La decisión más importante de tu vida: Para nuestros lectores jóvenes

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La decisión más importante de tu vida

Para nuestros lectores jóvenes

¿Cuál es la decisión más importante que tomarás en tu vida? No tiene que ver con la universidad a la que irás, qué carrera elegirás, y ni siquiera con quién te casarás. Si bien todas estas decisiones son importantes, ninguna de ellas ocupa el primer lugar. La decisión más importante de tu vida es el bautismo (Marcos 16:16), es decir, optar por seguir el camino de Dios por el resto de tu vida para obtener así la vida eterna. El bautismo es una ceremonia necesaria para mostrar que seguirás el camino de Dios, y es ordenada en Hechos 22:16. El bautismo es la representación exterior de la muerte del antiguo hombre y su lavamiento. Es posible por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador. Después del bautismo recibirás el don del Espíritu Santo de Dios para ayudarte y guiarte (Juan 14:16; 15:26).

El bautismo es extremadamente importante, pero ¿cómo sabes si estás listo para dar este paso? La mayoría de quienes hemos crecido en la Iglesia de Dios hemos seguido su camino toda nuestra vida. Sin embargo, debido a esto no experimentamos ese momento “¡Ajá!”, como alguien que es llamado a la Iglesia. Este es el momento en el que descubrimos la verdad del camino de Dios por primera vez, y se despierta en nosotros el maravilloso deseo de seguir a Dios. Esta llama ardiente con el tiempo se transforma en un fuego lento, o se apaga. Este fuego lento es lo que se requiere para perseverar hasta el final. Aquellos que somos criados en la Iglesia, típicamente ya estamos en esa etapa de fuego lento y esto puede hacer más difícil saber cuándo se está listo para el bautismo. Cuando comencé a pensar en este sabía que eventualmente lo desearía, pero no cuándo estaría listo. Un día me sentía seguro de estarlo, pero al siguiente cambiaba de opinión y eso me preocupaba. En mi intento de saber cuándo se está listo hablé con amigos que ya habían sido bautizados, y eso me ayudó un poco. Oré mucho, pidiendo una manera de saber si lo estaba, y eventualmente hablé con mi pastor. Él me ofreció algunas publicaciones para leer que me ayudaron mucho.

Cuando finalmente tomé la decisión de bautizarme, las siguientes preguntas se esclarecieron. ¿Era este el camino de vida que quería seguir el resto de mi vida? ¿Sentía que Dios me estaba llamando? ¿Creía que Jesús había muerto por mis pecados y me amaba? Sí, sí y sí. Una vez que respondí esas preguntas, ya no había nada que me detuviera, y pude tomar la decisión. ¡Fue la mejor decisión de mi vida!

Si estás pensando en el bautismo pero estás indeciso porque temes cometer errores después de bautizarte, no te sientas así, porque sí los cometerás. Todos lo hacemos. Romanos 3:23 dice que “todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, incluso después del bautismo. La clave es arrepentirse y pedirle perdón a Dios. Luego haz tu mejor esfuerzo por no repetir el error. Tendrás el Espíritu de Dios para ayudarte.

Por lo tanto, si estás pensando en el bautismo, ¡fantástico! Estás en el camino correcto. No obstante, es una decisión extremadamente seria e importante que no se debe hacer a la ligera, y por ello es que no practicamos el bautismo de niños. Te estás comprometiendo espiritualmente con Cristo para poder formar parte de su futura novia; no se puede volver atrás, por lo que tómate tu tiempo y asegúrate de que puedes correr la carrera y calcular el gasto (Lucas 14:28; Hebreos 12:1; 1 Corintios 9:24).

Cuando hayas pensado y orado al respecto, habla con tus padres y busca el consejo de tu pastor. Ellos te ayudarán a prepararte, pero no pueden tomar la decisión por ti. La decisión final es tuya. ¡Es la decisión más importante que tomarás en tu vida!