La fidelidad es la cualidad de ser dedicado, veraz y digno de confianza. Y una de las definiciones de resiliencia es la capacidad de adaptarse o recuperarse de la adversidad. Cuando la fidelidad hacia Dios y la resiliencia se unen, uno puede capear mejor las inevitables tormentas de la vida. No solo encontrará un gran significado y propósito en su vida mediante una relación con Dios, sino que con su tremenda ayuda y consuelo podrá recuperarse de los contratiempos que experimente. A continuación presentamos tres maneras de ayudarle a desarrollar fidelidad y resiliencia.

1. Descubra y busque el gran propósito de Dios

Usted es más que un ser físico y psicológico: también es una increíble creación espiritual. Para descubrir y procurar su propósito divino, debe poner la mira más allá de sus intereses y objetivos terrenales. Busque y dedíquese a su Creador Eterno que desea sinceramente tener una relación personal con usted. Cuando le ore y estudie su Palabra, la Biblia, aprenderá sobre su gran plan para toda la humanidad. A medida que descubra más sobre su radiante y emocionante futuro en el reino venidero de Dios, su fidelidad a él crecerá y le resultará más fácil ser resiliente cuando se enfrente a los problemas de la vida. (Para más información sobre este tema, descargue o solicite nuestra guía de estudio gratuita ¿Por qué existimos?)

2. Asuma su responsabilidad personal

Ya que Dios le ha dado el don de la vida, asuma la responsabilidad personal de sus propios pensamientos, sentimientos y acciones. Resista la tendencia común en la sociedad actual de considerarse como una víctima debido a las acciones de otras personas. Aunque no siempre pueda controlar los acontecimientos, sí puede ser resiliente en la forma de reaccionar ante ellos. Pídale a Dios en oración que le ayude a lidiar con la ira, el dolor y otras emociones negativas. Estudie los numerosos ejemplos bíblicos de cómo el pueblo de Dios se enfrentó a muchísimas dificultades y sin embargo, con profunda fidelidad, confió en él para obtener su poderoso apoyo y guía. Aplique estas lecciones a sus situaciones difíciles y vea los resultados extraordinarios y sí, hasta milagrosos. 

3. Conéctese con los demás

Estar cerca de la familia y los amigos puede servirle de apoyo cuando los dilemas de la vida lo agobien. Ciertos estudios han demostrado que las personas resilientes tienen al menos otra persona con la cual relacionarse. Asegúrese de dedicar tiempo a desarrollar conexiones estrechas con personas positivas y alentadoras. En última instancia, lo que le ayudará a mantenerse en pie en tiempos difíciles son sus interacciones constructivas con otras personas y su relación íntima con Dios y su fidelidad a él.