Te será una santa convocación
Con la celebración de dos sábados seguidos, con Pentecostés el domingo pasado, la semana parece haber pasado más rápido y haber sido más corta... tal vez es que me estoy volviendo viejo...
Celebramos nuestros dos sábados seguidos -uno semanal y uno anual. Soy consciente de que las festividades implican viajes extras, tiempo y preparación. Pero Dios ha fijado el calendario y las instrucciones que nosotros obedecemos con la fe de que vamos a ser bendecidos por hacer el esfuerzo de ir delante de él en estas convocaciones dobles.
Habíamos repasado el tema de la advertencia "no menospreciemos la disciplina del Señor" la vez pasada en mi mensaje de viernes por la noche. Como habíamos visto, la disciplina puede incluir instrucción y asumir retos e incluso dificultades que pueden sobrevenir. También se nos advierte que no "nos desanimemos cuando somos reprendidos por él".
Espero que ninguno de nosotros considere las instrucciones de Dios con respecto a sus santas convocaciones como una carga o dificultad. La fiesta de las Semanas se describe en Levítico 23:21: " Y convocaréis en este mismo día santa convocación". Es el gran gobernante del Universo quien ordena a sus llamados a presentarse delante de él en estos días especiales conocidas como las fiestas del Señor en Levítico 23. El apóstol Pablo nos exhorta, "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre..." (Hebreos 10:24-25).
Debemos ir delante de nuestro Dios con una mentalidad positiva y con alegría. "Servid a El Eterno con alegría; venid ante su presencia con regocijo" (Salmo 100:2). David escribió: "Yo me alegré con los que me decían: a la casa de El Eterno iremos" (Salmos 122:1). Cantar alabanzas a Dios juntos es una experiencia inspiradora y animadora. Salmos 92:1 describe las palabras de una canción para el día sábado. La música, incluyendo el canto, fue importante en el culto del templo (1 Crónicas 6, 15; 2 Crónicas 29). Cantar juntos en los servicios en las convocaciones sabáticas es un factor unificador y de inspiración, edificante. Cuando mi esposa y yo viajamos a Colombia, el sábado es una bendición especial, ¡en parte porque nos gusta el canto vigoroso durante los servicios del sábado!
Las convocaciones santas de Dios también ofrecen oportunidades para escuchar la palabra de Dios, al ser leída y explicada. Como resultado podemos crecer en la fe y la confianza de conocer y vivir según el camino de vida de Dios. "Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios" (Romanos 10:17).
Las instrucciones de Pablo a Timoteo refuerzan este concepto.
"Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia" (2 Timoteo 3:15-16).
Jesús exclamó "Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan" (Lucas 11:28). Tenemos que ser diligentes en querer escuchar la Palabra de Dios y animarnos a vivir por ella, en los servicios del sábado de Dios.
Reunirse en estas santas convocaciones provee la oportunidad de interactuar con los demás y animarse unos a otros, y compartir su vida y vocación. La comunión es una parte importante de nuestras celebraciones del sábado y nuestro caminar en los caminos de Dios. "...para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo" (1 Juan 1:3). "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros..." (1 Juan 1:7).
Hacer el esfuerzo de asistir y participar en las convocaciones santas de Dios es un acto de fe, amor y obediencia. "Amarás, pues, a El Eterno tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días”. (Deuteronomio 11:1). Esto incluye el cuarto mandamiento con respecto a la observancia del sábado y los estatutos que nos instruyen sobre la celebración de los sábados anuales.
Jesús enseñó: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15). El apóstol Juan enseñó la misma cosa. "Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos" (1 Juan 5:3).
¿Realmente amamos a Dios? ¿De verdad tenemos fe? Actuamos por fe, con obras para mostrar a Dios que lo amamos, respetamos y honramos. "Pero, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?" (Santiago 2:20).