#072 - Levítico 20-24: "El matrimonio sacerdotal; las Fiestas Santas"

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#072 - Levítico 20-24

"El matrimonio sacerdotal; las Fiestas Santas"

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Luego añade algo nuevo sobre la prohibición del espiritismo. En el capítulo anterior sencillamente se dijo que no se convirtieran en agoreros o adivinos. Ahora proscribe al que "atendiere a encantadores o adivinos... y lo cortaré de entre su pueblo... el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos (Levítico 20:6 Levítico 20:27)".

Hoy día el negocio de la adivinación está en pleno auge. Hay mucha información de vecinos o de los medios de comunicación sobre los que trabajan en el espiritismo. Estos incluyen a los que tratan el "mal de ojo", los que leen los naipes o adivinan el futuro. Noten que la Biblia no los condena porque sea falso, sino porque es un poder basado en los demonios (1 Corintios 10:20; Hechos 16:16-18). El rey Saúl consultó a una espiritista y ella, como médium, trajo a un demonio disfrazado del profeta Samuel (1 Samuel 28:8-14). El demonio habló como Samuel y engañó al rey Saúl. De modo que algunos espiritistas tienen bastante poder. No hay que olvidar lo que sucederá en los tiempos del fin con los milagros engañosos y prodigios del falso profeta (2 Tesalonicenses 2:39; Apocalipsis 13). Por este motivo no debemos "escuchar a espíritus engañadores" (1 Timoteo 4:1). Todo esto está terminantemente prohibido por Dios y no debemos darle ningún "lugar al diablo" (Efesios 4:27).

Dios termina esta sección otra vez recordándoles a Israel que les entregará la tierra prometida no porque ellos son algo especial, sino por las abominaciones cometidas por los cananeos y la limpieza que resultará de guardar su ley santa. "Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite (por las repugnantes prácticas) la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella. Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación. Pero a vosotros os he dicho; Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel" (Levítico 20:22-24).

Como el tema es la santidad, ahora veremos los requisitos de los sacerdotes. "No harán tonsura" (Levítico 21:5). La esposa debe ser ejemplar: "Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios… Tomará por esposa una mujer virgen" (Levítico 21:7 Levítico 21:13). Una de las razones es que el sacerdote simboliza el papel que Jesucristo desempeña en los cielos (Hebreos 7:22-28). "Representa al pueblo delante de Dios y a Dios delante del pueblo… El sumo sacerdote, que heredaba su cargo como hijo mayor, estaba a la cabeza de todos los asuntos religiosos, y era el juez ordinario de todas las dificultades religiosas, y aun de otras de un carácter distinto y más general, por estar a la cabeza de todos los sacerdotes por quienes la justicia de la nación hebrea era administrada" (Diccionario de la Biblia, p. 572).

Ahora bien, aun con sus grandes cargos, sólo eran una sombra de lo que vendría después: "El sumo sacerdocio de Cristo es la sustancia y la realidad del cual el de los Israelitas no era más que una sombra y figura. Cristo, el eterno sacerdote según el orden de Melquisedec, existe para siempre, como Pablo lo observa; mientras que los sacerdotes según el orden de Aarón eran mortales y por consiguiente no podían subsistir por largo tiempo" (Ídem, 569).

La esposa del sacerdote, por ende, era un símbolo de la iglesia y debía ser una virgen (2 Corintios 11:2). Todo este simbolismo era desconocido en ese tiempo, pero el cambio en el sacerdocio era parte del Plan de Dios que sería revelado en su debido momento, o sea, "hasta el tiempo de reformar las cosas" (Hebreos 9:9-11).

Otro motivo de casarse con una esposa virgen, era para evitar la corrupción entre las familias sacerdotales. Normalmente ellos terminaban sus estudios a los treinta años (Números 4:3). Una mujer más joven y dócil podría seguir en forma firme y fiel el ejemplo de un marido experimentado en el camino de Dios. Sería más difícil para ella desviarlo o corromperlo de la religión verdadera. Recuerden la corrupta sociedad cananea y gentil que los rodeaba y que constantemente era una tentación y lazo para Israel. No deja de ser una enseñanza para nuestros tiempos y un motivo para que las jóvenes se cuiden y se preparen para un maravilloso matrimonio sin mancha a la vez que los jóvenes se preparen y se comporten dignamente para ser la cabeza física y espiritual de su hogar.

Por lo tanto, el sacerdote tenía un oficio simbólico y debía representar la pureza y la perfección de ese puesto, aunque él en lo personal fuese imperfecto como todo ser humano. Como resultado, no debía tener un defecto físico, pero si un heredero al sumo sacerdocio lo tenía, no significaba que era condenado, sólo que no podía ejercer ese puesto. "Del pan de su Dios, de lo muy santo y de las cosas santificadas, podrá comer. Pero no se acercará tras el velo..." (Levítico 21:22-23). Todo esto tenía que ver con el simbolismo del puesto y no a denigrar a la persona.

Luego, en el Capítulo 22, se entregan las leyes sobre la santidad de las ofrendas. Este tema ya ha sido cubierto en el estudio de Levítico 17.

Llegamos a otro capítulo clave en la Biblia, LEVÍTICO 23, donde figuran en forma cronológica las siete Fiestas Santas de Dios. Después de cubrir las leyes santas sobre las ofrendas, la alimentación, la higiene, el matrimonio y el sacerdocio, es lógico que ahora cubramos los Días Santos en la Biblia.

Así vemos que Levítico es un manual de la santidad física y espiritual ante Dios. Sólo los sacrificios son ahora cambiados por el más perfecto sacrificio de Jesucristo, y el sacerdocio Aarónico al sacerdocio de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote. Los ministros son el equivalente a los levitas y no a los sacerdotes que servían como mediadores entre Dios y el pueblo. Sólo Cristo es nuestro mediador: "Porque hay un sólo Dios y un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5). Esto excluye a supuestos mediadores como "la virgen María, los santos, o los "sacerdotes" actuales. Con el fin de entender mejor el significado de estos Días Santos, el esquema del encabezado, sirve para entender el significado espiritual de estos días:

Es importante repasar el folleto "Las Fiestas Santas de Dios" para mayor conocimiento de estas Fiestas. Un punto importante de Levítico 23 es que la primera Fiesta Santa es el sábado. Esta Fiesta Santa se celebra cada siete días, mientras que las demás se observan una vez cada año. Puesto que el observar el sábado es el Cuarto Mandamiento, no es la única Fiesta Santa que celebramos sólo es la semanal. Por tanto, las demás Fiestas Santas derivan su autoridad del Cuarto Mandamiento y son una expansión de ello. Noten la relación estrecha entre los sábados y las Fiestas Santas: "Mis leyes y decretos guardarán en todas mis fiestas solemnes y santificarán mis sábados" (Ezequiel 44:24 Versión NRV).

Una vez establecidas las Fiestas Santas de Dios es necesario que los sacerdotes se ocupen de guardar celosamente el calendario sagrado, pues sin el calendario no se pueden guardar las Fiestas en sus días indicados, que son tiempo sagrado. De aquí adelante, el calendario se fija de acuerdo con las lunaciones, o sea cada ciclo lunar y las estaciones del año, basados en el año solar. Por eso el calendario sagrado se llama del tipo "lunisolar". Es tan exacto que se pueden fijar las fechas de las Fiestas Santas por miles de años en el futuro.

La única manera de mantener el calendario correctamente es fijarse cuidadosamente en el comienzo de la luna nueva. Con el fin de no dejar una tarea tan importante al capricho humano, Dios establece una ley al respecto: "Al comienzo de vuestros meses ofreceréis en holocausto al Eterno dos becerros de la vacada, un carnero, y siete corderos… este es el holocausto de cada mes por todos los meses del año" (Números 28:11-14). Además, los sacerdotes tocaban las trompetas para señalar el primer día del mes (Números 10:10). Noten que no se habla de reunirse en ese día ni que era santo, sólo se recuerda para no perder el ciclo mensual del calendario. Sin ello, se perdería pronto la noción de cuál es el primer mes del año. Por eso, la iglesia mantiene un minucioso estudio astronómico de todas las lunaciones y está a cargo de informar a todas las congregaciones sobre los Días Santos. No hay ninguna observancia particular en ese día pues no está autorizado por las Sagradas Escrituras y no debemos añadir tradiciones (Deuteronomio 12:32). Ni Cristo ni los Apóstoles nos hablaron de guardar reuniones en estas fechas, sólo que debemos guardar las Fiestas y no perder de vista el calendario sagrado (Colosenses 2:16).

En el capítulo 24 se reiteran los artículos sagrados para el Tabernáculo. Luego viene un incidente importante – la aplicación de la primera pena de muerte: "un hijo de un egipcio...y un hombre de Israel riñeron en el campamento. Y... blasfemó el Nombre, y maldijo...y lo pusieron en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra del Eterno. Y el Eterno habló a Moisés, diciendo: Saca al blasfemo… apedréelo toda la congregación" (Levítico 24:10-14). Algunos dirán: "Ven, eso muestra lo terrible que era la ley antigua, no tenía misericordia". Sin embargo, examinemos el relato. Primero, no fue Moisés el que dictaminó esta sentencia, sino ¡el mismo Dios! Moisés sencillamente lo puso en la cárcel hasta que se conociera la voluntad de Dios. Dios es el único que puede leer los corazones, ver si el pecado es intencional o no y si merece aplicar una sentencia más liviana, que era posible (Números 15:22-31). Sin embargo, Dios vio que era intencional y sentenció: "La persona que hiciere algo con soberbia… ultraja al Eterno; esa persona será cortada de en medio de su pueblo. Por cuanto tuvo en poco la palabra del Eterno, y menospreció su mandamiento, enteramente será cortada esa persona; su iniquidad caerá sobre ella" (Números 15:30-31).

Calendario de Fiestas Santas