el tiempo de mi partida está cercano. Y el tiempo de mi partida está cercano. Y el tiempo de mi partida está cercano. Y aquí viene la frase. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el señor, juez justo en aquel día y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. ¿Qué leemos aquí? Un hombre desesperado por salvar almas del mundo. Vemos un hombre que entiende el plan de Dios, que entiende las resurrecciones, que entiende que la Biblia no habla de un cielo y de un infierno como doctrina para controlar y manipular las masas. Por eso Pablo no estaba turbado. No reflejan estas letras. Miedo. Estaba tranquilo. Él sabía lo que iba a suceder y sabía que Dios lo resucitaría en ese momento. No se turbe el corazón ni tenga miedo. Incluso en estos momentos esa es nuestra lección. Esa es nuestra lección. ¡Paz! Por eso mis hermanos no alimentemos nuestro espíritu con estupor. No nos turbemos ni tengamos miedo. Cristo se fue y nadie puede subir al cielo a buscarlo. Él volverá en Gran Majestad y nos glorificará ya sea durmiendo o vivos.
Mientras tanto estamos cumpliendo con ser engendrados en el Espíritu Santo para comenzar a ser parte de Su gloria pero no estamos siendo glorificados que eso es otra cosa.
Finalmente sí vamos a ser glorificados.
Vamos a gozar de esa gloria que Cristo quiere compartir con nosotros. Aquella que Dios dice, le dio antes de la fundación del mundo.
¿Cuándo vamos a gozar de esa gloria? ¿Cuándo vamos a ser glorificados?
Recuerden que en Ezequiel leemos Ezequiel capítulo 10 y 11 cuando se aleja la gloria de Dios interesantemente se aleja desde el monte de los olivos. Esa presencia de Dios se aleja desde este punto hacia el cielo. Fíjense en Zacarias 14.4 Vamos a el libro de Zacarias 14.
Siempre hablamos de este capítulo de la Fiesta de los Tvernáculos en 16, pero aquí el 4, hablando también de eventos proféticos, dice y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los olivos que está en frente de Jerusalén, al oriente y el monte de los olivos se partirá por enmedio hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un valle muy grande y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Este va a ser un momento glorioso y va a ser en el monte de los olivos. Interesantemente profetizado por él mismo desde este mismo lugar lo vemos en el Nuevo Testamento. Mateo 24, versículo 3 interesantemente el mismo Jesús de que se hablaban en Zacarias 14,4, que va a regresar aquí al monte de los olivos y va a poner sus pies no en el cielo sino en la tierra para comenzar el reino. Mateo 24, versículo 3 y él y está ando él sentado en el monte de los olivos. Imagínense él sabía que va a venir ahí a sentarse va a venir aquí a poner sus pies y aquí sentado los discípulos se le acercaron aparte diciendo Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y el fin del siglo?
Imagínense el deseo que tenía Jesús de contarle a ellos y que ustedes pueden leer todo el capítulo 24 de todas las señales que abrían de todo lo que sucedería y estamos viendo poco a poco hemos estudiado Mateo 24 en algunas ocasiones hemos estudiado ciertos pasajes pueden leerlo en casa en estas épocas, en estas fechas pero pero no olviden complementarlo con la parte que más esperamos es decir después de todos estos eventos de Mateo 24 cuando todo esto ya aconteza que viene después Apocalipsis 11 o sea, podemos preocuparnos de la situación mundial de los países de los terramotos, etc.
pero no deben quitarnos la paz porque probablemente algunos eventos van a ser diferentes a como nosotros nos imaginamos ese es el gran peligro de la profecía o lo que mucha gente tiende a realizar de ya tener la la la la la la la la la figura ya completa pero lo más importante es enfocarnos en lo que va a pasar finalmente Apocalipsis 11, versículo 15 el séptimo ángel tocó la trompeta y hubo grandes voces en el cielo que decían los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo y él reineraba por los siglos de los siglos versículo 16 y los 24 ancianos que estaban sentados y se sentían en su trono se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios Diciendo, te damos gracias Señor Dios Todo Poderoso, el que eres y que eras y que has de venir porque has tomado tu gran poder y has reinado la gloria de Dios está ahí y se ayeraron las naciones y tu ira ha venido el tiempo de juzgar a los muertos y de dar el galardón a tu siervo los profetas a los santos y de realmente un hombre a los pequeños y a los grandes y de destruir a los que destruyen la tierra y el templo de Dios fue abierto en el cielo y el arca del pacto se veía en el templo y hubo lámpagos, voces, truenos un terremoto y grande granizo ahí vemos la gloria de Dios nuevamente eso tenemos que apuntar para eso tenemos que prepararnos es muy interesante como se van a mover las piezas proféticas de estos tiempos finales pero es más importante y más alentador enfocarse en lo que realmente va a pasar al final en ese momento, cuando la gloria de Dios se manifieste en todo su esplendor y nosotros seamos parte de ella como conclusión hemos desarrollado un punto bien sencillo que Cristo tenía muy claro para sobrellevar momentos difíciles a su alrededor y siempre estuvo buscando el bien de nosotros estuvo buscando hacernos el bien y de aplicar la voluntad de Dios de dar a conocer al Padre porque Él sabía que finalmente esa gloria nosotros vamos a participar de ella y tenemos esa razón para enfocarnos en estos tiempos para estar tranquilos aún cuando los momentos sean turbulentos aún cuando los momentos sean complicados aún cuando hayan huracanes terremotos eclipses y quizás cuánta cosa Dios permita que nosotros experimentemos esta semana ha sido muy movida en muchos sentidos pero no debe mover nuestras convicciones y mucho menos causarnos el pánico o ese sentido de alarma exagerado de nuevo, lo más fácil, lo más natural es convertirse en alarmista y hoy día a todos los medios parece ser que es lo que más les gusta ser alarmista lo difícil es ser sobrio y velado en tiempos de alarma primera de Pedro 5.8 ser sobrios y velado hay que estar velando, hay que estar preocupado pero hay que hacerlo de manera sobria no desordenada los tiempos que vivimos indudablemente son de alarma son interesantes pueden ser especulativos pueden llegar a ser muy confusos nublados y hasta podríamos convertirlos en tiempos morbosos no alimentemos el pánico en nuestras vidas todos sabemos aquí cómo se puede alimentar el pánico no es necesario detallarlo por eso está adentro de la conclusión no intentemos predecir catástrofes analicemos las fuentes hace unas semanas estuve viendo unos videos de Vladimir Putin que hablaba de todo el obsidente todo lo malo que está haciendo es un video de mentira todos los subtítulos que están en el español son mentira y la gente lo cree y la gente dice miren a Putin, miren lo bueno que es y nadie habla ruso entonces le ponen los subtítulos y hay un montón de videos hay que ser cuidadosos hay que ser sobrios con los medios y que cosa consumimos no consumamos noticias películas videos que fomenten el pánico no nos hace bien y nos hace más paz para nuestro espíritu por el contrario informémonos de fuentes apropiadas serias analicemos y mantengamos esa esperanza de pensar en el reino de Dios y que la gloria y el imperio y que le damos siempre a Dios se haga manifiesta aquí en la Tierra pronto como termina la Biblia así señor ven, ven pronto Los demonios tiemblan.
Su tiempo se les acorta.
Y van a ser lanzados al lago del fuego.
Y van a tener más movimiento a medida que nos acercamos a los tiempos del fin.
Pero nosotros, ¿no?
¿De qué estamos temblando? ¿A qué tenemos miedo?
Lo que estamos viendo y lo que vamos a ver es parte de la manifestación de la gloria de Dios, que nos llevará a hacer finalmente sus hijos, sus verdaderos hijos.
Seremos como Él y le veremos tal cual como es.
¿Tenemos miedo de esto?
No deberíamos tenerlo.
Si nos enfocamos en ese punto, no deberíamos tener miedo.
Terminamos con Romanos 8.
Romanos 8.
Hablamos de la gloria, hablamos de la unidad y también en algún momento del amor de Juan 3 16.
Romanos 8, versículo 35.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación o angustia o persecución o hambre o desnudez o peligro o espada, como está escrito.
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo, somos contados como vejas de matadero.
37. 37, antes.
En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo venir, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrán separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor Nuestro.
Así vamos a tener paz en nuestras vidas y esperaremos con la frente en alto la venida de Nuestro Señor Jesucristo. Buenas tardes a todos.