¿Qué es la apologética?
Para nuestros lectores jóvenes
Me gusta mucho ver pruebas y evidencia de los hechos. No quiero que alguien me diga “esto es verdad” sin mostrarme testimonios. ¿Eres también así? Creo que es una buena característica, ya que es muy importante ser capaces de usar evidencia, hechos y la razón para defender lo que decimos y creemos. Una creencia cada vez más popular sostiene que la Biblia no puede coexistir con la ciencia, la razón y los hechos, y mucha gente ha dejado de creer en este libro sagrado debido a esta forma de pensar.
Estudié química en la universidad, y luego enseñé química y ciencias físicas en escuelas secundarias. Uno de los tópicos que debía impartir en mi clase de ciencias físicas era el universo. ¡Imagínate qué tema tan inmenso! El plan de estudios incluía el comienzo del universo y la teoría de la Gran Explosión. A medida que explicaba el conocimiento vigente y la teoría de que el universo comenzó hace más de 13 mil millones de años con una “gran explosión”, uno de los estudiantes se molestó. Dijo que era cristiano y que no quería escuchar nada de aquello. Yo no había utilizado la palabra evolución ni dicho que no había un Dios, pero muchos creyentes en Dios han sido programados para reaccionar defensivamente ante la ciencia por la idea de que esta y la religión no están de acuerdo.
Por tanto, después de la clase hablé con el estudiante y le expliqué que nada de lo que estaba enseñando era refutado en la Biblia y que, por el contrario, calzaba muy bien en la narrativa bíblica. La Biblia comienza diciendo: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Le expliqué que hay mucha evidencia científica que respalda la teoría de la Gran Explosión, y que esta no contradice la Biblia ni refuta la existencia de Dios. La Biblia nunca afirma que la Tierra fue creada hace 6 000 años.
Sin embargo, sí nos da un vistazo de cómo Dios creó el universo, y es algo verdaderamente asombroso. Pero lo más impresionante es que los científicos que están de acuerdo con esta explicación no tienen idea de qué causó la Gran Explosión.
Note esta cita de Mike Wall en Space.com: “El inicio mismo del universo sigue siendo bastante impreciso. Los científicos creen que pueden retomar la historia desde aproximadamente una milésima de fracción de segundo después de la Gran Explosión”.
Así, pueden utilizar la ciencia para remontarse al momento justo después de que ocurriera la “explosión” pero no al suceso mismo, y no saben qué lo causó ni qué existía antes de él. En mi opinión, la respuesta es muy simple: Dios.
¿Por qué estoy hablando de todo esto? Porque debemos tener cuidado y no permitir que las ideas de que la ciencia y la religión no se pueden mezclar afecten nuestra fe o creencia en que la Biblia es realmente la Palabra inspirada de Dios. Estas dos categorías coexisten y no se contradicen entre sí.
Admito que hay aspectos de la ciencia que la gente trata de utilizar para refutar la Biblia o a Dios, incluyendo la evolución. Pero la mayoría de la ciencia sí está de acuerdo con la Biblia. (Busca “¿Se puede confiar en la Biblia?” en iduai.org). Los aspectos que no están de acuerdo, como la teoría de la evolución, tienen lagunas en la evidencia o razonamiento y no debieran hacer tambalear nuestra fe. Pero regresemos a mi título: ¿Qué es la apologética y qué tiene que ver con este tema?
La palabra apologética viene de la palabra griega apologia, que significa “hablar en defensa de”. Es como en una corte de justicia, cuando alguien hace una acusación y uno tiene que defenderse o responder a los cargos. En términos de nuestra fe y religión, es el intento de un cristiano de defender sus creencias en contra de las críticas a la Biblia por parte de quienes se rehúsan a creer en Dios. La apologética puede resumirse como una declaración o argumento basado en la razón o los hechos para defender nuestras creencias.
¿Has tenido que defender tus creencias en alguna ocasión? Quizás alguien te preguntó por qué no vas a ver juegos deportivos los viernes en la noche, por qué pierdes dos semanas de escuela cada año, o por qué no celebras la Navidad. Debí escuchar frecuentemente estas preguntas mientras estaba en la escuela.
Cuando contestamos preguntas como estas, estamos usando apologética para defender nuestras acciones de acuerdo a nuestras creencias bíblicas. Debemos ser capaces de dar una respuesta respecto a cómo vivimos y lo que creemos.
La gente cuestiona la validez de creer en el Dios de la Biblia. Mucha gente dice que no se puede confiar en la Biblia, que la ciencia la refuta, que no tiene sentido, que Dios no existe y que Jesucristo no fue real. ¿Has oído esto? Más de un tercio de los jóvenes de la “Generación Z” (grupo demográfico nacido después de 1995) afirman ser agnósticos o ateos, que significa que no saben si creen en Dios, no creen en él, ni tampoco les importa si existe.
Nuestra capacidad de defender nuestra fe radica no solo en poder enseñar la Biblia, sino también en poder defenderla como una fuente confiable y a Dios como un ser real. ¿Puedes hacer esto? Es un gran desafío, pero creo que eres capaz de usar la apologética para defender a Dios.
En 1 Pedro se usa la palabra apología. “Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones y estad siempre preparados para presentar defensa [apologia] con mansedumbre y reverencia” (1 Pedro 3:15). Pedro dijo que siempre debemos estar preparados para dar una defensa de nuestra esperanza.
¿Cómo hacemos eso? Para defender algo, tenemos que saber lo que estamos defendiendo y refutando. ¿Has visto alguna vez un equipo de baloncesto defendiendo el cesto equivocado durante un juego, mientras que el otro equipo fácilmente encesta el balón? Debemos comenzar por saber lo que estamos defendiendo: a Dios y su Palabra. Primero debemos estudiarla y procurar entenderla, y luego entender lo que necesitamos refutar. Es similar a una estrategia en un partido de baloncesto. Como equipo, sus jugadores deben saber cómo se van a defender. ¿Cómo proteger al mejor anotador? Un buen equipo establece una estrategia defensiva, estudia al equipo opuesto y está preparado para proteger su canasta cuando el otro equipo hace sus jugadas.
Si deseamos defender a Dios y su Palabra, debemos saber lo que estamos defendiendo, qué argumentos pueden surgir y cómo enfrentarlos. Si esperas hasta que estos surjan, puede que te tomen por sorpresa y no sepas cómo responder.
Además de leer y aprender la Palabra de Dios, ¿cómo podemos preparar nuestra defensa? Ora y pídele a Dios que te de la respuesta y defensa cuando lo necesites. Lee los artículos y folletos de la Iglesia de Dios Unida respecto a la creación versus la evolución y otros tópicos apologéticos. Hay un folleto entero dedicado a mostrarnos cómo defendernos en contra de que la idea de la macroevolución es cierta (haz una búsqueda de “Creación o Evolución” en iduai.org).
Continúa leyendo esta publicación, porque en el futuro habrá más artículos enfocados específicamente en la apologética. Recuerda lo que dice Proverbios 18:17: “Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario, y le descubre”. Por tanto, asegúrate de hacer preguntas y no creas de buenas a primeras que lo que alguien te dice es un hecho.