A la sombra de la higuera

Uno de los símbolos usados por Jesucristo para enseñar a sus discípulos fue la higuera, que asemeja la madurez y fertilidad espiritual que se desea del cristiano. Mensaje entregado el 21 de noviembre de 2020.

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Me gustaría comenzar este mensaje abriendo nuestras Biblias y ubicándonos en el Evangelio de Mateo, capítulo 21, versículos 18 al 20. El Evangelio de Mateo, capítulo 21 y versículos 18 al 20. Dice así, por la mañana volviendo a la ciudad tuvo hambre y viendo una higuera cerca del camino vino a ella y no hayó nada en ella, sino solamente, sino hojas solamente. Y le dijo, nunca jamás nazca de ti fruto y luego se secó la higuera. Viendo esto, los discípulos decían, maravillados, ¿cómo es que se secó enseguida la higuera?

Este es un milagro que estaba registrado en el libro de Mateo y Lucas, Mateo 21 y Lucas 11, lo vamos a ver. Y es un milagro algo extraño, algo inusual. Algunos piensan que fue como estas tipo de maldiciones gitanas, o de las películas que Cristo dijo, te maldigo ahora y la higuera, se secó y algo sobrenatural sucedió al instante.

Entonces, vamos a hablar de esta situación de este evento, vamos a entenderlo, vamos a estudiarlo en mayor profundidad, en el contexto y otras cosas, especialmente con los símbolos que hay aquí asociados, que son los que utilizó Cristo para explicarnos a nosotros interesantes lecciones. El título del mensaje de hoy es, A la Sombra de la Higuera, a la Sombra de la Higuera, para los que les gusta anotar el título. Comencemos.

Esta sentencia sobre la higuera se le conoce o se le llama muchas veces como la maldición de la higuera estéril.

Y antes de cualquier cosa, tenemos que definir bíblicamente o cómo la biblia nos habla sobre lo que es una maldición y también una bendición, bendición y maldición. En honor al tiempo, nos vamos a limitar solo a mencionar que hay unos capítulos de manera largos y extendidos que nos hablan de las bendiciones y las maldiciones, que es uno que alguna vez hemos leído y se encuentra en Deuteronomio, capítulo 28, y también se puede ver el paralelo elevítico 26. Aquí habla sobre este tema y nos da con lujos de detalle sobre las consecuencias o las acciones y reacciones que hay y que se le llamamos bendiciones y maldiciones. Y nos puede ayudar mucho a relacionar una maldición y una bendición con las acciones que el individuo o una nación tiene como consecuencias posteriores a esa acción, ya sean positivas o sean negativas, principio de acción y reacción, un poco citando a Isaac Newton. Por otro lado, debemos alejarnos en lo posible del concepto humano, o quizás más popular, de que hay personas, cuando hablan de las maldiciones y todo eso, hay personas que creen poder adivinar la voluntad de Dios o de algún ser superior a ellos y se puede moldear esta negociación o voluntad de este ser superior por medio de ciertos artilugios y ritos místicos. La idea de un conjuro en un idioma milenario a tal hora de la noche bajo ciertas circunstancias no es de Dios, no es bíblico. Hay un movimiento que fue iniciado en el siglo IV por los judíos en Babilonia y fue todavía madurado más adelante por el siglo XVI y XVII en la Edad Media en Europa y influyó gran parte de las religiones y también la religión cristiana. Este grupo mezcló, era un grupo de judíos, mezcló las enseñanzas de la Torah con el esoterismo. Este movimiento se denomina como la caba la judía, la caba la judía que busca resultados en el futuro por medio de la acción mágica, vale decir, conjuros, encantamientos, fórmulas, talismanes y amuletos. Sin ir más lejos, de ahí viene lo del amuleto de la suerte o la cabala, la cabala que muchos hoy día utilizan para supuestamente traer buena suerte.

De ahí viene esto de la cabala, de esta mezcla o sincretismo podríamos decir también. Este pensamiento se ha mantenido hasta el día de hoy, lo podemos ver en simples ejemplos dentro de lo que es el cristianismo general, porque repetir una frase de memoria para buscar el perdón de Dios, eso no es bíblico, no lo encontramos en ninguna sección de las escrituras, de hecho Mateo 6 le preguntan a Jesús cómo hay que orar y él específicamente dice estas vanas repeticiones, aléjense de las vanas repeticiones. Tampoco lo es y hay ciertas ideas al respecto que algunas veces se han metido en la iglesia levemente, hay ciertas ideas de que pronunciar su nombre en un idioma específico para poder ser mejores hijos o para llegar incluso a recibir las bendiciones de Dios, por medio de la pronunciación perfecta o mística escondida que ni los judíos saben cómo se pronuncia y hay gente que dice saber hacerlo.

Una maldición o bendición son consecuencias negativas o positivas en base a acciones tomadas del individuo o nación y estas consecuencias son parte de la ley divina, es la voluntad de Dios que se aplica sobre el sujeto o una nación. Llevémonos al área pequeña, al área chica. Si un matrimonio el día de hoy, mujer u hombre, adultera, cae en una maldición. No tiene nada que ver con los gitanos, ni con la frase específica, ni con nada de eso. Cae en una maldición porque su matrimonio o el matrimonio empieza a resquebrajarse. Ya no hay paz en ese matrimonio. Hay un quiebre, eso es una maldición. Si una persona miente, han visto los niños cuando mienten, se mueven para todos lados los niños porque saben que están mintiendo, estén inquietos y eso en un adulto también sucede.

Algunos se les notan más, otros se les nota menos, pero tampoco hay paz interior en el sujeto que da una mentira. Si no honramos a nuestros padres, algo sucede, algo malo sucede, como leíamos hoy día en el pensamiento sabático de Prohebrios 14-21. Y por el contrario, si obedecemos a Dios, si nos robamos, si no mentimos, si no tomamos el nombre de Dios en vano, si reservamos el séptimo día como descanso físico y espiritual para cercanos a Dios, la consecuencia es positiva y resulta como una bendición.

Deustrón, me 28, Levítico 26. Ahí está el estudio completo de las acciones y reacciones y consecuencias en base a lo que el individuo o la nación ejecuta. No obstante, es un poco inexacto considerar que una planta, la higuera, porque esto lo hablamos ya como base, y ahora cuando hablamos de la higuera maldita podríamos decir, o la maldición de Jesús sobre la higuera, es un poco inexacta porque en realidad la planta no tiene libre albedrío, que yo sé para las plantas no toman decisiones, no toman, no razona, uno puede, no tiene el espíritu humano, una planta como para tomar decisiones, no tiene libre albedrío. Esto aún cuando la escena se vea que Cristo haya profesado una frase impactando negativamente sobre la higuera de manera bastante rápida.

Vamos a dejar eso en suspenso porque vamos ahora a ver el contexto en el cual este evento se llevó a cabo. Lo que había ocurrido recién antes de que Jesús en la mañana haya tenido hambre y haya ido a esta higuera fue la expulsión de los mercaderes en el templo, según el Evangelio de Mateo. Ahora, según Marcos, lo que había ocurrido recién fue la entrada triunfante de Cristo en un pollino, en una asna. Vamos a Marcos 11, que es el paralelo de este relato. No está en Lucas, pero sí está en Marcos 11.

Marcos capítulo 11, versículos 8 al 11. Brevemente un pedacito de lo que ya hemos estudiado, lo estudiamos antes de Pascua sobre lo que implica esto del simbolismo que tiene esta entrada triunfal del rey, Jesucristo. Leamos una partecita, versículo 8 dice, también muchos tendían sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino.

Y los que iban delante y los que venían detrás daban voz diciendo, ¡Josaná, bendito el que viene en el nombre del Señor! Bendito el reino de nuestro Padre David, que viene, ¡Josaná en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén y en el templo y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía se fue a Betánea con los doce.

Cristo cumplió con la imagen que representa su figura al entrar en un pollino a Jerusalén y no en un caballo, como lo hacía los emperadores teniendo una imagen de emperador, de conquistador con su espada en la mano. Cristo fue exactamente lo opuesto. Algunos ya hemos visto esto sobre lo que hizo el rey Salomón prefigurando un reino de paz.

Eso está en 1 de Reyes, capítulo 1 versículos 32 al 40. Ahí vemos el rey Salomón montado sobre un pollino que asciende al trono de Israel y cómo fue en los 40 años del reinao de Salomón, Pacífico. Todas las luchas se la llevó su padre, David, con esos 40 años.

Pero el reinao de Salomón fue esplendoroso en ese sentido. Fue un reino de paz. Paz y prosperidad. Por la gran sabiduría que Dios le dio al hombre más sabio del mundo. Y vamos a Zacarias, capítulo 9, versículo 9, que también nos habla un poco de lo que se vino haciendo y prefigurando en torno a lo que fue esta entrada triunfal de nuestro Señor Jesucristo montado en un pollino. Zacarias 9, 9. Son los versículos clave de esta parte de la entrada triunfal. Vamos a ver, Zacarias 9, versículos 9 al 10. Capítulo 9, versículos 9 al 10. Dice así, alegra te mucho, hija de Sion, da voces de Júbilo, hija de Jerusalén. Aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvado, rumilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino, hijo de asna. Es una profecía que se está cumpliendo aquí en Mateo 21 y marcos 11, versículo 10. Y de Efraín destruiré los carros y los caballos de Jerusalén. Fíjese ahí habla de los caballos, de lo opuesto, en términos simbólicos. Y los arcos de hierra serán quebrados y hablará paz a las naciones y su señorío será de mar a mar y desde el río hasta los fines de la Tierra. Esa es la figura del rey, de paz, de Jesús. Estos versos que acabamos de leer nos ayudan a ver de manera más amplia la escena de Jesucristo acabalgando sobre este pollino. Lo que representa principalmente todo esto es el concepto de tres letras. P-A-Z, paz. Lo podríamos resumir. Todos los símbolos. Cristo vino manso, vino humillado, se despojó a su mismo, como dice la escritura, y vino a promover la paz. No vino a tener acuerdos con las naciones, como hoy día se ve.

Mira, tú me das esto, yo te doy esto, me das un pedacito de frontera, me vendes esto a tal precio y estamos en paz, hasta que por ahí algo sucede. Ese no es el tipo de acuerdo que vino a ser Jesús. Tampoco el tipo de paz que vivía el imperio romano, que fue la política por el cual el imperio romano se hizo tan grande. No vayamos a ninguna guerra, ninguna trifulca, ningún problema, adopten todas las cosas, cualquier problema, los eliminamos, mejor vayense por la buena y entonces vino a paz. Todos los caminos de Roma, toda la conexión que tuvo el gran imperio de Roma, fue porque tenía esta política de paz o de PAX, como se escribía anteriormente. Ahora bien, si consideramos al pollino o el asno que todavía sigue en el medio oriente siendo un símbolo de nobleza e inteligencia y de paz. Si tomamos también el contexto donde fue esto en Jerusalén, Jerusalén significa fundamento de la paz. Hay unas discusiones respecto a su etimología, pero está relacionada con la paz, o posesión de la paz. Aparentemente, la primera mención está en Génesis, capítulo 14, versículo 18. No vayamos allá cuando se le aparece a Abraham Melchizedek, Rey de Salem, Rey de paz. ¡Josalém! Y también el grito, ¡Josaná! Lo que las personas exclamaban a Víbavos a manera de gozo, a manera de esperanza, para que tuvieran paz. El Imperio Romano sí tenía, imponía la paz, pero estaba bajo ese yugo pesado del Imperio Romano. Y ellos exclamaban, como leímos, bendito el que viene en el nombre del Señor, el reino de nuestro Padre David, que viene. Ellos tenían esa esperanza de que hubiera esa unificación del reino de David y la paz, también que su hijo demostró en esos 40 años, antes de que se dividiera en las dos casas del norte y del sur. Y Cristo, la figura de Cristo, es tremendamente una figura pacífica. Representa la paz, divina sobre la tierra. Con todo lo anterior, tenemos evidentemente aquí una promoción de paz, un promotor de paz, un embajador de paz sobre la tierra, de manera profética, de manera simbólica. Juan 14.27. Juan 14.27, que es tal vez algo que se les ha estado sonando en su cabeza.

En estos interesantes capítulos que ya los vamos a relatar, Juan 14.27, la paz os dejo.

Mi paz os doy. Ahí nos podemos imaginar a Jesús cabalgando el pollino, montando el pollino. Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. Entonces hasta aquí tenemos claro el contexto más o menos de lo que sucedió con la hielera. Vamos a ir conectando estas historias. Vamos a ir conectando. En Juan, donde nos encontramos en este momento, entre los capítulos 14, 15 y 16 del Evangelio de Juan, podemos leer bondadosas y ricas instrucciones de Jesús hacia sus discípulos. Aquí encontramos instrucciones específicas a la Iglesia, a los discípulos, antes de que Jesús fuera tomado y tradicionado por el beso de Judas. En el capítulo 17, ahí tenemos 14, 15 y 16, y en el 17 está la oración intercesora de Jesús por nosotros, quienes hemos creído en Cristo por la palabra de ellos, quienes se escucharon y vieron todas estas cosas. De los tres capítulos mencionados, 14, 15 y 16, noten cómo comienza el primero, 14. Capítulo 14, versículo 14, versículo 1, no se turbe vuestro corazón, ¿creéis en Dios? ¡Creé también en mí! Así comienza y después da todas las instrucciones. En otras palabras, Cristo hace aquí una énfasis inicial en que si estamos creyendo en Dios el Hijo, si estamos creyendo en Dios el Padre, no deberíamos estar en un estado de agitación, que es la palabra turbar, tarrazo, en griego, que significa agitar, alborotar, conmover, inquietar, perturbar cómo se perturban las aguas. No deberíamos estar en un mar perturbado o agitado, sino que en un estado calmo, que sería como el antónimo. Así comiencen estos tres capítulos. 14, 15 y 16. Noten ahora cómo termina el capítulo 16, el último versículo del capítulo 16.

Juan 16 y versículo 33. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confía, yo he vencido al mundo. Entonces aquí podemos extraer, tal vez, con estas tres breves letras, conformando la palabra paz o yalón, que Jesús les mencionó en un alto calibre de contenido en estos tres capítulos. Inicia entonces con palabras de consuelo para que no estemos turbados y finaliza con lo que podríamos decir un mensaje de paz, para que en él tengamos paz. Recuerden la escena del pollino, para que en él tengamos paz.

Hasta aquí vamos a ir conectando estos puntos. Hasta aquí lo que hemos visto es la maldición, la bendición de autónome 28, la vítico 26, la entrada pacífica de Cristo sentado en un pollino que representa principalmente la paz. La paz de Dios promovida por su hijo en la tierra.

Vimos sus palabras de aliento y sus deseos de paz para con nosotros por medio de él. Ahora veamos algo sobre el elemento con el cual hemos iniciado el desarrollo de este mensaje, el árbol, la higuera, para seguir conectando todo esto. El nuevo diccionario bíblico ilustrado dice así respecto a lo que es la higuera. La higuera es un árbol muy apreciado. La Biblia lo menciona en muchas ocasiones junto a la vid. La expresión, debajo de su parra y debajo de su higuera, es sinónimo de prosperidad y seguridad.

Ya vamos entendiendo para dónde vamos.

Ahí termina ese extracto que traje del nuevo diccionario bíblico ilustrado sobre lo que es la higuera. La higuera es un árbol curioso porque es un árbol que entrega dos cosechas en el año.

La primera del año es en la época de primavera donde entrega lo que se llama los higos verdes o los higos tempranos. Luego de estos higos verdes, la higuera se cubre de hojas y ya en otoño, a la salida del año, entrega una segunda cosecha más abundante con higos más jugosos y dulces.

Entonces, el ciclo normal de una higuera en el año es primero higos verdes, luego se llena, se viste de hojas y luego da una segunda cosecha por ahí por otoño con los higos más dulces.

Aquí hay un comentario que encontré muy interesante que es sobre la flor de la higuera.

Comummente se sabe que la mayoría de los árboles primero se llenan de flores y luego dan fruto. En la higuera no se ven visualmente flores porque las flores sí están en la higuera. Alguien no es un estudio bíblico pero tal vez esté pensando ya la respuesta y los que no lo saben saben dónde están las flores de la higuera en el fruto, en esos higos verdes. Están dentro del fruto, es como una flor invertida. En vez de salir hacia afuera está hacia dentro o se llama también la infrutecencia. Las avispas polinizan las flores por dentro, por medio de túneles. Es un tema digno de hacer un bonito estudio más adelante sobre esto. Vamos a Marcos 11. Volvamos a Marcos 11. Acuérdense el ciclo de una higuera en el año. Higos verdes, hojas y higos dulces. Marcos 11, vamos a leer el versículo 12. Es importante porque para nosotros no nos es familiar una higuera, cuántos de nosotros tenemos una higuera en casa. Quizás nadie, quizás unos pocos. No es algo que estemos familiarizados el día a día o durante el año y por eso es importante relatarlo. Marcos 11, vamos a leer del 12 al 14. Dice, al día siguiente cuando salió de Betania tuvo hambre.

Recuerda lo que venimos hablando de la higuera, hablando de Jesús al día siguiente, al día siguiente de lo que fue la entrada triunfal, según Marcos, dice cuando salió de Betania tuvo hambre y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo, pero cuando llegó a ella nada halló sino hojas. Pues no era tiempo de higos, no era tiempo de otoño, era tiempo de primavera. Versículo 14, entonces Jesús dijo a la higuera, nunca jamás coma a nadie fruto de ti y lo oyeron sus discípulos. Vamos entendiendo culturalmente lo que significaba la higuera para Israel, para la tierra de Palestina y este símbolo que Jesús utiliza en esta mañana que tuvo hambre. Cuando Cristo se acerca la higuera y dice que no era tiempo de higos, Marcos dice, ¿a qué está haciéndole la referencia a la salida del año, a la segunda cosecha de la higuera? Y no a los higos verdes, que es la primera cosecha en primavera. También menciona que Cristo tuvo hambre, es decir, esperaba Cristo encontrar algo para comer en esa higuera lo que debería haber sido los higos verdes, los higos tempranos. ¿Y qué fue lo que vio Cristo en la higuera? Ojas. Lo dice la escritura. Solo vio hojas, no vio ningún fruto, ningún higo verde en esa higuera. Una higuera puede crecer hasta entre 6 y 7, 6 y 9 metros de alto y tal vez podríamos imaginarnos ahí esa higuera muy alta, muy frondosa, de buena apariencia, de buena sombra y a lo lejos se veía quizás un árbol grande como Cristo lo vio de lejos y dijo, bueno, voy a ir a comer allá.

Cuando se acercó vio que no tenía los frutos, característicos de una higuera fructífera, porque si esa higuera no tenía higos verdes, quería decir entonces que no tendría higos dulces en notoño. Eso es así. Así funciona una higuera. ¿Y qué pasaba con esta higuera? Fíjense en el versículo 20 de este mismo capítulo, versículo 20 de marcos 11 dice, y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. El problema de la higuera no estaba simple vista, había sido algo más profundo. Esta higuera ya presentaba algún tipo de problema porque no tenía los frutos con los higos verdes, como lo vimos, y como lo supondría cualquier persona que conozca algo de estos árboles, al solo tener las hojas y no los higos verdes, que pronostican una buena cosecha o una segunda cosecha en otoño. Pero también hubo aquí algo sobrenatural, como que el tiempo le pasó muy rápido la higuera y hubo un incremento de su secidad o de su sequía desde las raíces en cuanto? Al otro día en la mañana. Pero eso Mateo dice como inmediatamente, pero en realidad tiene que ver como que fue algo muy rápido de un día para el otro, algo que no ocurría. Entonces, sí aquí hay una situación sobrenatural basado en la lógica de estos árboles.

Ahora viene una pregunta interesante. ¿Cuándo se hace mención a este interesante árbol en la Biblia por primera vez? Lo ha leído, quizás lo hemos leído, pero no nos damos cuenta. Y Génesis, en el huerto. Génesis 3, versículos 7 y 8. Génesis, capítulo 3 y versículos 7 y 8. Aquí están las higueras. Qué bueno al que ya la sabía. Génesis, capítulo 3, versículos 7 y 8. Entonces, fueron abiertos los ojos de ambos y conocieron que estaban desnudos. Entonces, cocieron hojas de qué? De higuera. Y se hicieron delantales. Y oyeron la voz del eterno Dios que se pasaba en el huerto, al aire del día, y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del eterno Dios entre los árboles del huerto.

La primera mención es justo en el momento o la consecuencia, o lo que sucedió imbépticamente después, cuando el hombre quiso hacer las cosas por sí solo, alejados de Dios.

Y cubrieron su desnudez. Esto es antes de que el eterno le haya hecho las túnicas de pieles. Eso está en el versículo 21. Primero se taparon con hojas de higuera.

Ellos se cubrieron su desnudez, su vergüenza. Que no tenían porque haber estado con vergüenza, aquí como México se dice con pena.

Además, ellos se escondieron de la presencia de Dios al parecer entre los árboles que probablemente hayan sido higueras en el huerto. Viene hablando de higueras y probablemente eran higueras. No sabemos, pero probablemente hayan sido higueras.

Vamos ahora a Deutonomio capítulo 29.

Esa es la mención de la higuera.

En Deuteronomio capítulo 29 y vamos a leer del 18 al 21.

Aquí conectando a todos los temas que hemos venido hablando, pues ya se empiezan a conjugar. Versículo 18 al 21. No sea que haya entre vosotros... Esta es el contexto de Deutonomio 28, que habíamos dicho sobre las bendiciones y las maldiciones y la evítico 26. Y aquí en el 18 dice, no sea que haya entre vosotros marón o mujer o familia o tribu cuyo corazón sea parte hoy del eterno nuestro Dios para ir a servir a los dioses de esas naciones. No sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca y él y ajenjo, algo muy amargo. 19. Y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón diciendo, tendré paz. Esto es un caso hipotético de un hombre o mujer o tribu o nación o todo Israel que se podía como autoendecir alejándose de Dios diciendo, tendré paz. Siguiendo la lectura dice, aunque ande en la dureza de mi corazón a fin de que con la embriaguez quité la sed. Fíjese cómo habla de la manera casi poética sobre una persona bastante terca. 20. No querrá el eterno perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de eterno y su celo sobre el tal hombre y se asentará sobre él toda la maldición escrita en este libro y el eterno borrará su nombre de debajo del cielo. 21. Y lo apartará el eterno de todas las tribu de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.

Meterse con Dios no es algo que uno pueda salirse con la suya.

La bendición solo proviene de Dios. No existe cosa como autobeddecirse. Y esa bendición se recibe única y exclusivamente cuando la persona está cerca de Dios. No podemos disfrazar una bendición de paz, como decía este hombre hipotético, tendré paz. No podemos disfrazar una bendición de paz por nosotros mismos. Eso es, esto es justamente lo que sucedió en el huerto. Ellos cubrieron su desnudez. Se habían alejado de Dios y estaban inquietos y se escondieron. No tenían paz. Tal vez dijeron, bueno, ahora nos vamos a arreglar nosotros solos. Pero se escondieron de la voz de Dios, como un niño se esconde cuando uno le grita el nombre y andan escondidos porque algo malo hicieron, alguna mentira o algo hicieron. Y lo que menciona también de autonomio con la hipotética imagen de este hombre que se hizo hace mismo tener paz lejos de Dios. ¿Cómo vamos a tener paz si estamos lejos de Dios? No, no tiene lógica, bíblica. ¿No es esto una radiografía a lo que sucede hoy en el mundo?

Tengo la certeza que lamentablemente así es. Mucha gente piensa estar en paz con esto de la pandemia en sus casas y hay que ver cuántos se han elevado los homicidios, los suicidios, la violencia intrafamiliar para todas partes. No hay paz.

Vamos a Miquelas.

Vamos a Miquelas, capítulo 4.

Y versículos primero 1 al 3.

Miquelas, capítulo 4 y versículos 1 al 3.

El libro de Miquelas.

Capítulo 4, versículo 1 al 3, dice, versículo 3.

¿Hasta aquí qué tenemos?

Esa visión, esa profecía sobre ese milenio, que sería un reinado de paz, que es lo que Jesús trae y ha estado anunciando, ya ha estado pactado, ya ha estado ideado por Dios el Padre y Dios el Hijo desde antes de la fundación del mundo. El versículo 4 es el conector de lo que hemos venido hablando.

Versículo 4 dice, Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera.

Y no habrá quién los amedrente, porque la boca del eterno de los ejércitos lo ha hablado.

Entonces, del versículo 1 al 3 nos habla explícitamente de este reinado milenial del mundo de la mañana, un mundo que será pacífico. Sí habrán por ahí algunas rebeliones, pero será un reinado pacífico.

Y la imagen de esta paz la resume el verso 4, donde menciona que los hombres se sentarán debajo de su vid y debajo de su higuera y no habrá quién los amedrente.

Eso quiere decir que estos hombres tendrán paz a la sombra de la higuera.

¿Por qué no hay paz hoy en el mundo?

Si tomamos todo lo anterior, podríamos inferir que no hay paz porque el hombre ha querido sentarse debajo de sus higueras que solo dan hojas. ¿Y entendimos lo de las hojas? Primero fruto, hojas, segundo fruto. Si no hay primer fruto y hay hojas, tenemos un higuera estere.

Que no da fruto. Parece que el hombre ha querido sentarse debajo de sus higueras cuyas raíces están secas, no están siendo irrigadas por agua que las nutra para que puedan producir fruto.

El hombre se está sentando a la sombra de su higuera. Un árbol que quizás les va a dar sombra, quizás luzca muy alto, muy frondoso y quizás tenga buena apariencia. Pero tal como Cristo nos enseñó, en realidad es un árbol lleno de maldición. Es la simbología de la higuera.

Una higuera estéril, una higuera que no nos va a dar fruto, infructuoso, seco desde la raíz.

Y cuando Cristo le dice, en un caja más nadie pueda comer fruto de ti, de aquella higuera, no era una frase porque ese día se levantó con hambre y no encontró algo que comer.

Tiene una profundidad en la enseñanza de Cristo, porque estaba haciéndole hincapié a que tenemos que estar cerca de Dios para encontrar la paz que el día anterior había presentado cabalgando en un pollino. Ahí vamos conectando las imágenes.

En el mismo Mi queas, capítulo 4, leamos el versículo 5.

Noten aquí. Mi queas, capítulo 4 y versículo 5. Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su Dios con minúscula, nosotros, usted y yo, con todo andaremos en el nombre del Eterno nuestro Dios eternamente y para siempre. Venimos hablando de los hombres que se sentaban a la higuera en paz y ahora nos está hablando a nosotros. Andaremos en el nombre del Eterno de nuestro Dios eternamente y para siempre. No importa lo que el mundo esté haciendo, que ponga todas las higueras que quiera, que se refresque tal vez un tiempo, pero no va a dar fruto de paz.

Nosotros debemos andar en el nombre del Eterno nuestro Dios eternamente y para siempre.

Esa es nuestra vocación, ese es nuestro llamado y esto es andar a la sombra de la higuera de Dios y no de los hombres. Ahí conectamos toda esta simbología y este evento de la higuera que no iba a dar frutos nunca jamás. Como conclusión a este mensaje que hemos entregado Dios nos explica de muchas maneras sus verdades y el hecho de haber utilizado una higuera y la consecuencia de infertilidad por haberse secado su raíz es una manera muy pintoresca de enseñarnos la necesidad no solo nuestra sino de todo el mundo que la única manera para tener paz es bajo la sombra del Dios Altísimo. Ahí se produce el fruto de la paz.

¡Cercanos a Dios! La supuesta maldición de la higuera estéril se debe comprender más bien como una bella parábola en terreno. ¿Por qué no fue un cuento que Cristo le relató?

Fíjense, lo didáctico que era Jesús para enseñarnos esa verdad y utiliza este elemento visual real y adorna esta enseñanza divina.

Cristo vino a traer paz al mundo. Fue embajador de la paz de Dios en la tierra.

Como Melchisedec frente a Abraham, Rey de Salem, Rey de paz y por los símbolos que fuimos estudiando, el pollino, Josaná, Cristo, Jerusalén. Hay tantas otras cosas que se pueden asociar, las parras, tanto que se puede asociar y enfoca justamente esa parte.

Un embajador de paz y nos vino a enseñar cómo tener paz. La paz os dejo, la paz os doy. No como la da al mundo.

Comprendimos el principio fundamental de que la única manera de tener paz es estando cerca de Dios, bajo la sombra de una higuera que produce fruto en primavera, muchas hojas y fruto en otoño.

Cerramos con la siguiente idea este mensaje, ya entendiendo todo lo anterior, que también entre paréntesis podemos conectarlo con Juan 15, con la vid y los pampanos. No podemos llevar frutos si no estamos cerca de Dios, de Cristo.

Es exactamente el mismo sentir. Y la paz está aquí, en el capítulo 14, versículo 1 y en el capítulo 16, versículo 33. No se turbe vuestro corazón, en el mundo tendréis aflicción, pero en mí tendréis paz, tendréis un buen fruto. Tendréis el fruto, ese higo verde. Cerremos ahora con la siguiente reflexión que está en marcos 11. Volvamos a marcos.

Volvamos a marcos. Capítulo 11. Y versículos 22 al 26. Porque hay que cerrar con esto, ya que es cuando Cristo les da el principio de un árbol seco.

Y leamos aquí marcos 11, 22 al 26. A cuando ese Pedro le habló y dijo, mire, la higuera está ahora seca. Y en versículo 22 dice, respondiendo a Jesús, les dijo, después de esto de la higuera, al otro día, cuando ya estaba seca, fíjense en lo que dice acá, en el versículo 23. Porque, de cierto, os digo que cualquiera que digere a este monte, quítate y échate en el mar y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga, les será hecho.

Por tanto, os digo que todo lo que pediréis, orando, creed que lo recibiréis y os vendrá. Y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros nuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. ¿Tiene que ver esto con lo que hemos hablado estos 48 minutos? Mucho. Porque la enseñanza final y para cada uno de nosotros es la siguiente.

Acercarse a Dios con fe, orando y creyendo que Él no se escucha y perdonar con misericordia a las personas que nos han ofendido. Eso es lo que se puede extraer de lo que Cristo le está diciendo aquí a sus discípulos. De esta manera, haciendo lo que Cristo nos dijo, aunque el mundo esté inquieto, nosotros vamos a tener paz en nuestras almas.

Y podemos sentarnos hoy simbólicamente, tranquila y pacíficamente a comer un buen fruto a la sombra de la hiela. Buenas tardes a todos.

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Pastor para la República Mexicana. Junto a su esposa y sus tres hijos, viven en la Ciudad de México. Sirve de tiempo completo a las congregaciones del país, y produce y administra contenido para los medios digitales de la iglesia.