¿Correspondían las acciones de Pablo a sus palabras?
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¿Correspondían las acciones de Pablo a sus palabras?
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Una interpretación común de la Epístola a los Gálatas es que Pablo criticó a los gálatas por guardar el sábado y las fiestas bíblicas. Muchos teólogos creen que a estos días era a los que Pablo se refería cuando escribió: “¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años” (Gálatas 4:9-10).
¿Estaba criticando Pablo a aquellos que celebraban el sábado y los días de fiesta bíblicos? El libro de los Hechos nos muestra claramente que no era así.
Durante su primer viaje, alrededor de 46-48 d.C., Pablo visitó varias ciudades en la provincia romana de Galacia (en lo que hoy se conoce como Turquía central). Escribió su carta a los gálatas en algún momento después de ese viaje.
Pero veamos lo que Lucas dice en Hechos 13 acerca de las acciones de Pablo durante su visita a Antíoco en Pisidia, una región en la provincia de Galacia:
• Pablo asistía a la sinagoga local y participaba en los servicios del sábado (v. 14).
• Pablo, un invitado y erudito, enseñaba en la sinagoga (v. 15-41).
• Al finalizar el servicio, “los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo [el sábado] les hablasen de estas cosas” (v. 42).
• Cuando llegó el sábado siguiente, “se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios” por Pablo y Bernabé (v. 44).
Si uno da por sentado que Gálatas 4:9-10 condena a los que guardan el sábado, una pregunta obvia es: ¿Por qué entonces Pablo les enseñaba a los gentiles y a los judíos en sábado mientras visitaba las iglesias de Galacia, y luego, después de partir, escribía una carta reprendiéndolos porque estaban guardando el sábado?
Si de verdad Pablo creía que guardar los sábados y las fiestas bíblicas era una “esclavitud”, debemos preguntarnos por qué no aprovechó un momento tan oportuno para decírselo claramente a los judíos y gentiles que guardaban el sábado?
Cuando ellos “les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas”, ¿por qué Pablo no les dijo simplemente que les podía enseñar al día siguiente, el domingo, o cualquier otro día? En lugar de ello, una semana más tarde “se juntó casi toda la ciudad” para escuchar a Pablo y Bernabé ¡en el día sábado!
Si lo que quería Pablo en Gálatas 4:9-10 era condenar la celebración del sábado como una esclavitud, las acciones registradas en el libro de los Hechos nos muestran o que él estaba confundido o era muy hipócrita. Por otra parte, si realmente entendemos la verdadera intención de las palabras de Pablo (al respecto, puede estudiar el recuadro de la página 62: “Gálatas 4:9-10: ¿Son una esclavitud las leyes de Dios?”), sus palabras y sus acciones eran consecuentes y tenían sentido.