El misterio de las resurrecciones mencionadas en la Biblia
¿Le parece a usted un misterio el tema de la resurrección de los muertos? Pablo aclara esta verdad tan comúnmente ignorada, reconociendo al mismo tiempo la mortalidad humana: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Corintios 15:22-23).
Pablo describe el orden de las resurrecciones comenzando con “los que son de Cristo, en su venida”, a lo que Apocalipsis 20:5 se refiere como “la primera resurrección”. Este orden de las resurrecciones, comenzando con aquella llamada “la primera”, significa que hay resurrecciones subsecuentes y secuenciales –y ciertamente estas son descritas en forma más completa en otras partes de la Biblia.
Una primera resurrección para los que son de Cristo
Pablo describe la primera resurrección, de aquellos que habrán sido sirvientes leales de Cristo hasta su venida, de esta manera: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:51-53).
Aquellos que se levanten y sean transformados en seres inmortales a la venida de Cristo, vivirán y reinarán con él por 1.000 años. “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar . . . y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección” (Apocalipsis 20:4-5).
La gloria de aquellos que se “vistan” de inmortalidad los colocará permanentemente más allá del alcance de la muerte: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos” (v. 6). A éstos les será otorgada la vida eterna tal como Cristo (1 Juan 3:2), pasando a integrar el grupo de aquellos que se mantienen fieles para “traer la imagen del celestial” (1 Corintios 15:45). Esta primera resurrección, integrada por quienes aprenderán acerca del camino de Dios y serán convertidos en seres inmortales ante el resto del mundo, es llamada la “mejor resurrección” (Hebreos 11:35).
Una segunda resurrección para aquellos que nunca conocieron a Cristo
¿Y qué pasará con aquellos descritos en el libro de Apocalipsis como “los otros muertos” que “no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”? (Apocalipsis 20:5). ¿Quiénes son ellos? ¿Qué será de ellos?
Primero, “los otros muertos” constituyen todos aquellos que no eran “de Cristo en su venida” y caen en dos amplias categorías – aquellos que realmente nunca conocieron a Cristo, y aquellos que lo habrán rechazado conscientemente como su Salvador personal. Estas son dos categorías muy diferentes de personas, encarando dos destinos muy disímiles.
El primer grupo, que murió sin nunca haber conocido a Cristo, es descrito como aquellos que están parados frente al trono de Dios en una segunda resurrección: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos” (Apocalipsis 20:12).
Al profeta Ezequiel le fue dada una visión por Dios en la cual él vio a gran cantidad de israelitas que habían muerto hacía mucho, que volvían a la vida como seres humanos de carne y hueso. En esta visión, “entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo” (Ezequiel 37:1-10).
“Y sabréis”, dice Dios, “que yo soy el Eterno, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo el Eterno hablé, y lo hice” (vv. 13-14).
Un Dios misericordioso, que no desea que nadie perezca, extiende su mano a todos aquellos para quienes los “libros” de la Biblia nunca fueron abiertos (en cuanto a entendimiento), y los trae de vuelta a la vida para ofrecerles una íntima relación con él, poniendo su espíritu en ellos—una poderosa demostración de un Dios misericordioso, tan deseoso de que nadie perezca, que va a las sepulturas para ofrecer vida a las masas de gente que no fueron salvas.
Resurrección final para quienes rechacen de plano a Dios
Pero un Dios misericordioso, para ser perfecto, también debe ser justo. Quienes hayan desafiado consciente y voluntariamente la gracia y los mandamientos de Dios durante su vida, aun después de conocer a Dios y a sus verdades, enfrentan un final muy distinto en una última resurrección: la resurrección para muerte: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:14).
Los impenitentes incorregiblemente malvados de todas las épocas se reunirán con su Hacedor en una resurrección para recibir justicia mediante una segunda muerte en el lago de fuego, del cual ya no hay resurrección.
La enseñanza bíblica sobre las resurrecciones nos entrega esperanza, futuro y justicia para todos. Habrá tres resurrecciones para tres grupos distintos de personas, cada una en su propio orden, cada una en su momento apropiado, mediante el poder de un Dios perfectamente misericordioso y justo, quien no desea que nadie perezca. Para aprender más sobre estas resurrecciones, con muchas más explicaciones bíblicas, descargue o solicite nuestro folleto ¿Qué sucede después de la muerte?