En Mateo 8:22 Jesús dijo: “Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos”, respondiendo a una petición de uno de sus seguidores que pidió un aplazamiento para ir primero a enterrar a su padre (Mateo 8:21), excusándose de sus responsabilidades.

De principio podría parecer que él estaba pidiendo tiempo para hacer los arreglos funerarios para su padre recientemente fallecido. Sin embargo, en realidad estaba pidiéndole a Cristo que lo excusara de su llamamiento espiritual para que pudiera volver a vivir con su padre anciano hasta que este muriera.

Desde luego que esto podía significar que el discípulo se iría por mucho tiempo. De modo que pareciese que estaba evitando su vocación espiritual y quería que Cristo le bendijera por ello.

En vez de esto, Cristo le invita a centrarse en su llamamiento. Una interpretación de la declaración de Jesús sería: “No descuides el llamado espiritual que te he hecho. Que quienes no tienen vida espiritual atiendan las tareas rutinarias de la vida.” Ciertamente Jesús no le prohibiría al hombre que se ocupara de los arreglos funerarios de su padre. Cristo mismo fue a visitar a la familia de Lázaro, su amigo, cuando este murió, incluso poniendo en riesgo su vida (Juan 11:1-16).

Dios sí desea que cuidemos las necesidades de nuestras familias (Marcos 7:10-13; 1 Timoteo 5:8), siempre que no descuidemos nuestro llamamiento mientras lo hacemos.

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