"...para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo..." (Filipenses 2:15)
Como cristianos, se espera que brillemos como luces en un mundo oscuro, un ejemplo para los que están dentro y fuera de la fe. Nuestro carácter debe ser refinado hasta que se destaque entre todos los que entran en contacto con nosotros.