Los 7 grandes animadores de Dios en el Nuevo Testamento

El ministerio de Jesucristo inspiró profundamente a algunos creyentes que se volvieron faros de espiritualidad y ánimo para la incipiente Iglesia de Dios. En este sermón, repasaremos la gran labor de 7 de ellos.

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Música Muy buenas tardes a todos hermanos en América Latina. Es un gusto dirigirme a todos ustedes. Desde aquí, como pueden ver, esto es parte de mi casa, el comedor. Todavía estamos transmitiendo via el internet. También lo estamos haciendo con la iglesia aquí en Garden Grove. Todavía no podemos reunirnos por las restricciones que hay por el COVID. Sabemos que a través de América Latina es lo mismo.

Tuvimos una conferencia con todos los ministros del área latinoamericana anoche. Estuvieron enviando informes al respecto y la gran mayoría no pueden reunirse. Se está transmitiendo en esta forma virtual. Pero sabemos que igual observamos el sábado, igual vamos a observar la fiesta santa que se aproximan. Lo único es en forma más restringida. Me recuerda un poco que cuando el pueblo de Israel fue llevado en cautiverio a Babylonia, ellos eran cautivos y estuvieron 70 años en Babylonia. No tenían derechos de reunión, estaban muy limitados, pero ellos siguieron guardando el sábado, guardando las fiestas santas en sus hogares si era necesario.

Y así continuaron en el tiempo. Así que el pueblo de Dios ha pasado por diferentes circunstancias. Ahora este año 2020, el mundo está siendo sacudido. Es posible que sea el comienzo de un sacudón y que el mundo va a buscar seguridad en poderes que les van a asegurar la situación económica, la situación social, porque están tan desesperados. Entonces sabemos que los tiempos son difíciles, pero Dios está con su pueblo. Él nos va a llevar a través de este mar rojo de pruebas hasta su maravilloso reino.

Quería actualizarlos un poco. Nosotros estamos sirviendo los países de México, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Tenemos diez ministros en el área que están atendiendo a todo el pueblo. En 2010, éramos 443 hermanos.

Ahora en 2020, somos 600 hermanos. Así que ha habido crecimiento y estamos muy agradecidos. Este año fiscal, que acaba de terminar el 31 de junio, nosotros tuvimos los ingresos de un aumento de 4%. Esto estoy hablando en términos de los Estados Unidos, donde son los fondos principales que también en América Latina se están atendiendo y que los hermanos han sido muy fieles. Estamos muy agradecidos porque la obra sigue adelante, a pesar de estas circunstancias difíciles en que estamos viviendo.

Tenemos unos 10.000 suscriptores de la Buena Noticias y tenemos programas en video por YouTube, de El Beyond Today Program, que se puede ver por YouTube. Y estamos recibiendo muchas personas solicitando literatura a través del Internet. Este año es complicado lo que es guardar las fiestas en lugares porque los hoteles están mayormente cerrados, no quieren grupos congregándose. Entonces estamos viendo cómo llevarlo a cabo si es por medio del Internet y que se hagan en los lugares o en pequeños grupos.

Todo eso se está averiguando. Todavía nos faltan aproximadamente un poco menos de dos meses. Pidamos a Dios que nos ayude, que nos abra las puertas para llevarlo a cabo, pero vamos a guardar las fiestas santas. No hay ninguna duda, solamente es cómo lo vamos a llevar a cabo. Eso es lo anuncios por el momento. Y ahora sí quería entrar en el tema principal para hoy día. Y yo la última vez entregué el tema de los siete grandes animadores del antiguo Testamento. Y ahora voy a completar esta serie con los siete grandes animadores del nuevo Testamento.

La última vez que tuve la oportunidad de dirigirme a ustedes, cubrimos los siete grandes animadores en el antiguo Testamento, que obviamente es una lista, algo absoluto. Se podían agregar otros, pero esta es la lista que yo compuse, que empezamos cuando he. Después habrá José Moisés, David, Varsilai y Nemias. Y ahora nos toca cubrir los siete grandes animadores en el nuevo Testamento.

Y por supuesto, el mayor animador de todos en el nuevo Testamento fue Jesucristo, que era Emmanuel, o Dios con nosotros. Él y añadiendo a Dios Padre, son los más grandes animadores que jamás han existido. Noten en Juan capítulo 13, versículo 1, justo en ese último día de la vida de Cristo, Él seguía animando a Sus discípulos. Dice Juan 13, versículo 1. Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los Suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

Es decir, los amó a pesar de sus fallas, a pesar que iba a flaquear la fe de ellos, los siguió amando y alentando hasta el final. Tal como Jesucristo lo hace hoy día con nosotros, Él sigue siendo el gran animador en los cielos, tiene el papel de intercesor, del sumo sacerdote que se presenta a nuestro favor ante Dios Padre. Noten en Juan capítulo 16, versículo 33. Juan 16, versículo 33.

Otra vez en esa noche final de su vida dice, Estas cosas os he hablado para que emiten gais paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confía, yo he vencido al mundo. Otra vez con gran aliento. Tenemos al ganador por sobre todos los demás. Y Él está a nuestro favor, está en nuestro lado, nos apoya. Él dice que debemos gozar, porque Cristo ha vencido al mundo y Él está a la diestra de Dios para animar y ayudarnos.

Nunca debemos de olvidar que Él es nuestro intercesor, que significa el intermediario. En Hebreos capítulo 4, otro versículo importante al respecto, versículos 14 a 16, nos dice lo siguiente.

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión, porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda comparecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Sí, podemos acercarnos con denuedo, con esa confianza, porque Jesucristo está al nuestro lado, Él está ahí apoyándonos, Él nos ama, Él sabe nuestras necesidades, Él comprende cualquier falla que tengamos y que podemos con ánimo venir ante el trono de Dios, no porque nosotros lo merecemos, sino porque tenemos a Jesucristo ahí, Él pagó por nuestros pecados, nosotros vamos ante Dios, sabiendo que al confesarlos, perdón, vamos a ser perdonados. Cristo está ahí para asegurar que tenemos un abogado muy cerca que nos apoya.

Siguiendo aquí en Hebreos capítulo 12, versículo 1 y 2 continúan alentándonos con estas palabras y se por tanto, nosotros también, teniendo en el rededor nuestro tan grande nube de testigos personas que ya corrieron su carrera de fe, ellos lograron cumplir fielmente con su carrera, ellos son como una nube de espectadores que están animándonos a nosotros, estamos corriendo nuestra carrera de la fe y teniendo esa gran nube de testigos mencionados en Hebreos 11, dice, despojémonos de todo peso y del pecado que nos acedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, si Él es nuestro abogado, nuestro intercesor, Él es nuestro amo, maestro, hermano mayor, que murió por nosotros, que está abogando por nosotros todos los días, dice, el autor y consumador de la fe, Él es el quien inicia este llamamiento, corre con nosotros y va a llevarlo a cabo, diciendo, dice, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz. ¿Cuál fue ese gozo que tenía? Pues saber que con su sacrificio iba a proveer el perdón, iba a ser posible el perdón para todos nosotros y poder nosotros entrar en ese reino de Dios y ser parte de esa familia de Dios. Por el gozo que Él dio, ese sacrificio iba a producir, entonces se alentó y lo llevó a cabo, hizo menospreciando lo propio y se sentó a la diestra del trono de Dios, donde está actualmente. Entonces Él está ahí como el gran animador, no nos olvidemos cuando estamos decaídos, cuando sentimos que las cosas no van a marchar bien. Él está ahí, Él sabe lo que estamos pasando, Él lo vivió en la carne, pero sin jamás pecar. ¿Qué mejor abogado de la fe podemos tener que de su Cristo?

El siguiendo con esta lista del nuevo testamento, tenemos el segundo gran animador, que fue uno de los apóstoles muy cercanos a Jesucristo, el apóstol Juan.

Era muy alentador lo que Él hablaba, Él era tierno, Él tenía un gran corazón y por eso alentaba tanto a los hermanos.

Es llamado en la Biblia el discípulo que Jesús amaba. Cristo se identificó con Juan por tener esas características de amor.

En las epístolas que escribió el apóstol Juan, podemos observar algunos de estos ejemplos de cómo Él animó a los hermanos.

Allá vamos a primera de Juan, capítulo 1, versículos 3 y 4.

Aquí dice, lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos para que también vosotros tengáis comunión con nosotros.

Y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Comunión es esa conversación, ese tipo de compañerismo que tenemos cuando poramos con ellos. Dice, estas cosas os describimos para que vuestro gozo sea cumplido. No ten aquí también que demuestra que solamente hay dos seres divinos arriba en los cielos, los Padres y Jesucristo. Y nuestra comunión o el compañerismo que tenemos es con ellos dos. No hay tal cosa como el personaje del Espíritu Santo, una tercera persona. Porque si no lo hubiera mencionado, ese compañerismo sería para los tres. Pero no nos habla de dos, que tenemos esa comunión, ese compañerismo. Más adelante, en primera de Juan, capítulo 4, versículo 8 al 11, dice, el que no ama, no ha conocido a Dios. Porque Dios es amor, esa es la característica principal de Dios.

Y gracias a Dios que es así, porque esa es la característica más grande, es la que más necesitamos como seres humanos. El amor es lo que da sentido a la vida. Pero no un amor como lo que hay en el mundo, es un amor para obtener cosas y para conseguir más.

Si no, este es un amor que proviene de Dios, un amor sin egoísmo. No es egocéntrico, es otro céntrico. Se preocupa del otro y Dios se preocupa de nosotros. Él dice en Mateo que tiene los cabellos contados de nosotros. Más que una madre quiera a su hijo, no es capaz de contar todos los cabellos. Pero Dios sí tiene los cabellos contados. Así se preocupa Él de todos nosotros. Siguiendo dice, en esto se mostró el amor de Dios para con nosotros. Es que envió Dios a su hijo unigento al mundo para que vivamos por Él. En esto consiste el amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, nosotros no iniciamos este contacto. Pues Dios dice, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su hijo en propiciación, que significa sacrificio, por nuestros pecados. Amados, y Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Así es como le podemos demostrar a Dios, el amor que tenemos entre nosotros, los hermanos, que somos el cuerpo de Cristo, que debemos preocuparnos los unos de los otros, estar al tanto, especialmente en estos tiempos difíciles en que las personas necesitan mucho ánimo. No se olviden de llamar, que mil notas cuando se puede, mantener al tanto los hermanos, porque sabemos que hay algunos enfermos, también algunos con COVID. Gracias a Dios, que por la información que recibimos anoche, ahí en Bolivia, en María Angelica, en Matías, ya se han repuesto el COVID. También Iván Perit, también se ha recuperado, en Maná, en Santiago, y por el momento estamos bien, no hemos tenido ninguna fatalidad, nadie ha muerto por esta epidemia, que ha afectado al mundo entero. Siguiendo aquí ahora en tercera de Juan, versículos dos y cuatro, Juan nos dice, amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Aquí vemos que no es solo lo espiritual que debemos enfocar, sino también lo físico. Para Juan, quería que prosperara la persona en salud, en lo material, igual que como prospera su alma en forma espiritual. Dice, pues, mucho me regocije cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. Para Juan era tan importante que la persona se mantuvieran en las enseñanzas bíblicas. Esa es la verdad de Dios, que son las doctrinas fundamentales que encontramos en la Biblia. ¿Y cuán estaba regocijándose? Cuando veía que los hermanos estaban cumpliendo con los mandatos de Dios y que estaban fieles en la fe. Siguiendo dice, no tengo yo mayor gozo que es el oír que mis hijos andan en la verdad. Entonces aquí un apóstol que era muy amoroso, pero el otro ingrediente, además de amor, se necesita cumplir con la verdad, seguir la verdad, mantenerse fiel a la verdad, por sobre todo. Ese entonces es el segundo gran personaje que animaba a los hermanos, y ahora podemos proseguir al tercero. El tercero es Bernabé, que recibió el apodo hijo de consolación. Se puede traducir también como hijo de ánimo, porque él era un gran animador de los demás. No tienen hechos capítulo 4, versículo 36 y 37. Bernabé tenía como nombre José, pero le dieron el apodo Bernabé, como van a ver aquí en un momento, y dice, entonces José aquí en los apóstoles le pusieron por sobrenombre Bernabé, que traducido es hijo de consolación. De vita natural de chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles. Entonces aquí vemos que era un hombre tan lleno de ánimo, animando a los demás. Muy positivo, entusiasta. Cuando venía Bernabé lo hacía sentir a uno como si valiera un millón de dólares. Así es el efecto que tenía Bernabé. Digamos ahora en hechos capítulo 9, hechos capítulo 9, versículo 26, sobre la historia de Bernabé.

Dice, cuando llegó a Jerusalén, hablando de Pablo, trataba de juntarse con los discípulos. Pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo. Después de haber perseguido la iglesia, cuando se convirtió Pablo, muchos decían que estaba fingiendo que era un espía entre ellos. Pero quién fue el quien apoyó y respaldó a Pablo? Dice, versículo 27. Entonces, Bernabé, tomándole lo trajo a los apóstoles. Imagínense la confianza. Imagínense si hubiera sido un espía. ¿En qué problemas se hubiera metido Bernabé? Pero Bernabé era un hombre que conocía a Pablo, sabía que eran infundadas, esas sospechas no tenían bases. Y por eso lo hizo, porque estaba seguro que estaba convertido a Pablo. Y así fue. Dice, y les contó como Saulo, que era el nombre antiguo de Pablo, había visto en el camino al Señor el cual le había hablado como en Damasco, había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Habían antecedentes que Bernabé podía llevar como evidencia de la conversión de Pablo. Dice sobre Pablo, y estaba con ellos en Jerusalén, que entraba y salía. Ya se había ganado la confianza de los apóstoles. Y hablaba denodadamente en el nombre del Señor y disputaba con los griegos. Pero estos procuraban matarlas. Pasando a hechos capítulo 11, en versículo 22.

Aquí vemos otra vez la intervención de Bernabé. Dice versículo 22. Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén y enviaron a Bernabé, que fuese hasta Antioquía. Este fue, cuando llegó, vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, plano de Bernabé. Y lleno de espíritu santo y de fe, y una gran multitud fue agregada al Señor. Y después, viendo esta gran multitud, Bernabé no se quedó con el grupo diciendo bueno yo aquí voy a ser el protagonista, yo aquí me voy a encargar solo. No, fíjese lo que hizo. Dice, versículo 25, después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo y hallándole le trajo a Antioquía. Se congregaron allí todo un año con la iglesia y enseñaron a mucha gente y a los discípulos se les llamó cristiano por primera vez en Antioquía.

Aquí vemos otra vez el impacto de este hombre, lleno de ánimo, de aliento, que estaba ahí apoyando al apóstol Pablo, sabía lo que tenía el apóstol Pablo y no se sintió apocado, no se sintió acomplejado. Él lo trajo y de hecho Pablo llegó a ser mayor en cuanto a un instrumento de Dios, pero Bernabé no le importaba. Él quería hacer la obra de Dios en un hombre bueno, dedicado, lleno de fe y humilde. Por eso Dios aquí lo premia con esos buenos cumplidos, que no son muy comunes en la Biblia.

Vamos a seguir al cuarto protagonista, que es el propio apóstol Pablo. Qué gran animador fue él. Escribió 14 epístolas y estas epístolas están llenas de aliento. No tienen hechos capítulo 15, versículo 40. Dice, y Pablo, escogiendo asilas, salió encomendado con los hermanos a la gracia del Señor y pasó por Siria y Silicia, confirmando a las iglesias.

Otras traducciones dicen animando, alentando a las iglesias allá.

En romanos 14, versículo 19, podemos leer otras palabras de aliento del apóstol Pablo.

Romanos, capítulo 14, versículo 19.

Dice, así que sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.

Todo lo que es para que contribuya a la paz y a la mutua edificación. Está diciendo que nosotros debemos ser pacificadores y mutuamente animándonos, unos a los otros. Muchas arquituras llenas de ánimo en Filipenses, capítulo 4. Tenemos otro ejemplo. Filipenses, capítulo 4. Noten versículo 4. Y se regocijaos en el Señor siempre.

Otra vez digo, regocijaos. Se animen, se apoyen en Dios. Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos. Si no sean conocidas nuestras peticiones delante de Dios, en toda oración y ruego, con acción de gracias y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Él estaba lleno de ánimo. Cuántas veces uno lees, ha visto las, para recibir ánimo y adiento. Muy importante lo que el apóstol Pablo entregó. Eso nos lleva al quinto personaje, uno de los discípulos de Pablo, Timoteo, el joven Timoteo. Notemos en Filipenses, capítulo 2, versicló 19, algunas características de Timoteo. Él era un gran alentador. El apóstol Pablo le encantaba enviando a visitar a Iglesia, porque sabía que Timoteo iba a levantar los ánimos, a fortalecer la fe de los hermanos. Noten en Filipenses, capítulo 2, versicló 19. Y se espera aquí, déjame, Filipenses 2, 19.

Sí, espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado, sabiendo que Timoteo iba a ir allá. Eso ponía de buen ánimo al apóstol Pablo. Y se pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros, porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de Él, de cómo Hijo a Padre ha servido conmigo en el Evangelio. Así que a éste espero enviaros luego que yo vea cómo van mis asuntos. Y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros. Entonces vemos aquí ese espíritu de ánimo que Timoteo entregaba a los otros, en 1º de Sanlicenses, capítulo 3. Hacemos a 1º de Sanlicenses, capítulo 3, versículos 1 y 2.

Y se por lo cual no pudiendo soportar lo más, acordamos quedarnos solos en Atenas. Y enviamos a Timoteo, nuestro hermano, Salvador de Dios y colaborador nuestro en el Evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, a fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones, porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos. Envió a Timoteo otra vez para animar a los hermanos. Fue un gran ejemplo de aliento a las iglesias. Vamos a otro personaje, este no es tan bien conocido, pero era muy parecido a Timoteo. Vayamos a Efecios capítulo 6. Efecios capítulo 6, versículo 21. Al final de esta epístola, tenemos a Tíquico, dice versículo 21, para que también vosotros sepáis mis asuntos y lo que hago, todo os lo hará saber, Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor, el cual envíe a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros y que nos consuelve vuestros corazones. Él iba a consolar, iba a animar. Noten aquí el espíritu de ánimo que hay. Van importantes ser positivo, levantar los ánimos, donde quiera que vayamos. Otro ejemplo, aquí de Tíquico, en Colocenses, capítulo 4, versículo 7, y 8, dice, todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber, Tíquico, amado hermano y fiel ministro, y conciervo en el Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere y conforme, conforte vuestros corazones, confortar los corazones. Cuán importante era para el apóstol Pablo, que así se llevara a cabo. Y esto nos lleva al último de estos siete grandes animadores en el Nuevo Testamento, que es el apóstol Pedro. Él aprendió a ser un gran animador. Allá vamos a 1 Pedro 3, 1 Pedro 3, en el versículo 8, 9, dice, ¡Sin el mismo sentido! ¡Compasivos! Amándose fraternalmente, misericordiosos, amigables, no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuiste llamados para que heredaseis bendición.

Sí, el Dios necesitaban ese aliento del apóstol Pedro. Él tuvo que aprender. Él a veces flaqueó, pero se recuperó y fue un gran líder en la iglesia y aprendió a ser un gran alentador. He comentado muchas veces que en mi vida he tenido grandes alentadores, grandes animadores en los tiempos difíciles, y yo me remonto hasta mi niñez. Yo no me acuerdo de muchas personas en que crucé la vida de ellos, pero cada una de estas personas que era un animador, siempre me recuerdo.

Me recuerdo cuando llegué a los siete años de Cuba, huyendo del régimen comunista, de Fidel Castro. Llegamos a Miami, Florida. Yo no sabía hablar inglés, y me pusieron en el primer año, en la escuela. Yo apenas, lo único que me acuerdo que sabía decir es que puedo ir al baño. Eso fueron las primeras palabras en inglés, porque eran las más importantes.

Pero menos mal que tenía un verdadero angelito en esa profesora, que hasta hoy día me recuerdo a su apellido. No me acuerdo de ninguno de los otros apellidos, pero era la señora Cicl. Y ella me acogió, fue mi sericordiosa, yo no sé cómo pasé ese primer año, pero lo hice, y fue un gran empujón para adelante. Después, cuando ya estaba por ahí, por cuarto grado, me acuerdo que estaba igual, bastante aislado, no había personas, muchas personas que acogían a los latinos en ese entonces, y yo estaba pasando por la escuela, que vivía un paso de ahí, y estaban el grupo de jóvenes jugando baseball, y tenían como un equipo que habían formado, creo que era para el verano, y de repente alguien le pega el patazo, y la pelota va volando, volando, y yo solamente estaba cruzando.

Ellos no estaban jugando el juego, estaban con la práctica, pero me dijeron, ¡Oye joven, por favor, devuelvenos la pelota! Bueno, yo la tomé, y la lancé, y la lancé tan lejos que llegué a la alzada donde estaba el receptor, ahí en primera, en lo que se llama el home plate. Y bueno, el jefe que estaba a cargo del grupo, cuando vio el brazo que tenía, me dijo, ¡Oye jovencito, ven acá!

Y yo ahí vine, y él me integró a jugar, lo que se llama, la Liga Pequeña, ahí en esa zona, y logré ser un lanzador para ellos, todo porque había una persona, el señor Vital, nunca me olvidaré de, tenía un apellido italiano, me acogió, y me dio aliento, me dijo, ¡Tú puedes ser un buen jugador! Y de hecho yo continué jugando baseball, y me gané una letra en la escuela, que es como un tipo de dobro alentismo, que todo porque yo no tenía idea de jugar baseball, hasta que un hombre me acogió y me animó de esa manera. Bueno, a través de la vida he tenido personas que me han dado aliento, y yo los recuerdo, uno de los últimos fue Dennis Lucker, que él logró visitar a México, y también a Chile, a Argentina, que estuvo en Chile, y después fuimos a Argentina, un hombre, el presidente de la iglesia, uno de los más grandes animadores que conocí a mi vida.

Realmente él me dio gran apoyo en los tres años que trabajé bajo su cargo, y otra vez, una persona inolvidable en la vida vía. Entonces, el punto es que Dios quiere que se hagan grandes animadores en nuestras familias, en la iglesia, en nuestra comunidad, porque eso es parte del Espíritu de Dios, es entusiasmo, la palabra entusiasmo tiene del griego, que es en Dios, es Dios en uno, porque cuando veían esa presencia era como que Dios inspiraba a uno.

Es entusiasmo que vemos acá, que el apóstol Pedro lo tuvo. Notemos en 1 Pedro 4, versículo 8, 1 Pedro 4, versículo 8 dice, hospedados los unos a los otros sin murmuración, porque no es fácil hospedar a personas en la casa de uno, hermanos, y dice aquí que hagámoslo con amor fraternal, dice cada uno según el don que ha recibido, ministrelo a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Y si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios, que tengan un buen fundamento bíblico.

No sacen sus propias ideas y teorías ajenas a la sólida evidencia bíblica. No especularen con ideas propias, no meternos en historias extrabíblicas, como digo, tradiciones que vienen, que no se encuentran bien fundamentadas en la Biblia. Si no se puede apoyar sólidamente, entonces, debemos usar el septicismo, dudar porque no es sólido. Por eso dice aquí, hable conforme a las palabras de Dios, no las palabras de uno, no las especulaciones de uno.

Siguiendo, dicen, si alguno ministra o sirve, ministre conforme al poder que Dios da, aprenda a ser un buen servidor de los hermanos, en otras palabras, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio por los siglos de los siglos amén. Entonces, el fin, cuando se predica, cuando se sirve, cuando se edifica, es para glorificar a Dios, y que Jesucristo es el quien está apoyándonos, animándonos a ser así.

Entonces, aquí tenemos siete grandes personajes en el Nuevo Testamento para animarnos, para alentarnos, y quisiera aquí mencionar tres puntos de cómo podemos nosotros aumentar ese ánimo en nuestra vida, en nuestras familias, en la iglesia y en nuestra comunidad. Primero, tengan el amor de Dios en sus corazones. Antes de poder dar amor, tenemos que recibir ese amor.

Sentir ese amor, esa preocupación por los demás, sentir ese ánimo para dárselo a los demás. Tenernos cerca de Dios para recibir ese amor. Proviene de Él, no de nosotros. Es importante recargar nuestras baterías espirituales diariamente, fortalecernos en la fe. Segundo punto, aprovechemos las oportunidades para animar y alentar a los otros. No nos quedemos callados. Una de las características de la naturaleza humana, ser muy tacaño con el adiento, cambiamos eso.

Ten el buen adiento y ánimo. Cuando se ofrece la oportunidad, un buen cumplido sincero va muy lejos. Y el tercer punto dice, recuerde el resultado final. El Dios va a ganar. El reino de Dios va a venir y se va a establecer. Y vamos a tener entonces un compañerismo maravilloso en que el nuevo mundo que viene va a ser un mundo de alentadores. Ya no vamos a ver este mundo oscuro, donde hay tanto egoísmo, tanta violencia.

Todo eso va a desaparecer. Y vamos a animarnos los unos a los otros. Para finalizar, hacemos la primera tesoricencia. Es capítulo 5, versículo 11. Otras palabras de aliento del apóstolo Pablo. Dice primera tesoricencia. Es capítulo 5, versículo 11. Dice por lo cual animamos unos a otros y edificamos unos a otros así como lo hacéis. Sigamos haciéndolo. Nunca nos cansemos de darnos ese aliento, darles a las personas ese aliento tan importante hasta que venga ese glorioso reino de Dios. Muy buenas tardes a todos, el sermón.

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Estudió en Ambassador College por cuatro años, titulándose en Teología y Español y comenzó su ministerio en 1976. Es un escritor de Las Buenas Noticias, enseña en Ambassador Bible College y actualmente forma parte del Consejo de Ancianos de la iglesia. Además es Pastor Coordinador de las áreas hispanas y viaja continuamente visitando las congregaciones. Vive actualmente junto a su esposa Caty Seiglie en Anaheim y pastorea la congregación de Orange County, California. Tiene cuatro hijas y ocho nietos.

Nació en La Habana, Cuba, y llegó a Estados Unidos cuando tenía 7 años de edad. Después de vivir siete años en Miami, Florida, su familia se trasladó a Murphy, Carolina del Norte.